1565 – Batalla de Talikota


Batalla de Talikota (Kannada: ತಾಳಿಕೋಟೆ o Tellikota) (26 de enero de 1565) es la denominación historiográfica de la batalla decisiva entre el imperio Vijayanagara y los sultanatos del Decán, con la victoria completa de éstos.

Talikota está situada al norte del actual estado indio de Karnataka, a unos 80 km al sudeste de la ciudad de Bijapur.

El Malik-i-Maidan («señor del campo de batalla»), uno de los cañones de bronce más grandes del mundo, que actualmente se conserva en Bijapur.1 Fue fabricado en 1549 para el sultán Nizam Shahis (la dinastía de sultanes de Ahmednagar) por un artillero otomano. De su intervención en Talikota se recoge que causó un extraordinario efecto, y que disparaba metralla hecha con monedas de cobre.

Preludio

El trono de Vijayanagara, a la muerte de Achyuta Deva Raya, había pasado a manos de Aliya Rama Raya o Ramarâya, quien interfirió en los asuntos internos de los sultanatos musulmanes vecinos. Aunque esta táctica parecía estar logrando sus propósitos inicialmente, demostró ser contraproducente, al provocar la unión de las fuerzas de los sultanatos para la destrucción del reino hindú. Algunas familias gobernantes de los sultanatos concertaron alianzas matrimoniales, resolvendo sus conflictos internos, ante la convicción de que el imperio Vijayanagara se había convertido en el enemigo común a combatir. Además, también se les sumaron algunos pequeños reinos hindúes que guardaban rencor al imperio por confrontaciones anteriores.

La batalla

El 26 de enero de 1565 los ejércitos de los sultanatos del Decán (Ahmednagar, Berar, Bidar, Bijapur y Golconda), que habían formado una gran alianza, se encontaron con el ejército de Vijayanagara en Talikota, entre dos poblaciones llamadas Rakkasa y Tangadi, a las orillas del río Krishna. En total las fuerzas de los sultanatos sumaban un total de 80.000 soldados de infantería y 30.000 de caballeria. Las fuerzas del ejército de Vijayanagara sumaban 140.000 solados de infantería y 10.000 de caballería, más un gran número de elefantes de guerra. El factor desequilibrante fue la utilización de la artillería por parte de los sultanatos. No era la primera vez que se utilizaba artillería en la India, pues ya se había utilizado en la Batalla de Panipat (1526).

La batalla, que se sabía decisiva, fue combatida ferozmente. En un primer momento los invasores cañonearon la primera línea de Vijayanagara, infligiendo grandes daños. Acto seguido se lanzó un masivo ataque frontal. En poco tiempo se concluyó con una victoria completa para los sultanatos. El Rajah de Vijayanagara fue capturado y decapitado, exhibiéndose su cabeza como trofeo. Vijayanagara, la capital, fue tomada y saqueada inmediatamente.

Causas

Los historiadores han debatido con vehemencia las causas de la derrota de Vijayanagara. Entre las fuentes disponibles para la reconstrucción de los hechos, además del análisis epigráfico, se cuenta con testimonios de viajeros occidentales presentes en la región. Se ha sugerido que una de las causas fue su menor fuerza de caballería y que ésta dependía de los comandantes montados en los elefantes, haciéndolos más lentos en el campo de batalla, mientras que la del sultanato, además de ser más numerosa, era mucho más rápida, y en sus sectores clave, compuesta de caballos persas. En cuanto a las armas de la infantería, también había ventajas para los sultanatos, que contaban con ballestas de metal frente a los arcos de bambú de sus oponentes, menos eficaces en precisión y distancia, y con lanzas largas de 15 pies (4,6 m) frente a las lanzas y dardos de 7 pies (2,1 m) de los Vijayanagra.

Más allá de los aspectos técnicos, la principal causa de la derrota fue quizá la traición de los dos principales comandantes musulmanes de Vijayanagara, los hermanos Gilani, que tenían bajo su mando a miles de soldados y que en el momento clave de la batalla se retiraron del campo. Los Gilani habían desertado del ejército del sultanato de Bijapur antes de ser contratados por Aliya Rama Raya.

Consecuencias

La batalla puso fin de hecho al gran reino hindú, con el declive inexorable del último gran imperio de la India meridional. El ejército victorioso saqueó las grandes ciudades, indendiándolas y matando a sus habitantes. La ciudad de Vijayanagara fue arrasada hasta los cimientos y no se reconstruyó (actualmente en el lugar se encuentra la pequeña localidad de Hampi -de unos dos mil habitantes-, y el conjunto monumental que conserva ha sido declarado patrimonio de la humanidad). El hermano de Rama Raya, Tirumala Deva Raya, que había sido el segundo al mando durante la batalla, logró huir con la familia real y el tesoro, reestableciendo un territorio bajo control Vijayanagra en Penukonda (actual estado de Andhra Pradesh).

1641 – Batalla de Montjuic


La batalla de Montjuic tuvo lugar el 26 de enero de 1641, seis meses más tarde del alzamiento campesino conocido como Corpus de Sangre el (7 de junio de 1640), contra los soldados de los Habsburgo alojados en Cataluña . La batalla inició la Guerra de los Segadores, que duró diecinueve años.

Tras la proclamación de la República catalana por Pau Claris el 17 de enero de 1641, y a causa del acercamiento de las tropas de Felipe IV a Cataluña, para retomar el poder, Pau Claris decide nombrar el 23 de enero de 1641 al rey de Francia, Luis XIII de Borbón, nuevo Conde de Barcelona (Luis I, 1641-1643), con lo que Cataluña pasa a estar bajo la completa autoridad del monarca francés, que ve en ello una opción única para prosperar en su lucha contra los Habsburgo (Felipe IV).

Las tropas imperiales atacaron Barcelona con una primera embestida contra la montaña de Montjuic, pero la milicia gremial de la ciudad junto con los contingentes franceses, formados éstos por los regimientos Enghien, Espenan y Serignan más otros 1.000 jinetes que regresaban de Tarragona, consiguieron repeler el ataque. Los franco-catalanes pasaron a la ofensiva y los tercios comenzaron la retirada. Con ello, este territorio entra también en la Guerra de los Treinta Años. Cataluña seguirá hasta 1652, fecha de la finalización de la contienda en este territorio, bajo la Corona Francesa de Luis XIV, Conde de Barcelona con el nombre de Luis II (1643-1652), aunque bajo la Regencia del Cardenal Mazarino, pues el monarca contaba con 5 años de edad.

La Batalla de Montjuic de 1641, por Pandolfo Reschi.

 

Antecedentes

Durante la primavera de 1640, Francesc de Tamarit fue encarcelado, acusado de no facilitar las levas y los alojamientos. Los campesinos rebelados entraron en Barcelona el 22 de mayo y le pusieron en libertad. El 7 de junio del mismo año, durante la sublevación de Cataluña, grupos de segadores entraron de nuevo en la ciudad y el virrey de Cataluña, Dalmau III de Queralt, fue asesinado.

En septiembre, el ejército de Felipe IV, formado por 22.000 infantes y 3.500 caballos y comandado por el Marqués de los Vélez, ocupó Tortosa. En diciembre, después de la batalla de Cambrils, Fajardo avanzó hacia Barcelona. Luego de que Roger de Bossost, el barón de Espenan, rindiese la ciudad de Tarragona y pactase la retirada de las tropas francesas (1.200 infantes y 800 caballos), los catalanes fueron derrotados por las tropas reales en Martorell, encontrándose éstas a las puertas de Barcelona.

Orden de batalla

El ejército enviado por Felipe IV había salido a campaña con 23.000 hombres, 3.100 caballos y 24 piezas con 250 artilleros (Melo IV, 20):

Vanguardia al mando de Torrecusa con: un batallón de caballería (Duque de San Jorge) con 500 caballos, 3 regimientos de infantería (Guardias Reales o Conde-Duque de Olivares) (Coronel Fernando de Ribera), De los Vélez (Coronel Gonzalo Fajardo), el del Maestre de Campo Martín de los Arcos (español), Conde de Oropesa, 2 Tercios españoles (Castilla, Provincia de Guipúzcoa) y el Tercio Irlandés de Tyrconnel (nombrado Tyron o Tirol en las crónicas españolas o catalanas).

Batalla al mando del marqués de los Vélez: 100 caballeros al mando del capitán de lanzas españolas Alonso Gaytan como escolta del Marqués, Un Trozo de caballería al mando de D. Álvaro de Quiñones con caballería de las Órdenes (600 hombres) y otro al mando del comisario general de caballería ligera Filangieri, 1 Tercio Viejo (Pedro de La Saca), los regimientos de infantería del Duque de Medinaceli (Teniente Coronel Martín de Azlor), Duque de Infantado (Tte. Coronel Iñigo de Mendoza), Gran Prior de Castilla (Tte. Coronel Diego Guardiola), Marqués de Morata (Tte. Coronel Luis Gerónimo de Contreras), Duque de Pastrana (Tte. Coronel Pedro de Cañaveral) y de Sesa), y dos Tercios españoles comandados por D. Alonso de Calatayud y D. Diego de Toledo.

Retaguardia con las 24 piezas de artillería, el hospital y el bagaje: Un tercio de los Presidios de Portugal (Maestre de Campo Tomas Mesia de Acevedo), un Tercio Viejo de Fernando de Tejada, un Tercio Valón (Maestre de Campo De Isinguien), un Tercio portugués (Maestre de Campo Simón Mascarenhas) y algunas compañías sueltas italianas. 500 caballos de las Órdenes al mando de Rodrigo de Herrera, Comisario General, y algunas compañías sueltas a los lados del bagaje.

Guarnecían Montjuic 9 compañías de milicianos, parte del Tercio de Santa Eulalia, el capitán Cabañas con 200 miqueletes y 300 soldados viejos franceses (Melo V, 79 o 14 compañías según Parets) con 8 pedreros de bronce para tirar balas de mosquetería (Parets, MHE nº22, Cap. 90 p.53).

Durante la batalla acudieron a Montjuic toda la caballería de Barcelona (600 o 900 caballos, entre ellos la compañía de Borell) y 2000 peones. (Diario de las Guerras de Cataluña en MHE nº22 p. 352)

La caballería francesa, dirigida por Henri Robert de Serignan, se desplegó en la llanura para atacar las posiciones españolas. Aubigny se situó en la montaña de Montjuic con franceses y catalanes, mientras Miquel Torrelles dirigiría la Coronelía de Barcelona y el resto de las fuerzas catalanas para defender la ciudad. En la ermita de Santa Madrona se encontraron las tropas de Gallert y Valencia.

Pedro Fajardo optó por atacar Barcelona rápidamente para evitar los posibles refuerzos que pudieran llegar desde el interior, atacando por Montjuïc, donde el ejército se habría de apostar y abastecerse por mar. Con esto evitaba los peligros que le podían aguardar en la sierra de Collserola, donde podría ser el blanco de los guerrilleros, y por tanto constituir un segundo frente, y eludir un ataque directo dirigido por el duque de San Giorgio contra el portal de Sant Antoni con el grueso de la caballería y la artillería y una parte de la infantería.

La batalla

El asalto a Montjuic partió de tres puntos: los tercios de Mascarenhas y el irlandés de Tyconnel (Bartolomé Berto, conde de Tyconnel) desde el Llobregat; los tercios de Diego de Cárdenas Lusón desde Sants y, finalmente, desde la Cruz Cubierta, los dos tercios mandados por el marqués de Mortara. Este último se dirigió a la ermita de Santa Madrona para cortar el camino entre la ciudad y Montjuic, donde se retiraron los catalanes para instalarse en el camino atrincherado de Montjuic para proteger las municiones y los refuerzos.

El resto del ejército con la caballería de las Órdenes se quedó al pie de la montaña (Marimón).

Cuando las primeras tropas reales llegaron a la cima de la montaña, muchos catalanes huyeron excepto una compañía que hizo frente al ataque, diezmando a los atacantes y eliminando a los oficiales.

Defendían Montjuic tan sólo unos 600 infantes además de la caballería según la Crónica, bastantes más según Melo.

Henri Robert de Serignan enfrentó con la caballería (algo menos de 500 soldados que formaban parte de las compañías de José d’Ardena i Sabastida, José Galceran de Pinós y de Perapertusa, el capitán Borell; catalanas, de Emmanuel d’Aux mixta y las francesas de los Messieurs de Fonteralles, Bridoire, Guidane, Chevallier de Sage, de Halle) a los atacantes en la muralla para flanquearlos por la Cruz Cubierta. Este ataque fue respondido por una carga de la caballería realista, que provocó la retirada catalana al interior de la fortificación, pero con el coste de quedarse sin munición, de manera que quedaron al alcance del fuego proveniente de las murallas y, a continuación, fueron cargados por los coraceros franceses.

A las tres de la tarde, los españoles intentaron un nuevo ataque en masa, pero la falta de escalas para subir a las murallas y el fuego catalán provocaron su retirada hasta Sants.

Las bajas españolas no se conocen con exactitud, puesto que varían según la fuente: más de 300 muertos y otros tantos heridos (Marimón) o más de 1.500 infantes muertos y de caballería incontables según la Crònica Exemplaria. Los franco-catalanes capturaron 11 (Melo V, 153) o 13 banderas (Crònica) de las 19 que perdió el ejército. En cuanto a las bajas catalanas fueron 32 muertos; 10 o 12 de ellos de la compañía de la Coronela de los «Esteves» (Compañía de los basters, llauners, armers y courers) y otros tantos infantes heridos y 10 muertos y 12 heridos en la caballería (Crònica).

Consecuencias

A la mañana siguiente, el ejército real abandonó Sants y huyó hacia Martorell, abandonando las piezas de artillería, para luego marchar hasta Tarragona. Al cabo de 7 días el ejército llegó a Tarragona con 16.000 hombres y 2.500 caballos, después la mitad de la gente desertó .

Pau Claris murió un mes después de la batalla, y las nuevas autoridades no pudieron parar los excesos de los lugartenientes franceses. La inevitable intervención francesa convirtió a Cataluña en un frente más de la guerra de los Treinta Años, que enfrentó a la monarquía española de los Habsburgo y a la monarquía francesa por la lucha de la hegemonía en Europa.

Batalla de Montjuic
Guerra de los Segadores
Fecha 26 de enero de 1641
Lugar Barcelona
Coordenadas 41°22′02″N 2°09′32″E (mapa)
Resultado Victoria catalano-francesa
Beligerantes
Bandera de Francia Reino de Francia
Flag of Catalonia.svg Principado de Cataluña
Banner of Arms of Spanish Habsburgs.png Imperio español
Comandantes
Francesc de Tamarit
Philippe de La Motte Houdancourt
Jean Armand de Maillé-Brézé
Pedro Fajardo y Pimentel
Fuerzas en combate
6.000 23.000
Bajas
32 1.500