Descubren un dinosaurio con cuernos y morro picudo del tamaño de un cuervo


El Mundo

  • La especie hasta ahora desconocida vivió hace cien millones de años en América del Norte
Descubren un dinosaurio con cuernos y morro picudo del tamaño de un cuervo

Brian Engh, Raymond M. Alf Museum of Paleontology Reconstrucción artística de Aquilops en su entorno de la antigua Montana

Investigadores del Museo de Paleontología Raymond M. Alf en Claremont, California, han descubierto en Montana (EE.UU.) los restos de una nueva especie de un diminuto y curioso dinosaurio que habitó la zona hace unos cien millones de años. El animal tenía el tamaño de un cuervo, un morro picudo y las mejillas afiladas. Los científicos creen que es el dinosaurio con cuernos más antiguo de América del Norte.

Según explican en la revista PLoS ONE, el dinosaurio del Cretácico Inferior, bautizado como Aquilops americanus, poseía un pequeño cráneo de 84 mm de largo y se distinguía por varias características, como un hueso frontal en forma de pico y una alargada y puntiaguda cavidad sobre la mejilla. En vida, los autores estiman que tenía el tamaño de un cuervo.

Los paleontólogos creen el Aquilops está relacionado con especies similares de Asia. Este descubrimiento, junto con los registros fósiles de otros lugares, permite a los autores reforzar la idea de que se produjo un evento migratorio intercontinental entre Asia y América del Norte durante el Cretácico inferior, hace entre 113 y 105 millones de años.

«Aquilops vivió casi 20 millones de años antes que el dinosaurio con cuernos más antiguo hasta ahora conocido de América del Norte», dice Andrew Farke, responsable de la investigación. «Aún así, nos sorprendió que estaba más estrechamente relacionado con los animales asiáticos que con los de América».

Resuelto el misterio del dinosaurio de las «manos horribles»


ABC.es

  • Fósiles descubiertos en Mongolia y otros recuperados de coleccionistas revelan cómo era en realidad el aspecto de esta enigmática especie de hace 70 millones de años
Resuelto el misterio del dinosaurio de las «manos horribles»

Michael Skrepnick El Deinocheirus mirificus tenía una extraña combinación de rasgos

En julio de 1965, una expedición paleontológica polaca encontró en Mongolia un par de patas delanteras monstruosamente grandes: 2,4 metros de largo, el récord para un animal bípedo. No aparecieron más restos, apenas unas vértebras y unas pocas costillas, pero los científicos tenían algo suficientemente distintivo para concluir que esos huesos pertenecían a una especie hasta entonces desconocida bautizada como Deinocheirus mirificus (rara mano horrible), un dinosaurio terópodo, del mismo grupo del que descienden las aves modernas. Eso sí, aparte de que tenía unos brazos gigantescos, era imposible recrear el resto de su anatomía.

Cincuenta años después, científicos del Instituto de Geociencia y Recursos Minerales de Daejeon, en Corea del Sur, y de la Universidad de Maryland (EE.UU.) han conseguido completar el puzzle de este misterioso dinosaurio. Con piezas desenterradas de Mongolia y la recuperación de un cráneo y una mano que habían sido vendidos a coleccionistas privados, los investigadores han dado forma a los esqueletos de dos especímenes casi completos.

Resuelto el misterio del dinosaurio de las «manos horribles»

Recreación del dinosaurio | Yuong-Nam Lee (KIGAM)

El resultado es un animal de peculiar aspecto, el miembro más grande de los ornitomimosaurios, un grupo de dinosaurios que recuerda a las modernas avestruces. Destaca en su fisonomía un hocico prolongado, sin dientes, ensanchado hacia los lados, como también lucían sus contemporáneos hadrosaurios (como los herbívoros pico de pato); una mandíbula inferior particularmente masiva y una gran vela sobre la espalda formada por su espina neural. Sus caderas generosas y anchos y cortos pies indican que se movía despacio. Los autores del estudio, publicado en la revista Nature, creen que uno de los ejemplares medía 11 metros de longitud y tenía un peso estimado de 6.358 kilos.

El Deinocheirus parecía bien provisto para vivir junto a los ríos. Su pico de pato podía haberle ayudado a buscar comida en el fondo de las corrientes y los huesos romos y aplastados bajo sus garras podían haberle evitado resbalar en el suelo húmedo. Restos de peces fueron encontrados en lo que debía de ser el estómago, pero este animal también tenía rasgos relacionados con el consumo de vegetales, lo que sugiere que era omnívoro.

Dreadnoughtus, el colosal dinosaurio que pesaba unas 65 toneladas


El Universo

Investigadores que estudian los restos de un enorme dinosaurio le han dado un nombre igual de colosal: Dreadnoughtus, que significa «no teme a nada».

Los científicos esperan que sus huesos, inusualmente bien preservados, ayuden a revelar algunos secretos de los animales más grandes que alguna vez vivieron en el planeta.

Cuando la bestia de cuatro patas rondaba en Argentina, donde fue hallado hace unos meses, tenía 25 metros de alto y pesaba unas 65 toneladas. Eso es siete veces el peso de un elefante africano macho. El dinosaurio posiblemente vivió hace unos 75 o 77 millones de años.

La criatura, que era herbívora, es descrita en un estudio dado a conocer por la revista científica Scientific Reports.

El dinosaurio carnívoro más grande de Europa


El Mundo

PALEONTOLOGÍA Descubierto en Portugal

Recreación del ejemplar Torvosaurio gurneyi

Recreación del ejemplar Torvosaurio gurneyi SERGEY KRASOVSKIY

Dientes afilados de 10 centímetros, la parte superior de una mandíbula, de 60 centímetros, fragmentos de una tibia, partes de un fémur e incluso un trozo de una vértebra de la cola de un dinosaurio han servido a un equipo de científicos portugueses para deducir que estos restos pertenecen al ejemplar carnívoro más grande de Europa.

Fue en el año 2003 cuando el paleontólogo y coleccionista amateur Aart Walen dio con estos fósiles en los acantilados de Lourinha (Lisboa, Portugal). A partir de este hallazgo, los científicos detallaron en su estudio que este dinosaurio, bautizado como Torvosaurio gurneyi , medía 10 metros de longitud y pesaba unas cuatro o cinco toneladas.

La región portuguesa donde se encontraron estos restos, Lourinha, es una zona conocida por la gran diversidad de restos fósiles que se han ido encontrado a lo largo de los años. La importancia de este terreno se puede comparar a la llamada ‘Formación Morrison’, un terreno rico en fósiles del Jurásico superior (hace cerca de 150 millones de años) situado al oeste de Estados Unidos y Canadá.

«Son dinosaurios muy similares a los de la famosa formación Morrison de Estados Unidos, de la misma época pero con unas características muy distintas. Algo que apoya la teoría de que se daban especies distintas en Europa y América del Norte en el Jurásico tardío», declara a El MUNDO Christophe Hendrickx, coautor del estudio, publicado en la revista Plos One.

Reconstrucción del ejemplar hallado en Portugal

Este grupo de científicos ya clasificó al dinosaurio bajo el nombre de Torvosaurus tanneri, una especie norteamericana. «El cambio de denominación no es anecdótico: si los fósiles de lo que ahora son Portugal y EEUU pertenecen a una misma especie eso implica que ambos territorios estarían claramente conectados en algún momento del Jurásico Superior. Pero si son especies diferentes entonces hay que proponer que existió un prolongado aislamiento geográfico durante ese periodo», explica el paleontólogo español Luis Alcalá.

Al igual que el mítico Tiranosaurio Rex, el Torvosaurio gurneyi era carnívoro. Sin embargo, no convivieron en el tiempo, pues el Tiranosaurio vivió en el Cretácico; es decir, vivió 80 millones de años antes. Junto a él convivieron tortugas, cocodrilos, reptiles voladores conocidos como pterosaurios y pequeños mamíferos, todos ellos rodeados de abundante vegetación y agua.

Este arcaico carnívoro desbancaría así al que, hasta ahora, se consideraba el más grande de Europa: Baryonyx walkeri. Sus restos fósiles se encontraron en Gran Bretaña y ahora descansa en el Museo de Historia Natural de Londres. Medía más de nueve metros de longitud y pesaba alrededor de dos toneladas. Sin embargo, el minucioso análisis se ha realizado sólo con los restos del maxilar, «por lo que otros carnívoros no se podrán atribuir a esa especie si no se encuentra justamente parte del esqueleto. Es el caso de los grandes dientes de terópodos españoles de una antigüedad similar, ya publicados, que los autores de la nueva especie no han considerado a la hora de establecer comparaciones de morfología y tamaño», declara Alcalá.

De momento, los restos del Torvosaurio gurneyi se guardarán en el Museo de Lourinha y sus investigadores volverán a los acantilados de esta zona en busca de nuevos fósiles de este gran depredador.

Las huellas de dinosaurio más recientes de Europa


El Mundo

Las pisadas han sido halladas en las orillas de varios ríos en los Pirineos. | Unizar

Las pisadas han sido halladas en las orillas de varios ríos en los Pirineos. | Unizar

Las pisadas fósiles más modernas de Europa han sido descubiertas por un equipo de investigadores españoles. El hallazgo, logrado en zonas areniscas de las orillas de distintos ríos del Pirineo aragonés y catalán, demostraría que los dinosaurios habitaron en esa parte del mundo hasta el final del periodo Cretácico.

Las icnitas o pisadas fósiles son evidencia irrefutable de que los dinosaurios ocuparon esa zona geográfica hace 65 millones de años, pues solo se plasman cuando un organismo vivo se desplaza en el momento en que se forma la roca. Según explica un comunicado la Universidad de Zaragoza, los huesos fósiles pueden erosionarse y volverse a depositar en rocas más modernas, pero en el caso de las icnitas no es posible.

El Grupo Aragosaurus-IUCA, que agrupa a investigadores de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusanfont (ICP), han logrado hacerse con un registro fósil escaso y limitado a pocos lugares en el mundo, como los Pirineos. El de ahora es el resultado de décadas de trabajo, que entre otras cosas ha demostrado que los dinosaurios conocidos como «picos de pato» vivieron en los últimos miles de años del Cretácico. Ese estudio fue publicado hace poco en la revista PlosOne.

Las pisadas serían de hadrosáuridos

Los hallazgos logrados en los areniscos que se formaban en los caudales, han sido reconocidos como pisadas de hadrosáuridos. El estudio detallado de los fósiles demuestra que el rastro de los hadrosáuridos, que eran abundantes en las orillas de los ríos hace unos 65.5 millones de años,desapareció de forma brusca.

Para los investigadores resulta difícil relacionar las pisadas fósiles con una especie en concreto. Es complicado encontrar las huellas junto al dinosaurio que las produjo. En este caso, en la misma formación geológica donde se han encontrado las icnitas, se ha documentado la presencia de dinosaurios hadrosáuridos Arenysaurus en Arén (Huesca) y Pararhabdodon, en Isona (Lleida). Dos buenos candidatos que podrían haber dejado sus improntas en el barro hace 65.5 millones de años en lo que hoy conocemos como los Pirineos.

Recuperan 50 vértebras de la primera cola articulada de dinosaurio en México


El Mundo

Vista general de la cola del dinosaurio. | Afp

Las 50 vértebras completas de la única cola articulada de dinosaurio descubierta en México han sido recuperadas en un yacimiento de Coahuila (norte del país) junto a otros huesos, tras 20 días de trabajo, ha informado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los restos pertenecen a un hadrosaurio o pico de pato con cresta de hace 72 millones de años. Fueron encontrados en mayo de 2005 y se empezó a trabajar con ellos el pasado 2 de julio.

El INAH dijo que en los últimos días se logró recuperar 50 vértebras de la cola unidas entre sí, tal como estaban en su origen, así como huesos de las extremidades y de la cadera, entre otros.

El apéndice, de unos 5 metros y bajo el que se espera encontrar el resto del cuerpo, equivale a la mitad de un dinosaurio cuya longitud total se calcula en 12 metros, comentó Felisa Aguilar, de la INAH y directora de la excavación junto a René Hernández, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La paleontóloga explicó también que la importancia de este esqueleto reside en que es muy raro encontrar este tipo de ejemplares con la mayoría de sus huesos unidos.

La cola fue encontrada en el municipio de General Cepeda, a pocos kilómetros de dos de los yacimientos paleontológicos más importantes de Coahuila.

Será trasladada por partes a un espacio de la cabecera municipal de General Cepeda acondicionado como laboratorio para su limpieza e identificación de los restos, tras lo cual se volverá a armar.

‘Nasutoceratops’: el nuevo dinosaurio narigón y cornudo


El Mundo

FÓSIL | Vivió hace 76 millones de años

Cráneo del 'Nasutoceratops titusi'. | Rob Gaston

Cráneo del ‘Nasutoceratops titusi’. | Rob Gaston

Medía cinco metros de largo, tenía un nariz inmensa y lucía una espectacular cornamenta. Así era el imponente ‘Nasutoceratops titusi’ (que significa ‘narigón de cara cornuda’), el nuevo dinosaurio de la familia de los triceratops que se ha encontrado en el desierto de Utah.

El hallazgo ha sorprendido a sus descubridores, que nunca habían visto un especimen con estos rasgos. «Este dinosaurio nos impresionó por completo. Nunca imaginamos que sería así, hemos encontrado un animal con unas características tan insólitas para este grupo de dinosaurios«, ha explicado el doctor Mark Loewen, paleontólogo de la Universidad de Utah y del Museo de Historia Natural de Utah, en declaraciones a la BBC.

El dinosaurio fue descubierto en 2006, pero se han necesitado varios años para estudiar el fósil con detenimiento. A partir de este detallado análisis, recién publicado en la revista ‘Proceedings of the Royal Society B’, se ha estimado que los restos datan de hace unos 76 millones de años aproximadamente, lo que indica que vivió en la Tierra durante el período Cretácico.

Mina de fósiles

«Los cuernos del ‘Nasutoceratops titusi’ son los más grandes de entre el grupo de los triceratops, con diferencia. Estos se curvan hacia delante y hacia los lados. También sería el dinosaurio de su grupo con la nariz más grande», asegura el doctor Loewen.

El especimen hervíboro de 2,5 toneladas se encontró en una zona que formaba parte de un continente llamado Laramidia en el territorio que hoy es Norteamérica, una zona que se ha convertido en una auténtica mina para encontrar fósiles de dinosaurio en los últimos años.

El ‘Nasutoceratops’ no se encontró solo, sino que también se hallaron restos de otros tipos de dinosaurios con cuernos y carnívoros, lo que indica que convivían todos juntos en un mismo ecosistema.

Eric Laund, investigador y descubridor de la nueva especie considera que «el ‘Nasutoceratops’ es un ejemplo maravilloso de lo mucho que tenemos que aprender con el mundo de los dinosaurios. Quedan muchos fósiles emocionantes por descubrir en este desierto de Utah».

El impresionante cráneo del nuevo dinosaurio se expondrá de manera permanente en el Museo de Historia Natural de Utah.

Nuevos huevos de dinosaurio hallados en Lleida


El Pais

  • El análisis de los estratos de Coll de Nargó eleva a cuatro los saurópodos que utilizaron la zona para nidificar hace 70 millones de años

Ilustración de la puesta de huevos de unos ampelosauros. / J.A.PEÑAS – SINC

El análisis de los restos de huevos de dinosaurios encontrados en el rico yacimiento de Coll de Nargó, en Lleida, ha ampliado el número de especies conocidas que habitaban esa zona hace más de 65 millones de años.

“En el yacimiento se habían encontrado de forma abundante restos de cáscaras, huevos y nidos atribuidos a dinosaurios, y más concretamente a los saurópodos. Hasta la fecha, solo se había reconocido un tipo de huevo de dinosaurio (ooespecie) en esta zona, el correspondiente al dinosaurio Megaloolithus siruguei. Después de analizar más de 25 estratos a lo largo de la formación Tremp, se ha podido identificar un mínimo de cuatro tipos distintos, correspondientes a las especies Cairanoolithus roussetensis, Megaloolithus aureliensis, Megaloolithus siruguei y Megaloolithus baghensis”, ha declarado a SINC Albert García Sellés, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, autor principal de un estudio que publica la revista Cretaceous Research.

Uno de los principales problemas que se encuentran los paleontólogos al estudiar los restos fósiles es determinar la edad de los sedimentos que los contienen. En este caso, los huevos han permitido datar la formación. “Gracias a la asociación de ooespecies encontradas en Coll de Nargó se ha podido establecer que este yacimiento tiene una edad comprendida entre 71 y 67 millones de años”, asegura el experto.

Es especialmente relevante que se hayan encontrado fósiles de Cairanoolithus en esta zona, ya que son los primeros restos de este dinosaurios localizados en la península Ibérica. Hasta ahora solo se había hallado en el sur de Francia, informa la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Según García Sellés, este descubrimiento constituye una nueva prueba de la conexión entre las faunas de dinosaurios de Francia y la península Ibérica hace unos 70 millones de años.

Por otro lado, el hecho de encontrar más de 25 niveles estratigráficos con huevos y nidos es una clara evidencia de que estos grandes dinosaurios herbívoros utilizaron la zona de Coll de Nargó como área de nidificación durante varios millones de años.

“Tal recurrencia de nidos no se había encontrado nunca. Es más, la presencia de varias ooespecies en un mismo nivel indica que distintos tipos de dinosaurios compartieron esta misma zona de nidificación”, concluye el científico.

Una huella de dinosaurio descubierta por un aficionado en un complejo de la NASA


El Mundo

Huella de Nodosauras en el complejo del Centro Espacial Goddard de la NASA.

  • Algunos expertos han verificado el hallazgo de un paleontólogo aficionado
  • La NASA rehúsa revelar de momento el lugar exacto donde ha sido encontrada
  • Se encuentra en el estado de Maryland, donde ya habían aparecido otras huellas

El complejo del Centro Espacial Goddard en Greenbelt (Estados Unidos), en el que trabajan 7.000 científicos, ingenieros y empleados de la NASA, podría albergar la huella de un dinosaurio, según informa el periódico ‘Washington Post’.

Fuentes de la NASA indicaron al diario que, de momento, han dado por válido el hallazgo hecho por Ray Stanford, paleontólogo aficionado que suma otros descubrimientos en la misma zona de Maryland, aunque señalaron que van a contactar con expertos para que confirmen su tesis y busquen en el área si hay más restos fósiles.

La huella encontrada por Stanford, según señala la información, correspondería a un nodosaurus, una especie de dinosaurio anquilosaurio (herbívoro, cuadrúpedo) del Cretácico, con unas características placas dermales óseas que cubrían su cuerpo.

La semana pasada Stanford mostró su hallazgo al profesor de la Universidad Johns Hopkins, David Weishampel, quien asesoró en 1993 al equipo de Steven Spielberg para la película ‘Parque Jurásico’ y es autor del libro ‘Los dinosaurios de la costa este’.

«Me encanta la paradoja», dijo Standford en declaraciones al diario, porque cuando «los científicos del espacio caminan por aquí, caminan por donde este enorme, torpe y pesado dinosaurio acorazado andaba quizá hace 110 o 112 millones de años. Es muy poético».

Por su parte, Weishampel mostró al periódico su escepticismo «como científico», aunque reconoció que, según las pruebas mostradas por Stanford, «parece que es un nodosaurus». La NASA ha pedido al ‘Washington Post’ que no revele el lugar exacto en el que se encuentra la posible huella dentro de las más 514 hectáreas que tiene el complejo.

«No es algo que queramos convertir en una atracción turística en este momento», señaló Jennifer Groman, de la oficina de conservación de la NASA, que se encarga de proteger del paso del tiempo los trajes espaciales, satélites y artefactos de otra época.

Standford, un paleontólogo autodidacta, se ha ganado una buena reputación como buscador de huellas de dinosaurio ya que desde 1994 ha localizado unos 1.400 restos de huellas de dinosaurio y otros fósiles en el Condado de Prince George (Maryland).

Uno de los más notables fue el de una huella de cría nodosaurus propanoplosaurus, que se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Historia Natural de la institución Smithsonian.

Un dinosaurio con plumas y que pesaba más de una tonelada


La Vanguardia

  • Hallados en China tres esqueletos de un ejemplar bautizado como ‘Yutyrannus huali’, «bello tirano con plumas»
 Recreación artística de un grupo de Yutyrannus, el mayor saurio con plumas conocido hasta la fecha Brian Choo - EFE

Recreación artística de un grupo de Yutyrannus, el mayor saurio con plumas conocido hasta la fecha Brian Choo – EFE

Londres. (EFE).- Tres esqueletos hallados en China han revelado que el dinosaurio más grande con plumas pesaba más de una tonelada, era más pequeño que su pariente elTiranosaurio Rex y vivió en el Cretácico inferior, según informa la revista Nature.

Los huesos -encontrados en la provincia de Liaoning (noreste de China)- pertenecieron a un adulto y dos crías, de una especie prima de los grandes tiranosaurios, que un equipo de científicos chinos y canadienses han bautizado como «Yutyrannus huali» («bello tirano con plumas», en una mezcla de latín y mandarín).

Los paleontólogos saben desde hace más de una década que algunos pequeños dinosaurios tuvieron plumas parecidas a las de los pájaros gracias al hallazgo de varios fósiles en esta región china, pero el descubrimiento anunciado hoy indica que existió al menos una especie de gran tamaño que también las tenía.

Mientras que las dos crías debieron pesar alrededor de media tonelada, el ejemplar adulto alcanzó los 1.400 kilos y nueve metros de largo, unas dimensiones que le convierten en el animal con plumas más grande que se conoce, vivo o extinto.

Su tamaño era «considerablemente menor» que el de su primo cercano, el Tiranosaurio Rex, pero cuarenta veces más grande que el mayor dinosaurio con plumas encontrado hasta ahora.

El Yutyrannus distaba mucho de lucir un plumaje como el de las aves actuales; sus plumas «eran simples filamentos y se parecían más a las de un pollito moderno que a las plumas rígidas de un ave adulta», detalló Xu Xing, autor principal del artículo e investigador del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de Pekín.

Los expertos consideran que las plumas cumplían una función aislante, ya que su escasez y el gran tamaño del dinosaurio descartan totalmente que pudiese volar.

Precisamente, el hallazgo de estos esqueletos es importante porque respalda la teoría de que las plumas primitivas pudieron servir como aislamiento en lugar de para volar.

A diferencia de su pariente, el Tiranosaurio Rex, que vivió en una época cálida, el Yutyrannus existió a mediados del Cretácico inferior, un período que se extiende desde hace 145 millones de años hasta hace 98 millones y en el que las temperaturas descendieron, por lo que el plumaje debió servir para protegerle del frío.

El descubrimiento «incrementa considerablemente el espectro de dinosaurios con plumaje de los que tenemos pruebas. Es posible que las plumas estuvieran mucho más extendidas de lo que los científicos hemos pensado hasta hace pocos años, al menos entre los dinosaurios carnívoros», añadió Xu.

Aunque el Yutyrannus comparte varias características con los tiranosaurios más recientes, conserva también rasgos de los más primitivos, como tres dedos en sus extremidades anteriores o la forma del cráneo.