Así eran las espectaculares Termas de Trajano, el gran spa de la Antigua Roma


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  • Una reconstrucción digital desvela la magnificencia del proyecto, construido sobre las ruinas de la Domus Aurea
 La Natatio de las Termas de Trajano, la piscina más grande del imperio romano - ABC

La Natatio de las Termas de Trajano, la piscina más grande del imperio romano – ABC

El mundo se quedó maravillado por la grandiosidad y belleza de las Termas de Trajano, cuando el emperador de origen hispano las inauguró en el 109 d. C. Las termas eran de alguna forma el equivalente de nuestros spa; en realidad, lo eran mucho más, a lo grande, porque la definición latina salus per aquam (spa) significa «salud por medio del uso del agua».

Ahora, por primera vez, se desvela la exacta grandiosidad y magnificencia del monumento construido por orden de Trajano sobre las ruinas de la Domus Aurea, la extraordinaria y asombrosa villa que Nerón se hizo construir, entre el 64 y el 68 d. C., después del incendio que devastó Roma en el 64 d. C. El proyecto de las Termas, cuya construcción duró cinco años, fue de Apollodoro de Damasco, genial arquitecto romano y escritor, que también construyó el Foro Trajano, gozando de la confianza del emperador. La exacta monumentalidad de la gigantesca estructura de baños termales de la antigua Roma ha sido reproducida digitalmente tras cinco años de trabajo por los arquitectos Raffaele Carlani y Stefano Borghini.

Caldarium de las Termas de Trajano- ABC

Caldarium de las Termas de Trajano- ABC

«Lo que más me ha impresionado es la Natatio, la imagen de esa piscina gigantesca, una especie de mar urbano que se abría en el centro de Roma, lo que no tiene precedentes», manifiesta a ABC el arquitecto Carlani. En efecto, esa piscina, la más grande del imperio, con su agua a temperatura natural que ondea en un espacio inmenso, es uno de los espectáculos de las Termas. Raffaele Carlani nos comenta que han trabajado durante cinco años en esta reconstrucción «realizada de forma científica»: «Hemos trabajado durante cinco años, estudiando toda la información sobre las Termas de Trajano, hemos consultado muchísimas fuentes y especialistas y hemos estado en contacto con todos los expertos que trabajan en las excavaciones, como Rita Volpe, arqueóloga de la Superintendencia de Roma». Esos restos arqueológicos se encuentran en el parque del colle Oppio –una de las siete colinas de Roma–; en especial, el pabellón de la Domus Aurea, a tan solo dos pasos del Coliseo.

Las Termas de Trajano constituyeron el prototipo de las termas imperiales. Ocupaban una extensión de cuatro hectáreas, fueron las primeras «grandes termas» de Roma y en su época contaban con el mayor edificio termal existente en el mundo. El complejo medía 330 por 315 metros, con una parte central de 190 por 212 metros.

Como un gran centro comercial

Muchas fueron las innovaciones que después sirvieron de modelo a otras termas, como las de Caracalla y las de Diocleciano. Para una mejor exposición al sol y a los vientos, el Caldarium se ubicaba en un determinado lugar para que contara con la mejor disposición del sol al mediodía y a la puesta del sol. Disponían de ventanas con cristales, abiertas en verano y cerradas en invierno. Hoy puede parecer una nimiedad, pero las vidrieras eran en esa época un lujo que solamente los romanos ricos podían permitirse.

Tepidarium de las Termas de Trajano- ABC

Tepidarium de las Termas de Trajano- ABC

Después de hacer el recorrido clásico (Caldarium-Tepidarium-Frigidarium), salas dispuestas en secuencia, se podía pasar a la gran piscina, situada en el extremo septentrional. En torno a este eje central se distribuían simétricamente todos los demás ambientes, como los vestuarios y gimnasios. Además de los sectores colectivos, había otras numerosas salas destinadas a baños particulares, masajes, cuidados de la belleza, maquillaje y saunas.

Las Termas de Trajano fueron concebidas como una especie de gran centro comercial de extraordinaria belleza en el que nada faltaba: había jardines, fuentes, estatuas, frescos, ricos mármoles, salas de espectáculo, bibliotecas, comedores y tiendas.

De la espléndida reconstrucción realizada por los arquitectos Raffaele Carlani y Stefano Borghini resalta la magnificencia, con mármoles de colores, de impresionantes columnas que te llevan la mirada hacia lo alto, para admirar las amplias bóvedas del techo cubiertas de recuadros con estucos decorados. ¿Hasta qué punto se refleja esta grandiosidad en la reconstrucción que se ha hecho? A esta pregunta, el arquitecto Raffaele Carlani asegura que «la luz y la grandiosidad» son reflejo auténtico de las Termas de Trajano y que el trabajo realizado es «extremadamente científico»: «Nos hemos permitido hacer una reconstrucción detallada, incluso con decoraciones, porque en el largo proceso de trabajo realizado hemos analizado todas las fuentes disponibles de responsables científicos, hemos estudiado otras termas posteriores que se inspiraron en las de Trajano, como las de Diocleciano y Caracalla. Es decir, todo lo que hemos reconstruido tiene una base. No podemos decir que es una reproducción al cien por cien, pero el resultado que hemos obtenido, la imagen que se percibe, está en una dirección justa. El uso refinado de la luz, la imagen de gran riqueza y de esplendor que se aprecian en la reconstrucción están seguramente muy cerca de la realidad». Sobre el arte y riqueza escultórica de las Termas de Trajano puede dar una idea el hecho de que el Grupo del Laocoonte, descubierto en 1506 y hoy conservado en los Museos Vaticanos, se consideraba que formaba parte de estas termas. Algunos estudios recientes parecen excluir esa procedencia.

Frigidarium de las Termas de Trajano- ABC

Frigidarium de las Termas de Trajano- ABC

La grandiosidad de las Termas de Trajano se percibe en algunos de los restos arqueológicos visibles en el colle Oppio. Son pocos, pero imponentes. Por ejemplo, las «siete salas», una enorme cisterna de agua. El emperador construyó el llamado Acueducto Trajano, pero sus grandiosas termas necesitaban mucha agua y no le bastaba con la del acueducto. Por eso hizo construir una extraordinaria cisterna, denominada «siete salas», con una capacidad de más de ocho millones de litros de agua, que todavía se conserva. Estaba formada por nueve ambientes con cúpula.

Juegos de seducción

En este ambiente refinado de las Termas de Trajano, la atmósfera que se respiraba recuerda a los spa actuales, donde se exhiben músculos y cuerpos bronceados, sin que falte a menudo el juego de la seducción. En esa época, hombres y mujeres se mezclaban en las termas, salvo en los vestuarios, que estaban separados.

Pero el trabajo de reconstrucción de las Termas de Trajano no se ha hecho para imaginar mejor cómo podían ser las relaciones de los romanos entre los vapores de las termas, sino por un objetivo histórico importante, según nos comenta el arquitecto Carlani: «Esta reconstrucción es también muy importante para los historiadores, con los que hemos trabajado codo a codo, porque se convierte en un elemento de discusión y debate. Además, se rinde justicia, en un sentido más amplio, al esfuerzo estético que se hacía en estos edificios».


Descubierta la casa más antigua de Roma


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  • Fechada en el siglo VI a.C, es el hallazgo arqueológico más importante de los últimos años y revoluciona el mapa de la Roma antigua
ABC | La planta de la casa era rectangular, con dos ambientes

ABC | La planta de la casa era rectangular, con dos ambientes

El descubrimiento arqueológico más importante de los últimos años revoluciona el mapa de la antigua Roma. Los arqueólogos responsables de las excavaciones afirman que se deberá reescribir la historia urbanística de la Urbe. En óptimo estado de conservación se ha descubierto la casa más antigua de Roma: en el corazón de la ciudad, a tan solo unos metros del palacio del Quirinal, residencia del presidente de la República, entre vía Veneto y la estación de tren Termini, se ha encontrado una vivienda arcaica cuyo origen se remonta al siglo VI a.C., en una zona que siempre se creyó que había sido solo necrópolis y no un área residencial.
La planta de la casa era rectangular, con dos ambientes, un ingreso y probablemente un pórtico, con muros de madera revestidos de yeso de arcilla y cubiertos por un techo con tejas. Las dimensiones de la casa eran de diez metros por tres y medio, con una altura de casi tres metros. El descubrimiento es de gran importancia porque demuestra que hace 2.600 años la antigua Roma era mucho más grande de lo que hasta ahora se creía, según ha manifestado la arqueóloga Mirella Serlorenzi, directora de las excavaciones.
«Este hallazgo excepcional nos obliga a rehacer nuestros conocimientos sobre el desarrollo de Roma en el siglo VI», explica Francesco Prosperetti, superitendente del Área Arqueológica de Roma. Las excavaciones se encuentran en el palacio Canevari, un antiguo Instituto Geológico. El extraordinario estado de conservación de la casa se debe a una serie de circunstancias histórico-urbanísticas: el área pertenecía, hasta el año 1873, al convento de los Carmelitas.
Después fue expropiado, «por utilidad pública», y el edificio se transformó en el Instituto Geológico, permaneciendo intacta la zona arqueológica. Es algo insólito en este área del Quirinal, una de las siete colinas de Roma, porque después de la unidad de Italia, en 1861, se realizó una desmesurada urbanización que hizo desaparecer muchos hallazgos arcaicos.
Actualmente, en el edificio del ex Instituto Geológico se realizaban obras de reestructuración para dedicarlo a oficinas. Pero las excavaciones formarán parte de una especie de museo compatible con la utilización del edificio para oficinas. A pocos metros de la casa arcaica, y conectado con ella, fue descubierto en el 2013 un inmenso templo, con 40 metros de largo y 25 de ancho, del siglo V a.C. Por su posición elevada, todo hace pensar que la casa era habitaba por una familia rica y de alto rango social, seguramente ligada al cuidado del área sagrada, probablemente el custodio.

Una casa «aristocrática»

El valor del extraordinario descubrimiento de esta casa «aristocrática» se ve acrecentado por el hallazgo de una especie de choza con un «suggrundarium», una tumba infantil, porque el niño era sepultado cerca de su familia. Eran los años del sexto rey de Roma, Servio Tullio, etrusco, hijo de una prisionera de guerra, que reinó desde el 578 a.C. al 539 a.C., durante 44 años.

Este descubrimiento confirma que la Roma de esa época monárquica tenía una estructura urbana y social mucho más compleja y amplia de lo que hasta ahora se había imaginado. La leyenda dice que Roma fue fundada por Rómulo y Remo el 21 de abril del 753 a.C. La primera República se declaró en el 509 a C., comenzando un largo periodo de enormes transformaciones en Roma.
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Descubierto un campamento romano de 2.000 años cerca de Jerusalén


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  • El campamento, donde permanecieron 5.000 hombres, es el primero de carácter permanente encontrado en la zona
 JvRP Restos de calle romana de Legio, cerca de la villa de Megido, en Israel

JvRP | Restos de calle romana de Legio, cerca de la villa de Megido, en Israel

Entre los siglos 2 y 3, más de 5.000 soldados pertenecientes a la Legio VI Ferrata, que sirvió a Julio César en la Guerra de las Galias y en las guerras civiles romanas, instalaron su base en un campamento a 90 kilómetros de Jerusalén, el único de la zona destinado a ser permanente. Campamento, de nombre Legio, que no sería noticia de no ser por su reciente descubrimiento.

Según informa The Times of Israel, la excavación del castro, como se conoce a una fortificación militar, ha sido conducido por el Instituto Arqueológico W.F. Albright con la ayuda del Israel Antiquities Authority. «Hablamos de un gran campamento, imperial, de unos 300 metros por 500», concreta Yotam Tepper, codirector de la excavación.

Legio sirvió como refugio y asentamiento a los soldados, situándose muy cercana a la ciudad de Megido. Vivió las revueltas judías, en especial la rebelión de Bar Kojba, en la que los judíos se enfrentaron a los romanos, llegando a aniquilar varios destacamentos.

«Es la primera vez que tenemos la oportunidad de poder entender cómo los militares romanos se organizaban, sobre todo en asentamientos en el Imperio de Oriente”, sentenció Matthew J. Adams, codirector de la excavación y mandatario del Instituto Arqueológico.

Hallado un nuevo pedestal en Los Bañales (Zaragoza)


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  • Los trabajos de excavación en la ciudad romana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza), que dirige el profesor de Arqueología de la Universidad de Navarra Javier Andreu, han descubierto un tercer pedestal que aporta más datos sobre el homenaje a Tiberio.
Foto: EP/UNIVERSIDAD DE NAVARRA

Foto: EP/UNIVERSIDAD DE NAVARRA

En esta ocasión, se trata de un pedestal en el que figuran datos sobre Quinto Sempronio Vitulo. El hallazgo se ha producido en la última semana de la Fase Previa de la VII Campaña de Excavaciones Arqueológicas en Los Bañales y apenas unos días antes de que se incorporen a ella más de treinta estudiantes procedentes de hasta siete universidades distintas de España y Europa, según un comunicado de la Universidad de Navarra.

A finales de mayo, en el transcurso de los trabajos que lleva a cabo la Fundación Uncastillo, por encargo de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, se produjo el hallazgo de un pedestal dedicado al emperador Tiberio entre el verano del año 31 y el verano del año 32 d. C. Dicho pedestal había sido dedicado por un individuo llamado Quinto Sempronio Vitulo, del que aquel documento revelaba su condición de oficial de caballería de una unidad auxiliar del ejército romano no precisada.

La pieza hallada, con siete líneas de texto y apenas dañada en su parte lateral izquierda, muestra el currículum de Quinto Sempronio Vitulo, que fue oficial de caballería en el ala Tauriana (una unidad auxiliar del ejército romano que, probablemente, y gracias a este nuevo documento, podría asegurarse que estuvo en Hispania antes de su traslado a la Galia hacia el año 69 d. C.) y, después, debió partir hacia Germania para actuar como ayudante (subprefecto) del comandante de la cohorte de los Germanos, ‘la cohors Germanorum’.

La referencia a esa unidad auxiliar de infantería constituiría la primera mención a la misma en la documentación epigráfica hispana y una de las más tempranas de cuantas se conocen en el Occidente Romano. El documento abre ahora una serie de interrogantes sobre la identidad de este personaje, su posible procedencia de Los Bañales, su relación con el propio Tiberio y los motivos que le llevaron a querer colocar una serie de homenajes, que debieron obrar junto a otras inscripciones todavía no localizadas, en el foro de esta ciudad romana.

JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA ESTE SÁBADO

Algunas de esas cuestiones serán tratadas en la Jornada de Arqueología que bajo el título ‘Victoria Augusti: aproximación a la imagen del poder imperial de Roma’ la Universidad de Navarra celebrará el próximo sábado, día 4 de julio, en el edificio Central de la Universidad con entrada libre.

Los trabajos de este año en la ciudad romana de Los Bañales son posibles gracias a la Comarca de las Cinco Villas, la Fundación ACS, General Eólica Aragonesa y los consistorios de Layana, Uncastillo, Sádaba y Biota. Este pedestal, junto con el dedicado a Tiberio y el erigido en honor de Lucio César, podrá verse en la Jornada de Puertas Abiertas del yacimiento que tendrá lugar el próximo 26 de julio.

El fraude de los fontaneros en la Antigua Roma


Interesante información.
Un saludo

En un post anterior hablamos de la Cloaca Máxima y de las impresionantes obras de ingeniería  que construyeron los romanos para evacuar las aguas residuales. Hoy me gustaría hacer una mención a los no menos faraónicos sistemas de abastecimiento de agua en las ciudades y de quienes los mantenían, los aquarii  o fontaneros.

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En busca de la huella del imperio romano en Canarias


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  • Todos los indicios apuntan a que esta civilización llegó a las Islas y sus pobladores mantuvieron contactos con los aborígenes
En busca de la huella del imperio romano en Canarias

EFE | Trabajos de excavación en el yacimiento con restos romanos descubierto en la Isla de Lobos en 2012

La excavación arqueológica de un yacimiento descubierto en 2012 en la Isla de Lobos, Fuerteventura, con restos de un posible asentamiento romano ha permitido constatar que el Imperio Romano también se extendió a Canarias.

A raíz de los vestigios encontrados, gracias a que un turista vio el borde de una ánfora romana en la playa de La Caleta (o La Concha), las primeras hipótesis apuntan a la existencia de pobladores del imperio transalpino dedicados a obtener la púrpura -un tinte- a partir del procesamiento de moluscos marinos.

Aunque los investigadores ya han fechado con anterioridad la presencia de restos romanos en otros puntos de Canarias, este yacimiento resulta especialmente llamativo por la diversidad de cerámica encontrada y por la actividad a la que estaría asociada: la extracción de la púrpura para su posterior venta en el Mediterráneo.

Fruto del trabajo de la investigación emprendido desde entonces, la semana pasada un grupo de arqueólogos dio a conocer un nuevo yacimiento en este islote majorero, de unos 570 metros cuadrados de superficie abierta, bautizado como «Lobos 2».

En concreto, se han descubierto restos de ‘malacofauna’ asociados a una gran cantidad de material cerámico romano que confirman la importancia de este enclave como taller de procesado de púrpura para usar como tinte.

No obstante, hace falta investigar más sobre el alcance de los vestigios. Aunque todos señalan en una misma dirección: la existencia de emplazamientos estacionales de los romanos en el Archipiélago canario.

Las primeras dataciones contextuales de los materiales descubiertos así lo corroboran. Esta «factoría» dedicada a la obtención de púrpura podría remontarse a un periodo que va desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo, han explicado los investigadores.

Fragmentos de muros, estructuras habitacionales, más cerámica, todo tipo de utensilios y una lucerna en buen estado de conservación son algunas de las joyas destapadas bajo una montaña de jable (arena). En dos años, han aflorado cinco de estas estructuras habitacionales y moluscos abrasados, entre otros.

Es tal la cantidad de piezas encontradas en el nuevo yacimiento que sus responsables han declinado precisar su lugar exacto para evitar posibles expolios.

La industria de la púrpura

Los tejidos teñidos de púrpura gozaron de gran popularidad en todo el mundo antiguo, desde los fenicios hasta los romanos. Eranconsiderados objetos de lujo y signo de distinción social, hasta el punto de que el propio Estado controlaba su monopolio y se organizaban expediciones comerciales y militares en busca de los productos necesarios para su elaboración.

Establecieron bases en la costa africana atlántica para su extracción y las costas de la denominada Mauritania-Tingitana contaron con una potente industria de púrpura, por lo que debido a su cercanía con Canarias, se podría apuntar como teoría que también la tuvieran las Islas. Y lo que resulta todavía más interesante: los restos vendrían a constatar que los romanos convivieron o mantuvieron contactos con los aborígenes canarios.

En paralelo, la producción de ‘garum’ (una conserva realizada a base de pescado) dio origen a una próspera industria de salazón que comercializaban griegos y romanos. Esto también podría explicar una posible presencia romana en la Isla de Lobos.

Otro de los interrogantes que queda por dilucidar, por ejemplo, es si las túnicas de los emperadores y senadores romanosllegaron a tintarse en Lobos o en la costa africana. Así las cosas, el hallazgo de Lobos se perfila como uno de los yacimientos arqueológicos clave de las Islas si se demuestra su vinculación con el Imperio Romano.

De momento, estas excavaciones se enmarcan dentro de la tercera campaña sistemática realizada en Lobos entre el 28 de octubre y el 19 de noviembre, en la que han participado una quincena de expertos.

Se llevan a cabo a través de un convenio suscrito entre los Cabildos de Fuerteventura y Tenerife llamado ‘Poblamiento y Colonización en las Islas del Atlántico’, y se extenderán durante los próximos tres años.

El equipo científico lo componen alrededor de ocho personas y está dirigido por la directora de la excavación, Carmen del Arco Aguilar, catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (ULL).

Y Cristo resucitó en Cástulo…


El Mundo

Desde la calle, nada presagia lo que esconden las salas de restauración del Museo Arqueológico de Linares (Jaén). Pero sólo el hecho de subir a la segunda planta de la casona palaciega que alberga las joyas arqueológicas, sobre todo iberas y romanas, que han salido en los últimos años de las excavaciones de la antigua ciudad de Cástulo ya asdasdaugura un gran descubrimiento. Los arqueólogos y restauradores recorren los laboratorios empeñados en las piezas que sostienen entre sus manos con la delicadeza que requiere el paso del tiempo. Están deseosos de mostrar al mundo el hallazgo de la última campaña que aún no ha terminado. De pronto, una de las técnicas de restauración aparece ante nosotros portando una caja de plástico de color azul. «Aquí la tenemos», dice sentenciosa. Apoya el cajón sobre una de las mesas de trabajo y levanta la tapa en la que un dibujo ya revela lo que va a aparecer en el interior. Una tela negra en el interior del arcón hace resaltar los grabados, pero lo primero que llama la atención es el maravilloso estado de conservación y lo completa que está la pieza de vidrio que lleva oculta más de 1.600 años, desde la segunda mitad del siglo IV.

Es necesario fijarse bien para percibir que está formada por pequeños pedazos pegados con gran habilidad usando una resina de restauración llamada Paraloid. Pero los puntos de unión no distraen para que la imagen de un Cristo arcaico, imberbe y con estética de filósofo griego, sosteniendo una cruz gemada, emerja con claridad ante todos los presentes. Son apenas 175 gramos de vidrio de unos dos milímetros de espesor. Es una patena, un plato de 22 centímetros de diámetro con una función muy clara en la liturgia del cristianismo: sostener el pan, la metáfora del cuerpo de Cristo, en la celebración de la eucaristía. No obstante, no es una pieza más.

El excelente estado de conservación de una pieza tan delicada ha permitido a los arqueólogos del proyecto Forum MMX, que realiza las excavaciones de la antigua ciudad monumental de Cástulo, recuperar hasta el 81% de la patena original, algo realmente excepcional en piezas de vidrio tan antiguas. Pero, además, el modo de representación de Cristo y la cronología del edificio y el estrato en el que se encontraba la patena evocan la época fundacional del primer cristianismo y prometen remover las cronologías arqueológicas de este tiempo, al menos en la Península Ibérica.

Imágenes de Cristo CARLOS GARCÍA POZO

«Cuando lo encontramos hubo una gran discusión dentro del equipo de arqueólogos», reconoce a EL MUNDO Marcelo Castro, director del proyecto Forum MMX que lleva a cabo las excavaciones en Cástulo. «Teníamos miedo a defender lo que veíamos, porque obligaba a revisar las cronologías del primer cristianismo en España», asegura el arqueólogo.

Pero el hallazgo de la patena ha supuesto un enorme espaldarazo para las hipótesis del equipo dirigido por Castro. Durante las excavaciones en la zona donde aparecieron los vidrios que fueron presentados ayer por la Junta de Andalucía en Linares, varios especialistas mantenían que se trataba de un edificio paleocristiano. «A medio camino entre las catacumbas y casas clandestinas de culto y las primeras arquitecturas cristianas de Roma», explica el director del yacimiento. Pero sólo con las estructuras de piedra no iba a ser fácil defender esa postura ante la comunidad internacional. «Aunque hay que irse a Mesopotamia para encontrar una arquitectura parecida», dice Castro. Sin embargo, la campaña de este verano les ha hecho un regalo de un valor incalculable.

El cristianismo fue una religión clandestina y perseguida durante los siglos II y III. Por ese motivo se extendió en esa época la representación del hijo de Dios a través de alegorías como la figura del pez, cuya palabra en griego era el acróstico de «Jesucristo, hijo de Dios, salvador». No fue hasta el siglo IV, con el edicto de Milán del año 313, cuando al acceder al trono el emperador Constantino -cuya familia se convirtió al cristianismo- legaliza y permite su culto sin cortapisa alguna.

«El hallazgo obligará a revisar las cronologías del primer cristianismo en España», dice Castro

Y, según han podido fechar los arqueólogos de Cástulo gracias al análisis de materiales cerámicos y al estudio de monedas asociadas -una de ellas acuñada en tiempos del emperador Constancio II-, la patena que acaban de presentar al mundo coincide cronológicamente justo con ese momento histórico en el que el cristianismo deja de ser practicado en secreto en catacumbas y casas de culto -‘Domus Ecclesiae’- a espaldas de la sociedad de la época. Es decir, el hallazgo contiene una de las primeras representaciones de Cristo después de la dignificación del culto cristiano, conclusión apoyada por algunos de los mayores expertos del mundo en este tipo de arte como Anastassios Antonaras, del Museo de Cultura Bizantina de Tesalónica (Grecia), Lucía Seguí, de la Universidad de la Sapienza de Roma o Ángel Fuentes, de la Autónoma de Madrid.

De hecho, la propia representación del hijo de Dios imberbe, con el pelo corto y rizado al estilo alejandrino y ataviado con una toga de filósofo, revela una iconografía perteneciente a la época anterior a la estabilización del cristianismo. Y lo mismo sucede con los personajes que le acompañan en la escena tan común en el arte paleocristiano de la ‘traditio legis’, la entrega del mensaje evangélico a los apóstoles Pedro y Pablo. Ambas figuras portan un pergamino -‘rotulus legis’- y también están togados, pero carecen de los caracteres distintivos de ambos apóstoles -la barba y el gallo o la calva- que aparecerán posteriormente con la consolidación definitiva de esta religión.

Tanto es así, que el deán de la Catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas, uno de los mayores expertos en iconografía paleocristiana, recomendó a los arqueólogos, después de examinar la patena hallada en Cástulo, que no atribuyesen esos personajes a Pedro y Pablo por si en la representación arcaica este tipo de escenas se representaban con apóstoles no identificados. El crismón presente en la patena representa el Alfa y el Omega, el principio y el fin, y realza la idea de inmortalidad, realeza y divinidad que se pretendía obtener con este Cristo en majestad. «Yo soy el Alfa y el Omega -dice el señor Dios- el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso» (Libro del Apocalipsis 1, 8).

Imágenes de Cristo 2 Marcelo Castro CARLOS GARCÍA POZO

El otro elemento arcaico de la pieza es el propio material. Tanto la elaboración del plato litúrgico, como el trazo del grabado han llevado a los expertos a pensar que fue elaborada en el taller del puerto de Ostia, en Roma, y no en otros talleres de menor importancia como el de Colonia, del que procede otra de las piezas de similar fabricación expuesta en el Metropolitan de Nueva York.

En los textos de Tertuliano, el único padre de la Iglesia que no fue canonizado, ya se habla de cálices y patenas decorados con la figura del buen pastor en el siglo III. Y en el ‘Liber Pontificalis’, la obra que compila las biografías de los primeros papas, se hace referencia a la presencia de patenas de vidrio durante el papado de Ceferino, en los siglos II y III. Pero una disposición del siglo IV atribuida al papa Urbano I, que ordena cómo tenían que ser los objetos de liturgia, obligó a abandonar la fabricación de cálices y patenas de vidrio, madera o cobre y a utilizar para ello metales preciosos, como el oro o la plata. De nuevo, la pieza hallada en Cástulo se encuentra en un espacio de transición entre el paleocristianismo y la consolidación como la religión de las elites vinculadas al poder.

El mosaico de los amores está a un par de metros del lugar donde apareció la patena

Pero Cástulo es mucho más que un ejemplo del primer cristianismo de la Península Ibérica. «El perfil arqueológico de Cástulo es un tesoro continuo desde la Edad del Bronce hasta el Renacimiento, cuando se abandonó definitivamente la ciudad», como explica Yolanda Jiménez, una de las arqueólogas del proyecto. Apenas se ha arañado un uno por mil de la tierra que cubre esta antigua ciudad amurallada. Pero los tesoros de los primeros siglos de nuestra era que ya han visto la luz en estas excavaciones permiten imaginar la gran urbe que se esconde bajo el promontorio. Cástulo era, a través del río Guadalimar, el último puerto de entrada a la zona desde el Mediterráneo. Y los mosaicos del siglo I que se han descubierto en este rincón de Andalucía desde 2011 dan idea de la potencia económica y el poder político de la ciudad.

El mosaico de los amores, elegido como uno de los hallazgos del año 2012 por ‘National Geographic’, era el suelo de la sede del culto imperial de Domiciano, un emperador autócrata y despiadado condenado al olvido a través de un ‘damnatio memoriae’ emitido por el Senado romano. Quizá por eso las 750.000 teselas de 24 colores traídas desde los confines del imperio hayan llegado casi intactas hasta nuestros días. «A Domiciano le cortaron la cabeza cuando se estaba construyendo el edificio, y tras la condena al olvido, se derribaron los muros sobre el propio mosaico», cuenta Marcelo Castro.

Mientras trabajan los arqueólogos, los visitantes curiosean las excavaciones y escuchan las explicaciones del equipo de Forum MMX. «En lugar de cerrar el yacimiento, hemos establecido un régimen de abierto por obras», cuenta el concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Linares, Daniel Campos. Además, se ha querido implicar a la población local para que se identifique con su pasado arqueológico y cientos de vecinos ya han participado como voluntarios en la excavación. «Queremos que Cástulo se convierta a través del turismo en el motor económico de una ciudad en proceso de desindustrialización», dice Juan Fernández, alcalde de Linares.

Los éxitos recientes se deben en buena parte al trabajo durante más de 20 años del arqueólogo José María Blázquez, catedrático emérito de la Complutense, quien consiguió en los años 70 que se expropiaran las 80 hectáreas de olivar que forman parte hoy del Conjunto Arqueológico de Cástulo. Por eso es él quien firma la primera referencia científica del mosaico de los amores, publicada en la revista Siete esquinas, del Centro de Estudios Linaerenses.

Cástulo es una ciudad que se devora a sí misma. Un lugar donde una joya romana del Bajo Imperio, el mosaico de los amores, y un testigo único del primer cristianismo de la Península Ibérica, una patena de vidrio tres siglos posterior se daban la mano situadas a apenas un par de metros de distancia.

El hormigón romano era mejor que el actual (y menos contaminante)


El Confidencial

Los restos de un antiguo dique romano sumergido en el mar Mediterráneo, en la bahía de Pozzuoli, cerca de Nápoles, ha proporcionado al equipo científico de la Universidad de Berkeley liderado por el profesor Paulo Monteiro las muestras que han permitido a los investigadores analizar, por primera vez, la composición del hormigón que usaba la extinta civilización en sus construcciones, un material que han comparado con el actual para extraer conclusiones significativas.

La primera, que se trataba de una mezcla mucho más resistente, con altas condiciones para durar en el tiempo. Además, la forma en que los romanos fabricaban su hormigón es mucho más ecológica que los procesos mediante los cuales se fabrica en la actualidad el material, cuya base principal es el cemento Portland.

Más allá de la curiosidad histórica del hallazgo, la investigación supone un avance notable. La aplicación real del estudio podría mejorar de forma significativa la calidad de uno de los materiales de construcción por excelencia en la actualidad, y no sólo en términos de su composición sino también en el ámbito ecológico. Según los datos ofrecidos por los científicos en el comunicado mediante la que han difundido su investigación, el 7% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera provienen de la fabricación de este tipo de cemento.

Una composición perfecta

El problema del cemento Portland, según los investigadores, es que en su proceso de fabricación se libera una gran cantidad de dióxido de carbono al calentarse, a más de 1.400 grados centígrados -a través de la quema de combustibles fósiles en la mayoría de los casos, aunque las organizaciones ecologistas tratan de evitarlo- uno de los principales componentes químicos de la mezcla, el carbonato de calcio. Sin ir más lejos, el jueves se llevó a cabo una manifestación en sede del Parlamento navarro contra la incineración en la planta de Cementos Portland en la localidad de Olazti.
Las principales diferencias del hormigón romano, en cuanto se refiere al proceso de combustión, es que su mezcla incluye una cantidad menor de cal y requiere una menor cantidad de combustible, además a una temperatura también inferior, rondando los 900 grados centígrados.
En lo referente a la mezcla, su ingrediente estrella -no secreto-, que ya se utiliza hoy en día, aunque hasta ahora no se había podido conocer su comportamiento a largo plazo, como en las estructuras romanas, son las rocas y cenizas volcánicas, cuyos resultados en las obras de ingeniería en contacto con el agua marina han sorprendido a los investigadores. De hecho, ésa es la parte más relevante de su estudio: la reacción química del hormigón romano en contacto con el mar crea una estructura de enlaces de una gran resistencia.
En ese sentido, los científicos han destacado que las construcciones modernas basadas en hormigón comienzan a dar señales de desgaste a partir de los 50 años, y que están concebidas para durar alrededor de un siglo y medio, un periodo que resulta ridículo en comparación con algunas obras de ingeniería levantadas durante el Imperio Romano, que han resistido miles de años de agresiones químicas, en entornos «tan agresivos como los marinos», ha explicado la profesora Marie Jackson, parte integrante de la investigación.

Puzolana, el sustituto del cemento Portland

Históricamente, se considera a Marcus Vitruvius Pollio, autor del tratado sobre arquitectura De architectura libri decem, como el padre del hormigón sobre el que se construyó el Imperio Romano. Las obras de ingeniería civil de la civilización que dominó Occidente han trascendido la historia, convirtiéndose en ejemplo de admiración para las generaciones posteriores. El hormigón también forma parte de esa leyenda dorada. «Se trata de uno de los materiales de construcción más duraderos, y no nació por accidente. El transporte era básico para la estabilidad política, económica y militar para el Imperio Romano, por lo que la construcción de puertos duraderos era fundamental», añade la profesora Jackson.

En las recetas del propio Vitruvius, y también de Plinio el Viejo, para fabricar el mejor hormigón, existen referencias a las cenizas volcánicas abundantes en la región del golfo de Nápoles, cerca de la localidad de Pozzuoli. El hecho de que no se trata de un componente misterioso lo demuestra que se está utilizando en algunas mezclas actuales, en sustitución parcial del cemento Portland.
El problema es que las cenizas volcánicas no abundan en el planeta, por lo que la vía romana no sería efectiva, simplemente por la escasez de la materia prima, para sustituir la exigente, en términos cuantitativos producción actual de cemento Portland. No obstante, los científicos han comprobado que el  mineral de nombre puzolana, en este caso muy abundante en el mundo, posee propiedades similares a las cenizas volcánicas. Según las estimaciones de los investigadores, su utilización en los procesos de fabricación del hormigón podría cubrir el 40% de la demanda de cemento Portland en el mundo. No es casualidad que la principal fuente de financiación de esta investigación proceda de Arabia Saudita, donde existen grandes excedente de puzolana.

Una resaca de dos mil años


El Pais

  • Hallada en Barcelona una cabeza romana de mármol de Sileno, acompañante del dios del vino

Hallada en Barcelona una cabeza romana de mármol de Sileno. / GIANLUCA BATTISTA

Para resaca la de este Sileno: lleva pasándola unos 2.000 años. Una cabecita de mármol del personaje, tradicional acompañante del dios romano del vino, Baco, y permanentemente embriagado, ha sido hallada en las excavaciones de la villa romana del Pont del Treball Digne, en la Sagrera de Barcelona. El descubrimiento se produjo, muy pertinentemente, en una zona anexa al área donde se han excavado cinco prensas de vino.

La escultura, datada provisionalmente en el siglo II, muestra a un hombre cercano a la vejez, de nariz chata, calvo, con barba y expresión pícara de consumado beodo. Un tipo poco recomendable, vamos. Son claramente las características del mitológico Sileno, hijo de Pan, que según los relatos había criado y educado a Baco (el Dionisio griego) y fue su fiel compañero en los viajes —y francachelas— de este, rodeados de otras gentes tan edificantes como los sátiros o las bacantes. Sileno dio su nombre a toda una especie de seres a su imagen y semejanza, los silenos, a veces difíciles de distinguir de sátiros y faunos. Puede que se trate de uno de estos hijos putativos, toda una tropa.

La pieza viene a añadirse al descubrimiento en julio pasado de otra escultura de mármol, una cabeza precisamente de Baco-Dionisio. Aunque son de escalas diferentes (la de Sileno, a diferencia de la de Baco, más pequeña que el natural), los estudiosos creen que podrían haber formado parte de un mismo conjunto escultórico. La cabecita, aún sucia aunque una pequeña fractura en su base permite discernir el puro blanco marmóreo que yace bajo la pátina de tierra y tiempo, resulta encantadora y llena de viveza y picardía. Parece estar guiñando un ojo y tiene un aire de Bukowski. Su figura se complementaría con un barrigón y pecho y miembros vellosos. Es posible que fuera montado en un asno —en su (permanente) estado (etílico) le era difícil caminar— y sostenido a los lados por dos sátiros, según la iconografía tradicional. Probablemente cargaba su inseparable odre de vino y los atributos del cortejo báquico como el tirso y la guirnalda de hiedra.

El concejal de Cultura de Barcelona Jaume Ciurana hizo ayer los honores en la presentación de este poco recomendable viejo ciudadano. Recalcó que el hallazgo reafirma la importancia para nuestra comprensión de la antigua Barcino de la villa romana de la Sagrera, cuya investigación, pese a estar el yacimiento “tan trinchado” por las construcciones, está deparando muchas felices sorpresas. El responsable municipal de intervenciones arqueológicas, Josep Pujades, detalló las circunstancias del hallazgo, en una zona de vertedero junto al edificio que contenía las presas de vino. No se descarta que puedan aparecer más piezas.

La arqueóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Isabel Rodà, indicó que la de la Sagrera era una villa romana rica y “es lógico encontrar restos escultóricos”. Calificó el nuevo hallazgo de “precioso”, y avanzó que el mármol, “muy fino”, podría proceder de las islas griegas. Ciertamente no se trata de una obra maestra, tipo el sátiro del museo capitolino o el fauno Borghese. “Estas piezas como las de la Sagrera eran obras de repertorio, de calidad, pero no obras de artista”. Rodà la comparó, salvando las grandes distancias, con “los enanitos de jardín actuales”. La datación aún no se ha precisado pero la especialista avanzó que la pieza podría ser de época de Adriano, a principios del siglo II.

Señaló que es “muy tentador” poner en relación las dos cabezas encontradas. “Baco y su séquito es un tema muy habitual en la decoración de las villas romanas”. Recordó que la zona era famosa en la antigüedad por sus vinos, que aunque no eran un falerno y hoy nos parecerían muy discutibles —solían picarse en el transporte por mar y no había forma de tomarlos sin añadirles especies o rebajarlos con agua—, se consumían en todo el mundo romano. La cabeza de Sileno irá al laboratorio municipal de Zona Franca para su limpieza y estudio y su destino final no está decidido aún.

Descubierta una mina de oro romana


EL Pais

  • El yacimiento puede llegar a ocupar 150 hectáreas. Es el primero de estas características que aparece en A Mariña, entre Foz y Barreiros

Zona de Foz donde se ha localizado la mina

Las jornadas micológicas dan a veces frutos inesperados. Sobre todo cuando el amante de las setas sabe leer los mensajes ocultos bajo los montones de piedras y las formas onduladas del terreno, que no acostumbran ser caprichosas. En A Mariña coincide que hay varios de estos aficionados al níscalo y el cantarelo que además son capaces de emocionarse ante un petroglifo, una mámoa o lo que podría parecer el parapeto de un castro.

La última vez, en Foz, cesta de mimbre en mano, lo que creyeron toparse dos de estos vecinos de la comarca lucense fue precisamente eso, un parapeto y el consiguiente foso. Pero pasó que después de este foso se levantaba otro parapeto, seguido nuevamente de un foso, y de otro parapeto y otro foso. Parecía una sucesión eterna. La fortificación semejaba excesiva, imposible, y entonces Manuel Miranda, que era precisamente uno de los dos colectores de setas, se llevó la duda a casa tras la excursión. Y no se le ocurrió mejor cosa, a quien también ejerce de portavoz del colectivo Mariñapatrimonio, que empezar a despejar su intriga repasando la toponimia de la zona.

Rego Grande, Pozo Mouro, Quebradoiro, Cal, Furada, Piego, Meixador, por la banda de Foz. Lagoa, Covas y Carral, ya al otro lado del límite municipal, en el ayuntamiento de Barreiros. “Nos dimos cuenta de que muchas de estas palabras hacían referencia al agua, a las conducciones, a los pozos, y que eso tenía que indicar algo”, explica Miranda. “Cal es canal; Piego es piélago, que en castellano tiene también la acepción de estanque; Meixador es, según algunos estudiosos de la toponimia, un lugar por donde se vierte agua; Carral es, entre otras cosas, un lugar con surcos que recuerdan el rastro de las ruedas de los carros”.

Los miembros de Mariñapatrimonio, un grupo que en el último lustro ha informado a la Xunta de numerosos hallazgos arqueológicos que nadie antes había identificado, comprobaron que aquella extraña estructura de fosos y parapetos encontrada en el lugar de A Espiñeira (Foz) tenía su continuidad en la vecina zona de As Covas, al borde de la ría, en Barreiros. Y descubrieron otros signos, como unos montículos de cantos rodados que bien podían ser murias, las escombreras que dejaban a su paso los romanos después de explotar una mina. Las fotos aéreas que consultaron en Internet no ayudaban mucho. La zona está repoblada con pinos y eucaliptos que apenas dejan ver el suelo desde el cielo. Hasta que, buscando con paciencia, se toparon con imágenes en blanco y negro, del año 56. Ahí la vegetación todavía no había crecido, y el terreno aparecía dibujado de surcos que desembocaban en otros canales más grandes, ladera abajo.

Por entonces, y ya con la sospecha de que aquello se trataba de una mina, habían telefoneado al arqueólogo Santiago Ferrer, uno de los mayores expertos gallegos en yacimientos romanos, que dirige en Bande la excavación del campamento militar de Aquis Querquennis siempre que lo permite el nivel de las aguas (las ruinas duermen buena parte del año sumergidas en el embalse de As Conchas). Según Miranda, cuando le enviaron la vieja foto aérea, la respuesta de Ferrer fue rotunda. No cabía duda de que se trataba de una mina de oro romana, con canales, balsas y depósitos para el lavado y la decantación del mineral. Nadie antes había sospechado que en A Mariña se hubiese extraído oro. Es la primera mina que aparece, y según Mariñapatrimonio, a juzgar por las estampas aéreas, podría alcanzar unas dimensiones enormes: 150 hectáreas de terreno repartidas entre Foz (50 hectáreas) y Barreiros (unas 100). Efectivamente, si así fuese, se trataría del aurífero romano más grande de Galicia, y el único conocido que lavaría el metal precioso no en dirección a un río, sino a una ría.

Pero el arqueólogo, que visitó el lugar con miembros de Mariñapatrimonio y el alcalde de Foz, es cauteloso. Según él, lo que de momento se puede decir de este yacimiento es que se encuentra en buen estado de conservación y que es “novedoso”, porque “nadie imaginaba que pudiera existir”. Miranda añade que esta mina, “una obra de ingeniería bestial”, podría explicar la abundancia de castros en la zona. Alrededor hay registrados 20 asentamientos que pudieron haber surgido para alimentar de mano de obra el filón. Se supone que los técnicos que dirigieron la construcción del complejo sistema de canales y compuertas eran ingenieros de la Legio VII Gemina, es decir, de León. La mina era propiedad de Roma, y los pobladores castrexos pagaban los impuestos al Imperio con su trabajo y las pepitas de oro que con él obtenían.

La actividad pudo llegar a extenderse, como en el resto de las minas romanas, del siglo I al III. “Entonces, todas se abandonaron”, ilustra Santiago Ferrer. “Se cree que en algún momento se dio una fluctuación en el precio del mineral. Bajó mucho y ya no interesaba… No, no fue porque se acabase el oro. El oro todavía sigue estando”.