La Venta de Tierras en África y el biodiesel


A lo largo del mundo, millones de hectareas de tierra están siendo compradas por inversores extranjeros con el objetivo principal de la plantación de cultivos generadores de biodiesel (*)

  • El biodiésel (biocombustible) es un líquido que se obtiene a partir de lípidos naturales como aceites vegetales o grasas animales, con o sin uso previo, mediante procesos industriales de esterificación y transesterificación y que se aplica en la preparación de sustitutos totales o parciales del petrodiésel o gasóleo obtenido del petróleo. El biodiésel puede mezclarse con gasóleo procedente del la refinación del petróleo en diferentes cantidades. Se utilizan notaciones abreviadas según el porcentaje por volumende biodiésel en la mezcla: B100 en caso de utilizar solo biodiésel, u otras notaciones como B5B15B30 o B50, donde la numeración indica el porcentaje por volumen de biodiésel en la mezcla.

    El aceite vegetal, cuyas propiedades para la impulsión de motores se conocen desde la invención del motor diésel gracias a los trabajos de Rudolf Diesel, ya se destinaba a la combustión en motores de ciclo diésel convencionales o adaptados. A principios del siglo XXI, en el contexto de búsqueda de nuevas fuentes de energía renovables, se impulsó su desarrollo para su utilización en automóviles como combustible alternativo a los derivados del petróleo.

    El biodiésel descompone el caucho natural, por lo que es necesario sustituir éste por elastómeros sintéticos en caso de utilizar mezclas de combustible con alto contenido de biodiésel.

    El impacto ambiental y las consecuencias sociales de su previsible producción y comercialización masiva, especialmente en los países en vías de desarrollo o del Tercer y Cuarto mundo generan un aumento de la deforestación de bosques nativos, la expansión indiscriminada de la frontera agrícola, el desplazamiento de cultivos alimentarios y para la ganadería, la destrucción del ecosistema y la biodiversidad, y el desplazamiento de los trabajadores rurales.

    Se ha propuesto en los últimos tiempos denominarlo agrodiésel ya que el prefijo «bio-» a menudo es asociado erróneamente con algo ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, algunas marcas de productos del petróleo ya denominan agrodiésel al gasóleo agrícola o gasóleo B, empleado en maquinaria agrícola.

Está es una situación que en países subdesarrollados como África está teniendo consecuencias desastrosas ya que está agravando los problemas de seguridad y hambrunas que ya de por si son muy problemáticas.

Descubrimiento de América y la Propagación de la Malaria


Un nuevo estudio aporta pruebas concluyentes sobre cómo y cuándo entró la malaria en Suramérica. Como ya proponían otros trabajos, dice que la enfermedad llegó a bordo de barcos que transportaban esclavos entre el continente negro y los puertos españoles y portugueses en América. Los 300 años de viajes negreros de uno a otro extremo del Atlántico impulsados por estas dos naciones son los responsables de las variantes de malaria que existen hoy en día en Suramérica, según un estudio dirigido por el español Francisco Ayala, que trabaja en la Universidad de California en Irvine.

Un nutrido equipo con investigadores de 15 países ha analizado más de 500 muestras de sangre humana infectada recogidas en 17 países de África, Asia y Suramérica. El análisis genético permite reconstruir el avance de la enfermedad desde su origen africano. Estudios previos de este tipo han permitido comprobar que la malaria pasó de simios a humanos o apuntar que hace 6.000 años la dolencia experimentó “un rápido avance debido al auge de la agricultura”, según el trabajo, publicado en PNAS.

El análisis ha encontrado dos variantes principales de malaria en Suramérica, una para cada nación conquistadora. “La subdivisión de las Américas en dos imperios y el hecho de que cada uno llevaba a los esclavos a regiones diferentes explica muy probablemente el origen de las dos introducciones [de la malaria] que muestran los datos”, explica el estudio. El trabajo termina con un continuará, pues apunta a que la posterior inmigración a América desde “el sur de Europa y Asia” pudo traer consigo nuevas variantes minoritarias de la enfermedad.

 

El Imperio Colonial Francés


Francia tuvo posesiones coloniales, en varias formas, desde comienzos del siglo XVII hasta los años 1960. En su punto más alto, entre 1919 y 1939, el segundo imperio colonial francés se extendía por más de 12.898.000 km² de tierra. Incluyendo la Francia metropolitana, el área total de tierra bajo soberanía francesa alcanzaba 13.000.000 km² en los años veinte y treinta, lo cual es el 8,7% del área terrestre del mundo.

Los remanentes de este gran imperio son cientos de islas y archipiélagos localizados en el Atlántico norte, el Caribe, el océano Índico, el Pacífico Sur, el Pacífico Norte y el Océano Antártico, así como también un territorio continental en América del Sur, totalizando juntas 123.150 km², lo cual representa tan sólo el 1% del área del imperio colonial francés anterior a 1939, con 2.543.000 personas viviendo en ellas en 2006. Todas estas gozan de representación política total a nivel nacional, así como también varían los grados de autonomía legislativa y forman parte de la región ultra periférica de la Unión Europea.

533 – Batalla de Tricamerón


La batalla de Tricamerón se libró el 15 de diciembre de 533 en África, en la localidad del mismo nombre, ubicada veintisiete kilómetros al oeste de Cartago. En ella se enfrentaron las tropas del Imperio romano de Oriente mandadas por el general Belisario y las del Reino vándalo de África, que acaudilló su rey Gelimer.

La batalla terminó con el triunfo de las tropas del general Belisario, inmensamente inferiores en número a las de los vándalos. En el resultado del choque tuvo particular importancia la labor desempeñada por los generales de los dos bandos, pues Gelimer mostró su cobardía al huir ante la presencia de las tropas enemigas, lo que lo llevó al desastre. La derrota de Gelimer y sus huestes significó el fin del Reino vándalo y condujo a la anexión de todo el norte de África al Imperio bizantino del emperador Justiniano.

Antecedentes

Justiniano, llamado “el Grande”, ascendió al trono del Imperio bizantino el año 527, a la muerte de su tío Justino I, quien le había nombrado su sucesor. Justiniano, de origen bárbaro y campesino, se había casado en el año 523 con Teodora, hija de un cuidador de circo, cortesana y bailarina de Alejandría. Mujer de gran belleza, valiente y decidida, tuvo gran influencia en Justiniano.

Justiniano se consideraba heredero de los césares y cabeza de la Iglesia. Durante su reinado, tuvo dos ideas directrices: restaurar el Imperio de Occidente y suprimir la herejía arriana. Para materializar la primera idea, restaurar el Imperio, se rodeó de dos hombres claves en su consecución: Belisario, al que puso al mando del ejército del este, y Narsés, al que nombró gran chambelán.

Entre ambos militares, desbarataron una rebelión contra el emperador, la insurrección de Niká, en la que murieron treinta y cinco mil rebeldes. Belisario, antes de Niká, había derrotado a los persas y después fue puesto al mando del ejército que debía marchar a Cartago para reponer en el trono a Hilderico el Vándalo, que había sido destronado por Gelimer, bisnieto de Genserico. Los historiadores estiman que el ejército puesto a las órdenes de Belisario era insuficiente: consistía en diez mil soldados de infantería y cinco mil jinetes, casi todos bárbaros y mercenarios. El ejército imperial había sufrido un descenso notable. Estaba compuesto por tres categorías de tropas: los soldados regulares, los mercenarios y las huestes pertenecientes a los magnates bizantinos, que debían facilitarlos al imperio.

Belisario decidió emplear Sicilia como base para la expedición. La fuerza zarpó el 22 de junio de 533 desde Constantinopla en una flota de quinientas naves de transporte, escoltadas por noventa y dos dromones. En el Peloponeso tuvieron una larga demora en espera de buenas condiciones de mar para continuar la travesía hacia Catania, en Sicilia.

Ya en Sicilia, Belisario se enteró de que el rey vándalo aún no conocía el avance de la expedición y que había enviado a sus mejores soldados, bajo el mando de su hermano Tzazon, a sofocar una rebelión que había estallado en Cerdeña. Belisario, al saber esto, embarcó su ejército y zarpó hacia la costa africana. Hizo escala en Malta y Gozo y, al cabo de aproximadamente tres meses de su salida de Constantinopla, arribó a Ras Kapudia, ubicado ciento treinta millas al sur de Cartago.

En cuanto desembarcó, Belisarió difundió una proclama en la que afirmaba que no venía a combatir al pueblo, sino a los soldados de Gelimer. Inició su marcha hacia Cartago, precedido por una avanzada de trescientos jinetes al mando de Juan el Armenio; seiscientos hunos cubrían su flanco izquierdo y la flota entera custodiaba el derecho.

Ad Decimum

El 13 de septiembre, la vanguardia bizantina llegó al desfiladero de Ad Decimum, décimo hito antes de la ciudad de Cartago. Por su parte, Gelimer, al enterarse de la llegada de los bizantinos, había enviado a buscar a Tzazon con su fuerza. Sin embargo, cuando supo lo poco numeroso que era el ejército enemigo, ordenó a su hermano Amato, que estaba al mando de Cartago, que se preparara para atacar a Belisario.

Gelimer planeaba atacar a Belisario en forma combinada desde tres sectores cuando este entrara al desfiladero de Ad Decimun. Esta operación fracasó porque requería una coordinación muy difícil de conseguir. Amato salió de Cartago el 13 de septiembre, atacó antes que las otras dos columnas y fue herido mortalmente, tras lo cual sus tropas huyeron. Gibamundo, al mando de otra sección, fue derrotado por los hunos del ala izquierda de Belisario, mientras Gelimer vencía al cuerpo principal de Belisario. Cuando el rey vándalo llegó al campo donde había muerto su hermano Amato, vio el cadáver y, en lugar de perseguir a los derrotados bizantinos, detuvo la persecución para honrarlo con una ceremonia fúnebre. En el entretanto, casi al anochecer, Belisario reunió a sus tropas y contraatacó a los vándalos, dispersándolos. El 15 de septiembre de 533, el general bizantino y su ejército entraron en Cartago, que había sido abandonado por los defensores. Gelimer se había retirado a un lugar situado ciento cincuenta kilómetros al oeste de la ciudad llamado Bulla Regia, donde reunió sus tropas.

La batalla

En Bulla Regia, Gelimer recibió el refuerzo de las tropas de su hermano Tzazón procedentes de Cerdeña, con lo que formó un ejército unas diez veces mayor que el de Belisario, según el historiador Procopio. Trató de conseguir que los hunos se pasaran a sus filas, lo que no obtuvo, y luego avanzó sobre Cartago con esta inmensa fuerza. En su avance destruyó el acueducto que suministraba el agua a la ciudad. Se detuvo en la localidad de Tricamerón, situada a veintisiete kilómetros de Cartago.

Belisario supo de las conversaciones de los hunos con el enemigo, pero logró neutralizarlos con ofrecimientos diversos. Lo importante de este incidente fue demostrar los peligros a que se exponían los generales cuando incorporaban mercenarios en sus ejércitos. Esta situación, unida a que no estaba seguro de la lealtad de los mercenarios, lo decidió a atacar a los vándalos de inmediato, consciente de su inmensa inferioridad numérica.

Belisario envió de avanzada a Juan el Armenio con quinientos jinetes y él con otros quinientos jinetes y la infantería partió al día siguiente hacia Tricamerón.

Gelimer y Tzazón se encontraron con la caballería bizantina, que los atacó dos veces sin éxito pero, en una tercera carga, Juan empleó también a sus arqueros, con lo que logró hacer huir a la caballería vándala. Estos encuentros no duraron más de una hora. Al atardecer de ese día 15 de diciembre, la infantería de Belisario arribó al campo de batalla y avanzó hacia el campamento vándalo. Gelimer, al ver al ejército bizantino, montó en su caballo y huyó del campamento; este acto de cobardía provocó el desconcierto y luego el pánico entre sus soldados, que huyeron en todas direcciones. Esto marcó el fin de la batalla y selló la derrota vándala.

Cuando los soldados de Belisario entraron en el campamento vándalo, encontraron que este estaba plagado de riquezas; desobedeciendo a sus jefes, se dedicaron al saqueo sin respetar ni al mismo Belisario. Solo al día siguiente, restablecido el orden, Juan el Armenio con su caballería pudo emprender la persecución de los enemigos.

Consecuencias

Imperio de Justiniano. La derrota vándala permitió al emperador extender sus territorios por África y el Mediterráneo occidental

Gelimer comprendió que había perdido su reino. Intentó escapar a España, pero los bizantinos se enteraron de sus proyectos y lo interceptaron, forzándolo a abandonar sus pertenencias y a refugiarse en las montañas de Túnez, con los bereberes. Al año siguiente, fue encontrado y rodeado por las fuerzas de Faras el Heruliano. Al principio rechazó rendirse pero, después de un invierno particularmente crudo, se entregó a Belisario. El Reino vándalo de África se terminó y Justiniano se apoderó de sus provincias en Cerdeña, Córcega y las islas Baleares.

La conquista de África proporcionó a Justiniano una excelente base de operaciones para actuar contra Italia y el asesinato de Amalasunta por Teodato en el año 534 le dio el pretexto para iniciar una nueva guerra contra las provincias de Dalmacia y de Sicilia.

Batalla de Tricamerón
Guerra Vándala
Fecha 15 de diciembre de 533
Lugar Cerca de Cartago
Resultado Victoria bizantina
Beligerantes
Imperio bizantino Reino vándalo
Comandantes
Belisario
Juan el Armenio†
Gelimer (P.D.G.)
Tzazon†
Fuerzas en combate
5000 jinetes y 500 refuerzos (también montados) 50 000, la mayoría caballería
(5000 traídos por Tzazon desde Cerdeña)
Bajas
50 muertos 800 muertos

Tras la huella genética de Alejandro Magno en las momias egipcias


El Mundo

  • El ADN de los cuerpos embalsamados revela el parentesco de los pobladores del Nilo
  • Los antiguos egipcios están más emparentados con las poblaciones de Oriente Próximo, mientras que los actuales lo están con poblaciones subsharianas

 

Sarcófago de Tadja encontrado en Abusir el-Meleq NATURE COMMUNICATIONS

La genética supone un arma poderosa para establecer relaciones de consanguinidad. A partir de un pequeño frotis de la boca los científicos realizan sin mayores problemas el análisis de nuestro material genético mediante técnicas convencionales para proceder a su estudio. Extraer el ADN de un habitante de otra época y poder estudiarlo, requiere sin embargo de unas técnicas más sofisticadas que solo se pueden aplicar cuando ese ADN ha llegado inalterado hasta nosotros.

Encontrar estas marcas y poder observar el paso de las civilizaciones en los genes de sus habitantes es el objetivo de un equipo de investigadores del Instituto Max Plank , que ha analizado el ADN de las momias del antiguo Egipto en busca de la huella genética que dejaron a su paso otros pobladores, como los de la época de Alejandro Magno.

El estudio aporta sin embargo otro tipo de relaciones y concluye que los egipcios del pasado están más emparentados con las poblaciones de Oriente Próximo de lo que los egipcios modernos lo están ahora, una relación que ha podido diluirse con el tiempo debido a las constantes interacciones producidas en el Mediterráneo entre las culturas africanas, asiáticas y europeas desde la época anterior a Cristo. Los egipcios actuales han adquirido por otro lado un aporte genético subsahariano después del periodo romano.

Los investigadores, que han publicado sus conclusiones en la revista Nature Communications, usaron el ADN mitocondrial (el que se conserva en una parte de la célula distinta al núcleo) de 90 individuos de la antigüedad procedentes del yacimiento arqueológico de Abusir el-Meleq y el genoma completo de tres momias de la época pre-ptolemaica, ptolemaica y romana, cubriendo así un periodo de 1.300 años.

El cálido clima de Egipto, los altos niveles de humedad de muchas tumbas y los productos químicos utilizados en las técnicas de momificación contribuyen a la degradación de este ADN y a que su conservación en las momias egipcias sea poco probable. No obstante, la aplicación de técnicas modernas de secuenciación y nuevos métodos de autentificación de ADN antiguo ha contribuido al éxito de este estudio y entender el parentesco de las antiguas poblaciones egipcias a partir de unos restos que datan del año 1.400 a.C. al año 400 d.C.

A modo de investigación arqueológica a nivel molecular, el equipo liderado por el genetista Johannes Krause quería identificar si los relatos que conocemos por la historia sobre la conquista y el dominio de las civilizaciones habían dejado alguna marca en los genes de estas poblaciones. «Queríamos probar si la conquista de Alejandro Magno y otras potencias extranjeras ha dejado una huella genética en la población egipcia antigua», ha explicado en una nota de prensa Verena Schuenemann, coautora del grupo de investigación de Krause, en el que también participa la Universidad de Tubinga en Alemania.

El estudio ha revelado sin embargo que los antiguos egipcios están relacionados con las poblaciones del Levante del pasado, así como con los habitantes del neolítico de la Península de Anatolia y Europa. «La genética de la comunidad de Abusir el-Meleq no sufrió ningún cambio importante durante los 1.300 años que hemos estudiado, lo que sugiere que la población estuvo relativamente poco afectada a nivel genético por la conquista y el dominio extranjeros«, ha afirmado Wolfgang Haak, del Instituto Max Planck.

Los datos que aporta el grupo de Krause apuntan además a que los egipcios modernos comparten aproximadamente un 8% más de ancestros con las poblaciones africanas subsaharianas que con los antiguos egipcios. «Esto sugiere un aumento en el flujo de genes subsaharianos en Egipto en los últimos 1.500 años», ha añadido Stephan Schiffels, coautor del estudio.

La mejora de la movilidad a lo largo del río Nilo, el aumento del comercio a larga distancia entre el África subsahariana y Egipto y la trata de esclavos transahariana que comenzó hace aproximadamente 1.300 años pueden estar detrás de estos resultados.

La increíble odisea que llevó al hombre a conquistar el mundo


ABC.es

  • Un extenso y detallado retrato de genes humanos de poblaciones normalmente no estudiadas ha permitido averiguar mucho más acerca de cómo el humano logró extenderse por todos los continentes desde África
  • Además ha permitido averiguar cómo los cambios climáticos del pasado se convirtieron en motor de las migraciones
 Dos grandes teorías enfrentadas reconstruyen el pasado del hombre. Una dice que una gran oleada salió de África, la otra sostiene que hubo varias - NATURE

Dos grandes teorías enfrentadas reconstruyen el pasado del hombre. Una dice que una gran oleada salió de África, la otra sostiene que hubo varias – NATURE

La historia recuerda que el viaje está grabado en los genes. La prueba es que hace decenas de miles de años los hombres abandonaron su hogar, en África, y caminaron por todos los continentes de la Tierra, sin detenerse jamás ante los glaciares, los desiertos, las montañas, o los océanos. Aquel apasionante viaje llevó a los humanos adonde están hoy, pero en muchos casos el fracaso hizo desaparecer pueblos enteros y solo dejó un triste testimonio de huesos.

Pero gracias a los avances que se están produciendo en las técnicas de secuenciación de genomas, los científicos pueden acceder cada vez mejor a las historias que quedaron grabadas en la biología del ser humano. Esto ha llevado a que este miércoles se hayan publicado cuatro artículos en la prestigiosa revista Nature en los que se trata de recordar cómo ocurrió aquello.

«Estos estudios llenan algunos huecos del puzzle de la historia humana», han escrito Serena Tucci y Joshua M. Akey en un artículo de análisis de las investigaciones presentadas en Nature. Gracias a un trabajo muy extenso con 270 poblaciones de todo el mundo, incluyendo a algunas que normalmente no han sido muy estudiadas, la diversidad genética de los grupos ha permitido descubrir nuevas cosas sobre el pasado del hombre.

Esto es importante, porque los científicos están sumidos actualmente en un intenso debate. Unos sostienen que hace unos 40.000-80.000 años los africanos dejaron atrás el continente y que desde allí se extendieron por el resto del mundo. Pero otros creen que hubo varias oleadas de migración: una primera, hace 120.000-130.000 años, que les permitió llegar a Asia y Australasia, caminando a través de la Península Arábiga y la India, y una segunda, que les permitió llegar a Europa y al Mediterráneo oriental más tarde.

Algunos investigadores creen que hubo al menos dos grandes migraciones desde África- NATURE

Algunos investigadores creen que hubo al menos dos grandes migraciones desde África- NATURE

El hecho de que un modelo y no otro sea el más cercano a la realidad, al final implica encontrar una explicación a cómo se mezclaron los genes humanos con sus parientes cercanos, los neandertales y los denisovanos. También permitiría entender si, efectivamente, los aborígenes australianos se separaron de los africanos antes que los pobladores de Eurasia, lo que significaría que estos tienen un origen más antiguo que el resto.

Además, uno y otro modelo de migraciones podrían ayudar a entender por qué la variabilidad genética de los humanos de algunas regiones fue menor a la de otros lugares (lo que es muy importante en el proceso de la evolución), o si hay algunos hombres actuales que representan mejor a sus ancestros que otros.

Los cuatro estudios presentados en Nature han hecho su pequeña contribución a la historia del hombre. La investigación dirigida por David Reich ha secuenciado el genoma de 300 personas de 142 poblaciones normalmente no muy estudiadas en estudios de variación humana. Han apoyado la idea de que hubo una gran oleada migratoria desde África, y que la población que dio lugar a los humanos de hoy en día dejó el continente hace unos 200.000 años. Además, sostienen que desde entonces la tasa de mutación auementó en un 5 por ciento entre los no africanos.

Por su parte, el equipo de Eske Willerslev ha secuenciado los genomas de 83 aborígenes australianos y de 25 personas de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea. Esto, que de por sí solo ya les ha permitido convertirse en el estudio más importante de los genomas de esta poblaciones australianas, sugiere que los aborígenes ocuparon el continente durante mucho tiempo. Y que sus orígenes son más antiguos que los de los demás pobladores actuales.

La investigación de Luca Pagani y Mait Metspalu, estudió 379 genomas de 125 poblaciones, sobre todo europeas, y descubrió que al menos el 2 por ciento de los genes de los papuanos modernos proviene de un ancestro que se separó de África antes que los euroasiáticos. Esto apoya la idea de que hubo varias oleadas de humanos saliendo de África, y la antigua procedencia de los aborígenes.

El papel de los cambios climáticos

Además, una investigación dirigida por Axel Timmermann y Tobias Friedrich ha establecido un vínculo directo entre varios cambios climáticos pasados y un conjunto de oleadas migratorias que salieron de África hace unos 125.000 años (por lo que apoyan también la idea de que hubo varias migraciones). Según su modelo, varias glaciaciones provocaron migraciones a través de la península arábiga y el Mediterráneo oriental. Además, su trabajo apoya la idea de que el humano llegó al mismo tiempo al sur de China y a Europa, hace unos 80.000 años.

Tal como ha aclarado esta investigación, aunque no resulta sencillo relacionar el clima pasado con el humano pretérito, hay casos en los que este vínculo es claro. Por ejemplo, hace unos 12.000-5.000 años el actual desierto del Sáhara estaba cubierto de vegetación, bosques, lagos y ríos. Por eso en la región se han encontrado restos de actividad humana hasta hace unos 5.000 años, momento en el que los cambios en la órbita de la Tierra trastocaron el régimen de lluvias de la zona.

Parece claro que los genes son poderosas herramientas para acercarse al pasado del hombre. Pero tienen sus límites. No se puede olvidar la complejidad de la historia humana, reflejada en la diversidad de lenguas, restos arqueológicos y linajes genéticos encontrados hoy en día. Solo una ciencia armada con muchas disciplinas, como la arqueología, la antropología, la genética y la climatología, puede tratar de entender el pasado del hombre. Ese gran viajero que caminó por todos los continentes.

Hallan tres fósiles de una nueva especie de homínido en el este de África


La Razón

  • El este de África estuvo habitado por tres especies de homínidos al comienzo de la evolución humana, el Homo Erectus, el Homo Habilis y una tercera especie recién descubierta, a partir del hallazgo de tres fósiles en un yacimiento de Kenia.

72370-550-550El descubrimiento, del que informa hoy la revista «Nature», es obra de un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania y arroja nueva luz sobre los primeros momentos de la evolución humana tras la escisión de los primates.

Los fósiles, un cráneo casi completo y dos mandíbulas inferiores, pertenecieron a tres individuos diferentes que vivieron hace unos 1,95 millones de años, durante el Paleolítico Inferior, y se conservan en buen estado, según explicó a Efe Fred Spoor, paleontólogo y co-autor del artículo junto a la también paleontóloga Meave Leakey, del Turkana Basin Institute de Nairobi (Kenia).

En concreto, se trata de la cara y algunos dientes de un niño de alrededor de ocho años; una mandíbula inferior casi completa, con varias piezas dentales y raíces, que perteneció a un individuo adulto, y un fragmento de otra mandíbula inferior que conserva varios incisivos pequeños.
De hecho, según subrayó Spoor, una de esas dos mandíbulas es «la más completa hallada nunca perteneciente a un homínido primitivo».

Los huesos aparecieron durante una excavación en el yacimiento de Koobi Fora, una región rocosa del norte de Kenia próxima al lago Turkana, rica en enterramientos y en aquel entonces un hábitat ideal para los primeros homínidos, con temperaturas cálidas y mucha vegetación.

En 1972, los investigadores encontraron un cráneo en Kenia cuyas características -un rostro más grande y plano que los demás fósiles de la zona- no permitían encuadrarlo con ninguna de las especies identificadas hasta el momento, y la comparación resultaba aún más difícil porque carecía de mandíbula y dientes.

Este cráneo se convirtió en un enigma para los paleontólogos y abrió un debate sobre si, al comienzo de la evolución humana, hubo una o dos especies de Homo además del ya conocido Homo Erectus, del que descienden el Neandertal y el Homo Sapiens.

Ahora, el hallazgo de los nuevos fósiles de Kenia, muy parecidos al de 1972, confirma que efectivamente fueron tres especies contemporáneas: el Homo Erectus, el Homo Habilis y una tercera, a la que aún no han puesto nombre, en espera de un estudio más detallado que permita conocer su parecido con el Homo Habilis.

«Cuando encontramos los fósiles de la cara, su parecido con el fósil de 1972 era inmediatamente obvio», relató Spoor. La morfología de los huesos indica que estos individuos tendrían una cara alargada y más plana, y un paladar con forma de U, que se diferencia del resto de los homínidos de su época, con forma de V.

Según Spoor, las tres especies convivieron en el mismo tiempo y espacio, pero lo más probable es que se evitaran entre ellas. «Es posible que se conocieran, pero entre las especies de mamíferos cercanas a los homínidos lo más habitual es que se eviten entre ellas, como pasa con los gorilas y los chimpancés del Congo», afirmó Spoor.

«El este de África era un lugar bastante poblado, con distintas especies que probablemente seguían dietas diferentes que aún no conocemos», pero que podrían ser la clave de su convivencia en un mismo hábitat, al no tener que competir por los mismos alimentos, precisó Spoor.
Aunque tanto el Homo Habilis como esta nueva especie terminaron extinguiéndose, a diferencia del Homo Erectus, «parece evidente que la evolución humana no siguió una línea unidireccional»

Los africanos prehistóricos también tomaban leche


El Mundo

Hasta ahora la comunidad científica había aceptado de forma amplia que el pastoreo de ganado en África surgió bastante tiempo antes que el dominio de la agricultura, a diferencia con lo que sucedió en Oriente Próximo. En el continente africano, durante el Holoceno temprano (hace alrededor de 10.000 años), las comunidades sedentarias de pastores, cazadores y pescadores se convirtieron en pastores nómadas para adaptarse mejor y explotar mejor diferentes ambientes y recursos.

Los expertos ya sospechaban que el consumo de leche debió surgir en el actual desierto del Sáhara en esta época. Ahora, un equipo internacional de científicos acaba de publicar en la revista ‘Nature’ la primera evidencia inequívoca de que los seres humanos en la África subsahariana prehistórica ya utilizaban el ganado para obtener la leche hace 7.000 años.

Otras investigaciones ya habían demostrado la aparición de estas prácticas en fechas anteriores: en Anatolia, hace 9.000 años y en el este de Europa, hace 8.000 años. Sin embargo, ningún trabajo había datado hasta la fecha la aparición de la actividad lechera en el continente africano.

Primera evidencia en la África verde

Los investigadores, liderados por investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido), analizaron los ácidos grasos extraídos de algunas piezas de cerámica sin esmaltar que habían sido extraídas de un yacimiento arqueológico de Libia. Gracias a su estudio el equipo ha podido demostrar que las grasas procedentes de la leche habían sido procesadas en esos recipientes en el quinto milenio antes de Cristo. El trabajo supone la primera prueba de la producción lechera en el continente africano, según aseguran los investigadores en el artículo científico.

En la actualidad, parece imposible pensar que el ganado pudiera sobrevivir en un ambiente tan hostil como el desierto del Sáhara. Pero durante el Holoceno este territorio tuvo unas condiciones climáticas mucho más favorables, lo que permitía el ramoneo del ganado en las sabanas que ocupaban lo que hoy es uno de los lugares más áridos de la Tierra.

Después, hace entre 7.000 y 5.000 años la región se volvió más árido y la gente adoptó una forma de vida más nómada, como sugieren la presencia de huesos de vacuno en los depósitos de las cavernas y los campamentos junto a los ríos.

Julie Dunne, estudiante de doctorado en la Escuela de Bristol de Química y autor principal del estudio, aseguraba en una nota remitida por Eurekalert: «Ya sabemos lo importante que eran en la Europa neolítica los productos lácteos como la leche, el queso, el yogur y la mantequilla, que puede ser producidos varias veces durante la vida de un animal, pero lo que resulta emocionante para nosotros es encontrar una prueba de que también fueron significativos en las vidas de los hombres prehistóricos de África».

El cambio climático no causó la desaparición de selvas tropicales en África


La Razon

El cambio climático no fue, a pesar de lo que se creía, el único causante de la desaparición, hace 3.000 años, de algunas selvas tropicales de África Central que fueron reemplazadas por sabanas, según un estudio divulgado hoy que apunta a la acción de las tribus bantú como segundo factor.

El estudio, que aparece publicado en el número del 10 de febrero de la revista Science, sugiere que el cambio climático por sí mismo no podría haber producido un cambio tan drástico y que los humanos deben también haber jugado un papel en la transición.

El profesor Germain Bayon, geólogo y geoquímico del Instituto Francés de Investigaciones para Exploraciones Marinas (IFREMER), y su equipo analizó un núcleo de sedimento marino de la boca del río Congo y descubrieron que, hace alrededor de 3.000 años, el sedimento ahí había estado bajo la influencia de fuerte erosión química.

Esta mayor descomposición, basada en la química de las rocas y minerales en el área, coincidió con la llegada de campesinos bantúes provenientes de la región que ahora es parte de Camerún y Nigeria.

Las tribus bantúes trajeron con ellos tecnologías agrícola y de fundición de hierro a la región, por lo que el estudio sugiere que la presencia de estos granjeros primitivos probablemente también tuvo un impacto en las selvas tropicales centro-africanas.

Según los investigadores, en ese periodo los Bantú intensificaron el uso de la tierra y facilitaron el proceso de la erosión, ya que talaron árboles para crear tierra que pudieran arar para la agricultura y fundiciones de hierro primitivas.

Dichas acciones, junto con el cambio climático, probablemente provocaron el declive de las selvas tropicales en esa región, pero no sólo fue el cambio climático, como se había creído hasta ahora.

El viaje oficial a África que torció el destino de Federico García Lorca


El Pais

En los talleres de un periódico granadino, como venganza contra la familia Rosales que había dado refugio al poeta y que simbolizaba a la Falange local y con el objetivo de acumular poder y notoriedad, Ramón Ruiz Alonso sentenció a muerte a Federico García Lorca al redactar una denuncia en la que le acusaba de masón y de ser el secretario personal de Fernando de los Ríos, ministro durante la República. Los cargos eran muy graves, más aún teniendo en cuenta que Lorca era homosexual y poeta.

Hasta ayer, la mayoría de los investigadores se ha empeñado en negar los cargos de la acusación. Desde ayer, el hecho de que García Lorca fue secretario de Fernando de los Ríos, aunque de forma temporal, parece más que demostrado. El investigador granadino Miguel Caballero (1958) lo desvela en Lorca en África. Crónica de un viaje al protectorado español de Marruecos (Ediciones del Patronato Provincial Federico García Lorca). Caballero reúne pruebas que sitúan a Lorca en Ceuta, Tetuán, Alcazarquivir y Xauen acompañando al entonces ministro de Instrucción Pública.

«Estaba trabajando en una recopilación de unos 3.000 artículos periodísticos en los que se cita al poeta y entonces me topé con uno de 1931 en el que se anunciaba una visita de Fernando de los Ríos a Marruecos acompañado por su secretario, Federico García Lorca. Eso me puso sobre aviso y comencé a tirar del hilo», explicó ayer Caballero, que ha encontrado una fotografía en la que puede verse al poeta en la comitiva oficial y un vídeo en el que se le intuye en la cubierta del buque Almirante Ferrándiz junto al político el 26 de diciembre de 1931.

De los Ríos visitaba Marruecos por diferentes motivos. Uno de ellos era que había recibido varias cartas de grupos masones del norte de África. «Esas cartas estaban dirigidas a Jugan, que era su nombre dentro de la masonería, y luego fueron utilizadas por el franquismo contra él», añade Caballero. Durante el viaje, el ministro y el poeta se alojaron en casa del general Cabanellas, uno de los militares que después participó en el levantamiento de 1936. García Lorca aprovechó la estancia, de cinco días, para visitar a un primo hermano suyo farmacéutico que murió en 1938 a causa de una sobredosis de morfina.

«No hay duda de que Federico trabajó como secretario de Fernando de los Ríos. Tenían una simpatía personal muy grande y García Lorca fue nombrado vocal de la Junta Nacional de Música y Teatro Lírico en sustitución de Manuel de Falla, lo que tampoco fue una casualidad», explica el investigador, que afirma que el propio García Lorca «escribió algunos de los discursos del ministro, como es evidente en los que leyó en África por sus referencias a San Juan de la Cruz y a su relación con los judíos».