¿Quiénes fueron los primeros banqueros de la historia?


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La creencia popular destaca la aportación financiera de los orfebres, pero años antes hubo una organización que ya desarrolló este tipo de actividad

fotolia | Los primeros banqueros surgieron durante la edad media

Básicos, rudimentarios e incluso en ocasiones fraudulentos. Así eran los primeros bancos de la historia, que comenzaron a desarrollarse a medida que la confianza en colectivos de referencia para custodiar monedas y especias fue aumentando. Pese a poseer unas finanzas reducidas y un intercambio de divisas básico, estas organizaciones ya contaban con el concepto de interés. La banca moderna, tal y como la conocemos hoy en día, no llegó hasta el siglo XX, gracias al desarrollo tecnológico, pero por el camino hubo varios sectores que se convirtieron en particulares banqueros durante breves periodos de tiempo.

Según publica Luis A.Murillo Rojas en «Banca y desarrollo económico», durante la edad antigua hubo los primeros atisbos de actividad bancaria. En los imperios asirio-babilónico y hebreo, los bienes y depósitos que los súbditos otorgaban al Rey tenían una propiedad «divina» y eran custodiados por el sacerdote de los principales templos.

Con la sustitución del trueque por la moneda, los romanos y los griegos incluyeron la figura del «cambista», un mercader de confianza que se encargaba de gestionar estos recursos. Además, también se avanzó en materia legislativa, con distintos decretos que hacían referencia a la riqueza y las finanzas. Sin embargo, por mandato de distintas órdenes religiosas, la aplicación de intereses todavía se mantenía prohibido. Todo ello cambió con la llegada de los templarios.

Monjes y caballeros, la orden de los templarios fue creada en Jerusalén en 1119. Era una organización militar formada por entrenados guerreros que combatieron en las Cruzadas con la misión de proteger a los cristianos que acudían a Tierra Santa. Con el apoyo de la Iglesia Católica, formalizado en 1129 durante el Concilio de Troyes, los templarios consiguieron un crecimiento exponencial, tanto en tamaño como en poder.

Los banqueros de las Cruzadas

Una parte de la organización se dedicó a otras tareas ajenas a la estructura militar. Ante la necesidad de gestionar los recursos enviados de Europa a Jerusalén para mantener las Cruzadas, los Caballeros templarios desarrolló de manera eficiente el primer sistema bancario de la historia, en que el depositaban su confianza tanto Reyes como miembros de la nobleza de Europa. Su desarrollo económico encontró un especial refugio en Francia. Dada su fortaleza y la inseguridad que aportaban los caminos entre Europa y Oriente Medio, las «cuentas» de los templarios se convirtieron en uno de los lugares más fiable para depositar las finanzas.

Además, la Orden comerciaba con otras culturas, eran capaces de gestionar fondos ajenos y otorgar préstamos. Murillo Rojas, en su obra, consideró a los templarios como la «más vasta organización financiera» que se había desarrollado hasta la época. Tras la caída de los Caballeros templarios , la mayor parte de documentos y escritos relacionados con los su actividad fueron destruidos. Pese a ello, todavía existen distintos escritos que atestiguan su faceta de banqueros.

Durante los años posteriores, la banca fue impulsada por figuras como la de los orfebres judíos, que en las grandes ciudades se encargaban de gestionar y especular con los metales preciosos y las divisas de la población. Sin embargo, antes que ellos, una orden militar fue la encargada de fundar el primer sistema bancario de la historia.

La Historia de la Astronáutica y la Carrera Espacial


Se llama astronáutica a la navegación realizada entre los astros, es decir, realizada fuera del ámbito de la Tierra. También es conocida como cosmonáutica, ya que también se realiza en el cosmos. El término astronáutica ha sido más utilizada en occidente, de ahí que los tripulantes de naves espaciales occidentales sean conocidos como astronautas, mientras que en la antigua URSS eran conocidos como cosmonautas, o navegantes del cosmos. Evidentemente esta disciplina no sólo incluye el estudio de los vuelos espaciales, sino que incluye también la investigación, construcción de los vehículos necesarios, así como una serie de tecnologías anexas.

A la hora de plantearse la posibilidad de salir de la atmósfera terrestre, tanto para orbitar alrededor de la Tierra como para navegar en el cosmos, se ha de tener siempre presente la fuerza de la gravedad. La gravedad es la fuerza que mantiene la cohesión del universo y la que rige su mecánica. Los vehículos o artefactos que vuelan por el espacio no son ajenos a esta fuerza.

Escapar a la gravedad terrestre

Como recordaremos, la ley de la gravitación universal, enunciada por Isaac Newton, dice que cualquier partícula de materia atrae a cada una de las demás con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas respectivas e inversamente al cuadrado de la distancia que las separa. Como los astros están en movimiento constante, la fuerza centrífuga provocada por ese movimiento contrarresta en parte la atracción gravitacional, creándose una complejísima maraña de interacciones entre unos cuerpos y otros.

Los cuerpos más grandes atraen con mayor fuerza a los pequeños. Esta atracción será más intensa si la distancia es poca. Así encontramos que ciertos cuerpos son capaces de atraer a otros obligándoles a orbitar a su alrededor. Si estos cuerpos atrapados por la gravedad de uno mayor estuvieran quietos serían arrastrados hasta chocar.

La gravedad que nos interesa en este caso, la de la Tierra, es muy poderosa. Nos mantiene sobre su superficie y da forma a todo nuestro mundo. A nivel intuitivo sabemos que todo cuerpo dejado en libertad en el aire caerá en dirección al centro de gravedad de la Tierra con una aceleración, es decir, su movimiento será cada vez más rápido según pasa el tiempo.

A la aceleración que sufren los cuerpos por efecto de la gravedad terrestre es conocida como g, y su valor oficial es de 9,81metros por segundo. Es fácil imaginar que este valor varía en cada cuerpo celeste. Así en la Luna, un cuerpo de una masa mucho menor que la de la Tierra, la aceleración de la gravedad es mucho menor a la terrestre, ya que su masa también lo es.

Un dato a tener en cuenta sobre el valor de g, 9,81 m/s., es que se trata de un valor en un punto concreto, a nivel del mar. Según dice la ley de la gravitación universal, si nos acercamos al centro de gravedad, ese valor aumentará. Si nos alejamos de ese punto, la aceleración de la gravedad tenderá a disminuir.

Una vez que sabemos como interactúa la gravedad de la Tierra con los cuerpos que hay en su superficie, tenemos un problema si queremos salir de la Tierra, bien hacia otros planetas, o bien para colocar un cuerpo en una órbita para que se comporte como un satélite. Hemos de vencer la fuerza de la gravedad que tenderá a que ese objeto caiga hacia el centro de gravedad. La experiencia nos dice que cuando lanzamos algo, este objeto seguirá subiendo hasta que su velocidad se anule y caiga.

¿Cómo hacer que un objeto nunca caiga hacia el centro de gravedad de la Tierra? Muy sencillo, haciendo que esté cayendo constantemente hacia ese punto y la forma de realizarlo es imprimiéndole una velocidad inicial horizontal adecuada. Esta velocidad es de aproximadamente de unos 8 km por segundo, es decir, unos 28.800 km/h. Aunque ese objeto se desplace a esa velocidad también tenderá a caer hacia el centro de gravedad de la Tierra.

Si la Tierra fuera plana, el objeto, pasado un tiempo, llegaría a la superficie. Pero la Tierra es una esfera y por cada 8 km que se recorren en un segundo, en sentido horizontal, ese cuerpo ha caído en ese mismo tiempo la cota del arco de 8 km. Esto significa que la caída de ese objeto coincide con la curvatura de la Tierra, por lo que la trayectoria es paralela a la superficie terrestre. Hemos logrado que ese objeto entre en órbita. A menor velocidad el cuerpo terminaría cayendo a tierra. Pero para que esta órbita sirva para algo debe de ser continua, ya que dentro de la atmósfera ese impulso inicial se iría perdiendo con el paso del tiempo por el rozamiento del aire.

Sin embargo, a una distancia de unos 200 km de la superficie terrestre, la atmósfera es inexistente. Además, no debemos olvidar que cuanto mayor sea la distancia del objeto al centro de gravedad, menor será la atracción gravitacional. Así, a partir de estas alturas, no encontramos nada que frene el avance del cuerpo y además la velocidad horizontal que se ha de lograr para equilibrar la fuerza de gravitación es menor. Como ejemplo baste decir que a 1.666 km sobre la superficie terrestre, la velocidad circular que contrarreste la fuerza de la gravedad es de 7,02 km por segundo.

Cuando hablábamos de la Tierra, la describíamos como un esfera para simplificar, ya que en realidad tiene una distribución irregular de las masas, además de estar achatada en ambos polos. Esto supone que las órbitas no sean circulares sino elípticas o excéntricas. En las órbitas elípticas de los satélites la Tierra ocupa un foco de dicha elipse.

Puede ocurrir que nuestra intención sea que un aparato viaje hacia otros lugares más lejanos. En ese caso también hay una velocidad de escape de la influencia gravitacional de la Tierra. Esa velocidad está establecida en 11,2 km segundo, o lo que es lo mismo 40.000 km/h. A partir de esa velocidad ese objeto no describe una elipse sino una parábola. Aún consideramos otra velocidad de escape y es la necesaria para escapar a la influencia gravitacional del Sol, establecida en 16,7 km por segundo.

CohetesAntes de establecer la órbita hemos tenido que elevar ese objeto hasta el punto de eyección, o lugar en donde inicia su órbita. Debemos conseguir que un cohete, sirva de portador al objeto que pretendemos poner en órbita y sea capaz de alcanzar la velocidad necesaria.

Realmente un cohete no es más que un gran contenedor del propergol, es decir, combustible y oxidante, listo para realizar la reacción química en el motor que produzca el empuje. Es cierto que además hay un gran número de sistemas que controlan su funcionamiento. No debemos olvidar que hay que acoplarle en la parte superior el satélite que se ha de poner en órbita. En un lanzamiento normal, o sea vertical, el motor debe ser capaz de elevar toda su masa, el empuje del motor debe superar la masa del cohete.

Otro problema al que se enfrentan los técnicos es el de lograr que el cohete alcance la velocidad necesaria para lograr poner en órbita un satélite, (aproximadamente 8 km por segundo). En este caso es muy importante relacionar la masa estructural del cohete y el peso total con el propergol. Cuanto menos pese la estructura y mayor carga de propergol pueda transportar, mayores posibilidades de alcanzar la velocidad adecuada. Pero la tecnología actual no permite que un cohete alcance la velocidad necesaria.

Este es un grave problema que sin embargo tiene una sencilla solución. Se recurre a los cohetes de fases, es decir, un cohete que en realidad se comporta como varios. Esto es así por que la velocidad de cada una de las etapas se suma. Se recurre a un cohete de 3 etapas, en la que cada etapa es capaz, por ejemplo, de imprimir al conjunto una velocidad de 3 km por segundo, lo que significa una velocidad final de 9 km por segundo. Además, cada etapa ha de imprimir esa velocidad a una masa cada vez menor. En primer lugar porque el propergol se va consumiendo en cada fase del vuelo. Además, cuando las etapas dejan de funcionar se desprenden del conjunto, con lo que la masa del cohete va descendiendo mientras aumenta la velocidad.

Para que este principio se cumpla, la masa de cada etapa sucesiva debe ser proporcionalmente mucho menor que la anterior. Aún así la relación entre la carga que se pondrá en órbita y el peso del cohete que ha de llevarla, incluyendo el propergol, es bajísima, aunque cada vez se hace más favorable con la mejora en la propulsión y en la utilización de materiales más ligeros.

Una vez que ya tenemos el cohete capaz de alcanzar las velocidades necesarias a lo largo de su vuelo, nos encontramos con que ese vuelo ha de ser controlado con gran exactitud. Los satélites están pensados para trabajos muy concretos que necesitan a la vez de órbitas precisas. A su vez, como ya comentamos, la forma de la órbita tiene mucho que ver con la velocidad del satélite y la forma en que es eyectado en su órbita correspondiente. Ya que el cohete, en sus primeras fases, vuela dentro de la atmósfera, el control efectivo de su actitud se realiza recurriendo a superficies de control similares a las que utiliza un avión, en este caso a aletas, normalmente en la base de la estructura. Pronto la densidad de la atmósfera es tan poca que las aletas no ejercen control efectivo, por lo que se recurre a pequeños motores cohete instalados en puntos estratégicos. Este es el mismo sistema que se utiliza en el resto de ingenios espaciales para su control. Ya tenemos listo el cohete. Su carga, montada en el extremo superior, va resguardada por una caperuza cónica conocida como ojiva.

Aunque la lógica nos dice que la trayectoria rápida para alcanzar una órbita es inclinando el cohete en esa dirección, el vuelo inicial es casi vertical. La razón es muy sencilla. El cohete alcanzará grandes velocidades aún en su primera fase de vuelo dentro de la atmósfera más densa. A las velocidades a las que se trabaja, el rozamiento de la atmósfera tenderá a frenar el movimiento además de calentar fuertemente el recubrimiento de la estructura. Cuanto menos tiempo permanezca el cohete en la atmósfera mucho mejor. La forma de hacerlo es mediante una trayectoria lo más vertical posible, que es la que suele coincidir con el funcionamiento de la primera fase.

Una vez que se ha alcanzado una altura suficiente y la densidad del aire es baja, comienza a funcionar la segunda fase del cohete que ya toma una inclinación vertical en busca de la órbita. La tercera fase será la que confiera al satélite la velocidad necesaria para entrar en órbita a la altura necesaria. Todas las funciones del cohete, así como sus evoluciones, son controladas desde tierra gracias a equipos de radio.

Historia de la astronáutica

Para hablar de la astronáutica, que ha dado todos sus frutos a lo largo de este siglo, hemos de retroceder hasta el siglo X, al menos, para encontrar la primeras aplicaciones del principio de reacción para impulsar un cuerpo, con los primeros cohetes de pólvora chinos. Ya en el siglo XIII estos cohetes se utilizaron como armas contra los mongoles. Con esta finalidad serán utilizados hasta que la artillería los desbanque en el siglo XIX.

Curiosamente antes de que el cohete se desarrollara como un instrumento útil, podemos encontrar a un gran número de visionarios que ya piensan en la exploración espacial y que investigan sobre los problemas de la propulsión. Uno de los primeros es el ruso Kibalchich. Pensaba utilizar para la propulsión la pólvora dentro de una cámara de combustión. Era un gran especialista en la utilización de dicho elemento aunque parece ser que para la construcción de bombas, motivo por el que fue ejecutado en 1881. Otro de los pioneros, que expuso sus teorías a finales del siglo XIX, fue el alemán Ganswindt. Sin embargo, el que todos los estudiosos consideran como el padre de la astronáutica es el ruso Konstantin Eduardovich Tsiolkovski. Su obra, Exploración del universo mediante vehículos propulsados por cohetes, sienta las bases de la astronáutica.

En 1921, Tijomirov crea en la URSS el Laboratorio de Dinámica de Gases, que tan buenos resultados obtendría en la aplicación de los cohetes a la artillería de saturación durante la II Guerra Mundial. Se trataba de los cohetes Katiuska, cuyos lanzadores eran conocidos como los Órganos de Stalin.

El americano, Robert Hutchins Goddar, inició en 1926 sus trabajos en cohetes en su afán de alcanzar cada vez mayor empuje y altura. Fue el primer investigador que trabajo con propergol líquido con el que obtuvo grandes éxitos. Uno de sus ingenios superó en 1935 la velocidad del sonido. Pero desgraciadamente sus experiencias no sirvieron de mucho ya que su trabajo fue ignorado y será otro país, Alemania, el que tomará la delantera en este campo.

Los alemanes crearon en 1930 un campo de experimentación cerca de Berlín que sirvió de embrión para el desarrollo de un vasto programa sobre cohetes de uso militar. Tenían como base los trabajos teóricos de otro precursor, el alemán Julius Obert. En 1936 se centralizan todas estas experiencias en una isla del mar Báltico, en un lugar conocido como Peenemünde, controlada por el ejército alemán.

Entre los técnicos que trabajarán en esta base se encuentran Maximilian Valier, Walter Neubert y el famoso Wernher von Braun, que más tarde será el padre de los más importantes cohetes americanos. Sus trabajos darán lugar a los primeros cohetes realmente útiles de la historia, eso sí, de uso militar. Tras años de experimentos, en 1942 vuela el primer A 4. Se trata de un cohete de propergol líquido, concretamente alcohol y oxígeno líquido, que logra alcanzar alturas de 200 km y velocidades superiores a los 5.000 km/h. Este será el primer cohete que salga de la atmósfera terrestre. Con 14 m. de altura y más de 12 t. de peso se trata pues de un sistema ya muy evolucionado, capaz de transportar explosivos, a más de 300 km. El cohete conocido militarmente como V 2, será el origen de los desarrollos posteriores en la técnica de los cohetes.

Esos técnicos que habían logrado el primer cohete moderno de la historia, serán uno de los botines más apetecidos tras la derrota de Alemania en 1945. Tanto las potencias occidentales como la URSS emprendieron una auténtica carrera para hacerse con el mayor número de V 2, así como de los ingenieros que las hicieron posibles. Ellos serán la base del desarrollo de los cohetes en ambos bloques. En 1947 los soviéticos ya realizan desarrollos de las V 2 con mayores capacidades. También los norteamericanos empiezan sus trabajos sobre esos mismos cohetes. En los EEUU es donde volará el primer cohete de dos etapas en 1949. Se trata del cohete Bumper. La primera fase es una V 2, mientras que la segunda es un desarrollo americano llamado WAC Corporal. Con este cohete se logra una altura de 392 km. Todavía los esfuerzos técnicos están más centrados en las posibilidades como armamento de estos ingenios que como plataforma para llegar al espacio.

La carrera espacial

Será la URSS la que dé muestras de mayor agilidad en este campo, con la puesta en funcionamiento del primer cohete intercontinental: el SS 6, que convenientemente remozado será el cohete utilizado en los primeros vuelos espaciales. Aunque los EEUU habían anunciado que pondrían en órbita su primer satélite artificial en 1957-1958, para conmemorar el Año Geofísico Internacional, fueron los soviéticos los que dieron la sorpresa el día 4 de octubre de 1957, colocando en órbita el primer objeto artificial de la historia: el Sputnik 1. Lo sorprendente de la hazaña es que este satélite, que tan sólo portaba un emisor encerrado en una carcasa esférica, tenía un peso realmente elevado, 86,3 kg. El cohete portador era un Vostock y el satélite describía una órbita completa a la Tierra en 96 minutos.

El pánico se desató en los EEUU y la Guerra Fría encontró otro nuevo escenario para el combate, el espacio. Los americanos se apresuraron a responder al desafío, pero todos los intentos acabaron en fracaso. Mientras, la URSS no deja de sorprender al mundo lanzando el 3 de noviembre del mismo año el Sputnik 2. Para la época se trataba de un satélite inmenso ya que medía 4 m y pesaba 508 kg. Pero lo más sorprendente es que a bordo llevaba una perra, Laika, que se mantuvo viva y en perfectas condiciones durante 7 días. Era la demostración de que los vuelos tripulados eran posibles.

No será hasta enero de 1958 cuando los EEUU logran poner en órbita su primer satélite: el Explorer 1. Aunque varias misiones posteriores son un fracaso, también logran poner en órbita el Vanguar 1, primer satélite que utiliza células solares para producir energía eléctrica. Otro éxito es la colocación en órbita del primer satélite de comunicaciones SCORE. Finalmente, en octubre de ese año se crea la Agencia Espacial de los Estados Unidos, NASA, que a partir de este momento centralizará todo el esfuerzo en el campo de la astronáutica. Ese año los soviéticos dan un paso más y lanzan a dos perras que después son recuperadas con total normalidad.

En el año 1959 los soviéticos logran lo que antes intentaron en varias ocasiones, alcanzar la Luna gracias a la sonda Lunik 2 que invierte 34 horas en alcanzar nuestro satélite. Será la Lunik 3 la que logre llegar a la Luna y volver a una órbita terrestre tras transmitir las primeras imágenes de la cara oculta del satélite.

La década de los 60 será sin duda la más intensa en la carrera, aunque no hay que olvidar que también es la que marca el inicio de los satélites artificiales como plataformas usuales de investigación, pero también para otros usos. Así, a principios de esta década encontramos los primeros satélites meteorológicos como el TIROS 1, de comunicaciones como el Echo 1, el más avanzado Courier 1B, y el de defensa como el Midas 3.


Vuelos espaciales tripulados

Para responder al reto de colocar un hombre en órbita, los EEUU preparan el proyecto Mercurio. En una cápsula de este tipo, en enero de 1961, vuela el chimpancé Ham, que vuelve a la tierra en perfectas condiciones. Pero de nuevo los soviéticos dan la sorpresa. El cosmonauta Yuri A. Gagarin es el primer hombre que llega al espacio, el día 12 de abril de 1961. Es, a su vez, el primero que entra en órbita, describiendo una revolución completa al planeta antes de descender en su cápsula Vostok. Parece ser que este vuelo sufrió graves problemas que hicieron peligrar la vida de Gagarin.

Los EEUU no pudieron enviar su primer hombre al espacio hasta el 5 de mayo, aunque la trayectoria de la cápsula Mercurio era de tipo balística, es decir, no entra en órbita. Los americanos realizan tres misiones de este tipo hasta que en 1962, John Glenn logra las primeras tres órbitas. De todos modos el reto era muy distinto ya que en el verano anterior el cosmonauta Titov había logrado pasar un día completo en órbita.

Los soviéticos ganaban claramente la carrera. Ese era el momento de lanzar una apuesta más arriesgada y eso fue lo que hizo el presidente estadounidense John F. Kennedy, apostar por alcanzar la Luna antes de que terminara la década. Será la década de oro para la NASA, con presupuestos casi ilimitados. Era el momento de contrarrestar el avance comunista hasta en el espacio y el ciudadano de a pie seguía ansioso cada progreso en la carrera del espacio. En 1963 los soviéticos dan otra vez la campanada con el primer vuelo de una mujer, Valentina V. Terechkova.

Es importante hacer notar que los EEUU, aunque avanzan de forma más lenta en el campo de los vuelos tripulados, logran grandes éxitos en el campo de los satélites. Los de comunicaciones se muestran fiables y capaces de permitir buenas comunicaciones entre continentes como el Syncom I y II y el Telstar. Una de las grandes aportaciones soviéticas durante 1963 es la puesta en órbita del satélite Polet que es capaz de cambiar de órbita de forma controlada.

En cuanto a los nuevos cohetes, los EEUU logran lanzar el Saturno I en 1964, el cohete más potente de la época y que será determinante en el proyecto de llegar a la Luna. También en este año se produce el primer vuelo en el que la cápsula acoge a más de un tripulante, concretamente son tres cosmonautas.

En cuanto a la investigación de otros planetas, se inicia con algunos intentos de alcanzar Venus y Marte. La sonda americana Mariner llega cerca de Venus en 1962 aportando diversa información, mientras que la Mariner 4 alcanza en 1965 Marte, enviando imágenes de este planeta.

El evento más importante ocurrido durante 1965 es, sin duda, el primer paseo espacial de la historia. Ocurrió el 18 de marzo de ese año, cuando el cosmonauta soviético Alexei A. Leonov salió de la cápsula Vosjod 2, permaneciendo fuera de la nave durante 10 minutos. Leonov, equipado con un traje espacial, estuvo en todo momento sujeto a la cápsula con un cable. Apenas tres meses después, el astronauta Edward White logra ser el primer americano en salir de una cápsula en plena órbita. También fue el año del primer lanzamiento de un cohete espacial francés.

El año 1966 está marcado por los preparativos para la llegada del hombre a la Luna. Los primeros son los soviéticos que logran posar de forma suave sobre su superficie una sonda. Se trata de la Luna 9. Este aparato capaz de enviar fotografías, será seguido por la Luna 13 que es capaz de tomar muestras del suelo y analizarlas. También los EEUU consiguen enviar una sonda a nuestro satélite, concretamente la Surveyor, que permanecerá activa durante varios meses. En el marco de esa preparación, dos astronautas, Neil Armstrong y David Scott, logran que la cápsula Géminis 8 se acople a un cohete Agena en pleno vuelo.

Camino de la Luna

La NASA había logrado los objetivos fijados dentro del programa Géminis, por lo que en 1967 pasa al siguiente programa, el Apolo, con el objetivo puesto en la Luna. Dicho programa no puede empezar peor. En enero de ese año mueren tres astronautas durante un ensayo en el Apolo I, lo que supuso el más grave de los accidentes en este campo hasta la fecha. Tampoco el programa soviético se libraba de estos accidentes y en abril murió un cosmonauta a bordo de la nave Soyuz I. Ese mismo año la sonda soviética Venusik 4 alcanza el planeta Venus, enviando importantes datos del poco conocido planeta.

La siguiente prueba para el programa Apolo es el de la permanencia de los tripulantes en el espacio. El Apolo VII logra en octubre de 1968 permanecer 11 días en el espacio con tres tripulantes a bordo. El camino hacia la Luna estaba despejado.

El año 1969 se inicia con un ensamblaje de dos naves tripuladas. Fue realizado por las soviéticas Soyuz V y la Soyuz VI. Mientras los soviéticos parecían haber perdido el interés por la Luna, los EE.UU. seguían sus progresos dentro del programa Apolo. La misión Apolo IX incluye la separación del módulo de descenso lunar LEM, tripulado por dos astronautas, para volver a unirse a la cápsula más tarde orbitando sobre la Luna. La siguiente misión llevó el LEM muy cerca de la superficie del satélite.

El Apolo XI siguió el mismo programa que las dos misiones anteriores. Una vez que los astronautas entraron en la órbita del satélite, el módulo lunar Eagle se separó del módulo de mando en el que permaneció el astronauta Michael Collins. El Eagle llevaba a bordo a Edwin Aldrin y Neil Armstrong, que será el que pise por primera vez la superficie lunar el día 20 de julio de ese año.

Durante algo más de dos horas permanecen fuera del módulo haciendo diversas pruebas y recogiendo muestras. Terminada la misión, el módulo lunar abandona la superficie para unirse al módulo de mando e iniciar la vuelta a la Tierra. En total la misión duró algo más de 8 días. Por fin los estadounidenses pueden presumir de haber batido ampliamente a los soviéticos. Antes de que acabe el año, el Apolo XII llega de nuevo a la superficie del satélite.

El mes de abril de 1970 se produce el intento fallido de llegada a la Luna del Apolo XIII, que tras un accidente puede volver a la Tierra, con su tripulación a salvo. Ese mismo año la República China pone en órbita su primer satélite artificial, entrando de esta forma en el club de las potencias espaciales.

A finales de este año la URSS lanza el Lunik 17, que alcanza la Luna. A bordo de este ingenio se encuentra un vehículo, el Lunajod, que es capaz de rodar por la superficie del satélite. Al año siguiente ponen en órbita la primera estación espacial de la historia, la nave Salyut. Esta estación puede ser visitada por los cosmonautas en naves Soyuz. La primera tripulación permanece 24 días en su interior, aunque en el regreso se produce un accidente, en el que pierden la vida los tres cosmonautas.

Durante 1971 llega a la Luna el Apolo XV que permaneció 4 días en la Luna, llevando a bordo un vehículo para desplazarse por la superficie. Los EE.UU. comienzan en 1972 sus misiones con sondas de larga duración, con el lanzamiento del Pioneer X en dirección a Júpiter. Ese mismo año se realiza la que será última misión tripulada a la Luna hasta el momento, la Apolo XVII. En estos momentos los programas espaciales no logran despertar el entusiasmo popular de la década pasada y se empieza a cuestionar su rentabilidad. A partir de este momento se reorientará el programa espacial americano. Los soviéticos seguirán con su programa Salyut no exento de problemas.

De fracaso se puede considerar el primer y ambicioso laboratorio espacial americano, el Skylab. Puesto en órbita en 1973, es ocupado por varias tripulaciones a pesar de sus problemas técnicos, que lo dejarán inservible hasta el momento de su descenso y desintegración en 1979.

En 1975 se asiste a la primera misión conjunta realizada por los EE.UU. y la URSS. Consistía en la unión de una nave Apolo y otra Soyuz. Durante dos días las tripulaciones de ambas naves realizaron diversos experimentos.

Ese mismo año nace lal que terminará siendo el gran competidor de soviéticos y americanos en el espacio es la Agencia Espacial Europea o ESA, como resultado de la fusión de otros organismos europeos. Su base de lanzamiento se establece en Kourou, en la Guayana Francesa. Su programa de lanzadores será conocido como Ariane, el primero de los cuales hace su vuelo a finales de 1979.

El uso del satélite artificial ha alcanzado en este punto una gran difusión, baste saber que hasta 1980, el número de estos aparatos puestos en órbita era de 2.170. Concretamente el mayor número de estos ingenios lo constituyen los de comunicaciones. Además hemos de destacar el gran avance que suponen los satélites para la meteorología. Una de las series de satélites meteorológicos más famosa se inicia con el lanzamiento del Meteosat 1 en 1977. También ese año los EEUU lanzan dos sondas: la Voyager 1 y 2. Estas sondas han aportado interesantes datos sobre los planetas exteriores del sistema solar.

El transbordador espacial americano Columbia vuela en 1981. Se trata de una nave orbital reutilizable, con forma de avión. En el momento del lanzamiento se le acopla un gran depósito de combustible líquido, además de dos cohetes laterales de combustible sólido. El empuje a la hora del despegue es proporcionado por los motores principales, alimentados por el depósito externo y los dos aceleradores laterales. A unos 40 km de altura se desprenden los cohetes auxiliares, que pueden ser utilizados varias veces. A mayor altura el tanque principal se desprende y queda sólo el orbitador. Tiene en su interior una gran bodega en la que se pueden transportar tanto laboratorios, como sondas o satélites.

Gracias a un brazo articulado estos ingenios pueden ser sacados de la bodega o incluso atrapar objetos para ser trasladados a tierra. Será la tripulación del transbordador Discovery en 1984 la primera que atrape un satélite en órbita para introducirlo en la bodega. Terminada la misión el orbitador vuelve a la Tierra planeando para perder altura y velocidad antes de aterrizar como un avión normal. Pronto se comprobó que para colocar satélites en órbita era mucho más caro que los lanzadores convencionales. En 1984 se produce la primera misión en la que un astronauta americano se aleje del transbordador sin estar unido físicamente a éste. Utiliza una mochila especial con un gran número de pequeños cohetes.

En la década de los 80 la cooperación entre Europa y los EEUU se hace más estrecha, así ESA y NASA participan conjuntamente en varios programas. En 1983 el transbordador espacial lleva a bordo un laboratorio reutilizable, llamada Spacelab construido por la ESA y que viajará en varias ocasiones al espacio.

Los soviéticos, por su parte, se están especializando en prolongadas permanencias en el espacio. En este sentido, logran en 1986 uno de sus mayores éxitos al colocar en órbita la estación Mir. Se trata de un conjunto de módulos de tipo científico, en el que los cosmonautas pueden permanecer durante largos períodos de tiempo. Se ha sobrepasado el año, realizando investigaciones de todo tipo. La operatividad de esta estación es muy alta ya que para su mantenimiento se ha ideado un sistema de naves no tripuladas muy sencillas, capaces de atracar automáticamente.

Precisamente en el año 86 se registra la mayor catástrofe de la carrera espacial al morir los 7 ocupantes del transbordador americano Challenger, a los pocos segundos de su despegue.
Al año siguiente, 1987, nace otra potencia espacial: Japón, con el lanzamiento del cohete H1 portando un satélite de comunicaciones.

Los soviéticos deciden apostar por un vehículo reutilizable como el transbordador americano y crean el Buran. Hace un vuelo automático en 1988 con total éxito, aunque esta será su primera y única misión. Sin embargo, de este proyecto sale el que es en la actualidad el cohete más potente, el Energía, capaz de elevar hasta su órbita baja una carga de 100 t.

En Europa, sigue el éxito comercial de los lanzadores Ariane. En 1988 se presenta la serie 4 de este lanzador, que será el cohete con el que Europa competirá con los lanzadores americanos por el creciente mercado de lanzamiento de satélites.

La siguiente década comienza con uno de los proyectos científicos más espectaculares: la puesta en órbita de un gran telescopio, el Hubble. Se trata de un satélite con el que se pueden realizar observaciones astronómicas imposibles de conseguir desde la Tierra. Este instrumento, de más de 12 t. de peso fue puesto en órbita en 1990 por el transbordador espacial. Pero lo más espectacular es que en 1994 fue reparado en órbita por los astronautas de otro transbordador, en una operación muy compleja que se saldó con un rotundo éxito. Esta operación fue también un ensayo para la construcción de la proyectada estación espacial americana.

Desde la década de los 80 el programa espacial soviético se iba ralentizando ante los problemas económicos crecientes. El grueso del programa se centraba en la estación Mir, aunque sin olvidar la exploración, como la realizada por las sondas Venera.

El colapso llegó con la desintegración de la URSS. A partir de este momento la situación se hace crítica. Los lanzamientos se ralentizan y el antiguo programa soviético queda dividido entre las distintas repúblicas que formaban la antigua URSS, aunque el peso de las operaciones lo llevará Rusia. Desde ese momento la situación se ha normalizado, dando lugar a un alto nivel de cooperación entre las potencias espaciales. Así cosmonautas rusos, europeos y americanos han podido participar en programas de cada una de las agencias. Los rusos necesitan financiación, mientras que los EEUU necesitan la gran experiencia en vuelos de larga duración y en estaciones orbitales que han acumulado los rusos. Así, el transbordador americano ya ha atracado en la base Mir, lo que es sólo el preludio de una cooperación más estrecha en la construcción de la estación espacial Alpha.

El proyecto Alpha ha sido uno de los más polémicos de los últimos años, ya que a él se han enfrentado los políticos americanos alegando sus costes. Se rebajaron sus características y se dio paso a la colaboración de rusos, canadienses, japoneses y europeos. Se espera que los primeros módulos sean lanzados en 1997, a la espera de completar todo el conjunto en los primeros años del próximo siglo.

En cuanto a los programas no tripulados hemos de destacar el programa conjunto americano-europeo Ulysses para la exploración de los polos del Sol y el programa ISO, un proyecto europeo de satélite con un telescopio de infrarrojos.

En cuanto al futuro cabe señalar que todos los expertos hablan sobre una misión tripulada a Marte, sobre todo ahora que la cooperación entre las distintas agencias nacionales hace más asumible el coste económico y tecnológico. Durante los últimos años se ha seguido con el envío de sondas a Marte como parte de una futura misión. De todos modos aún no hay ningún proyecto concreto.

La historia que manipula ‘El Código Da Vinci’


El libro ‘El código Da Vinci’ relata una historia de ficción que afecta al honor de la Iglesia Católica. Ofrecemos un resumen de tres artículos:

dos cuestionan su calidad literaria -«el bodrio más grande que este lector ha tenido entre manos» (El País);»tonto, inexacto, populachero» (The Times); y el tercero cuestiona su rigor histórico -«Los errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos abundan por toda la novela» (e-cristians)-. Aunque se trate de una ficción, «calumnia, que algo queda».

12 de noviembre de 2003

LA REALIDAD HISTÓRICA QUE DEFORMA ‘EL CÓDIGO DA VINCI’

(Publicado en e-cristians)

El Código Da Vinci es una novela de ficción anti-católica que está resultando ser un éxito de ventas en todo el mundo. Con más de 30 millones de ejemplares vendidos, traducida a 30 idiomas y con los derechos para la película en manos de Columbia Pictures y el director Ron Howard (con Russell Crowe de protagonista) se trata ya de un acontecimiento propio de la cultura de masas. (…) Y el mensaje que transmite la novela es básicamente el siguiente:

  1. Jesús no es Dios: ningún cristiano pensaba que Jesús es Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325.
  2. Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena; sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial (sangre de rey = sang real = Santo Grial), fundadores de la dinastía Merovingia en Francia (y antepasados de la protagonista de la novela).
  3. Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban «el sagrado femenino»; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más.
  4. La malvada Iglesia Católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían bien retocados. En la novela el maquiavélico Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: que el Grial son los hijos de Jesús y la Magdalena y que el primer dios de los «cristianos» gnósticos era femenino.

Todo esto se intenta vender como erudición, investigación histórica y trabajo serio de documentación.

En una nota al principio del libro, el autor, Dan Brown, declara: «todas las descripciones de arte, arquitectura, documentos y rituales secretos en esta novela son fidedignas». Como veremos, esto es falso: los errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos abundan por toda la novela.

La pretensión de erudición cae al suelo al revisar la bibliografía que ha usado: los libros serios de historia o arte escasean en la biblioteca de Brown, y brillan en cambio las paraciencias, esoterismos y pseudohistorias conspirativas.

Dan Brown, en su propia página web, dice bien claro que no ha escrito sólo una novela llena de despropósitos para divertir: «Como he comentado antes, el secreto que revelo se ha susurrado durante siglos. No es mío».

El resultado es que las ventas de libros pseudohistóricos sobre la Iglesia, los evangelios gnósticos, la mujer en el cristianismo, las diosas paganas, etc. se han disparado: la web de libros Amazon.com es la primera beneficiada, enlazando El Código Da Vinci con libros de pseudohistoria neopagana, feminista radical y new age. La ficción es la mejor forma de educar a las masas, y disfrazada de ciencia (historia del arte y de las religiones en este caso) engaña mejor a los lectores.

Como afirma el dicho: «calumnia, que algo queda, y si calumnias con datos que suenen a científico -aunque sean inventados- queda más».

¿Inventó Constantino el cristianismo?

Toda la base «histórica» de Brown descansa sobre una fecha: el concilio de Nicea del año 325. Según sus tesis, antes de esta fecha, el cristianismo era un movimiento muy abierto, que aceptaba «lo divino femenino», que no veía a Jesús como Dios, que escribía muchos evangelios. En este año, de repente, el emperador Constantino, un adorador del culto -masculino- al Sol Invicto se apoderó del cristianismo, desterró a «la diosa», convirtió al profeta Jesús en un héroe-dios solar y montó una redada a la manera stalinista para hacer desaparecer los evangelios que no le gustaban.

Para cualquier lector con algo de cultura histórica esta hipótesis resulta absurda por al menos dos razones:

  1. Tenemos textos que demuestran que el cristianismo antes del 325 no era como dice la novela y que los textos gnósticos eran tan ajenos a los cristianos como lo son actualmente las publicaciones «new age»: parasitarios y externos.
  2. Incluso si Constantino hubiese querido cambiar así la fe de millones ¿cómo habría podido hacerlo en un concilio sin que se diesen cuenta no sólo millones de cristianos sino centenares de obispos?

Muchos de los obispos de Nicea eran veteranos supervivientes de las persecuciones de Diocleciano, y llevaban sobre su cuerpo las marcas de la prisión, la tortura o los trabajos forzados por mantener su fe. ¿Iban a dejar que un emperador cambiase su fe? ¿Acaso no era esa la causa de las persecuciones desde Nerón: la resistencia cristiana a ser asimilados como un culto más? De hecho, si el cristianismo antes del 325 hubiese sido tal como lo describen los personajes de Brown y muchos neognósticos actuales nunca habría padecido persecución ya que habría encajado perfectamente con tantas otras opciones paganas. El cristianismo fue siempre perseguido por no aceptar las imposiciones religiosas del poder político y proclamar que sólo Cristo es Dios, con el Padre y el Espíritu Santo.

¿Jesús es Dios?

En la novela, el personaje del historiador inglés Teabing afirma que en Nicea se estableció que Jesús era «el Hijo de Dios». Un repaso a los evangelios canónicos, escritos casi 250 años antes de Nicea, muestra unas 40 menciones a Jesús como Hijo de Dios. Brown lo que está haciendo es copiar de uno de los libros pseudohistóricos que más ha plagiado para hacer su best-seller, Holy Blood,Holy Grial, en el que se afirma que «en Nicea se decidió por voto que Jesús era un dios, no un profeta mortal».

La verdad es otra. Los cristianos siempre han pensado que Jesús es Dios y así figura en los evangelios y en escritos cristianos muy anteriores a Nicea.

Por ejemplo, y para disgusto de mormones, Testigos de Jehová o musulmanes (tres credos actuales que niegan que Jesús era Dios) podemos leer cómo Tomás dice al ver a Jesús resucitado:

[Juan 20,28] Ho Kurios mou ho Theos mou (Mi Señor y mi Dios)

O en Romanos 9,5; carta dictada por San Pablo a Tercio en casa de Gayo, en Corinto, en el invierno del 57 al 58 d.C: «de ellos [los judíos] son los patriarcas, y como hombre ha surgido de ellos el Cristo, que es Dios, y está por encima de todo».

O en Tito 2,13: «esperamos que se manifieste la gloria del gran Dios y salvador nuestro Jesucristo».

O en 2 Pedro 1,1: «Simón Pedro, sirviente y apóstol de Jesucristo, a aquellos que por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra».

Y saliendo de los evangelios tenemos los textos de algunos Padres de la Iglesia muy anteriores a Nicea: «Pues nuestro Dios, Jesucristo, fue según el designio de Dios, concebido en el vientre de María, de la estirpe de David, pero por el Espíritu Santo» [Carta a los efesios de San Ignacio de Antioquía, c.35-c.107 d.C].

«Si hubieses entendido lo escrito por los profetas, no habrías negado que Él [Jesús] era Dios, Hijo del único, inengendrado, insuperable Dios» [Diálogo con Trifón, San Justino Mártir, c.100-c.165 d.C].

«Él [Jesucristo] es el santo Señor, el Maravilloso, el Consejero, el Hermoso en apariencia, y el Poderoso Dios, viniendo sobre las nubes como juez de todos los hombres» [Contra los herejes, libro 3, San Ireneo de Lyon, c. 130 -200 d.C].

«Sólo Él [Jesús] es tanto Dios como Hombre, y la fuente de todas nuestras cosas buenas» [Exhortación a los griegos, de San Clemente de Alejandría, 190 d.C].

«Sólo Dios está sin pecado. El único hombre sin pecado es Cristo, porque Cristo también es Dios» [El alma 41:3, por Tertuliano, año 210 d.C].

«Aunque [el Hijo] era Dios, tomó carne; y habiendo sido hecho hombre, permaneció como era: Dios» [Las doctrinas fundamentales 1:0:4; por Orígenes, c.185-c.254 d.C.].

Estas citas -y muchas otras- demuestran que los cristianos tenían clara la divinidad de Cristo mucho antes de Nicea. De hecho, en Nicea el debate era sobre las enseñanzas de Arrio, un sacerdote herético de Alejandría que desde el 319 enseñaba que Jesús no era Dios, sino un dios menor. De unos 250 obispos, sólo dos votaron a favor de la postura de Arrio, mientras que el resto afirmaron lo que hoy se recita en el Credo, que el Hijo de Dios fue engendrado, no creado y que es de la misma naturaleza (substancia, homoousios) que el Padre, es decir, que Dios Hijo es Dios, igual que Dios Padre también es Dios, un mismo Dios pero distintas Personas. Pese a esta unanimidad de los padres conciliares, el historiador Teabing en la novela dice que Cristo fue «designado Dios» ¡por un estrecho margen de votos!

Un historiador que no sabe historia

Teabing también dice una serie de cosas sobre cómo el cristianismo inventado por Constantino no era más que paganismo. «Nada en el Cristianismo es original», dice el personaje. Escribimos subrayadas las afirmaciones de El Código da Vinci y a continuación comentamos cada una.

-Los discos solares egipcios se convirtieron en halos de santos católicos.

El arte cristiano tiene que expresar conceptos bíblicos, como las caras luminosas de Moisés (en el Sinaí) y Jesús (en la Transfiguración). Para ello usan un recurso común, los halos o nimbos que ya usaba el arte griego y el romano. Los emperadores romanos, por ejemplo, aparecen en las monedas con cabezas radiantes.

-Los pictogramas de Isis amamantando a su milagroso bebé Horus fueron el modelo para las imágenes de la Virgen María con el Niño Jesús.

La imagen de una madre amamantando es común a egipcios, romanos, aztecas o cualquier otra cultura que represente la maternidad. Isis, en los primeros siglos de nuestra era, ya no era una diosa popular de la agricultura egipcia, sino un culto mistérico de tipo iniciático para élites greco-romanas, culto que, por cierto, no incluía rituales sexuales que tanto gustan al autor. Los artistas cristianos, a la hora de representar a María con Jesús (una madre con un niño), usaron los modelos artísticos de la sociedad en la que estaban.

-«La mitra, el altar, la doxología y la comunión, el acto de comer a Dios, fueron tomados directamente de religiones mistéricas paganas anteriores.

La mitra de los obispos difícilmente puede estar inspirada en religiones mistéricas antiguas: no aparece en Occidente hasta mediados del s.X y en Oriente no se usa hasta la caída de Constantinopla en 1453.

El altar es -como el cristianismo mismo- de origen judío, no pagano. Hay 300 referencias a altares en el Antiguo Testamento. El altar de los sacrificios del Templo de Jerusalén es el punto de referencia del judaísmo antiguo y del simbolismo cristiano. Nada que ver con cultos paganos.

La Doxología (doxa=gloria; logos=palabra) no es más que la oración del Gloria: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres; te alabamos, te bendecimos, te adoramos.» usa lenguaje puramente cristiano, con conceptos trinitarios y utilizando continuamente pasajes del Nuevo Testamento. Nada que ver con cultos mistéricos paganos.

La comunión y «comer a Dios»

Parece ser que en los niveles superiores del culto a Mithras existía una comida sagrada de pan y agua o pan y vino. No hay datos que indiquen que los mitraístas consideraran que en esa comida «comían un dios» ni nada similar. De nuevo, el origen de bendecir y compartir el pan es judío, como explica con detalle Jean Danielou en su estudio La Biblia y la liturgia. Parece que Jesús instituyó la Eucaristía cristiana durante una chabourá, una comida sagrada judía. No hay relación con cultos mistéricos paganos.

El domingo, día sagrado cristiano, fue robado a los paganos

Falso. Desde el principio, los cristianos vieron el día después del sabbath, es decir, el día primero de cada semana, como el más importante, día de su reunión. Ya lo hacían en época de San pablo (ver Hechos 20,7: «y en el primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan.», o 1 Cor 16,2, cuando Pablo pide reunir las colectas y diezmos el primer día de la semana). Danielou, en La Biblia y la Liturgia, dedica todo su capítulo 16 a hablar de «El octavo día», con citas de Ignacio de Antioquía, de la Epístola de Barnabás, de la Didajé, todos autores de finales del.s.I y principios del s.II Todos hablan del «dies domenica» (día del Señor). San Justino, hacia el 150 d.C es el primer cristiano en usar el nombre latino de Día del Sol para referirse al primer día de la semana.

Ya en el concilio de obispos hispanos de Elvira, en el 303 d.C se proclamó: «si alguien en la ciudad no viene a la iglesia tres domingos seguidos será excomulgado un tiempo corto, para que se corrija». Sólo 20 años después, en 321, Constantino declara oficialmente el domingo como día de descanso y abstención del trabajo. O sea, que el domingo es un «invento» cristiano, que posteriormente adoptó la sociedad civil, y no una fiesta pagana robada por cristianos, justo lo contrario de lo que dice la novela de Brown.

-También al dios hindú Krishna, recién nacido, se le ofreció oro, incienso y mirra

Extraído, al parecer, del libro de pseudohistoria The World’s Sixteen Crucified Saviours, [Los 16 salvadores del mundo crucificados] escrito por Kersey Graves en 1875 y denostado incluso por ateos y agnósticos, aunque muy popular y copiado en Internet. Graves no da nunca documentación de sus afirmaciones. Ésta del oro, incienso y mirra parece simplemente un invento. En la literatura hindú no sale por ningún sitio. El Bhagavad-Gita (s.I d.C.) no menciona la infancia de Krishna. En las historias sobre el Krishna niño del Harivamsa Purana (c.300 d.C) y el Bhagavata Purana (c.800-900.dC.) tampoco aparecen regalos.

-El dios Mithras, nacido en 25 de diciembre como Osiris, Adonis y Dionisos, con los títulos «Hijo de Dios» y «Luz del Mundo», enterrado en roca y resucitado 3 días después, inspiraron muchos elementos del culto cristiano.

En realidad, la fiesta pagana del 25 de diciembre en Roma la inventó el emperador Aurelio en 274, muchos años después de que los cristianos latinos celebrasen el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo.

Aunque en la novela hablen de Mithras como un dios «muerto, enterrado en roca y resucitado tres días después», esta afirmación no sale recogida en ningún texto ni tradición antigua sobre Mithras. Al parecer es otro de los préstamos tomados del panfleto decimonónico de Kersey Graves, en concreto del capítulo 19 de The World’s Sixteen Crucified Saviours. Por supuesto, Graves no da documentación.

Gnosticismo al servicio del feminismo radical

¿Por qué el mundo va tan mal, hay guerras, violencia y contaminación? La respuesta del feminismo radical y de El Código Da Vinci es sencilla, la culpa es del cristianismo, que es machista:

«Constantino y sus sucesores masculinos convirtieron con éxito el mundo desde el paganismo matriarcal hasta la Cristiandad patriarcal mediante una campaña de propaganda que demonizó lo sagrado femenino, eliminando a la diosa de la religión moderna.» Como consecuencia, «la Madre Tierra se ha convertido en un mundo de hombres, y los dioses de la destrucción y la guerra se toman su tributo. El ego masculino ha pasado dos milenios sin equilibrarse con su balanza femenina. una situación inestable marcada por guerras alimentadas con testosterona, una plétora de sociedades misóginas y una creciente falta de respeto por la Madre Tierra»

Esto se habría evitado de seguir el «cristianismo» gnóstico, algunos de cuyos grupos y tendencias consideraban lo divino como masculino-femenino, relaciones armónicas de opuestos (ying-yang), o incluso andrógino. Jesús -según los gnósticos del s.II y los newagers feministas del s.XX- necesita un opuesto femenino que le complete; su consorte sería María Magdalena. Y unos documentos que lo avalen: los evangelios apócrifos, textos gnósticos imaginativos sin base histórica.

Mientras que los evangelios canónicos son del s.I, ningún texto gnóstico es anterior al s.II. Muchos son del s.III, IV o V. A mediados del s.II la Iglesia ya tenía claro que los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan eran los inspirados por el Espíritu Santo, y sólo dudaba en el canon de un par o tres de textos. Es falsa la idea de la novela de que en el 325, con Constantino, de entre «más de 80 evangelios considerados para el Nuevo Testamento», sólo se eligieron cuatro: estos cuatro ya hacía 200 años que estaban seleccionados, como leemos en los textos de Justino Mártir (150 d.C) y de San Ireneo.

En El Código Da Vinci hay material de muchos tipos: new age, ocultismo, teorías conspiratorias, neopaganos, wiccas, astrología, préstamos orientales y amerindios. pero el cóctel gnóstico-feminista es la base de la macedonia. Hay poca investigación verdadera sobre el Santo Grial, pero mucha sangría.

Así, se nos cita un texto que existe de verdad, el Evangelio de María Magdalena, una obra gnóstica tardía, escrita por autores de una secta gnóstica, desde fuera del cristianismo. En él, María besa en la boca a Jesús y eso causa la envidia de los apóstoles. Según Teabing, el historiador de la novela, «Jesús era el primer feminista. Pretendía que el futuro de su iglesia estuviese en manos de María Magdalena».

Lo que nadie cita es el versículo 114 del famoso texto gnóstico Evangelio de Tomás, donde Jesús dice que Él hará de María Magdalena «un espíritu viviente que se parezca a vosotros, varones. Porque cada mujer que se haga a sí misma varón entrará en el reino de los cielos». El gnosticismo antiguo es reciclado por antagonistas de la Iglesia actual, pero para ello han de rechazar algunas cosas del gnosticismo antiguo, que en realidad era machista, elitista, despreciaba el cuerpo y todo lo material y es difícil de vender como «el auténtico cristianismo».

Así, el entusiasmo del autor por los «ritos de fertilidad», que tanto admiran -y practican- los protagonistas, no tiene nada que ver con la fertilidad, obviamente, sino con el placer sexual. Es un signo de los tiempos, pero también una herencia gnóstica y cátara: engendrar, dar vida a nuevos cuerpos, es malo. ¡Justo lo contrario que en el cristianismo! Sexo sin concepción. es de suponer que la próxima novela trate de clonación, es decir, de concepción sin sexo.

Otros muchos errores

Sandra Miesel, una periodista católica especializada en literatura moderna popular, no puede evitar hacer un listado de errores misceláneos del libro, como ejemplo de su «impecable» documentación.

Se dice que el planeta Venus se mueve dibujando un pentagrama, el llamado «pentagrama de Ishtar», simbolizando a la diosa (Ishtar es Astarté o Afrodita). Al contrario de lo que dice el libro, la figura no es perfecta y no tiene nada que ver con las Olimpiadas. Las Olimpiadas se celebraban cada cuatro años y en honor de Zeus, nada que ver con los ciclos de Venus ni con la diosa Afrodita.

El novelista dice que los cinco anillos de las olimpiadas son un símbolo secreto de la diosa; la realidad es que cuando se diseñaron las primeras olimpiadas modernas el plan era empezar con uno e ir añadiendo un anillo en cada edición, pero se quedaron en cinco.

En la novela presentan la larga nave central y hueca de una catedral como un tributo secreto al vientre femenino, con las nervaduras como pliegues sexuales, etc. Está tomado del libro de pseudohistoria The Templar Revelation, donde se afirma que los templarios crearon las catedrales. Por supuesto es falso: las catedrales las encargaron los obispos y sus canónigos, no los templarios. El modelo de las catedrales era la iglesia del Santo Sepulcro o bien las antiguas basílicas romanas, edificios rectangulares de uso civil .

El Priorato de Sión realmente existe, es una asociación francesa registrada desde 1956, posiblemente originada tras la II Guerra Mundial, aunque clamen ser herederos de masones, templarios, egipcios, etc. No es creíble la lista de Grandes Maestres que da la novela: Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, Victor Hugo.

La novela dice que el tetragramaton YHWH, el nombre de Dios en letras hebreas, viene de «Jehová, una unión física andrógina entre el masculino Jah y el nombre pre-hebreo de Eva, Havah». Al parecer, nadie ha explicado a Brown que YHWH (que hoy sabemos que se pronuncia Yahvé) empezó a pronunciarse «Jehová» en la Edad Media al interpolarse entre las consonantes las vocales de «Adonai».

Las cartas del tarot no enseñan doctrina de la diosa; se inventaron para juegos de azar en el s.XV y no adquirieron asociaciones esotéricas hasta finales del s.XVIII. La idea de que los diamantes de la baraja francesa representan pentáculos es un invento del ocultista británico A.E. Waite. ¿Qué dirán los esotéricos de la baraja española con sus copas -símbolos sexuales femeninos- y sus espadas -símbolos fálicos, quizá como los garrotes.-?

El Papa Clemente V no eliminó a los templarios en un plan maquiavélico ni echó sus cenizas al Tíber: el Tíber está en Roma y Clemente V no, porque fue el primer papa en Avignon. Toda la iniciativa contra los templarios fue del rey francés, Felipe el Hermoso. Masones, nazis y ahora los neognósticos quieren ser herederos de los templarios.

Mona Lisa no representa un ser andrógino, sino a Madonna Lisa, esposa de Francesco di Bartolomeo del Giocondo. Mona Lisa no es un anagrama de los dioses egipcios Amón e Isa (Isis).

En La Última Cena de Leonardo, no aparece el cáliz y aparece el joven y guapo San Juan, el discípulo amado. La novela dice que el joven guapo en realidad es María Magdalena, que ella es el Grial. La verdad es que no sale el cáliz porque el cuadro está describiendo la Última Cena tal como sale en el Evangelio de San Juan, sin institución de la Eucaristía, más concretamente cuando Jesús avisa «uno de vosotros me traicionará» (Juan 13,21)..

La novela habla de que Leonardo recibió muchos encargos de la Iglesia y «cientos de lucrativas comisiones vaticanas». En realidad Leonardo pasó poco tiempo en Roma y apenas le mandaron algún encargo.

En la novela presentan a Leonardo como un homosexual ostentoso. En realidad, aunque en su juventud fue acusado de sodomía, su orientación sexual no está del todo clara.

La heroína, Sophie Neveu, usa el cuadro de Leonardo La Madonna de las Rocas como un escudo y lo aprieta tanto a su cuerpo que se dobla: es asombroso, porque se trata de una pintura sobre madera, no sobre lienzo, y de casi dos metros de alto.

Según los protagonistas de la novela, «durante trescientos años la Iglesia quemó en la estaca la asombrosa cifra de cinco millones de mujeres». Esta es una cifra repetida en la literatura neopagana, wicca, new age y feminista radical, aunque en otras webs y textos de brujería actual se habla de 9 millones. Los neopaganos necesitan una «shoah» propia. Cuando acudimos a historiadores serios se calcula que entre 1400 y 1800 se ejecutaron en Europa entre 30.000 y 80.000 personas por brujería. No todas fueron quemadas. No todas eran mujeres. Y la mayoría no murieron a manos de oficiales de la Iglesia, ni siquiera de católicos. La mayoría de víctimas fue en Alemania, coincidiendo con las guerras campesinas y protestantes del s.XVI y XVII. Cuando una región cambiaba de dominación, abundaban las acusaciones de brujería y la histeria colectiva. Los tribunales civiles, locales y municipales eran especialmente entusiastas, sobre todo en las zonas calvinistas y luteranas. De todas formas, la brujería ha sido perseguida y castigada con la muerte por egipcios, griegos, romanos, vikingos, etc… El paganismo siempre mató brujos y brujas. La idea del neopaganismo feminista de que la brujería era una religión feminista precristiana no tiene base histórica.

Y se podría seguir diseccionando los errores y los simples engaños de este best-seller mentiroso. Por no hablar de su calidad literaria. Pero ¿vale la pena tanto esfuerzo por una novela? La respuesta es sí: para miles de jóvenes y adultos, esta novela será su primer, quizá único contacto con la historia antigua de la Iglesia, una historia regada por la sangre de los mártires y la tinta de evangelistas, apologetas, filósofos y Padres. No sería digno de los cristianos del s.XXI ceder sin lucha ni respuesta ante el neopaganismo el espacio que los cristianos de los primeros siglos ganaron con su fidelidad comprometida a Jesucristo.

«SANTA FARSA»

The Times (Londres)

Peter Millar

21 de junio de 2003

Hay algo en las investigaciones arqueológicas, los cuentos de antiguas reliquias y la iconografía mística que logra convertir las típicas historias de bombas y balas en verdaderas historias de misterio mágico.

En este sentido, una novela que comienza con el extraño asesinato de un conservador del Louvre, sucesor de Leonardo da Vinchi e Isaac Newton como jefe de una sociedad secreta dedicada a la ocultación del Santo Grial y la verdad sobre Cristo, logra poner los pelos de punta y casi inspira la fe en el editor.

Pero el título de la novela de Dan Brown -«El Código Da Vinci» debería ser una advertencia, pues evoca la fórmula infame usada por Robert Ludlum: artículo determinado y palabra ordinaria, a la que se interpone un exótico adjetivo calificativo.

Desde «La Herencia Scarlatti», pasando por «El Círculo Matarese» y hasta «El Engaño Prometheus», Ludlum entretejió una trama de complots extravagantes protagonizados por personajes acartonados que entablan diálogos ridículos.

Dan Brown, me temo, es su digno sucesor.

Este libro es, sin duda, el más tonto, inexacto, poco informado, estereotipado, desarreglado y populachero ejemplo de pulp fiction que he leído.

Ya es malo que Brown abrume al lector con referencias New Age, mezclando el Grial con María Magdalena, los Caballeros Templarios, el Priorato de Sion, el Rosicrucianismo, Fibonacci, el culto a Isis y la Edad de Acuario. Pero es que además lo ha hecho mal.

Al comienzo de la novela, encontramos un ejemplo. Sophie, la heroína, policía francesa experta en criptografía, cuenta que su abuelo le dijo que «asombrosamente 62» palabras podían derivarse de la palabra inglesa «planets».

«Sophie pasó tres días con un diccionario inglés hasta que encontró todas». No soy criptógrafo, pero, incluyendo plurales, conseguí 86 en 30 minutos.

No sorprende, entonces, que Sophie y su compañero americano se queden desconcertados ante un extraño texto del que sospechan que está escrito en alguna lengua semítica. Finalmente, resulta ser un texto inglés escrito como si estuviera reflejado en un espejo (y así parece exactamente).

Esto serían nimiedades si no fuese porque la trama se basa en la búsqueda de un tesoro al que conducen estas pistas. Tardan una eternidad, por ejemplo, en comprender que el nombre de la protagonista -Sophie- es un derivado de «Sofía», que significa «sabiduría».

Además «de los rompecabezas», el libro está mal compuesto con ideas falsas, despistes y descripciones tomadas directamente de guías turísticas para viajeros.

Sorprendentemente, Brown cree que es difícil hacer llamadas internacionales con un móvil francés, que la Interpol registra cada noche quien duerme en los hoteles parisinos, que alguien en el Scotland Yard contesta a las llamadas con un «aquí la policía de Londres», que el inglés es una lengua que no tiene ningunas raíces latinas e Inglaterra un país donde siempre llueve (bueno, quizá en eso tenga razón).

Como no podía ser menos, el estirado personaje británico, llamado sir Leigh Teabing, es una caricatura de sir John Gielgud cuya contraseña de seguridad es preguntarles cómo quieren tomar el té. La respuesta correcta -qué extraño…- es «Earl Grey con leche y limón».

La solución del misterio es totalmente insatisfactoria y los tipos presuntamente malvados, el Opus Dei y el Vaticano, salen al final airosos (quizá por miedo a los pleitos).

Los editores de Brown han obtenido un puñado de elogios brillantes de escritores de película de suspense americanas, de esos de tercera fila. Sólo se me ocurre que la razón de su alabanza exagerada se debe a que sus obras quedan elevadas a la categoría de obra maestra cuando se las compara con este libro.

Times (Londres)

«VINI, VIDI, ¡DA VINCI!»

El País (Babelia)

F. Casavella

16 enero 2004

«El Código Da Vinci» [es] el bodrio más grande que este lector ha tenido entre manos desde las novelas de quiosco de los años setenta.

El problema de «El Código Da Vinci» no es que tienda al grado cero de escritura. Ni que sea aburrido, prolijo donde no debiera, torpe en las descripciones y en la introducción de datos sobre ese interesantísimo y originalísimo misterio en torno al Santo Grial, Leonardo y el Opus. Tampoco es un problema que repita esos datos en páginas contiguas para que hasta un hipotético «lector muy tonto» llegue a asimilarlos. Ni que escamotee ciertos fundamentos de la trama del modo más grosero hasta que resulten útiles y entonces se les haga aparecer del modo más burdo. Ni importa que las frases sean bobas, y bobas sean también las deducciones de unos de quienes se nos comunica, pero no se nos describe su inmensa inteligencia. Ni que su autor carezca de la mínima «astucia narrativa», y no lo comparo ahora con Chesterton, sino con una anciana a la que han timado en la pescadería e intenta atraer nuestra atención con cierto suspense en el relato.

Tampoco importa que los diálogos carezcan de toda naturalidad, sino que cometan la aberrante indecencia de que ni se finjan comunicación entre personas, que se dialogue con el único objeto de que el lector sepa lo instruido que es el autor. Tampoco se puede pasar por alto que el autor no sea, al fin y al cabo, instruido.

Se puede perdonar todo, lo que no se puede perdonar es que esta novela se promocione y no sólo por los canales publicitarios convencionales, como un producto de cierto valor. Para entendernos, Dan Brown y su código tienen que ver con la novela popular lo que Ed Wood con el cine.

Es completamente legítimo, aunque no siempre se idóneo, que una editorial se preocupe por la comercialidad de sus productos y todos nos alegramos de su éxito, pero no se puede insultar a una tradición de grandes artistas y de artesanos competentes con algo tan miserable.

Y no puedo dejar de felicitar a las editoriales de todo el mundo que en su día rechazaron la publicación de esta infamia y ahora no se arrepienten. Es la demostración de un resto de dignidad, no sólo en el mundo editorial, sino en el sistema mercantil.

Especies y subespecies extinguidas de vertebrados


Especie
Año de extinción
Lugar
Causa
Bucardo
2000
Parque Nacional de Ordesa Caza
Tigre de Java
1976
Isla de Java Caza y destrucción del hábitat
Tigre de Caspio
1970
Suroeste de Asia Caza y destrucción del hábitat
Foca monje del Caribe
1952
Mar Caribe y golfo de México Comercio y caza
Tigre de Bali
1937
Isla de Bali Caza y destrucción del hábitat
Lobo marsupial
1930
Australia Caza
Periquito de Carolina
1918
Estados Unidos Caza, coleccionismo y destrucción del habitat
Paloma migratoria americana
1914
Norteamérica Caza
Ostrero canario
1913
Islas Canarias Coleccionismo y animales introducidos
Chochín de la isla de Stephen
1894
Isla de Stephen (Nueva Zelanda) Animales introducidos
Cebra cuaga
1880
África oriental Caza, comercio y destrucción del habitat
Alca gigante
1852
Atlántico norte Caza y coleccionismo
Garrio azul
1800
África del sur Caza
Vaca marina de Steller
1768
Pacífico norte Caza y obtención de pieles
Dodo
1662
Isla Mauricio Captura para alimentación

Bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica),

El 5 de enero del año 2000 murió el último bucardo que vivía en España. Esta subespecie de cabra montés ibérica estaba en peligro de extinción desde principios del siglo XX, debido sobre todo a la caza excesiva.

Junto con el Mueyu o cabra montés portuguesa (Capra pyrenaica lusitanica), que se extinguió en 1892, es una de las dos subespecies de cabra montés que ha sido exterminadas directamente por el hombre. Se diferenciaba de las otras subespecies principalmente por su pelo más largo y denso en invierno y la base más gruesa de los cuernos, tanto en machos como en hembras. La cornamenta del bucardo era así mismo, la más larga de entre las cuatro subespecies de cabra montés que han habitado la Península Ibérica en tiempos históricos.

Historia y Extinción

Esta especie estaba difundida originalmente por ambas vertientes del Pirineo, extendiéndose por el sur hacia las zonas montañosas del País Vasco, Navarra, Lérida y Gerona.

Vestigios de que era una pieza de caza común desde la Prehistoria se encuentran ya en las cuevas de la zona, habitadas durante el Paleolítico por los neandertales primero y luego por nuestra propia especie. Con el paso de los siglos desapareció de las zonas más meridionales de su distribución hasta quedar circunscrita al área pirenaica, donde todavía era especialmente abundante durante el siglo XIX.

En la segunda mitad de ese siglo, multitud de cazadores europeos, de España, Francia y Gran Bretaña, sobre todo, acudieron a la zona en busca de ejemplares que abatir. La rareza de la cabra montés en el mundo (entonces distribuida únicamente por España, sur de Francia y noroeste de Portugal) y el imponente tamaño de la cornamenta de los machos, más gruesa y separada que la del íbice (Capra ibex) de los Alpes multiplicaron su valor y demanda en los círculos cinegéticos. La caza fue tan intensa que hacia el año 1900, la subespecie pirenaica ya se había extinguido en Francia y sólo quedaba un reducido grupo de menos de 50 individuos en España, demasiado pequeño para sobrevivir a largo plazo. Por si fuera poco, la protección estatal de la subespecie no llegó hasta 1973 y la declaración de Ordesa, única zona donde habitaba, como parque nacional, fue insuficiente para asegurar su supervivencia. Otras medidas como la cría en cautividad y posterior suelta en el medio de los animales, que podían haber disminuido las probabilidades de extinción, no llegaron a tomarse hasta 1996, cuando se capturó una hembra que murió poco después en cautividad sin llegar a reproducirse.

A pesar de ello, la población permaneció estable por encima de la treintena hasta 1981. Sin que se sepa todavía muy bien por qué, los animales disminuyeron rápidamente hasta ser 10 en 1993, y sólo 2 en 1997. En 1999, el último macho murió debido a su avanzada edad, quedando sólo una hembra, Celia, como último bucardo sobre la tierra. Celia murió en enero de 2000 cuando un árbol se desplomó sobre ella y le aplastó el cráneo.

Tigre de Java (Panthera tigris sondaica),

es una subespecie de tigre, hoy extinta, que se encontraba originalmente en la isla indonesia de Java. De aspecto bastante similar al tigre de Sumatra (Panthera tigris sumatrae), se diferenciaba de éste por su pelaje más oscuro y rayas negras más finas, abundantes y apretadas. Algunos ejemplares de esta subespecie llegaban a tener más de 100 rayas, muchas más que cualquier otra subepecie de tigre. Así mismo, el pelo de las mejillas de los tigres de Java era más largo que el de los demás tigres, y las rayas de los flancos y la espalda se distribuían por parejas.

Se conocen fósiles de tigres primitivos en Java (Panthera tigris trinilensis) de hasta 1.2 millones de años de antigüedad, pero los modermos tigres de Java no descendían de éstos, sino que llegaron a la isla a finales del Pleistoceno o principios del Holoceno, provenientes del norte. Fueron abundantes hasta el siglo XIX, cuando la población humana comenzó a incrementarse en Java y destruyó cada vez más areas de bosque para destinarlas a la agricultura. A esta pérdida de hábitat se añadió la caza, el tráfico de sus pieles y la disminución de las presas potenciales del tigre, que ocasionó a su vez un aumento de la competencia por conseguir lo que quedaba de éstas con otros depredadores de la isla como leopardos y perros salvajes. En menos de 100 años, el tigre de Java pasó de ser considerado una peste a un animal en peligro. En la década de 1950 la población total ya se había reducido a 20 o 25 individuos dispersos por toda la isla, y en 1960 desaparecieron incluso del Parque Nacional Udjung Kulon, famosa reserva natural de Java que acoge a los últimos rinocerontes de la isla. El último lugar donde persistieron los tigres fue una remota área montañosa del sureste de Java llamada Meru – Betiri, que fue protegida en 1972 (aunque eso no le salvó de padecer la tala y roturación ilegal). Ese año se produjo el último avistamiento confirmado en la zona, y en 1979 se localizaron por última vez unas huellas que podrían corresponder a tres ejemplares diferentes. Desde entonces no hay evidencias fiables de la existencia del tigre de Java, a pesar de que se han realizado algunos supuestos avistamientos en Meru – Betiri que probablemente corresponden en realidad a leopardos.

Se sabe que hubo tigres de Java en los zoológicos de Rotterdam, Berlín y varias ciudades de Indonesia, pero toda evidencia de los mismos se perdió durante la II Guerra Mundial. Las reservas creadas en Java a partir de los años 40 eran demasiado pequeñas para sostener una población de tigres y fueron por tanto incapaces de salvarlo.

El tigre persa o tigre del Caspio,

es una subespecie de tigre actualmente extinta. Su área de distribución original abarcaba la península de Anatolia, el Cáucaso, el Kurdistán, norte de Irak e Irán, Afganistán y gran parte de Asia Central hasta Mongolia. Esta subespecie, la más occidental de todas, era también la tercera más grande, después del tigre siberiano y de bengala.

El pelaje de esta especie era amarillo – dorado, un poco más apagado que el del tigre de Bengala y con más zonas blancas en costados y cara. Las rayas, en lugar de ser negras, tenían un color marrón de distintas tonalidades e incluso se volvían amarillentas en las zonas blancas cercanas al vientre. En invierno, el pelo crecía bastante para soportar el frío clima que se adueñaba entonces de las montañas de Asia centro – occidental, especialmente en el vientre y la característica barba o pequeña melena de la zona de las mejillas y garganta.

Los machos eran más grandes que las hembras, los primeros pesaban entre 169 y 240 kg, con una longitud de 2,65 – 2,95 m, mientras que las hembras pesaban hasta 135 kg.

El cuerpo era bastante robusto, y algo alargado, con patas fuertes y bien desarrolladas rematadas por unas garras excepcionalmente largas, más grandes que las de cualquier otro tigre. Las largas a la par que robustas patas les permitían recorrer largas distancias; de hecho, esta subespecie de tigre, al contrario que las otras, emigraba cada año siguiendo las manadas de saigas, asnos salvajes, ciervos y camellos de los que se alimentaba. Debido a esto, los kazajos lo conocían como «leopardo viajero», en contrastre con el auténtico leopardo que aún habita en Turkmenistán y es de carácter sedentario. En cuanto a la cola, era bastante corta y estaba surcada por rayas blancas y pardo-amarillentas alternadas.

Los tigres del Caspio evitaban las zonas más secas y descubiertas de su entorno, fijando su hábitat característico en los tugai, las zonas cubiertas de bosques, matorrales y hierbas que se concentraban en torno a los cursos fluviales, y de las que el tigre dependía para camuflarse y acechar a sus presas.

Foca monje del Caribe (Monachus tropicalis)

era un mamífero caribeño que se extinguió en el siglo XX. Habitaba en el mar Caribe desde las aguas tropicales de Florida a las zonas costeras de Texas, Grandes y Pequeñas Antillas y la península de Yucatán. Los relatos de avistamientos ocurren esporádicamente, pero varios intentos de encontrar al animal no dieron resultado.

Características

La foca monje del Caribe medía entre 2,20 y 2,40 metros de longitud y pesaba unos 130 kilos. Su pelaje era castaño en todo el cuerpo menos en la barriga que era blanco amarillento.

Las crías nacían totalmente negras. Las hembras tenían cuatro glándulas mamarias, en vez de dos como el resto de focas. Los hábitos de reproducción de esta especie son desconocidos, lo único que se sabe es que daban a luz a una cría en torno al mes de diciembre.

Estos animales se alimentaban de peces, cefalópodos y crustáceos y eran muy activos, sobre todo desde el amanecer al crepúsculo. Sus únicos depredadores eran los tiburones caribeños y, más tarde, el hombre.

Tigre de Bali o tigre balinés (Panthera tigris balica)

es una subespecie de tigre extinta desde 1937. Esta subespecie, endémica de la isla indonesia de Bali, era la más pequeña de todas, rondando el tamaño de un jaguar.

Los machos rondaban los 90 – 100 kg de peso, un tercio de lo que alcanza la subespecie más grande, el tigre de Amur, y medían entre 2,20 y 2,31 m de largo, las hembras eran aún más pequeñas, con un peso de 65 – 80 kg y una longitud de entre 1,9 y 2,11 m. Por su aspecto recordaba fuertemente al también extinto tigre de Java, del que se diferenciaba por su menor tamaño y color más oscuro. Éste era un naranja fuerte en costados, dorso y cola, surcado por finas rayas negras, bifurcadas y apretadas, en menor número que en otras subespecies. También se daban manchas negras ocasionales entre las rayas. El vientre y parte de la cara eran blancos; ésta última aparecía surcada por rayas características de esta subespecie. El pelaje era corto y denso en todo el cuerpo. La estructura del cráneo del tigre de Bali presenta importantes diferencias en el hueso nasal y los dientes que lo diferencian claramente de los cráneos de otros tigres, vivos o extintos.

Dada la escasa extensión de Bali, esta isla no podía sostener una alta población de tigres, que necesitan amplios territorios de caza, por lo que la subespecie nativa nunca fue abundante. Con la llegada del siglo XX la población humana aumentó y se aclararon cada vez más zonas de bosque tropical para destinarlas al cultivo; también se persiguió duramente a los tigres por el miedo que inspiraban. Tras la Primera Guerra Mundial, varios cazadores occidentales llegaron a la parte oeste de la isla (única zona donde habitaba para entonces) y abatieron animales por deporte. El 27 de septiembre de 1937 se cazó el último ejemplar, una hembra, en esta zona. Durante la década de los 40 y en menor medida hasta 1972 se produjeron varios avistamientos no confirmados, pero en fechas posteriores la extinción ya se puede considerar totalmente segura. Hoy en día, los escasos restos del bosque original que quedan en Bali son demasiado pequeños para mantener a un gran felino viviendo en ellos. No obstante, se han documentado en las últimas décadas animales muertos por algún tipo de carnívoro salvaje en la isla que no ha podido ser identificado.

En ocasiones se ha dudado de la autenticidad de esta subespecie, cuestionándose que se originara al quedar separada de la población javanesa por la subida del nivel del mar tras la última glaciación. Los tigres son buenos nadadores, y en ocasiones se les ha observado vadeando pequeños brazos de mar. Si los tigres podían cruzar los apenas 2,4 km que separan Bali de Java, las dos subespecies se habrían mantenido en contacto, e incluso podría ser que la población de Bali se hubiese originado por medio de una migración de este tipo y adquirido una serie de diferencias superficiales posteriores debido a las mayores condiciones de insularidad del territorio. Por ahora, la falta de material de ambas subespecies, ya desaparecidas, impide investigar este asunto.

El tilacino (Thylacinus cynocephalus),

también conocido como lobo de Tasmania, lobo marsupial o tigre de Tasmania; era un carnívoro marsupial de tamaño medio, nativo de Australia.

El tilacino es un ejemplo clásico de convergencia evolutiva en la literatura científica, dado su notable parecido con los cánidos de otros continentes (el cognomen taxonómico cynocephalus significa «cabeza de perro»). Al igual que éstos era un carnívoro adaptado a la captura de presas de tamaño pequeño o medio tras lanzarse a la carrera. Tenía un cuerpo estilizado, patas finas aunque no demasiado largas y cola delgada. El pelaje era corto y de color leonado, con rayas negras (o café oscuro) en los cuartos traseros y cola (de ahí el apelativo de «tigre»). Las mandíbulas, provistas de 46 dientes, podían abrirse hasta extremos asombrosos (aproximadamente 120°), más propios de un reptil que de un mamífero, permitiéndoles engullir grandes pedazos de carne sin masticar.

La especie se extinguió antes de ser estudiada en profundidad por zoólogos, por lo que no se sabe muy bien qué técnicas usaba para cazar, aunque varios testimonios recogidos hacen suponer que detectaba a sus presas preferentemente por el olfato, seguido del oído; mas el colorido desarrollado de su pelaje proveía camuflaje que indica que era un predador que podía esperar a su presa, ya que antes de la llegada de los colonos ingleses y de los dingos, el tilacino no tenía competencia, por ser marsupial y animal más desarrollado.

Según los colonos ingleses del siglo XIX, este animal emitía unos sonidos similares al ladrido de un fox terrier. Los machos eran más grandes y robustos que las hembras. Éstas poseían una bolsa que se abría hacia atrás, donde se alojaban hasta cuatro crías que nacían muy desvalidas, y seguían a su madre un tiempo después de abandonar el marsupio.

Periquito de Carolina (Conuropsis carolinensis)

era la única especie de loro natural del Este de Estados Unidos . Fue encontrado desde el Golfo de México a los Grandes Lagos, y vivio en viejos bosques a lo largo de ríos.

El último espécimen salvaje fue matado en el Condado Okeechobee en Florida en 1904, y el último pájaro cautivo muerto en el Zoo Cincinnati en 1918. Esto era el espécimen masculino «incas», que murió un año antes de su compañero » la Señora Jane. » Era no antes de 1939, sin embargo, fue determinado el periquito de Carolina se había extinguido.

Paloma migratoria (Ectopistes migratorius)

es una especie de ave, hoy extinta, que pertenecía al orden de las Columbiformes, el mismo grupo en el que se clasifican las tórtolas y palomas comunes. Se trata del animal que ha sufrido el declive poblacional más acusado de la Historia reciente, pues en un sólo siglo pasó de ser el ave más abundante de Norteamérica (y tal vez del mundo) a engordar la lista de especies extinguidas.

En 1914 moría en cautividad la última paloma migratoria americana. Con ella desaparecía para siempre una especie que, sólo medio siglo antes, podía considerarse el ave más abundante de la Tierra.

El ostrero unicolor canario ( Haematopus meadewaldoi ),

también llamado ostrero canario, fue una especie endémica del Archipiélago y observada en las islas orientales hasta mediados del siglo XX. El área de distribución se circunscribía a Fuerteventura, Lanzarote y el Archipiélago Chinijo (La Graciosa, Montaña Clara, Alegranza, Roque del Oeste y Roque del Este) y Lobos.

Entre la población, era conocido por los pescadores y mariscadores de las islas orientales, que llegaron a darle diferentes nombres, tales como grajo marino, grajo de mar, graja, cuervo marino, corvino o lapero. Esta última denominación estaba probablemente relacionada con sus costumbres alimenticias, ligadas al consumo de lapas y moluscos de la franja litoral. El resto de nombres hacían referencia a su coloración oscura, similitud con el plumaje de los córvidos, sus hábitos estrictamente costeros e, incluso, a su característico reclamo semejante al del córvido.

Pudo nidificar en playas arenosas con una escasa perturbación humana y dunas de pequeño tamaño y vegetación psammófila o halófila ocasional, que le servia de refugio para sus huevos. El nido debió consistir en una pequeña depresión en la arena, recubierto de pequeñas conchas, piedras e incluso unas pocas ramas, tal y como hacen otros miembros de su familia.

Su alimentación debió estar ligada principalmente a la presencia de lapas y mejillones, además de otros moluscos que podían quedar en la superficie durante la bajamar. De esta forma, seguramente centró su atención gastronómica en las cuatro especies de lapas que se encuentran en Canarias: lapa de pie negro ( Patella tenuis crenata ), lapa de pie blanco ( Patella ulyssiponensis aspera ), lapa curvina ( Patella piperata ) y lapa de sol o majorera ( Patella candei ), siendo quizá esta última la más consumida, debido a que frecuentaba la franja más alta de la zona de mareas o intermareal (mesolitoral superior) de las costas rocosas, especialmente en áreas no sometidas a fuertes oleajes. Un molusco que suele ser observado sobre la banda de sacabocados o clacas ( Chathamalus stellatus ). En Canarias, su posición en la zona de mareas se solapa con la de otras dos especies de lapas. Por debajo, se encuentra lapa de pie negro y, por encima, la lapa curvina o lapa de sol. Es la más grande de todas ellas, teniendo una concha muy alta comparada con las otras especies, aportando mayor biomasa.

Probablemente, la presencia del ostrero estuvo muy ligada a la lapa majorera, que en el pasado se encontraba en todas las Islas, tal y como muestra su abundancia en muchos yacimientos subfósiles, aunque en los concheros antiguos ya se presentaba en proporciones reducidas en comparación con las otras especies de lapas, apareciendo principalmente en los de las islas orientales. Pese a esto, hasta hace tres décadas menudeaban en la costa de Fuerteventura, donde eran recolectadas por los hombres de la mar con relativa frecuencia. Su distribución actual se restringe a algunas localidades de Fuerteventura, Archipiélago Chinijo y de las Salvajes, donde aún es abundante.

Esta relación convirtió al ostrero en un ave vulnerable ante el intensivo marisqueo, que se remonta a los antiguos isleños, como lo evidencia la presencia en los concheros repartidos por todas las Islas. Pero, la excelente calidad de la carne de las lapas, provocó que sus poblaciones disminuyeran rápidamente en la mayoría del Archipiélago, llegando a desaparecer de muchas localidades. Aunque en Fuerteventura y Lanzarote esta práctica en época precolonial debió de tener menos incidencia e impacto que en las islas occidentales, debido probablemente a una población humana más reducida, lo que pudo motivar que sobreviviera en estas islas hasta fechas más recientes.

Así, el uso humano de la costa hasta mediados del siglo XX, fecha en la que desaparece el ostrero unicolor canario, se limitaba a la pesca artesanal a caña desde tierra; al pardeleo o captura de pollos de pardela cenicienta ( Calonectris diomedea ) como recurso alimenticio; la construcción y explotación de salinas artesanales en la franja costera; la extracción y exportación de la cal; el cultivo de tomates y leguminosas en los terrenos fértiles cercanos a la costa; el marisqueo intensivo ya nombrado y todo un sinfín de acciones humanas vinculadas a pequeñas economías locales de subsistencia y limitada exportación interinsular, que mantuvo una población humana en pésimas condiciones de vida y aislamiento socioeconómico, agravada por los periodos de entreguerra y miserias de la época franquista.

El golpe de gracia sobre la especie lo asestaron los propios naturalistas y coleccionistas, que, al servicio de los grandes museos de historia natural del siglo XIX, recorrían fusil en ristre distintos lugares del planeta en busca de raras especies de flora y fauna, con el objeto de aumentar las numerosas y vastas colecciones científicas. De este modo, fue muy cotizado el ostrero canario a finales del siglo XIX y comienzos del XX. De hecho, oportunistas locales ofertaban huevos y pieles de adultos en sus catálogos por cuantiosas cantidades de dinero de la época. Hoy en día, algunas de esas aves colectadas en las Canarias figuran entre las luctuosas colecciones científicas de prestigiosos museos, como el British Museum de Londres, etiquetadas con el rubro EXTINGUIDO. Una ‘extinción’ que representa la desaparición total de todos los ejemplares o individuos vivos de una especie, la liquidación de un taxón en todo el mundo, la pérdida para siempre de una forma de vida.

Chochín de la isla de Stephen(Xenicus lyalli)

El Xenicus de Lyall (Xenicus lyalli) era una especie de pequeño pájaro que vivía en la isla Stephen, situada entre las dos islas principales de Nueva Zelanda, y se extinguió a finales del siglo XIX.

Fue descrito en 1895 por Lionel Walter Rothschild, que se lo dedicó a D. Lyall, guardián del faro de la isla Stephen. Sobre este islote rocoso vivía esta especie y en ningún otro lugar. Se conocen en total 13 especímenes, que fueron todos llevados al faro por el gato del guardián. Aficionado a la ornitología, el guardián decide disecarlos y enviarlos a eminentes ornitólogos como lord Rothschild, que recibió ocho ejemplares. Desde entonces no se encontraron más ejemplares, por lo que este pájaro constituye un caso único en la historia de especie que se extingue casi al mismo tiempo de ser descubierta para la ciencia.

No se sabe nada de las costumbres ni de la reproducción de esta especie, aparte del hecho de que era incapaz de volar o al menos era reticente a hacerlo, lo que explica la facilidad del gato del farero a la hora de exterminarla.

La cebra de llanura, de los llanos,

de planicie o simplemente comun (Equus quagga, anteriormente Equus burchelli), es el tipo más común y extendido de cebra, una vez halladas en las llanuras y sabanas desde el sur de Etiopía a lo largo del África oriental, y tan al sur como Angola y la parte oriental de Suráfrica. La cebra de la llanura es hoy menos numerosa de lo que fue en el pasado debido a que las actividades humanas, tales como la caza -por su carne y cuero-, así como la reducción de su hábitat natural ha reducido su número, pero aún es común en ciertas reservas.

Características y comportamiento

La cebra de la llanura es de tamaño mediano, cuerpo ancho y patas relativamente cortas. Los adultos de ambos sexos tienen una altura de unos 1,4 metros y una longitud de unos 2,3 metros de largo; pesan unos 230 kg. Igual que las demás cebras, sus cuerpos están cubiertos por franjas negras y blancas, y dos individuos nunca lucen idénticamente iguales. Actualmente, se reconocen tres subespecies, además de dos ya desaparecidas. Todas tienen franjas verticales en la parte delantera del cuerpo, las cuales luego se tornan horizontales según se acercan a la parte posterior. Las especies norteñas tienen franjas más estrechas y definidas; las poblaciones del sur tienen un número más variado, pero menor, de franjas en la parte baja del cuerpo, las patas y la parte trasera. La primera subespecie en ser descrita, la Quagga, que ya se ha extinguido, tenía la parte posterior de color marrón, sin franjas.

Las cebras de la llanura son muy sociables y comúnmente viven en pequeños grupos compuestos por un sólo macho y una, dos o varias hembras con sus crías. Estos grupos son permanentes, y tienden a variar según el hábitat: en campos pobres, los grupos suelen ser pequeños. De vez en cuando, familias de cebras de la llanura se agrupan en grandes manadas de cebras y otras especies, especialmente el ñu y otros antílopes.

A diferencia de la mayoría de los ungulados del África, las cebras de la llanura prefieren, pero no requieren, hierba de poca altura para pastar. Consecuentemente, se extienden más que otras especies (por tener más campo), incluso en regiones boscosas. Frecuentemente, son las primeras especies en aparecer en zonas con abundante vegetación. Sólo después de que las cebras han consumido y pisoteado los pastos altos, entonces aparecen los antílopes y las gacelas. No obstante, para protegerse de los depredadores, las cebras de la llanura se retiran a áreas abiertas donde tienen buena visibilidad en la noche, y se turnan los momentos de guardia. Las cebras se alimentan de una gran variedad de hierbas, aunque prefieren las tiernas y jóvenes si las hay disponible; también comen hojas y tallos de vez en cuando.

Alca Gigante o Pinguinus impennis

La más grande de las alcas, también llamada alca imperial, gran pingüino o simplemente pingüino. Originalmente, la única ave que recibía este nombre (derivado del gaélico penwyn) era el alca gigante. Posteriormente, los marineros y exploradores de los mares antárticos (en su mayor parte británicos, norteamericanos y escandinavos) comenzaron a llamar también pingüinos a las aves no voladoras del hemisferio sur (hasta entonces conocidas como pájaros o patos bobos), debido a su fuerte parecido externo fruto de la convergencia evolutiva. El nombre científico del alca imperial es Pinguinus impennis.

Esta especie se encontraba difundida en la época romana a lo largo de las costas del Océano Atlántico, desde Florida a Groenlandia, Islandia, Escandinavia, Islas Británicas, Europa Occidental y Marruecos, viéndose también en todo el Mar Báltico y más raramente al oeste del Mar Mediterráneo.

Los ejemplares adultos tenían alrededor de un metro de altura. El plumaje era negro en las alas y la espalda, cuello y cabeza. A los lados de ésta destacaban dos manchas blancas (pen gwyn significa precisamente «cabeza blanca» en gaélico), del mismo color que el abdomen. Las patas eran oscuras y palmeadas, y el pico, usado para arponear peces bajo el agua, era muy robusto, razón por la cual los escandinavos la conocían como geirfugl o garefowl, que significa «ave lanza» en castellano. El rasgo más distintivo de estas aves era su incapacidad para volar, fruto de su adaptación al buceo. Formaban parejas que incubaban un único huevo extraordinariamente grande sobre los acantilados o las playas durante la época de reproducción.

Su incapacidad para volar y lo apetitoso de sus huevos y carne las hicieron unas presas perfectas ya en la prehistoria, como demuestran varios yacimientos paleolíticos. A finales del siglo XVI el alca gigante ya había desaparecido de la Europa continental y en América del Norte sólo abundaba al norte de Nueva York. Los naturalistas del siglo XVIII describen su sabor como atroz, pero parece que los marineros no tenían un paladar tan exquisito y paraban a menudo durante sus viajes para aprovisionarse de carne y huevos sobre todo. Cuando Linneo nombró la especie inicialmente como Alca impennis, en 1758, el alca gigante era un animal sumamente raro en Europa, incluso en islas del Mar del Norte donde un siglo antes abundaba. En 1790 se capturó un ejemplar en Kiel, lo que causó gran extrañeza por ser el único visto en el Mar Báltico en años. Hacia 1800, la especie ya se había extinguido en Norteamérica y su distribución se reducía a Islandia.

Sorprendentemente, mientras el ave se extinguía en el resto del mundo, las alcas abundaban por cientos en algunos lugares de Islandia, como la isla de Geirfuglasker, adonde se dirigían con frecuencia los marineros para aprovisionarse de carne, pero debían pagar antes la mitad de lo que lo que cazasen a las cercanas iglesias de Kyrkjevogr y Utskála, que controlaban el acceso a las rocas de la isla, azotada también por fuertes marejadas durante todo el año. Peligrosidad y poca rentabilidad mantenían a salvo a las últimas alcas gigantes, de tal manera que algunos años ni siquiera arribaba allí un solo barco. Su suerte cambió durante las Guerras Napoleónicas, cuando dos barcos arribaron allí en 1808 y 1813 (ésta última vez en plena época de anidación) y se cobraron cientos de aves y huevos, sin respetar los privilegios de las iglesias cercanas. Para colmo, un terremoto hizo desaparecer la isla de Geirfuglasker bajo las aguas en 1830. Las alcas imperiales emigraron a otros lugares de Islandia donde no se habían visto en años (y fueron cazadas igualmente), e incluso apareció una, casi muerta de hambre, en las costas de Irlanda. La Isla de Eldey, cerca de la desaparecida Geirfuglasker, se convirtió en el hogar de las últimas parejas supervivientes.

Un ave tan sumamente rara despertó entonces el interés de todos los coleccionistas europeos, que pagaron cantidades cada vez más desorbitadas por hacerse con una piel o un ejemplar disecado de alca gigante. En 1840, los marineros de la zona informaron de que la población había desaparecido después de varias expediciones furtivas. En 1844, Carl Siemsen, de Reykjavík, persuadió al pescador Vilhjalmur Hakonársson para realizar una última expedición a la isla, pues había oído que en Dinamarca ofrecían 100 coronas por un solo pellejo de alca gigante que pudieran encontrar. Hakonársson desembarcó en Eldey el 2 de Junio junto con otros tres hombres, y dos días más tarde consiguieron divisar entre las gaviotas una sola pareja de alcas en su nido. Las mataron y ya no se volvió a conocer la existencia de ningún otro ejemplar vivo.

Varios museos de Europa y Estados Unidos conservan plumas, huesos y huevos de alcas gigantes, especialmente de la «cosecha» de 1830-1831.

Garrio Azul

Sin informacion

Vaca marina de Steller(Hydrodamalis gigas, antes Rhytina gigas)

fue un enorme sirenio de 8 metros de longitud (hasta 10 en algunos casos) y de 4 a 10 toneladas, el mayor sirenio que ha existido jamás. Fue descubierta por la expedición rusa de Vitus Bering en 1741, y desde ese momento se convirtió en una presa codiciada por los marineros, que la cazaron en gran número hasta su extinción en 1768, apenas 27 años después de su descubrimiento.

Este enorme mamífero era un animal estrechamente emparentado con el dugongo (Dugong dugon) que habita actualmente en las costas del Océano Índico y parte del Pacífico desde Taiwán a Nueva Guinea. Al contrario que otros sirenios, la vaca marina de Steller era el único conocido que habitaba en aguas frías, aunque tenía el mismo temperamento excepcionalmente manso (hasta el punto de dejarse matar con facilidad) y se alimentaba también de una amplia variedad de algas. El registro fósil demuestra que durante el Pleistoceno hubo momentos en que su distribución se extendía desde las costas de Japón a las de California, pero a finales del mismo la especie quedó restringida a las islas Komandorskie, cerca de la Península de Kamchatka.

Las causas de su extinción están en la demanda humana de su carne, grasa y piel, de gran calidad. El naturalista alemán Georg Steller, que viajaba en la expedición de Bering, las describió de la siguiente manera:

La carne de los individuos adultos no se distingue de la de buey y la grasa… es… dura, glandulosa y blanquecina… cocida supera en suavidad a la mejor grasa.

La piel era tan resistente que podía usarse para revestir el casco de los buques, y la grasa y carne, además de gratos alimentos, se demostraron como potentes remedios contra el escorbuto debido a su riqueza en vitamina C. Las islas Komandorskie se convirtieron en un importante centro de cazadores de vacas marinas hasta la extinción del animal.

En años posteriores se comunicaron algunos avistamientos en las Komandorskie y otras islas cercanas, pero la existencia de este animal después de 1768 no ha podido ser probada nunca de forma fiable.

Dodo o dront (Raphus cucullatus, llamado Didus ineptus por Linnaeus)

era un ave no voladora de aproximadamente un metro de altura, con un peso que oscilaba entre 13 y 25 kg. Era originaria de las islas Mauricio, situadas en el Océano Índico, y se alimentaba de frutas. Su pico, particularmente por la forma, le permitía romper las cortezas de los cocos, y anidaba en el suelo.

Se piensa que evolutivamente surgió de palomas que migraban entre África y el sudeste asiático, por esto se trataba de una peculiar ave «áptera», ya que en la ausencia de depredadores, hizo que esta ave no desarrollara su sistema muscular para el vuelo. Era un pariente cercano del solitario de Rodríguez, otra ave de las Mauricio que también se extinguió apenas un siglo después. Se cree que la paloma de Nicobar es el pariente más cercano todavía vivo.

El ser humano llegó a su hábitat en el siglo XVII. Las primeras noticias que en Europa se tuvieron del ave parecen datar de 1674; en 1681 un conquistador español llevó un ejemplar a Europa. Los descubridores portugueses llamaron dodo («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada. También se la ha llamado dronte, una denominación algo más científica.

La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies a la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas , la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de bosque, del cual dependía en gran medida la subsistencia del dodo. Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza. Como consecuencia se produjo la completa extinción de esta ave un siglo después de la llegada del ser humano a la isla.

Sir Thomas Herbert, el introductor de la palabra «dodo», dedicó al animal en 1627 un dramático epitafio: «Tienen un semblante melancólico, como si fueran sensibles a la injusticia de la naturaleza al modelar un cuerpo tan macizo destinado a ser dirigido por alas complementarias ciertamente incapaces de levantarlo del suelo».

Circo Romano / Coliseo


Circo romano

Esta construcción de la antigua Roma, y de los territorios dominados por ella, cuya utilidad era permitir la asistencia a diversos espectáculos tales como carreras de carros, actividades gimnásticas o luchas. El término también se refiere tanto a dichos espectáculos como al espacio estrictamente destinado a su desarrollo, es decir, sin incluir a las gradas destinadas a la ubicación del público. El circo fue una adaptación del hipódromo griego y estaba formado por un gran circuito para carreras de carros. Gradas de asientos rodeaban el ruedo excepto en la parte final, donde se localizaban los establos para los caballos y los carros. En el centro del circo, extendiéndose a lo largo, casi de extremo a extremo, había un muro bajo, la spina, alrededor del cual corrían los carros. Competían cuatro equipos que vestían de verde, rojo, azul y blanco representando los elementos, y cada uno conducía cuatro caballos representando las estaciones. Una carrera duraba siete vueltas y cada día había 24 carreras. Frecuentemente había disturbios, aunque se suponía que el “pan y circo” apaciguaba al pueblo, que en ocasiones podía demandarles a través de los candidatos políticos.

También existían otras distracciones en el circo, tales como combates entre gladiadores, entre bestias salvajes y entre hombres y bestias salvajes. En el 55 a.C. se dice que el general romano Pompeyo Magno patrocinó cinco días de juegos circenses durante los cuales se mató a quinientos leones y a veinte elefantes. El circo también se utilizaba como lugar para celebrar ceremonias imperiales, en las cuales el emperador aparecía ante su pueblo normalmente como parte de la celebración de una victoria militar o de su acceso al trono. Las ciudades que tenían circo, incluidas Roma, Tesalónica (Grecia), Sirmium (la actual Sremska Mitrovica, en Serbia) y Constantinopla, continuaron llamándolo hipódromo. El circo más conocido fue el Circo Máximo en Roma, construido hacia el 600 a.C., y ampliado por Julio César en el siglo I a.C. Sus dimensiones exteriores eran de 610 metros de largo y 190 de ancho, mientras la zona interior era aproximadamente de 564 metros de largo y 85 de ancho. Tenía capacidad para más de 300.000 espectadores.

En los siglos IV y V d.C., bajo la creciente influencia de la Iglesia, las distracciones que tradicionalmente habían tenido lugar en el circo dejaron de ser apreciadas y finalmente desaparecieron. Hacia el siglo VII d.C., los circos habían sido abandonados y fueron desmantelados para recuperar sus piedras o usados como vertederos de basura.


Coliseo

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Fue edificado dentro del enorme complejo del palacio de Nerón, la Domus Aurea, construida tras el incendio de Roma. Precisamente ocupó un espacio llano donde existía una laguna artificial, la Stagnum Neronis. Con esta y otras actuaciones se restituyeron a la hacienda pública los terrenos apropiados por Nerón.

Se desconoce la identidad del arquitecto del edificio, como ocurría en general con la mayoría de las obras romanas: las edificaciones públicas se erigían para mayor gloria de los emperadores. a lo largo de los años se han barajado los nombres de Rabirio, Severo, Gaudencio o incluso Apolodoro de Damasco, aunque se sabe que este útimo llegó a Roma en el año 105. Lo cierto es que su identidad sigue siendo un misterio.

Algunos historiadores creen que pudo haberse financiado gracias a la toma de Jerusalén en el año 70. Dio Casio afirma que se sacrificaron 5000 animales durante los 100 días que duraron los festejos de inauguración.

Procedencia del nombre

En cuanto a la procedencia de su nombre hay tres posibles soluciones. La teoría más aceptada es que se lo debe al coloso, una estatua de 40 metros de altura representando a Nerón. Siempre se ha creído que el nombre popular de coloseum provenía de esta estatua, aunque existen dudas al respecto. En la Edad media derivó en la forma coliseum, de la que proviene el nombre en castellano y otras lenguas romances.

Uso del edificio

El Coliseo albergó espectáculos como las venationes (peleas de animales) o los noxii (ejecuciones de prisioneros por animales), así como las munera: peleas de gladiadores. Se calcula que en estos juegos murieron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Siempre se ha especulado con que albergara la naumachiae, espectaculares batallas navales que requerían inundar la arena de agua, aunque de ser cierto, es probable que fuera en los primeros años, antes de construirse los sótanos bajo la arena.

Los juegos continuaron celebrándose hasta el año 404, en el que está documentada la última pelea de gladiadores. El ascenso del cristianismo como religión oficial puso fin gradualmente a los actos más sangrientos, manteniéndose los sacrificios de animales hasta el 523.

Descripción

El Anfiteatro Flavio es un enorme edificio ovalado de 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 48 metros de altura, con un perímetro de la elíptica de 524 metros. Se suele decir que este edificio ha sido un modelo para los recintos deportivos modernos, ya que tiene un diseño ingenioso y soluciones eficaces a problemas actuales.

La arena

El terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 metros, y en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena. Todo el subsuelo era un complejo de túneles y mazmorras (el hipogeo) en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a los animales. El suelo disponía de varias trampillas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo.

El plano de la arena tenía un completo sistema de drenaje, conectado a cuatro imponentes cloacas. Se ha sugerido que obedecen a la necesidad de evacuar el agua tras los espectáculos navales. Sin embargo parece ser que ya Domiciano, abandonando la idea de la naumaquia, pavimentó las cloacas y colocó en la arena los montacargas para los combates de gladiadores. La cubierta de madera ya no se conserva, con lo que todo el laberinto subterráneo permanece hoy al aire libre.

La estructura

El Coliseo fue la obra más grandiosa de la arquitectura romana, y en él se utilizaron las más variadas técnicas de construcción. Las pilastras y los arcos son de travertino colocado sin argamasa. En las partes inferiores y en los sótanos se empleó la toba del mismo modo. Muchos de estos sillares iban sujetos con grapas metálicas. Las bóvedas que sostienen la cávea se hicieron vertiendo argamasa de cemento directamente sobre cimbras de madera, una innovación que aligeraba la fábrica.

El hecho de que el edificio se ubicase sobre una laguna obligó a excavar hasta 14 metros de limos inservibles y realizar una cimentación de casi 13 metros de opus cementicium (hiladas de argamasa de cal y piedras alternadas).

La cávea

El amplio graderío interior estaba diferenciado en gradus, pisos reservados para las diferentes clases sociales:

En el podium,el primero de ellos, se sentaban los romanos más ilustres: los senadores, magistrados, sacerdotes y quizá las vestales. En ambos extremos del eje menor había sendos palcos: la tribuna imperial (pulvinar), y otra reservada para el magistrado que en ocasiones presidía los juegos. Dado que este piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de protección y arqueros apostados regularmente.

El maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado,

El maenianum secundum, dividido en el imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres.

En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para mujeres pobres.

Además, algunos órdenes sociales, como los tribunos, sacerdotes o la milicia, tenían sectores reservados.

El acceso desde los pasillos internos hasta las gradas se producía a través de los vomitorios, llamados así porque permitían salir una enorme cantidad de gente en poco tiempo. Estaba tan bien diseñado que los 50.000 espectadores podían ser evacuados en un poco más que cinco minutos.

La fachada

La fachada se articula en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corresponden con los pisos interiores. Los tres órdenes inferiores los forman 80 arcos sobre pilastras, y con semicolumnas adosadas que soportan un entablamento puramente decorativo. El cuarto lo forma una pared ciega, con pilastras adosadas, y ventanas en uno de cada dos vanos.

Los órdenes de cada piso son sucesivamente toscano, jónico y corintio. El último piso tiene un estilo indefinido que fue catalogado en el siglo XVI como compuesto. Era corriente superponer estilos diferentes en pisos sucesivos, pero no era habitual hacer edificios con cuatro órdenes superpuestos. Las comunicaciones entre cada piso se realizaban a través de escaleras y galerías concéntricas.

El velario

El Coliseo contaba con una cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Esta cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por lino (más ligero), se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se sabe. Cada sector de tela podía moverse por separado de los de alrededor, y eran accionados por un destacamento de marineros de la flota romana.

En la parte superior de la fachada se han identificado los huecos en los que se colocaban los 250 mástiles de madera que soportaban los cables. Al parecer las cuerdas se anclaban en el suelo, pues de otro modo los mástiles soportarían demasiado peso. A tal efecto había un anillo concéntrico de piedras o cipos situados a 18 metros de la fachada en la explanada exterior, y que también permitían el control del público para evitar aglomeraciones. La franja entre la fachada y los cipos estaba pavimentada con travertino.

Historia

La inauguración del Coliseo a cargo de Tito se realizó mediante la celebración de unos festejos que duraron cien días en los que murieron cerca de dos mil gladiadores.

Decadencia

Durante el papado de Gregorio I Magno muchos de los monumentos antiguos pasaron a manos de la Iglesia, que era la única autoridad efectiva. Sin embargo carecía de recursos para mantenerlos, por lo que cayeron en el abandono y el expolio. Durante la Edad Media, la decadencia de la ciudad afectó a todos los monumentos imperiales. Los terremotos de 801 y 847 provocaron grandes destrozos en un edificio prácticamente abandonado en las afueras de la ciudad medieval.

Cuando en 1084 el papa Gregorio VII fue expulsado de la ciudad, muchos monumentos cayeron en manos de familias nobles romanas, que los usaron como fortalezas. Es el caso del Coliseo, ocupado por los Frangipane, que lo convirtieron en el centro de su área de influencia. El Coliseo fue cambiando de manos hasta 1312, en que volvió a la Iglesia.

Durante la Edad Media se creía equivocadamente que el Coliseo había sido un templo dedicado a diversos dioses, como el Sol. La confusión podía provenir del coloso de Nerón, al que Vespasiano había cambiado la cabeza por la del dios Sol.

A lo largo de los siglos XV y XVI, el travertino que lo recubría fue arrancado para reutilizarlo en otras construcciones. Entre otras, se utilizó para el Palacio Barberini y para el Puerto de Ripetta. Un conocido dicho latino reza Quod non fecerunt Barbari, fecerunt Barberini (lo que no se atrevieron a hacer los bárbaros, lo hicieron los Barberini). También se utilizó para quemarlo y obtener cal. El expolio de piedras continuó hasta 1749, en que Benedicto XIV consagró los monumentos como iglesia pública en memoria de los mártires allí ejecutados (si bien se cree que la mayoría de éstos fueron martirizados en el Circo Máximo). Una de las últimas barbaridades que sufrió el Coliseo fue ser objeto de simbolizar el borrador de la historia de Italia por parte de los militares. La parte del edificio que falta en la primera foto fue una bomba caída en el mismo durante la segunda guerra mundial.

En el siglo XIX, por el contrario, comenzaron una serie de obras para estabilizar muchos monumentos antiguos. En 1820 se terminaron varios contrafuertes que son claramente distinguibles hoy día, y sin los cuales el edificio probablemente se habría derrumbado. Durante todo el siglo se sucedieron obras de consolidación y mejora, en un proceso que aún continúa.

El Coliseo en la actualidad

El Coliseo es sin duda uno de los grandes atractivos turísticos de Roma. Ha sido llevado al cine en múltiples ocasiones, destacando la increíble reconstrucción digital, poco fiel al original, que podíamos ver en Gladiator.

En 1980, la UNESCO declaró el centro histórico de Roma, incluido el Coliseo, Patrimonio de la Humanidad . Desde 2000, las autoridades mantienen el edificio iluminado durante 48 horas cada vez que en algún lugar del mundo se le conmuta o aplaza una sentencia de muerte a un condenado.

Millones de personas votaron en 2007 para que el Coliseo fuera nombrada una de las 7 nuevas Maravillas del mundo.


Historia de las consolas de videojuegos


Una videoconsola o consola de videojuegos es un sistema electrónico de entretenimiento para el hogar que ejecuta juegos electrónicos (videojuegos) contenidos en cartuchos, discos ópticos, discos magnéticos, tarjetas de memoria o cualquier dispositivo de almacenamiento.

Visión general

Los primeros sistemas de videoconsolas fueron diseñados únicamente para jugar videojuegos pero a partir de la sexta generación de videoconsolas han sido incorporadas características importantes de multimedia, internet, tiendas virtuales, servicio en línea como: Nintendo Network, PlayStation Network, y Xbox Live.

Una videoconsola es un pequeño sistema electrónico que está diseñado para ejecutar juegos desarrollados en un computador personal o servidor. Al igual que los ordenadores personales, pueden adoptar diferentes formas y tamaños; de este modo, pueden ser de sobremesa, es decir, requieren ser conectadas a un televisor para la visualización del videojuego, y a la red eléctrica para su alimentación, en la cual suelen consumir 12 voltios, o bien el dispositivo electrónico videoconsola portátil, que cuenta con una pantalla de visualización integrada y una fuente de alimentación propia (baterías o pilas).

Los videojuegos pueden presentarse en forma de cartuchos de plástico que protegen una placa con chips en los que está almacenado el software, o también en disquete, tarjeta de memorias, disco compactos (como en PlayStation), discos «GOD» (en el caso de Nintendo GameCube), DVD (como en PlayStation 2, Wii, Xbox, Xbox 360), o Blu-ray (en el caso de la PlayStation 3, Xbox One, PlayStation 4). Estos dos últimos formatos ópticos de almacenamiento son los que se han impuesto como estándar en las videoconsolas de séptima generación. El formato cartucho se utilizaba básicamente para videoconsolas portátiles o en generaciones pasadas de videojuegos, siendo la últimas más destacables la Nintendo 64 y Game Boy Advance. Hoy en día, PlayStation Portable usa UMD, formato propietario de Sony y Nintendo DS utiliza dispositivos portátiles de tarjetas SD.

Historia

En la Industria de los videojuegos, las videoconsolas han sido clasificadas en distintas generaciones. Esta clasificación la determina su tiempo de lanzamiento y la tecnología existente en ese momento. Las empresas fabricantes lanzan una nueva consola en determinado tiempo (que puede variar entre 5 o 6 años). Por otro lado, algunas generaciones están señaladas por un número determinado de bits, los cuales determinan el ancho de bus del procesador, (de la segunda generación hasta la sexta generación).

Las primeras videoconsolas que aparecieron en el mercado llevaban procesador de 8 bits. A partir de la segunda generación algunos fabricantes ya presentaban equipos de 16 bits. A partir de esta cantidad, se fueron realizando las siguientes generaciones de consolas. Una consola de generación superior no tiene que poseer necesariamente un procesador de ancho de bus de datos de más bits, al contrario que la creencia popular que piensa que en cada generación se dobla el número de la anterior, ya que la potencia de un procesador está determinada además de por su ancho de bus por su estructura y velocidad.

En las videoconsolas de reciente generación ya no sólo depende la potencia de la unidad CPU sino también del procesador gráfico GPU que es el procesador encargado del manejo de gráficos en la consola. Cada componente tiene una determinada cantidad de bits y velocidad.

 

Historia de la Vespa


La presentación de las primeras 15 motos Vespa tuvo lugar en abril de 1946 en el Club de Golf de Roma. Los padres de la nueva moto eran el empresario Enrico Piaggio y el ingeniero aeronáutico Corradino D’Ascanio. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Piaggio tuvo la visión de un medio de transporte cómodo, de fácil manejo y barato. Piaggio encarga un primer proyecto al ingeniero Renzo Spolti, en el que el nuevo vehículo recibe el nombre de Paperino, que significa patito en italiano, con un diseño inspirado en las motocicletas plegables utilizadas por los paracaidistas ingleses. El proyecto del primer prototipo no convenció a Piaggio y recurrió al ingeniero aeronáutico Corradino D’Ascanio. El ingeniero, al que le gustaban más los aviones que las motos, diseñó un vehículo de aspecto revolucionario para su época: puso el motor sobre la rueda posterior e ideó el brazo delantero pensando en el tren de aterrizaje de un avión. Cuenta la leyenda que, cuando Piaggio la vio, exclamó: «Bello, mi sembra una vespa» (Bonita, me recuerda una avispa, en italiano), aludiendo a la forma del vehículo: parte trasera más gruesa conectada a la parte frontal por una cintura delgada, y el manillar como las antenas.

Piaggio continúa manufacturando hoy la Vespa, aunque era un vehículo mucho más prevalente en los cincuenta y sesenta al ser la elegida por la cultura juvenil del Reino Unido conocida como Mods, y más tarde Skin heads. Las clásicas Vespas tenían chasis unicorporal prensado de láminas de acero, con carrocería cubriendo las piernas para protegerlas de la lluvia y el barro. El motor estaba cubierto completamente por un encapuchado de acero para proteger del calor. Piaggio revolucionó la industria de dos ruedas con la Vespa y produjo un modelo en el que prácticamente todos los demás scooters se han basado desde entonces.

Las Vespas más antiguas (los modelos tradicionales) tienen cambios de marchas manuales, controlados girando el manillar izquierdo mientras se empuja la palanca de embrague y eligiendo entre las 3 o 4 marchas. Estas Vespa tradicionales siempre tuvieron motores de dos tiempos, requiriendo una mezcla de aceite y gasolina para lubricar el pistón y el cilindro. En los primeros tiempos de su producción y hasta el desarrollo de mejores materiales y lubricantes más eficaces, la mezcla de aceite en el combustible producía grandes cantidades de humo.

Para celebrar el año 2015 con el 40 aniversario de la casa de Giorgio Armani y los 130 años de la creación del Grupo Piaggio, Emporio Armani lanza una edición especial de la Vespa 946.

Sin dejar de respetar la sobriedad de los colores de la firma Armani, el diseñador ha desarrollado una combinación específica de tonos de gris con algunos toques sutiles de verde visible sólo bajo condiciones de iluminación especiales.

El nombre de «Vespa 946» se refiere a 1946 y la creación de la primera Vespa, que de inmediato tuvo un gran éxito en todo el mundo. El diseño de la nueva versión Vespa Emporio Armani es una reinterpretación moderna del modelo original.

Las partes metálicas están sometidas a un tratamiento galvánico que permite dar un acabado cromado y crear un mayor efecto mate en sintonía con el acabado armonioso de la carrocería. La marca «Emporio Armani» se estampa en el costado de la Vespa mientras que el águila emblema de la marca cónica se sitúa por encima del faro.

La Vespa 946 Emporio Armani es a la vez moderna y elegante con sus cárteres de aluminio, sus acabados de cuero marrón, sus accesorios de alta gama y sus mandos electrónicos compatibles con los últimos dispositivos de Internet que complementan el motor de inyección electrónica de cuatro tiempos. Dicho motor permite que el scooter reduzca el consumo de combustible y las emisiones, por lo que es el vehículo ideal para un uso urbano. Además, los frenos de doble disco de 220 mm, el sistema ABS de dos canales y las ruedas de 30 cm garantizan la máxima seguridad en la carretera.

 

Historia La Evolución Histórica del Dinero


Un recorrido a través de la historia del dinero debe comenzar con el análisis del momento en que se empezaron a usar determinados bienes como dinero, aunque éstos no contaran con todas las características del dinero actual.

En las primeras fases de desarrollo de la sociedad, el intercambio se realizaba mediante el trueque. Una cantidad de madera podía ser cambiada por un número determinado de ovejas, aunque se debía tener en cuenta la oferta y la demanda. Este tipo de transacción comercial era totalmente válida, pero adolecía de varios defectos. En primer lugar, se debía encontrar a otra persona interesada en cambiar el producto de la que se era excedentario y que a la vez quisiera cambiarlo por el que se le ofrecía. Este método de cambio, que se producía en sociedades primitivas donde los recursos eran escasos, resultaba factible, pero en sociedades con excedentes apreciables de bienes ya era un problema.

Al aumentar el número de transacciones surgió la necesidad de una mercancía que sirviera para realizar los tratos, que fuera fácilmente reconocible y generalmente aceptada. Se trataba de conseguir un bien intermedio que acabara con el trueque.

En los pueblos prehistóricos, como en los más primitivos, durante muchos siglos se utilizaron diversos elementos como dinero; de hecho, ninguna civilización avanzada ha podido prescindir para su desarrollo del dinero como instrumento de cambio. La forma dineraria más extendida en las culturas ha sido la moneda. Una gran ventaja de la moneda reside en que se convierte en un elemento de cambio totalmente independiente de otros bienes, con la que se pueden valorar y ser cambiados sin problemas en cualquier momento.

Los primeros bienes usados como dinero, de gran variedad y origen, no perduraron por las escasas facilidades y beneficios que generaron. Entonces, surgieron las primeras acuñaciones de monedas en la India y Lidia. La acuñación suponía una certificación de la pureza del metal, de su peso, unificaba las valoraciones como un múltiplo de la unidad y agilizaba el comercio. Las primeras formas monetarias se vincularon a los metales preciosos que, debido a su escasez, durabilidad y a que podían dividirse fácilmente, eran susceptibles de ser acuñados. Los metales utilizados fueron el oro, la plata, la aleación electro y el cobre, disponiendo de un uso generalizado en la Grecia clásica. El problema principal de las monedas era la reducción de valor porque las aleaciones cada vez tenían menos metal precioso o bien porque eran raspadas para obtener un beneficio extraordinario. Esta circunstancia fue una preocupación importante en Grecia, que intentó mantener el valor de sus monedas constante para evitar problemas monetarios.

El problema del respaldo de las monedas sí lo sufrió el Imperio Romano debido a la lasitud en el control de monedas. El resultado fue una constante inestabilidad en el valor de las monedas romanas.
En la Edad Media, el dinero en Europa sufrió una reducción en su circulación y aun en sus acuñaciones. Aun con ello, el Imperio Bizantino mantuvo una alta aceptación de su moneda en el comercio. El mundo islámico, por otro lado, con territorios sobre todo el Mediterráneo, mantuvo el dinero en su forma monetaria y sofisticó las técnicas de producción. Poco más tarde, durante los siglos XIII y XIV, las bancas italiana y holandesa empezaron a emitir billetes en pequeñas cantidades, sin intención de eliminar moneda. Más importante fue la creación de los primeros cheques, papeles firmados en los que se daba una orden de pago a cargo del deudor y cuyo valor en dinero otra persona podía retirar en el banco. Así surgieron las promesas de pago y el papel moneda en sí que, aunque no tienen un alto valor intrínseco, actúan como dinero debido a que son aceptados ampliamente como valor de cambio.

Tras la Edad Media aparecieron de manera más generalizada los billetes, en realidad certificados de depósito que eran convertibles a su presentación a su valor nominal en oro y plata. Se repitieron intentos más o menos fallidos de emisiones de papel moneda como el caso de John Law y el Banque Générale en París, los assignats franceses o los greenbacks estadounidenses. Bajo el reinado de Carlos III, se emitió el primer papel moneda español, unos vales reales de 600 pesos utilizados para ayudar en América a las colonias que, tras la lucha con Inglaterra, darían lugar en el siglo XVIII a los Estados Unidos de América.

Junto a esas emisiones también aparecieron los primeros institutos monetarios. En Suecia, el Banco de Estocolmo sustituyó en 1650 el certificado de depósito por un título de crédito evitando así el encaje bancario del 100%. También se fundó en 1672 el Banco de Londres, que en 1694 se convertiría en el Banco de Inglaterra y que emitía billetes negociables al portador por una cantidad fija de oro. Asimismo, la banca escocesa emitió billetes en ese tiempo con garantía en propiedades agrarias. A lo largo del tiempo la libertad de emisión se fue limitando hasta llegar a ser un monopolio estatal.

En el siglo XIX tuvo gran eco un conflicto entre la currency school, que defendía la vigencia del billete como dinero, frente a la banking school, que defendía más el contravalor. En definitiva, en ese siglo se terminaría un ciclo y la economía monetaria pasaría a cubrir todas las transacciones. De esta forma, los sistemas monetarios pasaron a tener una importancia básica en el funcionamiento social. En consecuencia, aparecieron ordenaciones monetarias supranacionales como el patrón oro o los patrones bimetálicos, aunque estos últimos demostraron no ser tan eficaces como los primeros por la fluctuación de valores entre el oro y la plata y por los elevados costes de traslado de la plata.

El sistema se concretó en el patrón oro, que funcionó desde el último tercio del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Su ruptura y la posterior reimplantación de la convertibilidad llevó al sistema de cambios-oro, más débil que el primero y puesto en duda por la paridad con el oro irreal que mantenía la libra esterlina. El sistema quebraría de forma definitiva con el inició de la Segunda Guerra Mundial.

Al finalizar el conflicto, en el mundo occidental se implanto el patrón dólar, que pervivió hasta el decreto de no convertibilidad del dólar que realizó Nixon en 1971. Tras esto, los cambios han tomado formas flotantes o semifijas. En la actualidad se tiende a unificar las economías monetarias de los países asumiendo áreas monetarias unificadas en los bloques económicos principales. De esta forma nació el euro, heredero directo del ecu, y se producen los fenómenos de dolarización como intentos de estabilización.

Fuente: Encarta

Monsanto – Aldeas historicas de Portugal


Perteneciente a las “Aldeias historiacas de Portugal” su encanto medieval lo hace irrepetible, perderse por sus calles laberínticas y subir a lo alto a contemplar la vista desde su castillo es una autentica experiencia. Monsanto está enclavado en la vertiente de una pequeña pero escarpada montaña, caracterizada por grandes moles de granito que muchas veces forman parte de las viviendas.

En lo alto del monte asentado en grandes rocas graníticas se encuentra el imponente castillo de Monsanto ahora ya en estado de ruina, pero que aún conserva bien su muralla, patio de armas y torreones.

Monsanto se encuentra en la cuesta de una gran elevación escarpada, llamada Cabeço de Monsanto (Mons Sanctus). Se sitúa al Noreste de Idanha-a-Nova e irrumpe repentinamente del valle. En el punto más alto su pico alcanza los 758 metros. La presencia humana en este lugar data del paleolítico. La arqueología dice que el lugar fue habitado por los romanos, en el piedemonte del monte. También existen vestigios de presencia visigótica y árabe. Los moros serían derrotados por Don Alfonso Enríquez y, en 1165, el lugar de Monsanto fue donado a la Orden de los Templarios que sobre orientaciones de Gualdim Pais, que mandó construir el Castillo de Monsanto. La Carta de foral fue concedida por primera vez en 1174 por el rey de Portugal y rectificada, sucesivamente, por Don Sancho I (en 1190) y Don Alfonso II (en 1217).

Fue D. Sancho I quien repobló y reedificó la fortaleza que, entre tanto, fue destruida en las luchas contra el Reino de León. Serían nuevamente reparadas un siglo más tarde, por los Templarios.

En 1308, el Rey Don Dinis dio Carta de Feira y, en 1510, sería el rey Don Manuel I quien otorgaría de nuevo la Carta de foral y concedería a la aldea la categoría de villa.

A mediados del siglo XVII, Luis de Haro y Guzmán (ministro de Felipe IV de España), intenta cercar Monsanto sin éxito. Durante la Guerra de Sucesión Española (1700-1715), el Duque Berwik también cerca Monsanto pero el ejército portugués comandado por el Marqués de Mina derrota al invasor en los difíciles escarpes que se yerguen hasta el Castillo. Monsanto fue sede de concelho en el periodo 1758-1853. Un grave accidente en el siglo XIX destruyó su Castillo medieval, por la explosión del almacén de municiones.

En las últimas décadas, Monsanto se volvió popularmente conocida como «a aldeia mais portuguesa de Portugal»

Descubre cómo eran los primeros parabrisas de la historia


ABC.es

  • Los conductores usaban gafas para protegerse del polvo de los caminos, hasta que a principios del Siglo XX se comenzaron a introducir los primeros cristales frontales de protección

Los conductores de los primeros coches solían usar gafas para protegerse del viento, polvo y de las piedras que podían saltar de los caminos. A principios del Siglo XX se comenzaron a introducir los primeros cristales frontales de protección. Estos parabrisas estaban compuestos por dos hojas de cristal horizontales desplazables: cuando la mitad superior se ensuciaba, el conductor podía plegarla seguir adelante.

Pero pronto los parabrisas se ganaron mala fama, pues en un accidente se rompían en mil pedazos y causaban lesiones en los ocupantes, viandantes y motoristas; lo que también comenzó a provocar numerosas demandas. Por este motivo, cuando aparecieron los primeros coches cerrados, con cristales en los cuatro lados, muchas personas tenían miedo a subirse en ellos.

En los años ’20 del siglo pasado Henry Ford se convence de que hay que fabricar cristales de automóvil -sobre todo, el parabrisas- más seguros; ya fuera por que varios amigos habían sufrido accidentes, por las demandas recibidas o porque no le gustaba que la ventana trasera del Modelo T distorsionara la realidad. A Ford también le preocupaba la escalada del precio del cristal, cuyos fabricantes no podían absorber la creciente demanda por parte de los fabricantes.

Por estos motivos, Ford le encarga a Clarence Avery, el «genio» mecánico de la empresa, que busque una nueva forma de fabricación que consiga un cristal más resistente y barato. Junto al especialista Pilkington crean un nuevo proceso de fabricación de vidrio mucho más resistente y barato, pues se produce en la misma planta de River Rouge de Ford.

El cristal laminado se descubrió por casualidad

El parabrisas laminado es uno de los inventos que más vidas ha salvado y lesiones ha evitado en la carretera. Y se descubrió por casualidad en 1903, cuando al inventor francés Edouard Benedictus se le cayó al suelo un vaso de vidrio y no se rompió en mil pedazos. ¿La causa? Ese vaso había contenido nitrato de celulosa y la película seca que quedó sobre el cristal mantuvo los trozos unidos cuando este se rompió.

En Inglaterra, John C. Wood hace un descubrimiento similar en paralelo, pero es Benedictus quien presenta en 1909 la patente de dos capas de vidrio con una de celulosa entre ellas. En 1911 crea la Société du Verre Triplex, que fabricó un compuesto de vidrio y plástico para reducir las lesiones en accidentes automovilísticos.

El cristal laminado fue muy utilizado en las máscaras de gas durante la Primera Guerra Mundial, pero tardó en popularizarse en el mundo del automóvil por su precio y porque la capa intermedia se decoloraba con el paso del tiempo. Lo primero cambió tras la huelga de la Federación de Trabajadores de Vidrio de Estados Unidos de 1937. Lo segundo se solucionó en 1938, cuando Carleton Ellis fabricó el butiral de polivinilo. En 1939, un anuncio de Ford decía que “el cristal de seguridad ‘Indestructo’ da la protección más completa. Además de no romperse en mil pedazos, es cristalino y nunca se decolora”.

No fue hasta bien entrada la década de los ’30 cuando los parabrisas laminados se popularizan y se convierten en una de las innovaciones de seguridad más importantes de la historia del automóvil, por varios motivos. El primero, que el cristal ya no se astilla en mil pedazos, reduciéndose las lesiones a los ocupantes en caso de accidente. El segundo es que, al ser más resistente, evita que los pasajeros salgan despedidos fuera del coche en una colisión. Y el tercero, que aumenta la rigidez estructural del coche y protege del aplastamiento del techo en caso de vuelco.

Parabrisas pioneros

Oldsmobile fue la primera marca que incluyó el parabrisas como un elemento de serie en todos sus vehículos, en el año 1915. Ford lo ofrecía desde 1908 en su Modelo T, como una opción con un sobreprecio de 100 dólares (en un paquete junto al velocímetro y los faros), un precio algo elevado si tenemos en cuenta que la versión más económica de este modelo costaba 825 (18.000 dólares actuales). El primer parabrisas laminado de serie lo montó un Rickenbacker en 1926, dos años después de que Lincoln equipara a varios departamentos de policía con el modelo Police Flyers, que montaba un parabrisas a prueba de balas, realizado en vidrio y policarbonato, de 2,5 cm. de grosor.

El primer parabrisas de una sola pieza con formas curvas lo empleó Chrysler en 1934, en su modelo Airflow Custom Imperial 8. Mucho más tarde llegó el primer parabrisas panorámico, del que presumía el concept car de General Motors LeSabre, presentado en 1951.

A principios de los años ’30, Cadillac y Chevrolet comenzaron a diseñar coches con el parabrisas inclinado, por diseño y aerodinámica. En 1936 General Motors introduce el parabrisas dividido verticalmente en sus coches. Y hay una patente de esos años del primer sistema antiempañamiento.

La historia de Ford con los parabrisas escribió un nuevo capítulo con el impresionante Ford GT de 2016, primer coche del mundo que monta un parabrisas con cristal ‘Gorilla Glass’. Desarrollado para las pantallas de los smartphones, es más ligero (hasta un 30%, lo que permite ahorrar 5 kilos de peso), delgado (un 25%) y resistente a los arañazos que el vidrio tradicional. Está creado con muchas capas: una interior reforzada, una intermedia termoplástica absorbente de ruido y un vidrio recocido de capa externa.