Máxima expectación ante una posible señal de ondas gravitacionales


El Pais

  • El fenómeno fue predicho por Einstein en 1916 pero aún no ha sido demostrado
Representación de la colisión de dos agujeros negros / Caltech y Universidad Cornell

Representación de la colisión de dos agujeros negros / Caltech y Universidad Cornell

La última gran predicción de Albert Einstein sobre el universo puede estar a punto de confirmarse. Esa al menos es la sensación entre buena parte de la comunidad científica especializada en ondas gravitacionales, curvas en el espacio-tiempo generadas por los fenómenos más violentos del cosmos. Su existencia es una consecuencia natural de la teoría general de la relatividad y así lo explicó Einstein en 1916. Un siglo después, nadie ha conseguido demostrar que tenía razón (ni tampoco lo contrario).

En un tuit enviado ayer, el físico teórico Lawrence Krauss, de la Universidad Estatal de Arizona, anunció que las ondas gravitacionales habrían sido captadas por primera vez por el experimento LIGO, en EE UU. “Mi rumor sobre LIGO ha sido confirmado por fuentes independientes”, escribió el científico, que no forma parte de la colaboración entre universidades y centros investigación a cargo de este megaproyecto de la física.

La predicción de Krauss no tiene confirmación oficial. Sin embargo la comunidad científica lleva esperando un anuncio como este desde hace meses. Esto se debe en gran parte a que LIGO ha aumentado recientemente su sensibilidad.

En juego está uno de los hallazgos más importantes que pueden hacerse en física. Los astrónomos, la humanidad, ganaría un sentido más para observar el cosmos gracias a estas ondas. Hasta ahora nuestra única guía en el cosmos ha sido la luz. Las ondas de gravedad permitirían escuchar al universo por primera vez y lograrlo bien merece un Premio Nobel.

Las ondas gravitacionales son resultado de los mayores cataclismos del universo, por ejemplo la colisión de dos agujeros negros. Hasta ahora estos eventos han sucedido tan lejos que las ondas que producen, muy atenuadas, son indetectables cuando llegan a la Tierra. Hace unas semanas, Kip Thorne, experto en agujeros negros y uno de los padres de LIGO, explicó a Materia por qué hay tantas expectativas puestas en este experimento. “Estos detectores […] son tan sensibles que pueden captar un choque de agujeros negros a 1.000 millones de años luz de la Tierra, es decir, un décimo de la distancia hasta el límite del universo observable”, y añadía: “Si tenemos suerte, captaremos algo en la primera búsqueda”. Esa primera tanda de observaciones termina precisamente hoy.

Hasta ahora nuestra única guía en el cosmos ha sido la luz. Las ondas de gravedad permitirían ‘escuchar’ al universo por primera vez

LIGO es una tela de araña de tecnología punta. Sus hilos son de luz láser y estos se encuentran en dos detectores separados por más de 3.000 kilómetros, uno en el estado de Washington y otro en Luisiana. Si las ondas gravitacionales atraviesan la zona de observación, el haz de luz modificaría ligeramente su posición, lo que permitiría detectarlas. El pasado septiembre el experimento comenzó a tomar datos después de una importante renovación para aumentar su sensibilidad. Tenía previsto parar en diciembre, pero algo hizo que sus responsables lo hayan mantenido en marcha. Y lo han hecho justo hasta hoy, cuando oficialmente termina la recogida de datos en este primer run, o tanda de observaciones.

El rumor de Krauss no puede ser más oportuno, pero, por ahora, no es más que eso. Gabriela González, investigadora de la Universidad Estatal de Luisiana y portavoz de LIGO, ha dicho que la recogida de datos aún está en marcha y que por ahora no hay ningún descubrimiento que anunciar. “Nos lleva tiempo analizar, interpretar y revisar los resultados”, ha dicho en declaraciones a The Guardian.

El equipo lleva analizando sus datos desde septiembre y aún está en esa tarea. Si hay cualquier resultado positivo lo enviarán a una revista científica para que sea analizado por expertos independientes y solo después se haría un anuncio público. Todo esto puede llevar hasta seis meses, según fuentes de LIGO.

La cautela es preceptiva porque las ondas gravitacionales ya protagonizaron el mayor fiasco científico de los últimos años. Sucedió en marzo de 2014, cuando una colaboración científica liderada desde EE UU anunció sin datos suficientes el descubrimiento de ondas gravitacionales primordiales, en este caso causadas por el Big Bang que dio comienzo al universo. El hallazgo no resistió la revisión científica y ha quedado en suspenso.

El LIGO tiene previsto hacer reformas para comenzar una nueva tanda de observaciones en junio, con una sensibilidad aún mayor. Y en esa ronda se le unirá VIRGO, el observatorio europeo que también ha sido mejorado para la ocasión. De ahí que muchos expertos confíen en que este año se escuche por primera vez el sonido del universo que predijo Einstein hace 100 años.

¿Para qué sirve la Teoría de la Relatividad de Einstein?


El Mundo @teresaguerrerof

  • Sr. Einstein, ¿me puede explicar la Teoría de la Relatividad?
  • ¿Me puede explicar usted cómo se fríe un huevo?
  • Sí claro, sí que puedo.
  • Pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego.

¿quieres saber mas sobre Albert Einstein?

Frases Celebres de Einstein

La carta en la que Einstein explica a su hijo cuál es la mejor manera de aprender

 

Recreación de la nave 'Lisa Pathfinder', que será lanzada el 2 de diciembre. ESA

Recreación de la nave ‘Lisa Pathfinder’, que será lanzada el 2 de diciembre. ESA

Cuentan que Albert Einstein mantuvo esta conversación con un periodista. Una anécdota que rememora el astrónomo Rafael Bachiller, y que muestra la dificultad de explicar y entender la Teoría de la Relatividad cuando no se conocen sus herramientas físicas y matemáticas. Una contribución que, sin embargo, ha ayudado a los científicos a comprender diversos aspectos del Universo y a estudiarlo de una manera distinta, además de permitir el desarrollo de tecnologías como el sistema de posicionamiento GPS.

A través de numerosos experimentos, los científicos han puesto a prueba la Teoría de la Relatividad General y, hasta ahora, Einstein siempre ha salido airoso. Pero de todas las predicciones que hizo el genio alemán, falta la confirmación directa de la existencia de las llamadas ondas gravitacionales.

Según explica Carlos F. Sopuerta, físico del Instituto de Ciencias del Espacio (IEEC-CSIC), con sede en Barcelona, «las ondas gravitacionales son deformaciones del espacio que viajan en el tiempo a la velocidad de la luz. Estas deformaciones se van propagando, al igual que cuando tiras una piedra en el estanque y se generan ondas». Son producidas por «cataclismos cósmicos», fenómenos violentos del Universo en los que se genera mucha energía a velocidades muy altas, como la explosión de supernovas o la fusión de agujeros negros.

Tras muchos años de preparación y apenas una semana después de que se celebre el aniversario de la Teoría de la Relatividad General, el próximo 2 de diciembre despegará desde la Guayana Francesa LISA Pathfinder, una nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) que tiene el objetivo de ensayar la tecnología para el futuro observatorio de ondas gravitacionales eLISA. LISA Pathfinder trabajará en el punto L1 de Lagrange, situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.

Sopuerta es el investigador principal del equipo del IEEC-CSIC que trabaja en LISA PathFinder: «Lo que queremos observar desde el espacio no podemos verlo desde la Tierra, donde se están realizando otros experimentos de detección de ondas gravitacionales». El más avanzado, añade, es LIGO [Observatorio gravitacional de interferometría láser], en EEUU, desde el que se espera que antes de que acabe esta década se confirme directamente su existencia. Su detección, dice el físico, «probablemente valdrá un Premio Nobel para los investigadores» del observatorio estadounidense.

Hasta ahora, se han logrado pruebas indirectas de su existencia a través de las observaciones que en los años 70 hicieron Russell Hulse y Joseph Taylor del primer púlsar (una estrella de neutrones que emite radiación muy intensa en intervalos regulares) en un sistema binario.

LIGO puede captar las ondas gravitacionales emitidas por sistemas binarios de agujeros negros de origen estelar, pero para ver sistemas binarios de agujeros negros supermasivos, es necesario hacerlo desde el espacio.

«No llevamos a cabo experimentos como LIGO y LISA Pathfinder sólo para comprobar la Teoría de la Relatividad. Se trata de una nueva forma de hacer astronomía, de tener una visión totalmente distinta del Universo», explica Sopuerta. Y es que, a partir de las propiedades físicas de esas ondas gravitacionales, podrán determinar qué objetos las han generado: «Se puede saber si han sido emitidas por agujeros negros, por ejemplo, a qué distancia están y por tanto, conocer la distribución de los agujeros negros del Universo. Y también saber más sobre la historia de la cosmología, puesto que algunos de estos objetos estarán muy lejos».

El uso del GPS

El estudio de las ondas gravitacionales, dicen los científicos, les permitirá «oír» el sonido del Universo. Pero los principios recogidos en Teoría de la Relatividad General también han tenido aplicaciones tecnológicas: «Necesitas aplicar la Teoría de la Relatividad General cuando el campo gravitatorio es muy intenso, algo que ocurre en las cercanías de objetos muy densos, como un agujero negro, una estrella de neutrones y quizás en una enana blanca, donde no nos sirve la Teoría de Newton», explica Alberto Aparici, físico teórico del Instituto de Física Corpuscular (IFIC, CSIC-UV).

«Para que funcione el GPS y ofrecer información sobre cosas que suceden en la superficie terrestre usando satélites que están en el espacio, necesitas una gran precisión. Pero el ritmo al que corren los relojes depende del campo gravitatorio». Cuanto más fuerte es ese campo, más lento corre el reloj. Por ello, los relojes de los satélites GPS, que están a varios miles de kilómetros, no van al mismo ritmo que los que tenemos en la superficie terrestre. En el satélite están sometidos a un campo gravitatorio menor y van más rápidos que los terrestres.«Aunque la diferencia es de sólo unos pocos nanosegundos, es suficiente para que en el transcurso de varios años se desincronicen», añade.

Este fenómeno queda reflejado en la película Interstellar, dirigida por Christopher Nolan: «Cuanto más grande es la atracción gravitatoria (cuanto más cerca estamos de una gran masa), el tiempo transcurre más lentamente y los relojes van más lentos. Por eso el protagonista de la película Interstellar [interpretado por Matthew McConaughey] sigue joven, por haber pasado tiempo junto a un agujero negro, además de por haber viajado a alta velocidad», explica Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN).

La Teoría de la Relatividad General, destaca Alberto Aparici, ha ayudado a los astrofísicos a estudiar la materia oscura en detalle a través del efecto de lente gravitatoria (la luz se curva en presencia de un campo gravitatorio). Por otro lado, recuerda el físico, la Teoría de la Relatividad Especial que Einstein presentó en 1905, 10 años antes que la de la Relatividad General, ha tenido múltiples aplicaciones en los campos vinculados con las partículas, como la radioterapia.

La surrealista anécdota entre Einstein y una castañera en su visita a Madrid


ABC.es

  • La teoría de la relatividad general, obra del científico alemán, cumple un siglo

 

Albert Einstein en su llegada a Madrid

Albert Einstein en su llegada a Madrid

Hace exactamente cien años, en 1915, la teoría de la relatividad general veía la luz. Su autor, Albert Einstein, premio Nobel de Física, entonces ya gozaba de un elevado grado de fama y reconocimiento entre los profanos, aunque no en las cotas que alcanzó en los años siguientes y de forma póstuma. Dada la complejidad para explicar esta teoría, que sintetizada al extremo trata sobre el espacio y el tiempo, esta historia, con ánimo curioso e ilustrador, narra la visita del científico alemán a Madrid, enmarcada en la ruta que desarrolló por diferentes puntos de España.

Fue en 1923, en medio de una gran expectación, cuando Einstein puso pie en Madrid acompañado por su esposa. Su presencia en la capital, así como en el resto de ciudades nacionales, marcó la agenda informativa y despertó el interés de muchos madrileños. Efectivamente, la inmensa mayoría sabía quién era, pues era habitual verlo en las páginas de los diarios. Sin embargo, aunque ya habían pasado ocho años de su descubrimiento, conocer su trabajo de forma detallada y concreta eran palabras mayores. Tal es así que, en Madrid, según la anécdota escrita por el historiador Thomas Glick, el científico tuvo un divertido episodio con una castañera. Caminando por la calle, el físico fue reconocido por la vendedora, acaso por sus singulares rasgos físicos, con bigote y melena alborotada. «¡Viva el inventor del automóvil!», exclamó convencida de que la fama de aquel hombre remitía a ese hallazgo (también trascendental, por otro lado) y no por el que ha pasado a la historia de la ciencia y la humanidad.

Como ilustran las imágenes que acompañan a este texto, tesoros del archivo fotográfico de ABC, Einstein fue recibido por el rey Alfonso XIII en la Academia de las Ciencias y visitó diferentes lugares, como la Estación del Mediodía, a su llegada; o la Universidad Central de Madrid. Eso en el caso concreto de la capital, porque en toda España (permaneció dos semanas, entre febrero y marzo) impartió conferencias en Barcelona y Zaragoza.

 

Un extraño trío de estrellas pone a prueba la teoría de la relatividad


La Vanguardia

  • Los científicos afirman que el sistema promete la oportunidad de señalar el camino a la siguiente teoría de la gravedad tras las de Newton y Einstein

Un extraño trío de estrellas pone a prueba la teoría de la relatividad

Madrid. (Europa Press).- Astrónomos que usan el Telescopio Green Bank de la Fundación Nacional de Ciencia (GBT, en sus siglas en inglés) han descubierto un sistema estelar único de dos estrellas enanas blancas y una estrella de neutrones superdensa, todo ello incluido en un espacio más pequeño que la órbita de la Tierra alrededor del sol.

La cercanía de las estrellas, junto con su naturaleza, ha permitido a los científicos hacer las mejores mediciones de las complejas interacciones gravitacionales en un sistema de este tipo. Además, los estudios detallados de este sistema pueden proporcionar una pista clave para resolver uno de los principales problemas pendientes de la física fundamental, la verdadera naturaleza de la gravedad.

«Este triple sistema nos da un laboratorio cósmico natural mucho mejor que cualquier cosa encontrada antes para aprender exactamente cómo funcionan estos sistemas de tres cuerpos y, potencialmente, detectar problemas con la relatividad general que los físicos esperan ver en condiciones extremas», explica Scott Ransom, del ‘National Radio Astronomy Observatory’ (NRAO).

El estudiante graduado de la Universidad de West Virginia, en Estados Unidos, Jason Boyles, ahora en la Universidad de Western Kentucky, descubrió originalmente el púlsar como parte de una búsqueda a gran escala para los púlsares con el GBT. Los púlsares son estrellas de neutrones que emiten haces de luz como las ondas de radio que se mueven circularmente rápidamente por el espacio como el objeto gira sobre su eje.

Uno de los descubrimientos de la búsqueda es un pulsar a unos 4.200 años luz de la Tierra, girando casi 366 veces por segundo. Estos púlsares que giran rápidamente, llamados púlsares de milisegundos, pueden ser usados por los astrónomos como herramientas de precisión para el estudio de una variedad de fenómenos, incluyendo búsquedas de las esquivas ondas gravitacionales. Observaciones posteriores mostraron que el púlsar se encuentra en una órbita cercana a una estrella enana blanca y ese par está en órbita con otro, una enana blanca más lejana.

«Este es el primer pulsar de milisegundos que se encuentra en un sistema de este tipo y, de inmediato, reconocimos que nos proporciona una gran oportunidad para estudiar los efectos y la naturaleza de la gravedad», señala Ransom.

Los científicos, cuyos descubrimientos se publican este domingo en la edición digital de Nature, comenzaron un programa de observación intensiva con el GBT, el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y Westerbork Synthesis Radio Telescope en Holanda. También estudiaron el sistema con datos del Sloan Digital Sky Survey, el satélite GALEX, el telescopio WIYN en Kitt Peak, Arizona, y el Telescopio Espacial Spitzer.

«Las perturbaciones gravitacionales impuestas a cada miembro de este sistema por parte de los demás son increíblemente puras y fuertes -apunta Ransom-. El púlsar de milisegundos sirve como una herramienta extremadamente poderosa para medir esas perturbaciones increíblemente bien».

Al registrar con precisión el tiempo de llegada de los pulsos del pulsar, los científicos fueron capaces de calcular la geometría del sistema y las masas de las estrellas con una precisión sin precedentes.

«Hemos hecho algunas de las mediciones más precisas de las masas de la astrofísica», afirma Anne Archibald, del Instituto Holandés de Radioastronomía. «Algunas de nuestras mediciones de las posiciones relativas de las estrellas en el sistema son exactas a cientos de metros», detalla Archibald, quien encabezó el esfuerzo para utilizar las mediciones para construir una simulación por ordenador del sistema que puede predecir sus movimientos.

La investigación sobre este sistema utiliza técnicas que se remontan a las utilizadas por Issac Newton para estudiar el sistema Tierra-Luna-Sol, en combinación con la «nueva» gravedad de Albert Einstein que se requiere para hacer las mediciones precisas. A su vez, los científicos dijeron que , el sistema promete la oportunidad de señalar el camino a la siguiente teoría de la gravedad.

El sistema da a los científicos la mejor oportunidad para descubrir una violación de un concepto llamado el Principio de Equivalencia, que establece que el efecto de la gravedad sobre un cuerpo no depende de la naturaleza o la estructura interna de ese cuerpo.

Los experimentos más famosos que ilustran este principio es el reputado de Galileo sobre la caída de dos bolas de diferentes pesos desde la torre inclinada de Pisa y el del comandante del Apolo 15 David Scott que dejó caer un martillo y una pluma de halcón mientras estaba de pie en la superficie sin aire de la Luna en 1971.

«Mientras que la Teoría de la Relatividad General de Einstein hasta ahora ha sido confirmado por todos los experimentos, no es compatible con la teoría cuántica. Debido a eso, los físicos esperan que se descomponga bajo condiciones extremas», explica Ransom. «Este sistema triple de estrellas compactas nos da una gran oportunidad para buscar una violación de una forma específica del Principio de Equivalencia llamado el Fuerte Principio de Equivalencia», agrega.

Cuando explota una estrella masiva en forma de supernova y sus restos se colapsan en una estrella de neutrones superdensa, parte de su masa se convierte en energía de enlace gravitacional que mantiene la estrella densa junta. El fuerte Principio de Equivalencia dice que esta energía de enlace todavía reaccionará gravitacionalmente como si fuera masa. Prácticamente todas las alternativas a la relatividad general sostienen que no lo hará. «Este sistema ofrece la mejor prueba hasta ahora de que eso es así», afirma Ransom.

Bajo el fuerte principio de equivalencia, el efecto gravitatorio de la enana blanca externa sería idéntico tanto para la enana blanca interior y la estrella de neutrones. Si el fuerte principio de equivalencia no es válido en las condiciones de este sistema, el efecto gravitatorio de la estrella exterior en la enana blanca interior y la estrella de neutrones sería ligeramente diferente y las observaciones de alta precisión del pulsar podrían mostrarlo fácilmente.

«Encontrar una desviación del fuerte principio de equivalencia indicaría un desglose de la Relatividad General y nos apuntaría hacia una nueva, la teoría correcta de la gravedad», añade. «Este es un sistema fascinante de muchas maneras, incluyendo lo que debe haber sido una historia de formación completamente loca y tenemos mucho trabajo por hacer para comprenderlo plenamente», apunta Ransom.

Biografia de grandes de la Ciencia


Elhistoriador.es

Nikola Tesla –> http://www.elhistoriador.es/2012_tesla.htm

Michale Faraday –> http://www.elhistoriador.es/2012_fara.htm

James Clerk Maxwell –> http://www.elhistoriador.es/2012_max.htm

Marie Curie –> http://www.elhistoriador.es/2012_curie.htm

Isaac Newton –> http://www.elhistoriador.es/2012_newt.htm

Albert Einstein –> http://www.elhistoriador.es/einstein.htm

Francis Crick & James Watson –> http://www.elhistoriador.es/2012_wat.htm

Niels Henrik David Bohr –> http://www.elhistoriador.es/2012_bohr.htm

Charles Darwin –> http://www.elhistoriador.es/2012_darw.htm

Un asombroso anillo de Einstein


El Mundo

El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas con profundidad.


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LRG 3-757: una galaxia roja con un «anillo de Einstein» | NASA/ESA/Hubble

Esta ‘Herradura Cósmica’ es uno de los casos más perfectos y espectaculares del fenómeno conocido como ‘anillos de Einstein’. La galaxia rojiza en el centro de la imagen (LRG 3-757) actúa como una lente gravitacional que amplifica y distorsiona la imagen de otra galaxia azul, muchísimo más lejana, que se encuentra exactamente detrás de la primera. El buen alineamiento entre las dos galaxias hace que la luz de la más lejana forme un anillo casi completo en torno a la más cercana.

Un telescopio verdaderamente astronómico

Cuando dos galaxias se encuentran en nuestra misma línea de mirada podemos asistir a uno de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza: lo que se denomina una ‘lente gravitacional’.

Este fenómeno se ilustra en la figura adjunta, en la que la esfera azul representa a la Tierra y la esfera anaranjada a una galaxia cercana que se encuentra bien alineada con la galaxia espiral más lejana. La teoría de la relatividad general de Einstein predice que la galaxia cercana distorsiona las líneas del espacio-tiempo, lo que se representa con la malla amarilla de su entorno. Los rayos de luz emitidos por la galaxia lejana se curvan siguiendo esta malla que los redirige hacia la Tierra.

Los observadores en la Tierra veremos una imagen muy deformada de la galaxia más distante: normalmente unos arcos luminosos en torno a la imagen de la galaxia cercana.

Es un fenómeno similar al que se produce cuando observamos una luz a través del fondo de un vaso con líquido y vemos la imagen deformada de la fuente de luz. La galaxia más próxima actúa como una lente colosal que redirige los rayos de la luz emitida detrás para crear una imagen distorsionada. Se trata de una especie de gigantesco telescopio proporcionado por la propia naturaleza.

Anillos de Einstein

Si las dos galaxias se encuentran perfectamente alineadas, la imagen de la galaxia lejana formada por la lente es un anillo de luz centrado en la galaxia próxima. El fenómeno fue predicho por Albert Einstein hace ahora unos 75 años, por eso las figuras circulares que se forman reciben el nombre de ‘anillos de Einstein’. El propio Einstein consideraba que se trataba de un fenómeno muy sutil y dudaba que pudiese llegar un día en que se observarse, por lo que lo consideró una curiosidad más que una herramienta de trabajo.

Sin embargo, gracias al progreso de la observación astronómica, que no pudo ser anticipada por Einstein, se conocen hoy centenares de lentes gravitacionales. Muchas de tales lentes tienen la forma bien circular, aunque casi siempre incompleta, de los anillos de Einstein.

Cuando hay varios objetos en la misma línea de mirada se producenarcos múltiples, más o menos centrados sobre la lente dependiendo del alineamiento relativo. Muchos de estos anillos de Einstein se detectan bien mediante observaciones en radioastronomía.

Un anillo casi perfecto

La imagen que encabeza este artículo muestra el sistema denominado LRG 3-757. Se trata deuna galaxia roja y muy luminosa(LRG son las siglas de Luminous Red Galaxy) detectada primeramente en el Survey Digital de Sloan (SDSS) por un equipo internacional de astrónomos liderado por Vasily Belokurov de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). La imagen que presentamos aquí fue obtenida recientemente con la cámara de gran campo del telescopio espacial Hubble.

La galaxia próxima está a unos 4,6 miles de millones de años-luz, mientras que la distante se encuentra a 10,9 miles de millones de años-luz. Esta observación permite por tanto estudiar cómo eran las galaxias cuando el Universo tenía apenas 3.000 millones de años de edad (su edad actual es de 13,7 miles de millones de años). La nueva imagen revela el anillo asombrosamente perfecto: uno de los más completos y regulares de los observados hasta la fecha. Tiene un diámetro en el cielo de unos 10 segundos de arco, unas cinco veces más grande que los mayores de los otros anillos conocidos. Su simetría se debe al buen alineamiento entre las dos galaxias y la Tierra. El estudio de este anillo permite estimar la masa (tanto estándar como oscura) de la galaxia lente y la composición de la galaxia lejana mediante la espectroscopía del arco.

También interesante

    • La primera lente gravitacional se observó en 1979 cuando los astrónomos Kyongae Chang and Sjur Refsdal midieron variaciones en el brillo de un cuásar lejano producidas por el efecto de las estrellas individuales de una galaxia cercana.>
    • El fenómeno de lente gravitacional no sólo se da con galaxias. Cuando la lente es un planeta o una estrella, el fenómeno se llama ‘microlente’ y permite la observación de objetos muy poco luminosos, como exoplanetas, en nuestra propia galaxia. Las microlentes son transitorias, pueden durar entre segundos y años, la duración típica del alineamiento entre este tipo de objetos.
    • El primer planeta extrasolar detectado por la técnica de microlentes, OGLE 2003-BLG 235 fue descubierto en el año 2003 por I.A. Bond y colaboradores. Esta técnica se ha aplicado hoy para la detección de una docena de exoplanetas, entre los que se cuentan algunos de los menos masivos conocidos (por ejemplo Gliese 581e con unas dos masas terrestres).

Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional(Instituto Geográfico Nacional)..

Hallan un telescopio de Einstein en Jerusalén


EFE – El Mundo

Hallan un telescopio de Einstein en Jerusalén

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Einstein y el telescopio con algunos científicos. (Foto: Universidad Hebrea de Jerusalén)

Cuando el genio científico Albert Einstein donó su telescopio a la Universidad Hebrea de Jerusalén difícilmente hubiera podido imaginar que acumularía polvo durante décadas en un sótano hasta su descubrimiento por un apasionado de su legado.

El Nobel judío alemán ordenó en vida la cesión de todos sus escritos, incluidos los de la teoría de la relatividad, a este centro académico, que ostenta en la actualidad sus derechos de autor.

También hizo lo propio, junto con otros artefactos, entre ellos su telescopio, incluido en los registros de la universidad que nadie se molestó en consultar durante décadas, según informa el diario israelí ‘Yediot Ahronot’.

Einstein había recibido el telescopio de Zvi Gezri, un colega científico al que conoció en la Universidad de Princeton (EEUU).

Durante más de diez años el instrumento permaneció almacenado en el edificio del planetario de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ubicada en desuso, hasta que Eshel Ofir, director del Centro Belmonte de Ciencias de Laboratorio de la institución, se lanzó a su búsqueda.

«Sabía que teníamos el telescopio que Einstein donó a la escuela y siempre me había preguntado qué había pasado con él», explicó Eshel. «Uno de los lugares donde decidí buscar fue el antiguo edificio del planetario. Estaba, literalmente, poniendo orden entre los escombros cuando lo encontré«, recuerda.

Ahora, el autor del hallazgo espera que el telescopio suponga una «oportunidad para los jóvenes estudiantes de entrar en contacto directo con el legado de este gran hombre», cuya «curiosidad no tenía límites».

La Fundación Jerusalén y el Centro Científico Joseph Meyerhoff de la ciudad santa han aportado fondos para la restauración del instrumento que perteneció al padre de la Teoría de la Relatividad.

Einstein toma Nueva York


CET – El Mundo

Brian Greene, fundador del festival. (Foto: World Science Festival)

Brian Greene, fundador del festival. (Foto: World Science Festival)

NUEVA YORK.- Empeñada en trascender límites, Nueva York ha sido durante cuatro días la capital de las ciencias. El I Festival Mundial de la Ciencia, organizado por Brian Green, físico y profesor de la Universidad de Columbia, autor del clásico ‘El universo elegante’, ha inundado Manhattan con un chorro de inteligencia.

Acostumbrados a la frigidez de la metafísica, digamos, los mejores genetistas, matemáticos y físicos abrieron la espita de un mundo paralelo, más puro por verificable, el único real fuera de la metafísica y sus patafísicos príncipes, enemigo de los demiurgos y sus chisteras. «Todos comenzamos como pequeños científicos», ha comentado Green al New York Times, en alusión a como luego la inmensa mayoría de nosotros coloca un dique frente al conocimiento científico, transformado en terra incognita poblada de dragones.

El programa incluía actos en el Metropolitan Museum donde se discutieron las sinergias entre memoria y cine, mientras un grupo de niños, acompañados por un equipo de expertos (sherpas incluidos), imaginaban que ascendían el Everest. El neurólogo Oliver Sacks, autor de ‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’, el reverendo Calvin O. Butts III y el coro de gospel de la Abyssinian Baptist Church debatieron sobre el poder de sugestión de la música en nuestro cerebro, cuando las neuronas bailan al ritmo de bemoles y corcheas. Alan Alda, inolvidable en M.A.S.H. y en varios títulos de su amigo Woody Allen, volvió a meterse el sábado en el cráneo del físico Richard Feynman en la obra de teatro QED, para después charlar con el astrónomo Vera Rubin y los físicos Stephon Alexander y Pierre Hohenberg sobre los avatares del genial científico. Alda, investido como paladín de la divulgación científica, estrenó el domingo su propia obra dramática, basada en las cartas de amor de Albert Einstein.

Otros ejemplos del apretado programa incluyen un debate sobre la ciencia de la longevidad, otro sobre la búsqueda de las leyes de la vida, uno más acerca del sueño de la teoría unificada de Einstein, otro sobre aquello que nos hace humanos, una coreografía en el Guggeheim basada en ‘El universo elegante’, un mesa redonda sobre ciencia y fe, una conferencia sobre las sinergias entre la magia y las matemáticas (quizá una redundancia, luego de la anterior), otra sobre los genes y nuestra biografía, una panoplia de actividades para niños en Washington Square, etc.

Con la ciudad hechizada y llenos absolutos, el Festival ha liquidado sus propias previsiones. La ciencia es un océano que la mayoría descubre tarde, o no descubre nunca. Para remediar el error, músicos del calibre de Lukas Ligeti, cineastas (Doug Lima, director de The Bourne Identity), físicos (Jim Gates, Leonard Sussikind, Paul Nurse), astrobiólogos (Maggie Turnbull, Paul Davies y Steven Benner) y paleontólogos (Richard Leakey), participaron en encuentros con títulos tan sugestivos como ‘Bioarte en la era del terrorismo’, ‘Tú y tu cerebro irracional’, ‘Historias de experimentos que fueron mal’, ‘Un viaje por el espacio y el tiempo’, ‘Ciencia de la moralidad’, ‘El ojo de la mente’ o ‘La Sexta Extinción’.

Hace unos días, en el Marcus Garvey Park, en Harlem, paseando a los perros, un vecino, dueño de un inmenso chucho, resultó ser profesor de sistemas y biología computacional. Tras hablar sobre su trabajo, contemplando la puntera de sus zapatos, comentó que «todos los grandes científicos han trascendido esta condición para convertirse en humanistas, o quizá es que no existe tal distintición». O tal vez es que los últimos humanistas sean los científicos. Blanden el escapelo del método donde otros colocan la podrida cesta de sus creencias, tan llena de humo que festivales como el que nos ocupa resultan altamente recomendables. Al menos, ya hay garantizada una próxima edición.