Zahi Hawass halla una nueva tumba en el Valle de los Reyes


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  • El célebre egiptólogo cree que pertenece a Anjesenamón, la esposa de Tutankamón

Respaldo del trono enchapado en oro de Tutankamón en el que se ve a Anjesenamón con la corona de Gran Esposa Real. – WIKIPEDIA

El egiptólogo Zahi Hawass y su equipo creen haber encontrado en el Valle de los Reyes una nueva tumba que podría pertenecer a Anjesenamón, hija de Akenatón y Nefertiti y esposa de Tutankamón.

Cerca de la tumba del faraón Ay, Hawass encontró cuatro depósitos de fundación que apuntan a la existencia de una tumba hasta ahora desconocida. Es un indicio claro, porque los antiguos egipcios solían hacer cuatro o cinco de estos escondites o agujeros en el suelo que llenaban de objetos votivos, antes de comenzar a construir una tumba.

«Estamos seguros de que hay una tumba allí, pero no sabemos a quién pertenece», señaló el arqueólogo a Live Science en un correo electrónico.

El mapeo tridimensional de la zona realizado entre febrero y mayo bajo la dirección de Gianfranco Morelli con una técnica geofísica de resistividad eléctrica de positrones ERT también reveló anomalías conductoras en la roca donde Hawass ha identificado los depósitos de fundación, según indicó en una entrevista a National Geographic Italia el director de documentales Brando Quicili, coautor junto a Hawass del libro «Enigma Nefertiti».

«El radar detectó una subestructura que podría ser la entrada de una tumba», añadió Hawass.

El famoso egiptólogo, que fue ministro de Antigüedades en el país de los faraones, cree que la tumba podría pertenecer a la joven esposa de Tutankamón que, al quedar viuda en el año 1327 a.C., contrajo de nuevo matrimonio con su abuelo Ay.

La cercanía de esta nueva tumba con la de Ay refuerza esa idea, aunque habrá que esperar a las futuras excavaciones que Hawass dirigirá en el Valle de los Reyes.

La momia de la KV21

A Anjesenamón (o Ankhesenamun) se le ha relacionado con una de las momias reales aún sin identificar de la tumba KV21 que descansan en el Museo Egipcio de El Cairo. El propio Hawass señaló a ABC el año pasado que las pruebas preliminares de ADN apuntaban a que una de ellas, sin cabeza, podría ser la esposa de Tutankamón. Según el célebre arqueólogo, la otra momia sería la de la hermosa Nefertiti, que Nicholas Reeves cree oculta en una cámara tras las paredes de la tumba de Tutankamón.

Quicili subraya, sin embargo, que los análisis de ADN de las dos momias encontradas en la KV21 son «bastante problemáticos» debido a su deficiente estado de conservación. También subraya que con frecuencia las momias se ocultaban en otra tumba para salvarlas de saqueadores.

La tumba recién encontrada está «sin tocar», añade. Qué albergará su interior es un misterio aún por descubrir.

Amon Renef dormía junto al templo del faraón


El Pais

  • La misión que dirige la sevillana Myriam Seco halla un hermoso enterramiento anexo al santuario de Tutmosis III en Luxor
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Ataúd de cartón pintado hallado en el templo de Tutmosis III, en Luxor (Egipto).

Mientras en Egipto la atención mediática se centra en los misteriosos espacios desconocidos de la Gran Pirámide y en la tumba de Tutankamón, sin que acabe de hacerse luz sobre ellos, el paciente y a menudo silencioso trabajo de los arqueólogos continúa en los yacimientos que se extienden por todo el país. Esa labor meticulosa produce descubrimientos que hacen avanzar el conocimiento científico del Antiguo Egipto y a veces también hallazgos espectaculares. Es el caso del enterramiento hallado por la misión que dirige la egiptóloga sevillana Myriam Seco en el yacimiento del templo funerario de Tutmosis III en la gran necrópolis tebana, en la orilla oeste del Nilo en Luxor.

En el exterior del muro perimetral del templo del poderoso faraón guerrero (conocido como “el Napoleón egipcio”), en la zona sur, los arqueólogos han excavado en un pozo de poca profundidad un nicho que albergaba un sarcófago de madera en cuyo interior se encontraba la momia dentro de un hermoso cartonaje antropomorfo, un ataúd de cartón pintado. El sarcófago, atacado por las termitas, presentaba graves daños en su parte central y no ha podido ser recuperado en su totalidad, ha explicado a este diario desde Luxor Myriam Seco. Sin embargo, el cartonaje “se encuentra en buen estado de conservación y permite observar bellas imágenes dotadas de un impresionante colorido”.

Los científicos han identificado en el cartonaje y en los restos del sarcófago el nombre y el título del personaje que fue enterrado: el funcionario Amon Renef, Sirviente de la Casa Real. Estudios preliminares sitúan el enterramiento a comienzos del Tercer Periodo Intermedio, en torno a los siglos XI o X antes de Cristo.

Entre los elementos religiosos y simbólicos que presenta el ataúd de cartonaje policromado figuran el disco solar y la cobra, las diosas protectoras Isis y Neftis con las alas desplegadas, los cuatro hijos de Horus, que custodiaban las vísceras del difunto, y halcones protectores con las alas también desplegadas.

En cuanto a la momia, “la estudiaremos la semana próxima con escáner y rayos X para identificar sus rasgos físicos y tratar de dilucidar la causa de la muerte, así como determinar si lleva joyas y amuletos”. El enterramiento no incluía más ajuar que el sarcófago de madera y el cartonaje policromado.

El hallazgo se enmarca en la novena campaña de trabajos en el templo de Tutmosis III que persigue el doble objetivo de rehabilitar el recinto –dejado de la mano de Dios durante mucho tiempo- para hacerlo inteligible y mostrar su esplendor original, y excavar el área, que está llena de tumbas de pozo correspondientes a diferentes periodos.

“Sabíamos que el templo fue construido sobre una necrópolis anterior, del Reino Medio, con gente de alto rango social”, ha explicado Seco. “hace dos años encontramos otra necrópolis junto al muro norte, correspondiente a gente humilde, también anterior a la edificación del templo. Y al final de la temporada pasada, al oeste del recinto, dos tumbas de época tardía. Ahora aparece esto, al sur, que demuestra que una vez el templo quedó abandonado y en ruinas y se siguió usando como necrópolis”.

El yacimiento, subraya Seco, ha demostrado, como se ve, poseer una riqueza arqueológica extraordinaria, que abarca un arco cronológico superior a los 1500 años y aporta materiales e informaciones de las dinastías XI, XII, XVIII y XIX, así como de principios del Tercer Periodo Intermedio y la Época Baja. La misión, fruto de la cooperación entre el Ministerio de Antigüedades Egipcio y la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, la financian la Fundación Botín, el Banco de Santander, Cemex y Cajasol.

Sobre la situación actual en Luxor, Myriam Seco dice que parece mejorar el turismo. “Se mueve algo, y hay más esperanza. Vemos pasar más autocares”. En cuanto a las misteriosas cámaras secretas de la tumba de Tutankamón –en el Valle de los Reyes, cerca de donde trabaja la egiptóloga-, “no parece haber novedades, la investigación está paralizada, pero dará que hablar”.

El puñal de Tutankamón es extraterrestre


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  • Científicos italiano y egipcios confirman que la hoja de hierro procede de un meteorito
Puñal de hierro encontrado junto a la tumba del faraón Tutankamón (Getty Images)

Puñal de hierro encontrado junto a la tumba del faraón Tutankamón (Getty Images)

Los amantes de la egiptología celebran estos días un nuevo hallazgo para alimentar las más curiosas teorías sobre el conocimiento que tenían los antiguos egipcios. Un grupo de investigadores internacionales han anunciado en un artículo publicado en la revista Meteoritics and Planetary Science que uno de los dos puñales encontrados junto a la tumba del faraón Tutankamón llegó directamente del espacio o, lo que es lo mismo, proceden de un meteorito.

El origen del hierro de los puñales siempre había sido objeto de misterio y, por lo tanto, de investigación desde que se encontró la tumba del joven faraón en 1922. Los antiguos egipcios consideraban el hierro un metal mucho más valioso que el oro, ya que, no disponían de minas y no habían desarrollado una cultura de tratamiento de es metal como en otras culturas antiguas. Por ello, la hoja del puñal es un ejemplo de manufactura impecable y, teniendo en cuenta el alto nivel de su joven dueño, un objeto escaso y de alto valor.

A través de un análisis utilizando la técnica de la fluorescencia a rayos X, el grupo científicos italianos y egipcios han confirmado que la composición de ese hierro tiene concentraciones distintas de cobalto y níquel a un porcentaje típico en el hierro procedente de meteoritos, a diferencia del hierro de fundición.

El estudio también confirma que el hierro -expuesto en el Museo de El Cairo- fue cuidadosamente tratado, lo que ratifica el alto nivel de los antiguos egipcios en el trabajo del hierro.

Descubren que el faraón Tutankamón pudo alimentarse del pecho de su propia hermana siendo un bebé


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  • Una nueva investigación basada en los hallazgos de la tumba de su supuesta nodriza afirma que el «rey niño» fue amamantado por una familiar

v0_masterEl famoso «rey niño» Tutankamón copa desde hace algunos meses las portadas de todos los periódicos por múltiples causas. La más famosa es la posibilidad de que, en su tumba, se encuentren escondidos los restos de su madre, Nefertiti, en una cámara secreta desconocida hasta ahora. Sin embargo, hace menos de un mes también volvió a saltar a las noticias después de que, tras analizar la tumba de Maya (su presunta nodriza) se descubriese una vasija cuyas inscripciones desvelan que la fallecida era realmente su hermana Meritatón.

En la pieza de cerámica, a su vez, se puede ver una pintura que muestra como Meritatón amamanta a un bebé durante un entierro. Las características de la misma han hecho pensar al ministerio de Antigüedades de Egipto que aquel niño era Tutankamón, lo que implicaría que su propia hermana dio el pecho al niño durante su infancia. Esta afirmación ha sido explicada por la propia entidad gubernamental en su página de Facebook y, posteriormente, ha sido replicada por varios medios como la revista especializada «Live Science».

La vasija de la discordia

En palabras del ministro de Antigüedades egipcio, Mamdouh Eldamaty, este descubrimiento se ha realizado durante las labores de limpieza y análisis de la tumba de Maya que se han llevado a cabo en las últimas semanas antes de la apertura al público de la misma. Esta tumba fue descubierta en 1996en Saqqara -un cementerio ubicado a 30 kilómetros de El Cairo- y, según creían los expertos, albergaba los restos de la nodriza de Tutankamón,Maya. Sin embargo, durante la preparación de la estancia para la exposición, los expertos han hallado una vasija con una inscripción real que cambiaría todo lo que se barajaba hasta ahora.

En la misma se sugiere, en primer lugar, que Maya no era la sólo la nodriza privada del rey, sino la medio-hermana del «rey niño». «Maya no es otra que la princesa Meritatón, la hermana o media hermana de Tutankamón y la hija de Akenatón y Nefertiti», ha señalado Alain Zivie, descubridor de la tumba y director de la misión arqueológica en Saqqara. A su vez, en la vasija fue dibujada una escena en la que (durante el entierro de Meketatón, una de las hijas de Akenatón -padre de Tutankamón-), una joven aparece dando el pecho a un bebé. Atendiendo a las característica de la pintura, el galo y sus expertos consideran que es muy probable que la figura femenina sea la joven y, el niño, el futuro faraón.

Zivie cree, además, que la tumba alberga multitud de pistas que corroboran esta teoría. «Los grabados muestran a Maya sentada en el trono real, y él está sentado sobre ella. Lo extraordinario es que son muy similares. Tienen la misma barbilla, los ojos, los rasgos de la familia», determina. El nuevo hallazgo ayudará a los investigadores a reconstruir la historia del rey Tut, quien asumió el trono alrededor de los 10 años y gobernó Egipto desde 1332 a 1323 a.C. Con todo, esta sigue teniendo multitud de intrigas. La primera de ellas es quién fue su madre. Y es que, aunque varias genéticas han identificado a Akenatón como su padre, el nombre de la progenitora sigue siendo difícil de corroborar al 100%.

La máscara dorada de Tutankamón recupera su esplendor


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  • La pieza regresa al Museo Egipcio de El Cairo tras ocho semanas de restauración. Ahora los egiptólogos investigan si la máscara estaba destinada a Nefertiti
 La máscara de Tutankamón, de nuevo en el Museo Egipcio de El Cairo - AFP

La máscara de Tutankamón, de nuevo en el Museo Egipcio de El Cairo – AFP

Pocos sentirán alguna vez la expectación, el aire contenido o el temblor de manos que debió sentir Howard Carter cuando el cincel y luego las manos de su equipo levantaron la tapa del sarcófago de Tutankamón y descubrieron su momia, con la cara cubierta por una fastuosa máscara funeraria. La pieza, de 11 kilos de oro y con incrustaciones de piedras semi preciosas, se convirtió con el paso de los años en el objeto estrella del Museo Egipcio en El Cairo, visitado por miles de personas al año. Hoy, tras un proceso de restauración de ocho semanas, la máscara dorada vuelve a recibir a los visitantes, «coronando la colección de objetos del pequeño faraón» de nuevo en su urna del Museo Egipcio, declaró ayer en El Cairo el ministro de Antigüedades egipcio, Mamdouh El Damaty.

En verano de 2014, durante unas obras para renovar la iluminación del edificio, un golpe desprendió la perilla de la figura, de más de 3.000 años de antigüedad. Temerosos, trabajadores del museo decidieron pegarla de nuevo de forma algo rudimentaria, utilizando un pegamento «epoxy» antes de que se detectara el accidente. No lograron esquivar el escándalo: el intento de arreglo fue tan burdo que colocaron la barba del faraón ligeramente hacia a la izquierda y dejó parte del pegamento a la vista.

Al inicio de la restauración, financiada por Alemania, se temió que el daño fuera irreversible dada la agresividad del «epoxy», resina que penetró en la barba de la máscara y que no es soluble, por lo que los usuales métodos de restauración resultaban inútiles. El primer reto –explicó en rueda de prensa el director del equipo egipcio-alemán de restauración, Christian Eckmann– fue separar ambas piezas, para lo que utilizaron pequeñas varillas de madera con las que cuidadosamente rasparon durante cuatro semanas el pegamento, tras calentar ligeramente la resina.

Según contó el restaurador, «las varillas de metal quedaron descartadas para no dañar el oro de la máscara». Una vez separadas, el equipo retiró del interior de la barba las distintas capas de pegamento utilizadas desde que en 1946 se pegó por primera vez y que habían penetrado en la barba hueca.

Finalmente y tras un delicado proceso, devolverla a su lugar, pero «de manera reversible», el principio básico de toda restauración, añadió Eckmann. Con cera natural de abeja –fácil de eliminar si fuera necesario–, el equipo germano-egipcio colocó la perilla de nuevo en la barbilla del faraón mediante un tubo interno, también de oro, que unía ambas piezas.

Los misterios de la máscara

Sin embargo, no es la perilla del pequeño faraón lo que atrae ahora la atención de los egiptólogos, sino sus orejas perforadas. Según hipótesis del investigador británico Nicholas Reeves, que actualmente busca la tumba de Nefertiti tras las paredes de la cámara funeraria de Tutankamón, el hecho de que la máscara cuente con lóbulos perforados para pendientes indica que estaba pensada para ser llevada por una mujer. Y esa mujer, insiste Reeves, podría ser Nefertiti, la hermosa madrastra del faraón.

La repentina muerte de Tutankamón tras un brevísimo reinado forzó a que se reciclaran para él la tumba y el ajuar destinado a otra persona, probablemente alguien cercano al monarca. Con la vista fija en las paredes norte y oeste de la tumba descubierta por Carter en Luxor, Reeves defiende que esa máscara fue diseñada para la hermosa reina Nefertiti y luego reutilizada por su hijastro. A las orejas perforadas, «típicamente femeninas» durante la XVII Dinastía, añade que el cartucho con el nombre de Tutankamón fue superpuesto encima de un nombre anterior. «Es Nefertiti», insiste el egiptólogo.

 

Reabre la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes tras la restauración


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  • La visita al sepulcro será gratuita mañana por la festividad de la localidad de Lúxor

 

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La tumba del faraón Tutankamón fue reabierta al público tras un mes en el que fue sometida a labores de restauración, informó hoy la agencia oficial egipcia de noticias, MENA. Según la agencia, la reapertura se produjo ayer, tras el anuncio del ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati, que añadió que la entrada a la tumba será gratuita mañana, durante la jornada del 4 de noviembre, con motivo de la celebración del día nacional de Luxor (sur), donde se encuentra el sepulcro.

Las obras de restauración y mantenimiento incluyeron un cambio del suelo, por lo que la momia de Tutankamón fue trasladada a una de las cámaras laterales de la tumba.

La fecha de la fiesta nacional de Luxor fue recientemente cambiada del 9 de diciembre al 4 de noviembre para hacerla coincidir con el aniversario del descubrimiento de la tumba por parte del arqueólogo británico Howard Carter, que vislumbró el sepulcro ese mismo día del año 1922.

El sepulcro está ubicado en el valle de los Reyes, en la ribera oeste del río Nilo, frente a la ciudad monumental de Luxor, a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo.

Tutankamón murió joven, tras un breve reinado entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente, pero fue el descubrimiento de sus tesoros intactos lo que hizo que se desatara una fiebre por la egiptología.

El pasado agosto, el experto británico Nicolas Reeves declaró que el sepulcro de la reina Nefertiti podría hallarse en la misma cámara funeraria de Tutankamón.

El 22 de octubre, la Comisión Permanente de Antigüedades de Egipto anunció que aprobaba el uso de radares en la tumba del «faraón niño» con el objetivo de confirmar o no las pesquisas de Reeves.

Está previsto que esos trabajos lleven a una conclusión clara antes de finales de año

 

Egipto permitirá el examen de la tumba de Tutankamón en busca de la sepultura de Nefertiti


El Mundo

  • CIENCIA -Anuncia que la momia del faraón no será sometida a nuevos análisis
  • Egipto permitirá el examen de la tumba de Tutankamón en busca de la sepultura de Nefertiti
  • Aunque las autoridades no creen que esté enterrada en la tumba del faraón niño del Valle de los Reyes, permitirán al egiptólogo británico Nicholas Reeves comprobar su teoría
Algunas de las pinturas que decoran la tumba de Tutankamón.EL MUNDO

Algunas de las pinturas que decoran la tumba de Tutankamón. EL MUNDO

Escépticas pero dispuestas a desentrañar el enigma de la tumba de Nefertiti. Las autoridades egipcias han anunciado que permitirán al egiptólogo británico Nicholas Reeves viajar al país árabe y comprobar in situ su teoría de que la esquiva esposa de Ajenatón yace enterrada en la tumba de Tutankamón, en los confines del Valle de los Reyes (Luxor).

El ministro de Antigüedades egipcio Mamduh el Damati ha revelado que, tras una larga conversación telefónica con el académico, le ha invitado a visitar la tierra de los faraones a mediados de septiembre. Su hipótesis será evaluada entonces por un grupo de arqueólogos locales y extranjeros. «Se organizará un debate entre los participantes», ha precisado El Damati al diario estatal Al Ahram.

El ministro ha reconocido, no obstante, que no cree en las elucubraciones de Reeves y se decanta por la posibilidad de que la reina cuyo busto fijó nuestro canon de la belleza faraónica se halla enterrada en Tell el Amarna, la ciudad fundada por Ajenatón a mitad de camino de Tebas y Menfis y dedicada al culto a Atón.

«A partir de los resultados del debate, Reeves y el grupo llevarán a cabo una visita para inspeccionar el interior de la tumba de Tutankamon en Luxor en un intento de probar su teoría», ha indicado El Damati. Los resultados del examen serán anunciados en una rueda de prensa internacional. Hasta entonces el ministerio «no publicará ningún comunicado oficial relacionado con la teoría».

En una entrevista a EL MUNDO, el egiptólogo británico reconoció haber contactado con las autoridades para lograr el cotizado permiso y demostrar su tesis. «De momento solo podemos especular sobre quién y qué podría hallarse en esas estancias. El primer paso sería inspeccionar el lugar con radar, que determinará si hay realmente agujeros. Si los hay, tendremos que planear el próximo paso con sumo cuidado», detalló.

Sus cábalas, publicadas hace unas semanas por la revista del Amarna Royal Tombs Project han desatado una notable expectación. «Mi hipótesis es que nos encontramos ante una tumba dentro de una tumba. El enterramiento de Tutankamón se habría realizado en la parte exterior de una sepultura que ya existía y que se habría adaptado para tal fin. De ser así, habría un segundo enterramiento en los lugares más recónditos de la tumba», señaló a este diario. La inquilina de ese segundo enterramiento sería Nefertiti (1370-1330 a.C.).

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El análisis de estas imágenes de la tumba permitió a Nicholas Reeves ver detalles con los que ha desarrollado su teoría.

«Ciertos rasgos estilísticos en la decoración de la pared norte, que dataría del enterramiento original y sería anterior a las pinturas del resto de muros, son una reminiscencia de Nefertiti», agregó quien en los últimos meses buscó pesquisas rastreando las fotografías en alta resolución tomadas por la organización Factum Arte que sirvieron para elaborar en su taller madrileño la réplica exacta de la tumba de Tutankamón, expuesta desde el pasado mayo en los aledaños de la casa de Howard Carter en Luxor.

A partir de las huellas localizadas en los muros, el experto esbozó incluso un mapa con las zonas que habrían permanecido ocultas desde que en 1923 Carter descubriera la sepultura. En principio, habría dos nuevas estancias: una cámara lateral debajo de la decorada pared oeste de la cámara funeraria y una prolongación de la tumba más allá del muro norte. En el primer caso, la puerta conduciría a un almacén contemporáneo al resto de lo ya hollado. En el segundo, el pasaje llevaría hasta la buscada cámara funeraria de Nefertiti.

NO MÁS ANÁLISIS A LA MOMIA DE TUTANKAMÓN

El lugar de descanso de Nefertiti no es la única polémica que recorre estos días el país árabe. Precisamente ayer las autoridades aclararon que no van a someter a la momia de Tutankamón a nuevos estudios después de que hace un lustro los análisis de ADN determinaran que era hijo de Ajenatón, el faraón que impulsó el monoteísmo, y desvelaran que falleció prematuramente a los 19 años de edad por la malaria y una enfermedad ósea que le fue reduciendo la movilidad. Asimismo, las autoridades anunciaron en un comunicado que los restos del «faraón niño» serán traslados a una estancia lateral de su tumba en un ataúd realizado expresamente para evitar daños en la mudanza.

Demuestran que los faraones mantenían relaciones sexuales con miembros de su familia


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  • Un estudio ha demostrado la existencia del incesto en el Antiguo Egipto en base a la altura de más de dos centenares de momias
Archivo ABC El incesto hizo que los fraones fueran considerablemente más altos que los plebeyos de la época

Archivo ABC
El incesto hizo que los fraones fueran considerablemente más altos que los plebeyos de la época

Desde bastante antes de que Howard Carter descubriera la tumba de Tutankamón en 1922, ya eran muchos los expertos que hablaban de los faraones y las relaciones sexuales que se producían en el Antiguo Egipto entre los miembros su familia. Se podría decir, por lo tanto, que no es un tema novedoso. Sin embargo, una nueva investigación realizada por la Universidad de Zurich ha logrado corroborarlo finalmente de manera científica al establecer que la altura de una parte de las momias que se conservan en la actualidad se vio alterada por el incesto.

Así lo ha afirmado el profesor Frank Rühli (uno de los principales artífices de la investigación), a «Discovery News», cadena que se ha hecho eco del estudio publicado en la revista especializada «American Journal of Physical Anthropology». En el mismo medio de comunicación, el experto ha señalado además que estas relaciones antinaturales se sucedían debido a que los faraones creían haber sido enviados por los dioses y, en determinados casos, no estaban dispuestos a yacer con una mortal. Por ello, veían el incesto como una forma de mantener su sangre y linaje limpios.

Un estudio de altura

Para llegar a esta conclusión, Rühli y su equipo (del Instituto de Medicina Evolutiva en la Universidad de Zurich) estudiaron 259 momias, todas ellas de miembros de la realeza de la época. Con todo, y debido a que no les fue permitido analizar los restos debido a que son celosamente guardados por los museos, se propusieron establecer la altura de los fallecidos y compararla con la de los plebeyos de entonces.

«Tras terminar las mediciones, nos percatamos de que la altura de los faraones cambió menos a lo largo del tiempo que la de los plebeyos. Eso es un indicador de consanguineidad», destaca Rühli en declaraciones recogidas por la cadena anglosajona. A su vez, el equipo de investigadores determinó que estos dirigentes (en el caso de los hombres) eran más altos que los plebeyos. La talla de las reinas, por su parte, no variaba demasiado con respecto a la de sus contemporáneas «pobres»

Concretamente, Rühli ha establecido que la diferencia radicaba en unos 5 centímetros en el caso de los hombres. Y es que, mientras que la altura media de un plebeyo entre los años 2925 y 1070 a.C. era de 1,61 metros, la de los miembros de la alta realeza era de 1,66 metros. En el caso de las mujeres sin dinero de la época destaca que su talla media era de 1,57 metros, mientras que la de las reinas era de 1,56. De entre todas momias estudiadas cabe reseñar la de Ramsés II, el faraón de más envergadura al contar con 1,73 metros.

25 años enamorados del Antiguo Egipto


El Mundo

Caja de madera con la diosa Wadyet hallada en Asuán. | Alejandro Jiménez/J. L. Martínez

Hace ya un cuarto de siglo 16 soñadores unieron sus fuerzas y los escasos medios de los que disponían para fundar la Asociación Española de Egiptología (AEDE). Una organización desde la que coordinar los proyectos de estudio del país que tanto les fascinaba y al que, en comparación con otros países europeos, España llegó bastante tarde. De hecho, hace ya 90 años -se cumplieron el pasado 4 de noviembre- que el británico Howard Carter encontró en el Valle de los Reyes la tumba del joven faraón Tutankamon.

A lo largo de los últimos 25 años, y poco a poco, la AEDE ha contribuido a hacer posible las excavaciones de arqueólogos españoles en Egipto, en particular de aquellos que cuentan con menos ayudas. «Las dificultades iniciales fueron vencidas. Trabajaron en su tiempo libre, y paso a paso fueron creciendo», recordó Rosa Pujol, actual presidenta de esta asociación que acaba de soplar las velas de su 25 cumpleaños. Para festejarlo, se dieron cita en Madrid hace unos días egiptólogos de la talla de las doctoras Hourig Sourouzian y Salima Ikdram y el doctor Mohamed el Bialy. Junto a sus colegas españoles María del Carmen Pérez Die, José Manuel Galán, Myriam Seco y Alejandro Jiménez ofrecieron tres jornadas de charlas sobre el estado de las excavaciones y los trabajos de restauración en algunos yacimientos emblemáticos.

«Todos los que estamos aquí amamos Egipto. Cada viaje, cada estancia, cada momento nos descubre cosas nuevas. Ocupa un lugar único en la imaginación», apuntó durante el acto la egiptóloga Pérez Die, fundadora de la asociación y titular del carné de socio número uno.

‘En la asociación se ha sabido conjugar la ciencia y la disciplina egiptológica con la divulgación’

«Creamos la asociación porque en ese momento había una necesidad, un sentimiento generalizado de que faltaba», recordó Pérez Die. La conservadora del Museo Nacional de Arqueología expuso durante su conferencia los últimos resultados y las perspectivas del Proyecto Heracleópolis Magna (actual Ehnasya el Medina), un yacimiento en el que los que españoles comenzaron a trabajar en los años 60 y que ha servido como escuela a muchos de nuestros arqueólogos.

«En la AEDE se ha sabido conjugar la ciencia y la disciplina egiptológica con la divulgación, y se ha convertido en una referencia de la egiptología española. Hemos podido demostrar durante todo este tiempo lo que somos capaces de hacer. Pero hay que decirlo, porque es justo, que mirando de donde partimos el recorrido hasta llegar al día de hoy ha sido largo y meritorio. Personalmente puedo decir que estoy muy contenta y satisfecha», añadió Pérez Die.

No obstante, Rosa Pujol, presidenta de la AEDE, echa en falta una mayor colaboración entre la organización nacional y las pequeñas asociaciones que han surgido en nuestro país: «En España nosotros somos un poco los decanos pero está bastante atomizado. Hay muchas asociaciones pequeñas que han preferido abrir sus sedes, en Andalucía, en Murcia, en Castellón, en Baleares… en todas partes. Por supuesto, están en su perfecto derecho de tener su asociación local, aunque a mí me da un poco de pena que sea así. Echo de menos que realmente fuéramos una asociación española pues, aunque mantuvieran su carácter local, si estuviésemos juntos y más unidos seríamos más fuertes», señala a este diario.

Por lo que respecta al interés que hay en nuestro país sobre el estudio de esta fascinante civilización, Rosa Pujol diferencia entre la egiptología y los temas relacionados con el esoterismo. «Vende mucho lo relacionado con Egipto, los libros que hablan de los misterios, de los enigmas, de las maldiciones de las pirámides. Estos temas atraen mucho a la gente, aunque la egiptología científica a la que nosotros nos dedicamos es otra cosa«, aclara.

España en Egipto

«Nosotros no hemos sido un país excavador, como los ingleses o los alemanes. Hemos empezado muy tarde, aunque tenemos siete u ocho excavaciones muy importantes. Se está reconociendo la egiptología española», asegura.

Precisamente en 2009, el Museo Egipcio del Cairo dedicó una de sus exposiciones temporales a repasar los principales hallazgos de los arqueólogos españoles. Una aportación que comenzó el diplomático Eduardo Toda, que en 1884 fue nombrado Cónsul General de España en el país árabe. La tumba del artesano Sennedjem (que data del siglo XIII a.C.) fue el primer gran hallazgo de la egiptología española. Eduardo Toda la descubrió en 1886.

Cabeza en madera hallada en la necrópolis de Qubbe el Hawa.| J. L. Martínez.

«Poco a poco vamos abriéndonos camino. Pero cuesta trabajo», señala Rosa Pujol. Los arqueólogos españoles trabajan tanto en excavaciones lideradas por nuestro país, como forman parte de proyectos internacionales. Es el caso del plan de recuperación de los colosos de Memnón y del Templo de Amenhotep III en Luxor (antigua Tebas). La directora de este proyecto, Hourig Sourouzian, elogió durante su conferencia el trabajo de los siete arqueólogos españoles que forman parte de su equipo.

Entre las excavaciones en las que la AEDE ha participado figura la que llevan a cabo investigadores de la Universidad de Jaén en la necrópolis faraónica de Qubbet el Hawa, en Asuán, dirigida por Alejandro Jiménez Serrano.

«El apoyo que la Asociación Española de Egiptología nos brindó y nos sigue brindando es primordial. Fue la primera organización en patrocinar el proyecto Qubbet el Hawa,y lo hace de forma desinteresada y sin ninguna contraprestación«, explica Juan Luis Martínez de Dios, arqueólogo en las excavaciones de este proyecto, que hasta el momento ha realizado cuatro campañas de investigación. La próxima, se desarrollará entre enero y febrero de 2013.

Asimismo Martínez destaca la aportación económica que reciben del Gobierno español: «Por el momento, somos el único proyecto multidisciplinar I+D+I que España está desarrollando en Egipto y la apuesta gubernamental se verá recompensada en los próximos meses en forma de importantes anuncios de descubrimientos, que por el momento no podemos adelantar. El proyecto Qubbet el Hawa se convertirá así en uno de los más importantes proyectos españoles de investigación en el exterior», asegura a través de un correo electrónico.

Para el investigador resulta difícil señalar los hallazgos más destacados del proyecto en el que participa y que lidera el profesor Alejandro Jiménez: «Sin duda la propia arquitectura de la tumba QH-33, su configuración y particular estado de conservación, así como su gran puerta de acceso, hace que nos sorprenda de forma grata en cada momento aun conociendo la estructura general de las tumbas de Reino Medio en Qubbet el Hawa. Respecto a los hallazgos de muebles destacaría mesas de ofrendas, estelas, fragmentos de sarcófagos y determinadas cerámicas con inscripciones que aportan información directa». Por lo que respecta a su pieza favorita, Martínez elige «una representación de cabeza humana realizada en madera, que formaría parte de un ataúd». El resto esperan encontrarlo en las próximas campañas.

El arqueólogo José Manuel Galán en la tumba de Djehuty. | José Latova Fernández-Luna

El arqueólogo José Manuel Galán en la tumba de Djehuty. | José Latova Fernández-Luna

También es bien conocido el proyecto Djehuty, del CSIC, que desde hace más de una década lidera José Manuel Galán. En Luxor se encargan de excavar y restaurar las tumbas de Djehuty y Hery, dos altos funcionarios de la corte egipcia entre el año 1500 y 1450 a. C.

Cursos y seminarios

La divulgación de la egiptología ha sido uno de los objetivos principales de la AEDE, que regularmente organiza cursos y seminarios dirigidos también a un público no especializado, pero con interés por avanzar en el estudio de esta civilización. El objetivo es que puedan resultar atractivos tanto a personas con conocimientos previos como a principiantes. También ofrecen cursos de lengua egipcia en caracteres jeroglíficos, con tres niveles, y talleres de traducción.

El pasado 26 de octubre comenzó el curso de Egiptología 2012-2013, que se imparte los viernes a las 19:30 horas en la sede del Paseo de la Habana nº 17. ‘Faraones, la historia del Antiguo Egipto a través de sus reyes’ es el tema de este programa, que concluirá a finales de mayo. La inscripción para todo el curso, que consta de 21 conferencias impartidas por especialistas, es de 200 euros (150 euros para los socios).

«Todos nuestros conferenciantes saben que en los cursos siempre hay gente que empieza. Si se refieren a algún aspecto conocido, como la fiesta Heb Sed de los faraones, procuran explicar de qué se trata. Intentamos darle un tono didáctico de manera que todos los asistentes puedan seguirlo y evitar que se sientan perdidos o se desmotiven», asegura.

«A los cursos viene mucha gente, pero casi siempre son los mismos. Hay mucho interés por parte de profesionales de edad intermedia, pero para ellos la falta de tiempo es a veces un obstáculo para asistir a las conferencias. También contamos con muchas personas que se han retirado y pueden dedicarse a lo que realmente les gusta. Lo que nos encantaría es que interesara más a la gente joven, a más universitarios, no sólo a los que vienen de cátedras de egiptología. Y que estudiantes de filosofía o de cualquier otra cátedra de Humanidades tuviera interés», reclama.

En la actualidad la AEDE cuenta con más de 300 socios, que pagan una cuota anual de 100 euros. Los socios obtienen descuentos en todas las actividades y en los viajes que se organizan periódicamente: «Antes de la Primavera árabe los hacíamos todos los años. Ahora aún no sabemos cuándo volveremos».

La Primavera árabe

Rosa Pujol afirma que en la actualidad los arqueólogos españoles siguen trabajando con normalidad en Egipto. «Los problemas se centran en la Plaza Tahrir de El Cairo, donde se concentran muchos jóvenes desempleados. La pena es que esta plaza está al lado del Museo Egipcio y cualquier chispa puede prender una verdadera catástrofe como ocurrió el año pasado», advierte.

Pujol recuerda con tristeza los estragos que las revueltas de febrero de 2011 causaron en el patrimonio arqueológico: «Se me saltaban las lágrimas cuando veía las estatuas partidas y las urnas rotas», rememora. Afortunadamente, continúa, han recuperado alrededor de 70 de las más de cien piezas que se robaron y han restaurado otras piezas que resultaron dañadas. «Se siente una impotencia horrible porque estas piezas son irrecuperables».

El tráfico de piezas robadas continúa, aunque Pujol considera que los contrabandistas cada vez lo tienen más difícil gracias a iniciativas como las del Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés). Una entidad que elabora listas y marca las piezas para evitar que los anticuarios legales las compren. No obstante, su lista roja de objetos culturales de Egipto en peligro no es un catálogo de piezas robadas. Recoge un inventario de las piezas que se encuentran en instituciones reconocidas y que son más vulnerables al contrabando. El listado es similar al que se ha realizado con tesoros de Irak, Afganistán, Haití o Perú.

Por otro lado, Rosa Pujol considera muy cordial la relación de la asociación que preside con las autoridades egipcias: «Nos tratan muy bien. Nos abren las puertas de sitios a los que no van los turistas, por lo que los viajes que hacemos a Egipto son muy gratificantes ya que vamos a ver cosas que son realmente muy interesantes y no están abiertas al público. Incluso vienen a darnos conferencias. Además, el egipcio de a pie es encantador, es gente realmente acogedora», asegura.

«Nos emociona el cariño de la comunidad egiptóloga de España hacia nuestro país», señaló el embajador del país en árabe en España, Ayman Abdelsamie Zaineldine, durante su intervención en el 25 cumpleaños de AEDE. Para el diplomático, las antigüedades de su país forman parte «de la herencia común como seres humanos», más allá de la nacionalidad. «Les ruego que sigan viniendo a Egipto y continúen excavando con nosotros», señaló. Teniendo en cuanto la enorme cantidad de tesoros que quedan por desenterrar, trabajo no les va a faltar a los arqueólogos españoles.