Las bestias híbridas escondidas en las pinturas rupestres


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  • Los artistas de las cavernas dejaron constancia de la misteriosa especie que dio origen a los bisontes modernos
 Reproducción de un bisonte pintado en la cueva Marsoulas (Haute-Garonne, Francia) durante la época Magdaleniense - Carole Fritz

Reproducción de un bisonte pintado en la cueva Marsoulas (Haute-Garonne, Francia) durante la época Magdaleniense – Carole Fritz

El animal está trazado al detalle: un cuerpo robusto, cuernos pequeños, una joroba suave. Parece un bisonte europeo (Bison bonasus), y alguien dejó constancia de su existencia en las paredes de una cueva francesa hace unos 17.000 años. Hay muchos ejemplos parecidos. Pero otros, datados con anterioridad, son distintos. En ellos las bestias tienen los cuernos más grandes, la joroba más destacada… Es otra especie, el bisonte de la estepa (Bison priscus), ahora desaparecida, que también fue reproducida por los artistas de la Edad de Hielo. Una investigación publicada en la revista Nature Communications se ha fijado en esas pinturas rupestres y en el ADN antiguo para establecer los orígenes del moderno bisonte europeo, y ha descubierto que se originó hace 120.000 años por una hibridación entre el de la estepa, que se extendió a través de la praderas frías de Europa a México, y el también extinto uro, el ancestro del ganado vacuno moderno similar a un toro, pero más pequeño.

La especie híbrida, conocida cariñosamente por los investigadores como el «bisonte de Higgs» debido a su naturaleza elusiva (en inglés, «Higgs bison» se parece mucho a bosón de Higgs, la extraña partícula subatómica detectada en 2012 tras décadas de búsqueda), se convirtió con el tiempo en el ancestro del bisonte europeo moderno, que sobrevive en reservas protegidas entre Polonia y Bielorrusia, y que es diferente del americano.

«Descubrir que un evento de hibridación condujo a una especie completamente nueva fue una verdadera sorpresa, ya que esto no suele suceder en los mamíferos», dice el líder del estudio, el profesor Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN antiguo (ACAD) en la Universidad de Adelaida. «Las señales genéticas de los antiguos huesos de bisontes eran muy extrañas, pero no estábamos muy seguros de que esa especie realmente existiera, así que nos referíamos a ella como el bisonte de Higgs».

El equipo internacional, que incluye investigadores de la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC), expertos en la conservación del bisonte de Polonia, y paleontólogos europeos y rusos, estudiaron el ADN antiguo extraído de huesos y dientes datados con radiocarbono y encontrados en cuevas en toda Europa, los Urales y el Cáucaso para trazar la historia genética de las poblaciones de bisonte.

Dominaron Europa

De esta forma, encontraron una señal genética distintiva en muchos fósiles de huesos de bisonte, que eran bastante diferentes del bisonte europeo o de cualquier otra especie conocida. La datación por radiocarbono demostró que la especie híbrida misteriosa dominó el registro de Europa desde hace miles de años en varios puntos, pero con el tiempo se alternó con el bisonte de la estepa, que previamente había sido considerado la única especie de bisonte presente en la tardía Edad de Hielo en Europa.

«Los huesos revelaron que nuestra nueva especie y el bisonte de la estepa intercambiaron su predominio en Europa varias veces, de manera coincidente con los principales cambios ambientales causados por el cambio climático», dice el autor principal del artículo, Julien Soubrier, de la Universidad de Adelaida. «Cuando preguntamos, los investigadores de una cueva francesa nos dijeron que había, de hecho, dos formas distintas de arte de bisontes en las cuevas de la Edad de Hielo, y resulta que sus edades coinciden con las de las diferentes especies. Nunca habríamos adivinado que los artistas de las cavernas habían pintado amablemente imágenes de ambas especies para nosotros».

Las pinturas rupestres representan bisontes, ya sea con cuernos largos y grandes cuartos delanteros (más como el bisonte americano, descendiente del bisonte de la estepa) o con cuernos más cortos y pequeñas jorobas, más similares al moderno bisonte europeo.

«Una vez formada, la nueva especie híbrida logró con éxito hacerse un hueco en el paisaje, y mantenerse genéticamente», dice Cooper. «Dominó durante períodos más fríos similares a la tundra, sin veranos cálidos, y era la especie más grande de Europa que sobrevivió a las extinciones de la megafauna. Sin embargo, el bisonte europeo moderno se ve genéticamente muy diferente, ya que pasó a través de un cuello de botella genético de sólo 12 individuos en los años 1920, cuando casi se extinguió. Es por eso que la antigua forma parece tanto una nueva especie», explica.

El cometa ‘Chury’ llegó al Sistema Solar hace sólo 10.000 años


El Mundo

El vídeo muestra la órbita que ha seguido 67P/Churyumov-Gerasimenko desde que se originó hasta la actualidad. Western/Galiazzo/Wiegert

Cuando en el año 1969 Klim Churyumov y Svetlana Ivanovna Gerasimenko descubrieron un cometa, no podrían imaginar que medio siglo después se convertiría en uno de los objetos celestes más estudiados de la historia de astronomía.

Los padres de 67P /Churyumov-Gerasimenko han vivido lo suficiente como para ser testigos de los descubrimientos realizados por la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) Rosetta, que el pasado 30 de septiembre concluyó su fase de exploración posándose sobre la superficie de Chury, como se conoce popularmente a este cometa. El pasado fin de semana, apenas dos semanas después del fin de la misión, Klim Churyumov falleció en un hospital de Kharkiv, en Ucrania.

Cuando la nave dejó de operar, los responsables de la ESA destacaron que la misión, en realidad, continuaba pues queda una enorme cantidad de datos por analizar y estudiar. Los descubrimientos científicos, por tanto, previsiblemente se seguirán produciendo durante los próximos años. Asimismo, 67P /Churyumov-Gerasimenko sigue siendo el protagonista de numerosos estudios, como el que esta semana se ha presentado en Pasadena (California, EEUU) durante el 48º Encuentro de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana (AAS por sus siglas en inglés) y del 11º Congreso de Ciencias Planetarias Europeas (EPSC).

El lugar de nacimiento del cometa

En esta ocasión, los investigadores se centraron en descubrir dónde nació 67P /Churyumov-Gerasimenko y las órbitas que ha seguido durante los millones de años que han transcurrido desde entonces. Según sostiene el equipo liderado por Mattia Galiazzo, este cometa debió llegar a nuestro sistema solar hace sólo unos 10.000 años. Anteriormente, habría permanecido inactivo en una región situada lejos del Sol.

En el vídeo que han realizado los investigadores se recrea la órbita que tiene el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en la actualidad y la que probablemente siguió hace 60.000 años, hace 400.000 años y en sus orígenes. Para reconstruir su viaje, realizaron análisis estadísticos y usaron modelos computacionales.

Averiguar dónde se originó este cuerpo celeste, explican los autores, es una información clave para descubrir el tipo de material del que está hechoChury y desde cuándo se encuentra en el Sistema Solar.

Estudios anteriores habían revelado que cometas similares a 67P, conocidos como cometas de la familia de Júpiter, permanecen en zonas interiores de nuestro sistema solar durante 12.000 años, lo que concuerda con los datos de este nuevo estudio.

Los científicos creen que la mayoría de los cometas de la familia de Júpiter provienen del cinturón de Kuiper, que contiene asteroides, cometas y otros objetos celestes con órbitas que se encuentran a entre 30 y 50 unidades astronómicas del Sol.

Esta nueva investigación sostiene que 67P también proviene del cinturón de Kuiper. Según proponen sus autores, el cometa probablemente pasó millones de años allí. Su origen en un lugar tan lejano, añaden, implica que se formó a partir de los primeros materiales, es decir, minerales que ya existían antes de que la Tierra naciera.