El agua de la Tierra podría proceder de asteroides, y no de cometas


ABC.es

  • Los datos obtenidos por la misión Rosetta en el cometa 67/P Churyumov Gerasimenko revelan que su agua no se parece a la de nuestro planeta
El agua de la Tierra podría proceder de asteroides, y no de cometas

ESA/Rosetta/Philae/DLR El módulo Philae captó esta imagen del cometa durante su aproximación

Un equipo internacional de científicos dirigido por Kathrin Altwegg, investigadora principal del instrumento ROSINA, un espetrómetro de masas a bordo de la sonda Rosetta, acaba de publicar en Science las primeras conclusiones del análisis del agua del cometa Churyumov Gerasimenko. Un agua que, al parecer, es diferente de la que tenemos en la Tierra.

Uno de los objetivos principales de la misión Rosetta es, en efecto, averiguar si el agua de la Tierra, la que llena nuestros océanos, fue o no traida a nuestro mundo por cometas. Y las medidas directas de la proporción entre hidrógeno y deuterio en el agua del cometa 67/P Churyumov Gerasimenko tomadas por Rosetta parecen indicar que no. O por lo menos, no por cometas de la misma clase que el primero en el que el hombre consigue hacer aterrizar un módulo. [Así te lo contamos en directo].

Se sabe que, hace más de 3.000 millones de años, cuando el Sistema Solar era aún muy jóven, Júpiter se desplazó desde su lugar de origen hasta su órbita actual. Al hacerlo, el planeta gigante arrastró en su avance a millones de cometas y asteroides, lanzándo a muchos de ellos directamente contra los planetas interiores. La Tierra sufrió en aquella época lo que se conoce como «El gran Bombardeo», y recibió el impacto de un gran número de meteoritos y cometas de todos los tamaños. Muchos científicos mantienen la hipótesis de que fue así, precisamente, cómo pudieron llenarse las cuencas oceánicas.

Pero el instrumento ROSINA de la nave Rosetta, un espectrómetro de masas que ha analizado la huella química de los gases que envuelven el núcleo del Churyumov Gerasimenko, ha demostrado que el agua del cometa no es como la de la Tierra. Desde hace años, investigadores de todo el mundo han estado estudiando la composición del agua que contienen asteroides y cometas para determinar si fueron los unos o los otros los que aportaron las reservas originales del agua terrestre.

«La procedencia del agua y de los compuestos orgánicos de la Tierra y de otros planetas terrestres -dicen los investigadores en su artículo de Science- lleva discutiéndose desde hace largo tiempo sin que se haya llegado a un consenso. Y una de las mejores maneras de distinguir entre los diferentes escenarios posibles es determinar las proporciones de hidrógeno y deuterio en las reservas de agua de los cometas y en los océanos terrestres».

La proporción hallada por los investigadores en el agua del cometa es tres veces superior a la que existe en la Tierra. «Mediciones cometarias anteriores -prosigue el artículo- junto a nuestros nuevos datos sugieren un amplio abanico de proporciones entre hidrógeno y deuterio en el agua contenida en el interior de los objetos jupiterinos y excluye la idea de que este agua sea la única que compone los océanos terrestres».

En muchos casos, el agua suele contener átomos regulares de hidrógeno (con un solo protón y un único electrón), pero en otros casos el hidrógeno es sustituido por uno de sus isótopos más pesados, el deuterio (que incluye también un neutrón). En el agua que contiene 67/P Cguryumov Gerasimenko, la proporción entre hidrógeno y deuterio es tres veces superior a la que se da en el agua de los océanos terrestres, y también mucho más alta que la encontrada en otros cometas similares.

En el cometa 103/Hartley 2, por ejemplo, se descubrió hace unos años que la proporción entre hidrógeno y deuterio era tan baja que llevó a muchos científicos a considerar seriamente la idea de que las reservas de agua de la Tierra procedían exclusivamente de los cometas.

Pero los nuevos datos recién obtenidos del 67/P Churyumov Gerasimenko podrían inclinar la balanza, de nuevo, a favor de los asteroides como depositarios de esa reserva original. Los datos también sugieren que las proporciones de hidrógeno y deuterio en la familia de los cometas jupiterinos es mucho más diversa de lo que se pensaba hasta ahora. Una variedad que, posiblemente, refleja lugares de nacimiento diferentes de los cometas y a distancias muy variables del Sol, como son por ejemplo el cinturón de Kuiper, cerca de Plutón, o la nube de Oort, en los confines extremos del Sistema Solar.

Comienza el primer aterrizaje en un cometa


El Mundo

  • El descenso al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko durará siete horas

Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han dado luz verde definitiva al inicio de la que probablemente sea la fase más espectacular de su ambiciosa misión Rosetta. Esta nave espacial, que en agosto entró en la órbita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, va a liberar un pequeño robot que lleva a bordo para intentar el primer aterrizaje de la Historia en uno de estos cuerpos celestes. Ya no podrán dar marcha atrás.

La liberación del robot acaba de producirse. Ha comenzado a las 9.35, hora peninsular española y la confirmación de que todo ha ido bien llegará a las 10.03. El descenso al cometa, del que le separan 22 kilómetros, se prolongará durante siete horas.

Durante la madrugada, los principales responsables de la misión, reunidos en varios centros de la ESA y coordinados desde ESOC, el Centro de Operaciones en Darmstadt (Alemania), han comprobado en varias ocasiones que los complejos cálculos que han tenido que realizar son correctos y que todo estaba preparado para intentar el aterrizaje. La confirmación definitiva ha llegado poco antes de la 8 de la mañana tras completar el último Go-No Go.

En inglés, los ingenieros denominan Go-No GO , a la decisión de llevar adelante una misión o posponerla. En el caso de Rosetta han llevado a cabo varios durante la noche para ir confirmando paulatinamente que todos los sistemas funcionaban correctamente: que la nave estaba situada en la trayectoria correcta, que los comandos de separación y la sonda, respectivamente, estaban preparados para la separación, que el robot Philae estaba listo para la separación y para el aterrizaje, la premaniobra de separación y la luz verde final.

El más mínimo error o contratiempo podría hacer fracasar la misión, así que cabe la posibilidad de que decidan abortar el descenso del módulo y posponerlo un par de semanas. «Sabemos que dentro de dos semanas estaremos en la misma posición», ha explicado Paolo Ferri, uno de los responsables de la misión, en un acto celebrado este martes por la tarde con los científicos de Rosetta repartidos por varios centros de control de la ESA y que ha sido retransmitido a través de su web.

«Estas 24 horas [previas al aterrizaje] son las más difíciles y críticas», ha añadido Ferri,

El robot Philae, un cubo de 100 kilogramos de peso, debe aterrizar en una zona cuidadosamente seleccionada por los científicos que está situada en el lóbulo más pequeño de Chury, como está empezando a ser conocido popularmente. La zona, denominada J, fue bautizada por votación popular como Agilkia.

Actividad imprevisible

Pese a que el terreno tiene menos pendientes que otras zonas del cometa, su orografía presenta muchos retos que podrían dificultar la misión. Además, pese a que Chury está ahora lo suficientemente lejos del Sol (a 446 millones de kilómetros de distancia) como para que el robot pueda llevar a cabo su trabajo, los científicos advierten que la actividad del cometa es imprevisible y podría aumentar de forma repentina la emisión de polvo y gases, dificultando el aterrizaje.

Además de desde ESOC, en Darmstadt, se vigilará el descenso del robot Philae desde el Centro de Control del Módulo de Aterrizaje, en el DLR, en Colonia (Alemania) y desde el Centro de Operaciones Científicas y de Navegación del Módulo de Aterrizaje del CNES, en Toulouse, (Francia).

El madrileño Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), situado en Villanueva de la Cañada, también tiene un papel destacado en la misión Rosetta, en concreto, de su parte científica. Los investigadores seguirán desde allí el desarrollo de las maniobras.

La emocionante misión tendrá lugar a 510 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. La señal tarda en llegar a la Tierra 28 minutos y 20 segundos por lo que será a las 17 horas cuando los científicos sabrán si Philae ha anclado sus crampones en la superficie helada del cometa y anunciarán si la misión ha sido un éxito.

Rosetta habrá escrito entonces un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial. Lo consiga o no, la misión en el cometa continuará. La nave Rosetta acompañará a Chury en su viaje hacia el Sol para ser testigo de cómo estas rocas heladas se transforman a medida que se acercan al astro rey.

El cometa que se acerca a Marte: 20 minutos de peligro


ABC.es

  • La NASA ha cambiado las órbitas de sus naves en el Planeta rojo para evitar el choque con las partículas de la cola del Siding Spring el 19 de octubre
El cometa que se acerca a Marte: 20 minutos de peligro

NASA | Recreación artística del cometa Siding Spring en su viaje hacia Marte

La NASA está reajustando las órbitas de sus sondas que orbitan Marte, en total tres, para evitar los peligros que trae el paso cercano de un gran cometa, el C/2013 A1 Siding Spring, cuyo núcleo puede ser de varias decenas de kilómetros. El objetivo es que no estén en el frente de choque de las partículas que vaya dejando la roca espacial cuando el día 19 de octubre pase a 130.000 km de la superficie del Planeta rojo, esto es tres veces menos que la distancia que separa la Tierra de la Luna.

En realidad, las diminutas partículas del cometa, que son de un tamaño de menos de 1 mm, no serían tan dañinas si no fueran a velocidades de 56 km/s, que es la velocidad a la que pasará el cometa por las proximidades de Marte, lo que dañaría de forma permanente cualquier nave que se pusiera en su camino. Algunos científicos no le dan mucha importancia a la caída de estos “proyectiles”, aunque todos se muestran cautos y otros muchos decidieron que las naves maniobraran para evitar, por si acaso, alguna catástrofe.

La lluvia de partículas del cometa rociará una gran parte de la atmósfera de Marte, pero antes de llegar a ella están las sondas espaciales, que deben ser protegidas y alejadas del evento. Por ello, la NASA va a evitar que estas tres naves se encuentren en el frente, que será más peligroso, unos 90 minutos después del paso del cometa por las proximidades del Planeta rojo y durante 20 minutos el riesgo es extremo.

Así pues, no se trata tanto de ocultar las naves detrás del planeta, sino de evitar su paso por la lluvia de meteoroides (partículas del cometa antes de entrar en la atmósfera) durante esos 20 fatídicos minutos. Ya existen evidencias de satélites artificiales terrestres “tocados” por estos diminutos pero potentes proyectiles.

El cometa que se acerca a Marte: 20 minutos de peligro

La trayectoria del cometa Siding Spring NASA

Ajustando órbitas

De hecho, ante el desastre que podrían ocasionar las partículas del cometa sobre las naves que giran alrededor de Marte, el Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO, por sus siglas en inglés), ya reajustó su órbita el 2 de julio y el 27 de agosto pasado. Otra maniobra similar se hizo con el orbitador ODISEA (Mars Odyssey, en inglés) el 5 de agosto. La recién llegada nave MAVEN (Evolución Volátil de la Atmósfera de Marte, por sus siglas en inglés) a Marte, efectuará un ajuste en su órbita para el 9 de octubre, todo ello para evitar la lluvia de partículas.

La cuestión es evitar la lluvia, pero estudiar al cometa, por ello hay que posicionarlas de tal forma que no se vean afectadas y saquen el mayor partido al cometa, ya que pasará tan cerca de Marte y de las naves, que es el mejor momento para poder fotografiar y analizar este gran cometa, para poder conocer los orígenes de nuestro Sistema Solar.

Estudio del efecto de la lluvia

La nave MAVEN estudiará la atmósfera superior de Marte y cuáles fueron los condicionantes para que el planeta perdiera en gran medida su atmósfera y tras ello cambiara de ser un planeta azul, a un mundo desértico, helado y sin agua que corra por su superficie, cuando antes, los mares y grandes ríos imperaban en el planeta rojo. Estudiará la historia del clima, su posible habitabilidad y el agua. Además, MAVEN contemplará los efectos de la lluvia de meteoros sobre la atmósfera marciana, mientras que las otras dos sondas en órbita alrededor de Marte fotografiarán y estudiarán al cometa.

El cometa fue descubierto el 3 de enero de 2013 por Robert H. McNaught desde el Observatorio de Siding Spring, en Nueva Gales del Sur, Australia. Lleva viajando por el espacio un millón de años, procedente de la Nube de Oort, una hipotética nube en forma de esfera que rodea todo el Sistema Solar aproximadamente a un año luz de distancia y que contiene miles de millones de cometas y asteroides, restos de la formación del Sistema Solar.

El cometa no lleva rumbo alguno, ya que no está estabilizado en ninguna órbita, de tal forma que lo más probable es que sea despedido por el Sol hacia fuera de nuestro sistema planetario, al tener una órbita abierta hiperbólica, así que no regresará jamás.

El cometa ha sido visto desarrollando una larga cola y actividad desde hace meses, por lo que debe ser todo un espectáculo su visión desde Marte.

Visibilidad del cometa

Telescopios potentes podrán contemplar el cometa en las proximidades de Marte, que se localizará en la constelación de Ofiuco, para el 19 de octubre. Marte será visible a simple vista, poco después de la puesta del Sol, bajo y sobre el horizonte SW, como una estrella roja, arriba y a la izquierda de otra estrella roja de nombre Antares (la rival de Marte), exactamente del mismo brillo que el planeta.

En un principio se pensó que el cometa llevaba una trayectoria de caía hacia el Planeta rojo, hasta que con el paso de los meses se pudo calcular mejor su órbita según se movía en el espacio y más tarde la NASA rebajó esa posibilidad de 1 entre 600. Hoy se sabe que el cometa será el más próximo que pase por Marte desde que estos cuerpos se llevan estudiando.

Si el impacto se produjese, sería incluso visible desde la Tierra, provocando un cráter de varios cientos de km, generando una energía equivalente a unos 25 millones de gigatones.

Otras sondas

El orbitador europeo Mars Express y el de la India que acaba de llegar a Marte, la denominada Mangalyaan, continuarán con sus labores de investigación en el Planeta rojo y se desconoce hasta el momento si tomarán medidas para evitar la lluvia de partículas.

Por otro lado, los todoterrenos que circulan por la superficie de Marte, como el Curiosity, no tendrán ningún problema a tal respecto.

Miguel Gilarte Fernández es el Director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata (Sevilla) y Presidente de la Asociación Astronómica de España.

El Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata es el mayor centro de divulgación de la astronomía en España. Está abierto para todo el público, que podrá mirar por sus telescopios y utilizarlos, además de desarrollarse gran cantidad de actividades. Zona de turismo estelar.

Objetivo fijado para aterrizar en un cometa


ABC.es

  • La Agencia Espacial Europea (ESA) ha elegido el punto exacto de la roca espacial en el que se posará en noviembre la misión Rosetta, una hazaña nunca antes lograda
Objetivo fijado para aterrizar en un cometa

ESA «J», el lugar del cometa donde aterrizará Philae

El objetivo ya ha sido fijado. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha desvelado esta mañana el lugar preciso en el que, el próximo noviembre, la misión Rosetta cumplirá una hazaña nunca antes realizada por un artefacto hecho por el hombre: aterrizar en un cometa. El punto de la superficie del 67P/Churyumov-Gerasimenko escogido entre cinco posibles candidatos se llama «J», una intrigante región «con un potencial científico único» y que, aunque no reúne todos los requisitos deseables, según los científicos responsables de la sonda, supone un riesgo mínimo para la maniobra en comparación con el resto.

Rosetta fue lanzada en marzo de 2004 y ha permanecido en hibernación durante gran parte de su viaje por el espacio. El pasado enero, todos los sistemas se reactivaron de forma automática y en agosto consiguió entrar en la órbita del cometa, un objeto de forma irregular de unos 4 km de ancho en su punto más ancho. Desde entonces, la sonda ha estado rastreando el lugar adecuado para poder cumplir la fase más delicada de toda la misión: el 11 de noviembre, a unos 450 millones de km del Sol, la nave liberará un pequeño módulo de 100 kilos de peso que lleva a bordo, llamado Philae, que se posará en la roca para estudiar su composición, estructura interna y actividad.

Objetivo fijado para aterrizar en un cometa

El lugar de aterrizaje de Philae ESA

El lugar elegido para hacerlo, «J», se encuentra en la «cabeza» del cometa. Existe una alternativa, el sitio «C», que se sitúa en el «cuerpo» de la roca.

Un mundo difícil

La decisión de seleccionar este punto fue unánime, pero no ha resultado sencilla. «El cometa es un mundo hermoso pero complejo. Es científicamente interesante, pero su forma hace que sea difícil desde el punto de vista operativo», dice Stephan Ulamec, responsable de Philae en el Centro Aeroespacial Alemán DLR. «Ninguno de los lugares candidatos cumplía al 100% los criterios operacionales, pero el sitio ‘J’ es claramente la mejor solución».

En la elección, los expertos de la ESA han tenido en cuenta lapresencia de peligros como grandes rocas, grietas profundas o pendientes pronunciadas, las condiciones de iluminación para las observaciones científicas o la recarga de las baterías del módulo de aterrizaje. Para ello, se han analizado los datos recogidos por Rosetta de los lugares candidatos a una distancia de hasta 30 km del cometa.

Material prístino

«Vamos a hacer el primer análisis in situ de un cometa, lo que nos dará una visión sin precedentes de su composición, estructura y evolución», ha señalado Jean-Pierre Bibring, investigador del Instituto de Astrofísica Espacial (IAS) en Orsay, Francia. «En particular, el sitio ‘J’ nos ofrece la oportunidad de analizar el material prístino, caracterizar las propiedades del núcleo y estudiar los procesos que impulsan su actividad».

La misión realizará un seguimiento de los cambios del cometa a través de 2015, ya que pasa más allá del Sol. Los datos que proporcione ayudarán a los científicos a aprender más sobre el origen y la evolución de nuestro Sistema Solar y el papel que los cometas puedan haber desempeñado en la aparición del agua y de la vida en la Tierra.

Objetivo fijado para aterrizar en un cometa

El punto «J», de cerca

El satélite Rosetta se encontrará con su cometa tras un viaje de diez años


ABC.es

  • El contacto será hoy a cien kilómetros de la superficie del cuerpo del sistema solar
El satélite Rosetta se encontrará con su cometa tras un viaje de diez años

La nave Rosetta se encontrará con su cometa a cien kilómetros de la superficie del cuerpo del sistema solar

Hoy es el día de un encuentro histórico. El de una nave terrestre, Rosetta, con un cometa, el 67P/Churyumov-Gerasimenko. Ha sido un viaje de diez años y 6.400 millones de kilómetros, pero la sonda europea ha logrado uno de sus principales objetivos: llegar hasta el cometa y colocarse en su órbita. Si todo va bien, en noviembre Rosetta cumplirá con su misión principal y lanzará el módulo de aterrizaje Philae, el primer ingenio humano que se pose sobre la superficie de uno de estos vagabundos del sistema solar.

Matt Taylor, director de la misión, explica: «Por primera vez vamos a encontrarnos con un cometa, por primera vez vamos a escoltarlo a su paso cerca del Sol y, por primera vez, vamos a implementar un módulo de aterrizaje. La cita de esta semana es un hito clave en la misión. Es un reto porque nunca se ha hecho antes. Otras misiones han sido sobrevuelos a alta velocidad a no menos de cien kilómetros de distancia».

El histórico viaje comenzó el 2 de marzo de 2004, cuando Rosetta fue lanzada a bordo de un impulsor Ariane 5 desde la base espacial europea de Kourou, en la Guayana Francesa. Desde entonces, la nave ha dado cinco vueltas alrededor del Sol y ha ido cogiendo velocidad utilizando las gravedades de la Tierra y Marte para impulsarse como si fueran dos hondas gigantescas.

El objetivo de hoy es «igualar el paso» de la nave con el del cometa. Una tarea que no ha sido sencilla, ya que la velocidad de crucero de Rosetta durante los últimos años ha sido de unos 55.000 km/h. Para hacer posible el encuentro han hecho falta diez maniobras de frenado y aproximación desde el pasado mes de mayo. Tras la última, la de hoy, la nave y el cometa volarán en paralelo y a la misma velocidad.

Según ha informado la ESA, la nave se situará a apenas 30 kilómetros de la roca, distancia que se reducirá a 20 kilómetros en septiembre y a 10 en octubre. Durante todo ese tiempo, Rosetta obtendrá datos acerca de la composición, densidad y gravedad del cometa, para que los científicos sepan «con qué se van a encontrar» cuando aterrice en noviembre. La sonda elaborará mapas de la superficie para determinar cuáles son sus características y cuál será el mejor sitio para el aterrizaje. El coordinador de operaciones científicas de Rosetta, Laurence O’Rourke, concreta que este mes se seleccionarán cinco posibles lugares para el aterrizaje, que pasarán a ser solo dos en la segunda aproximación en septiembre. En octubre se determinará cuál es el lugar definitivo.

«No dependerá solo de que sea plano, porque la superficie de los cometas sufre explosiones y habrá que tener en cuenta también dónde hay aspectos buenos para estudiar. Por eso el trabajo es conjunto entre científicos e ingenieros, porque cuentan los aspectos técnicos y los de investigación», ha declarado O’Rourke. Tras liberar a Philae, Rosetta volverá a situarse a 30 kilómetros de distancia del cometa, aumentando hasta los 40-45 kilómetros. Esto se debe a que, a medida que el cometa se acerque al sol, el calor provocará la liberación de una cantidad cada vez mayor de gases, por lo que su estudio desde distancias cortas será más difícil.

Estudio in situ

Philae se quedará sobre la superficie del 67P/Churyumov-Gerasimenko y desde allí irá recopilando y transmitiendo datos. El módulo pesa 110 kg y se «agarrará» a la superficie del cometa gracias a dos arpones. Entre sus instrumentos, cuenta con un taladro que perforará el cometa y estudiará su composición «in situ». La intención de la ESA es que el módulo permanezca activo una semana como mínimo. «Si dura más será estupendo, pero, aunque sea solo una semana, será una semana de ciencia maravillosa», ha apuntado O’Rourke.

Los investigadores tienen puestas muchas esperanzas en los datos de Philae. De hecho, esperan que aporte valiosa información sobre la formación del Sistema Solar y, quizá, sobre el origen de la vida en la Tierra. «Los cometas -explica Michael Kueppers, otro de los responsables de la misión- guardan información sobre nuestros orígenes y son iguales a los bloques a partir de los cuales se formaron los planetas hace 4.000 millones de años». Los estudios que se realicen in situ en el 67P/Churyumov-Gerasimenko podrían desvelar si es cierta la teoría según la cual los «ladrillos de la vida» llegaron a la Tierra a bordo de cometas para encontrar en nuestro mundo las condiciones necesarias para desencadenar la vida.

Los investigadores podrán analizar la composición del agua que contiene 67P/Churyumov-Gerasimenko y compararla con la de los océanos. Se podrá así comprobar la teoría que afirma que el agua de la Tierra procede de un «bombardeo de cometas» que se produjo poco tiempo después de su formación.

El cometa ISON podría reaparecer convertido en una lluvia de meteoros


La Vanguardia

  • La roca debería pasar cruzando el plano orbital de la Tierra y sería de fácil observación para los telescopios

El cometa ISON podría reaparecer convertido en una lluvia de meteoros

Madrid. (EP).- Un equipo de astrónomos ha señalado que a lo largo de esta semana habrá una nueva oportunidad para comprobar si el cometa ISON ha sobrevivido o si ha sucumbido definitivamente al calor del Sol. Según han apuntado, la roca debería pasar cruzando el plano orbital de la Tierra y será de fácil observación para los telescopios.

La posibilidad es que llegue como una leve lluvia de meteoros. Así, han asegurado que a lo largo de los próximos días estarán observando el cielo para poder captar «cualesquiera que sean» los posibles restos dejados por ISON.

A pesar de este optimismo, la NASA ya dio por muerto, el pasado 11 de diciembre, al cometa de manera oficial después de que, el pasado 28 de noviembre tuviera su encuentro más próximo al Sol.

Según explicó la agencia espacial, los datos recogidos de dicho evento detectaron una pérdida de masa de la roca antes de llegar al perihelio (el punto más cercano en la órbita de un cuerpo al Sol), lo que determina que no ha sobrevivido.

«El tamaño del núcleo de ISON podría ser como unos cinco o seis campos de fútbol. Este pequeño tamaño estaba cerca del límite de lo grande que ISON necesitaba ser para sobrevivir a su viaje alrededor del sol», destacó uno de los expertos que llevó a cabo este trabajo, Alfred McEwen.

Además, se ha estudiado la cola de polvo del cometa para entender mejor lo que sucedió. En este sentido, las observaciones realizados por el Observatorio Solar Terrestre STEREO (NASA) y el Observatorio Solar y Heliosférico SOHO (NASA/ESA), mostraron que se produjo muy poco polvo después de que el cometa pasara por el perihelio, lo que sugiere que el núcleo del cometa ya se había roto en ese momento.

El cometa ISON fue visto por primera vez en septiembre de 2012 y era relativamente brillante para un cometa situado a una gran distancia de la estrella. Por ello, la roca se convirtió en uno de los acontecimientos del año y había grandes esperanzas de que proporcionaría un hermoso espectáculo de luz visible en el cielo nocturno. Algunos le llamaron el cometa del siglo.

Si finalmente se confirma lo que la NASA ya había anunciado, no será el fin del legado de ISON. Los expertos han señalado que éste continuará durante años, ya que los científicos seguirán analizando el enorme conjunto de datos recogidos desde su descubrimiento.

De hecho, la agencia espacial estadounidense ha indicado que se trata del «cometa más observado» de la historia y que los datos ahora presentados tienen «gran garantía», ya que la trayectoria del cometa ha sido seguida por satélites de diferentes agencias espaciales, así como por astrónomos aficionados.

Así caerán las Leónidas, la lluvia de estrellas más sorprendente del año


ABC.es

  • Ya pueden verse algunas estelas en el cielo, pero el máximo de actividad se producirá la noche del próximo domingo, con 100 meteoros por hora
Así caerán las Leónidas, la lluvia de estrellas más sorprendente del año

Archivo | Espectacular imagen de las Leónidas sobre la provincia de Burgos en 2005

La famosa lluvia de estrellas de las Leónidas está al llegar. El máximo de su actividad está previsto para la noche del 17 al 18 de noviembre, cuando se espera un número similar a 100 meteoros por hora. No obstante, el 17 de noviembre coincide exactamente con la Luna llena, por lo que la visión del máximo será imposible.

La lluvia dura entre el 6 y el 30 del mismo mes, con mayor intensidad del 10 al 21 y durante estos días se podrán observar unos 20 meteoros por hora, por lo que es conveniente observarla en su inicio y en su final, evitando así la luz de la Luna. En cualquier caso, este tipo de lluvia de meteoros o de estrellas fugaces siempre es sorpresiva y puede durar más tiempo del esperado.

Los meteoros suelen ser de color rojo, aunque las estelas que dejan en el firmamento y que pueden perdurar durante segundos o más de un minuto, pueden ser de color verde. Viajan a 71 km/s.

El radiante, o el lugar de dónde parecen partir las estrellas fugaces, se localiza en la constelación de Leo. Esta constelación comienza a salir sobre el horizonte sobre la 1 de la madrugada a primeros de noviembre y sobre las 23 h a finales de mes. El planeta Marte, una estrella brillante de color rojo, permanecerá bajo esta constelación por lo menos hasta mediados del mes de noviembre.

Comparable a fuegos artificiales

La lluvia de las estrellas meteoros (o lluvia de estrellas fugaces), que denominamos Leónidas ha venido siendo, en ocasiones y desde hace cientos de años, un fenómeno de tal magnitud, que el público en general y los estudiosos de los fenómenos celestes, han quedado impresionados y desconcertados durante algunos años en los que fue un verdadero espectáculo, que en ciertos momentos, fue comparado con fuegos artificiales.

Las lluvias de estrellas fugaces, de las que se conocen más de 140 al cabo del año, son en realidad pequeños fragmentos (rocas y hielo) que entran en nuestra atmósfera de cuerpos estelares procedentes en su mayoría de los denominados cometas.

Los cometas, que son rocas envueltas en hielo, de muy diversas medidas, que van desde pocos cientos de metros de diámetro hasta varias decenas de kilómetros, en sus aproximaciones al Sol, e incluso cuando rebasan la órbita de Júpiter y se dirigen hacia el Sistema Solar interior pasando por Marte, la Tierra, Venus y Mercurio, se desprenden de pequeños trozos de hielo y pequeñas rocas de su superficie, debido al calor que empiezan a recibir del Sol, provocando una enorme cola de gas u polvo de millones de km de longitud. El hielo de su superficie se sublima y esto provoca reacciones y transformaciones en el cometa, en ocasiones incluso llegan los cometas a fragmentarse por completo y desaparecer con el tiempo.

Todas estas partículas, en su mayoría, diminutas, quedan flotando en el espacio coincidiendo con la órbita del cometa, y son de muy diversos tamaños, es decir, se va ensuciando de esta materia “la carretera” (órbita) por la que pasa el cometa. Si la Tierra en su órbita alrededor del Sol, atraviesa esa “carretera”, comienza el espectáculo.

Decenas, cientos o miles de pequeños objetos no mayores de un grano de arroz, chocan con nuestra atmósfera, algunos a velocidades de hasta 71 km/s, a tal velocidad, tanto los pequeños trozos de hielo y rocas y debido a la fricción con nuestra atmósfera, se desintegran en su mayoría, dejando ver en ocasiones y dependiendo del tamaño del objeto, una luz brillante que corre por el cielo y hay momentos en los que son tan espectaculares, que podemos oír un silbido, incluso el destello puede ser tan poderoso, que en un instante se ilumine el suelo, o prácticamente se haga, por un sólo instante, de día. Este último caso no es corriente, pero ocurre, como ocurrió el 18 de noviembre de 2009 en Utah, el meteoro que iluminó la ciudad de Madrid en 2012 o el meteoro de 500 kg de peso que cayó el pasado febrero en los Urales provocando daños a la población y en los edificios.

Las tormentas meteóricas

Lo curioso de la Leónidas es que los restos que deja el cometa Tempel-Tuttle 1866 I y que atraviesa la Tierra el 17 de noviembre, no están distribuidos en la órbita de forma uniforme. Si así fuera, todos los años podríamos contar más o menos con el mismo número de estrellas fugaces por hora, pero esto es lo mejor. Hay años en los que la Tierra atraviesa los restos de este cometa y se encuentra con las partículas mayores y si además el número es más abundante, nos encontramos con una verdadera “lluvia de fuegos artificiales”, que llamamos tormentas meteóricas. Por ello, los estudiosos del cielo no dejan de mirarlo el 17 de noviembre de cada año.

La sorpresa puede ser mayúscula. Para entender estas tormentas de meteoros, tenemos que imaginar un collar con algunas perlas. El hilo del collar sería la órbita del cometa y las partículas que deja tras de sí, pero sin ser muy abundantes, la Tierra atraviesa esas partículas todos los años sobre el 17 de noviembre. Las escasas perlas serían los espacios más nutridos de partículas, en las que el cometa ha sufrido “convulsiones” debido a su aproximación al Sol y ha expulsado al espacio una mayor masa del mismo. Es ahí, cuando la Tierra atraviesa esas “perlas”, cuando se producen las tormentas meteóricas cada 33 años aproximadamente y esto es lo más típico de las Leónidas.

Así caerán las Leónidas, la lluvia de estrellas más sorprendente del año

Una estrella fugaz, desde el Observatorio de Almadén de la Plata en Sevilla
Miguel Gilarte 

Bolas de fuego

Y ya contamos desde el lejano pasado con sorprendentes declaraciones de aquellos que tuvieron la oportunidad de verlo. ¿Han imaginado ver estrellas fugaces del tamaño y brillo de la Luna llena (denominadas bolas de fuego)? Pues es esto lo que cuentan miles de testigos, que habitaban la parte más septentrional del hemisferio norte, en una noche de noviembre de 1799. Imagínense el pensamiento que podrían tener aquellos habitantes de tierras tan extrañas como Groenlandia… Pensarían tal vez en un castigo divino o en el propio fin del mundo. Ahora, gracias a la ciencia y al conocimiento que tenemos sobre el Universo, podemos decir que es un hecho natural. Aquellos lejanos observadores contemplaron más de 1.000 estrellas fugaces por hora y además caían de forma incansable durante más de 4 horas.

Estas escalofriantes lluvias de estrellas fugaces se repiten, según los testigos y las crónicas que nos han dejado, cada 33 años. Así pues, cada 33 años pasamos por el lugar más denso de detritos que ha ido dejando en su órbita el cometa Tempel-Tuttle, aunque no siempre ocurre así y las sorpresas pueden llegar antes de este período.

Así que tras el año 1799, habría que esperar hasta el 1833, en esta ocasión, los afortunados de otra deslumbrante visión, fueron los ciudadanos de América, principalmente aquellos que habitaban en la costa oeste. 1833 es una fecha relativamente próxima en el tiempo. Aquellos miles de observadores, quedaron atónitos ante otro prodigio del firmamento. Las Leónidas ya no se contaban como un millar, tal como ocurrió hacía 33 años, sino se contabilizaban por cientos de miles, más de un cuarto de millón de estrellas fugaces caían desde el cielo.

Aquel evento no fue comparado con cohetes artificiales, ganó en magnitud y en grandiosidad y se habló de que se trataba de una nevada. Algunos testigos que no conocían el evento, salieron de sus casas a las 3 de la madrugada asustados por la poderosa luz que se veía tras sus ventanas, narraban que la claridad que les llegaba del exterior era como si tratara de la luz del Sol. Cuando salieron de sus hogares y miraron hacia arriba, pudieron ver lo que muchos describían como el fin del mundo: “las estrellas se caían del cielo en enorme número y brillo”. Los gritos de algunos vecinos alertaron a otros y sin saber que la lluvia iba a acontecer, fue una de las lluvias más vistas de la historia. Hay cientos de testimonios que justifican la aparición de estrellas fugaces tan grandes como la Luna llena, pero aquellas luces que la mayoría de las personas desconocían su procedencia y su naturaleza, se siguieron viendo durante gran parte del día siguiente a la luz del Sol.

La lluvia de 1866 fue otro grandioso espectáculo de las Leónidas, contabilizándose más de 6.000 estrellas fugaces por hora, muchas de ellas de gran intensidad y colorido, no defraudó a nadie de los que pudieron contemplarlo, aunque fue menos intensa que las dos anteriores, estuvieron ante algo que es prácticamente inenarrable.

Efecto de los planetas gigantes

Así caerán las Leónidas, la lluvia de estrellas más sorprendente del año

Pero las esperadas tormentas meteóricas posteriores a 1866 y hasta 1933 no fueron para muchos lo que se esperaba. Algo había cambiado. Tengamos en cuenta, que los cometas son cuerpos menores del Sistema Solar, y con frecuencia y debido a la gravedad de los planetas dominantes como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son desviados de sus órbitas iniciales para conseguir otras trayectorias. Nuestro cometa pasa por las órbitas de los tres primeros planetas señalados, y el enjambre principal de los restos del cometa Tempel-Tuttle, fue desviado a más de tres millones de km de la Tierra, por lo que ahora, nuestro planeta en su movimiento alrededor del Sol, no coincidía con el enjambre principal, sino con los restos de partículas dejadas por el cometa que eran normales en número y tamaño, por eso las lluvias de 1899 y 1933 fueron también normales, aunque dentro de la normalidad, la de 1933 fue en cierta medida intensa, contándose hasta 200 meteoros por hora.

Por aquella modificación y debido a la atracción gravitatoria planetaria, ya no es fácil predecir el futuro de la lluvia de las Leónidas.

De hecho, el cometa, según Leverrier, tenía en un principio una órbita parabólica, pero un sobrevuelo por las proximidades de Urano cerró dicha órbita, en el año 126, haciendo que el cometa se paseara por las órbitas de Urano y la Tierra de forma incansable, provocando la lluvia de las Leónidas.

Miguel Gilarte Fernández es director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata en Sevilla y presidente de la Asociación Astronómica de España.

Hallan la supernova más rápida detectada hasta ahora


ABC.es

  • Los expertos aproximan que este púlsar parece moverse a una velocidad de entre 8,7 y 10,5 millones de kilómetros por hora y se encuentra a una distancia de unos 30.000 años luz de la Tierra

Hallan la supernova más rápida detectada hasta ahora

El púlsar dectectado gracias a la unión de imágenes de tres telescopios diferentes

Un grupo internacional de científicos ha hallado el púlsar con movimiento más rápido que haya sido detectado hasta ahora. Este púlsar ha podido ser observador gracias a la unión de imágenes de tres telescopios diferentes: el observatorio espacial de rayos X Chandrade NASA y el XMM-Newton de ESA (ambos en el espacio), y el radiotelescopio de Parkes en Australia.

Los expertos estiman que la edad del resto de supernova, llamado MSH 11-61A, es aproximadamente de 15.000 años y se encuentra a una distancia de unos 30.000 años luz de la Tierra. Combinando estos valores con las distancia que el púlsar, éste parece moverse a una velocidad de entre 8,7 y 10,5 millones de kilómetros por hora. Los expertos han señalado que la forma de este cuerpo, similar a la de un cometa, puede ser una posible razón por la que alcanza estas velocidades.

Y es que, el púlsar presenta una cola, de una longitud de tres años luz que podría tratarse de una nebulosa de viento púlsar, es decir, un»viento» de partículas de alta energía producidos por el propio púlsar.

Por el momento, el equipo de científicos continuará con la investigación, ya que las cifras obtenidas hasta ahora son estimaciones y necesitan comprobación. «Si se confirman, el explicar las altas velocidades de la estrella de neutrones presenta un severo reto para los modelos existentes de explosiones de supernova», han indicado los investigadores.

Un cometa, desintegrado al chocar contra el Sol


El Mundo

El Sol es bombardeado con frecuencia por cometas ‘rozadores’, conocidos como ‘Sun-Grazing’ en inglés, cuyas órbitas pasan muy cerca de su corona. Uno de ellos ha sido el cometa C/2011 N3, que el 6 de julio del año pasado se desintegró, momento que por vez primera fue captado por el Solar Dynamics Observatory (SDO) en cinco bandas de longitud de onda diferentes, lo que ha permitido hacer un exhaustivo estudio de este fenómeno.

Estos cometas son fragmentos de ‘hielo sucio’ cuyo diámetro no suele ser mayor de los 10 metros pero, según expertos, aunque este parece que era de mayor tamaño.

El objeto cósmico destruido pertenece a la familia de cometas Kreutz, un grupo que pasa peligrosamente cerca de la estrella. Durante 15 largos años, el Solar and Heliospheric Observatory (SOHO), lanzado por la NASA y la ESA en una misión conjunta, ha observado más de 2.000 de cometas, pero en ninguno de esos casos se pudo seguir su trayectoria una vez dentro de la atmosfera solar.

Desintegrado en 20 minutos

Ahora, sin embargo, los investigadores, combinando observaciones desde el Observatorio de la Dinámica Solar de NASA (SDO), el satélite SOHO y el Observatorio de las Relaciones Solar-Terrestres (STEREO, por sus siglas en inglés) han logrado captar en directo cómo el cometa C/2011 N3 entraba y se desintegraba a una velocidad de 100.000 kilómetros por hora.

En la grabación puede verse cómo después de penetrar en la atmósfera solar, el cometa se desintegra en pedazos y se evapora, según los autores de este trabajo, publicado en la revista ‘Science’ esta semana. No tardo más de 20 minutos en desaparecer totalmente.

Para los autores, de diferentes instituciones astronómicas de Estados Unidos, este nuevo método de rastrear cometas pueden ofrecer interesante información sobre objetos cósmicos que proceden el Sistema Solar primitivo.

El C/2011 N3 se calcula que tenía entre 120 y 50 metros de diámetro. El grupo de los Kreutz a los que pertenecía orbitan a una distancia no mayor a dos radios solares de la superficie de la estrella, y lo hacen enperíodos de entre 500 y 1.000 años. Se calcula que SOHO ha detectado unos 1.500 cometas de estos ‘rozadores’ desde su lanzamiento, en 1995, para estudiar el Sol.

El pasado mes de diciembre, entre los días 13 y 22, SOHO detectó una auténtica invasión de cometas ‘Sun-Grazing’: 25 en sólo diez días. «Es algo sin precedentes», declaró entonces Karl Battams, colaborador del Laboratorio de Investigaciones Navales (NRL), en Washington.

Los expertos presagian la aparición de un ‘rozador’ mucho más grande y brillante que los observados hasta ahora, similar al cometa Ikeya-Seki que se presentó en 1965 y se acercó al Sol a 450 kilómetros, pero no llegó a impactar. Ese gigantesco objeto, de cinco kilómetros en diámetro, sobrevivió y se convirtió en uno de los cometas más brillantes del milenio. Incluso se veía de día.

El nombre de ‘familia Kreutz’ es un homenaje al científico alemán Heinrich Kreutz, quien demostró la interrelación de sus órbitas en el siglo XIX.

Una nave espacial ‘reciclada’ visita su segundo cometa


El Pais

La ‘Deep Impact’, que sobrevoló el Tempel 1 en 2005, llega ahora al Hartley 2

Mañana jueves, a eso de las tres de la tarde, una nave espacial pasará junto al cometa Hartley 2 para tomar imágenes y datos de su composición. La nave es la Deep Impact, que ya en 2005 observó de cerca otro cuerpo cometario, el Tempel 1, y que, dado que sus instrumentos salieron de aquel encuentro en buen estado, fue dirigida hacia el nuevo objetivo. La NASA dice que es una misión reciclada. En el sobrevuelo del Hartley 2, que se producirá a una distancia de 23 millones de kilómetros de la Tierra, la nave pasará a unos 700 kilómetros del núcleo cometario.

Los cometas interesan a los científicos sobre todo porque son testigos del Sistema Solar primitivo, apenas alterados en sus 4.500 millones de años de historia. El Hartley 2, además, ha conseguido redoblar el interés justo antes del encuentro con la Deep Impact, porque se ha registrado un inesperado incremento de la emisión de cianuro. «En la Tierra, el cianuro es un gas mortal, pero se sabe que es un ingrediente siempre presente en los cometas», ha explicado el responsable científico de la misión, Mike A’Hearn (Universidad de Maryland). La emisión de cianuro registrada en septiembre se incrementó cinco veces en ocho días sin que aumentase el polvo cometario. «Nunca habíamos visto este tipo de actividad en un cometa», dice A’Hearn.

Los cometas están típicamente formados por un núcleo sólido, un coma gaseoso que lo envuelve cuando se calienta al acercarse al Sol y una cola que se extiende por efecto de la radiación de la estrella. El núcleo es una mezcla de hielos (de agua y de dióxido de carbono) y polvo (silicio, oxígeno y otros elementos, como magnesio). La Deep Impact, en esta segunda fase de la misión, denominada Epoxi, se centra en el núcleo y el coma. El Hartley 2 es un cometa relativamente pequeño (unos 2,2 kilómetros de largo) pero muy activo; sigue una órbita elíptica alrededor del Sol que tarda 6,4 años en recorrer y ahora está en su fase de máxima aproximación a la estrella. El pasado 20 de octubre el cometa estuvo a 17,7 millones de kilómetros de la Tierra, su acercamiento máximo.

Durante el encuentro de mañana, la nave, que ha recorrido 5.000 millones de kilómetros desde su lanzamiento en enero de 2005, no puede simultanear la toma de datos con la transmisión de los mismos, por lo que los almacenará a bordo y los enviará cuando todo haya pasado.

La Deep Impact protagonizó hace cinco años una misión hasta ahora única porque no solo pasó junto al Tempel 1 sino que lanzó contra el núcleo cometario un proyectil de casi 400 kilogramos y así pudo estudiar el impacto y sus efectos. No era un choque como para desviar ese cuerpo celeste, pero sí para exponer material del subsuelo en el cráter que formó.

Tras aquella operación, y una vez que se comprobó el buen estado de las cámaras y el espectrómetro infrarrojo de la nave, la NASA decidió continuar la misión dividiéndola en dos: por un lado se han observado estrellas que tienen a su alrededor planetas; por otro, se ha preparado el segundo encuentro cometario.

Mañana no habrá impacto en el cometa -la Deep Impact no lleva más munición-, pero las observaciones serán doblemente útiles para los científicos porque podrán compararlas directamente con las del Tempel 1, al estar hechas con los mismos instrumentos y la misma resolución. De momento se han tomado unas 2.000 imágenes del Hartley 2 a medida que la nave se acercaba.

Los objetivos científicos del encuentro de mañana abarcan desde posibles estallidos y chorros originados en la superficie del cometa, y su correlación con la rotación y la exposición al Sol, hasta las estructuras de la superficie del núcleo o los gases del coma.

El del Hartley 2 será el quinto sobrevuelo cometario. En 1986, la nave Giotto de la Agencia Europea del Espacio (ESA) pasó a 596 kilometros del célebre Halley y, pese a que se estropeó su cámara, fue la primera que se recicló para una segunda misión, dirigiéndose al encuentro del P/Grigg-Skjellerup y pasando a 200 kilómetros de su núcleo en 1992.