Descubren 8 minigalaxias que podrían esconder el secreto de la materia oscura


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  • Son vecinas de la Vía Láctea que podrían ayudar a entender cómo se aniquila la forma más misteriosa de la materia. Han sido detectadas con la cámara digital más potente del mundo 

    KIPAC/SLAC En rojo, posición de las nuevas minigalaxias respecto al disco de la Vía Láctea. En azul, otras descubiertas antes

    KIPAC/SLAC | En rojo, posición de las nuevas minigalaxias respecto al disco de la Vía Láctea. En azul, otras descubiertas antes

Las galaxias satélite son objetos celestes que orbitan las galaxias más grandes, como la Vía Láctea, y que contienen en su interior miles de estrellas, mientras que sus hermanas mayores pueden tener miles de millones de estos astros. Son las galaxias más pequeñas, y por ello más difíciles de observar, y además se cree que son claves para entender la materia oscura, esa extraña fuerza que tira de la materia y que parece favorecer que se agrupe en unas zonas y no en otras.

Ahora, un equipo de científicos del Fermilab y de la Universidad de Cambridge que han usado datos del «Dark Energy Survey», un estudio de cinco años que recogerá datos sobre la composición del Universo, han identificado 8 objetos que podrían ser galaxias satélite de la Vía Láctea.

«El enorme contenido de materia oscura de las galaxias satélite de la Vía Láctea hacen de este un resultado significativo para la astronomía y la física», ha declarado Alex Drlica-Wagner, investigadora del Fermilab y una de las líderes del «Dark Energy Survey». Ya que, haberlas descubierto no solo contribuirá a mejorar los mapas del Universo, sino que en su interior se podrá analizar la mínima expresión de la acumulación de materia oscura.

El motivo es que estas pequeñas galaxias tienen más masa acumulada en forma de materia oscura que de estrellas. Normalmente, se cree que esta porción de la materia se aniquila a sí misma y libera rayos gamma, un tipo de radiación muy energética. Pero en estos pequeños objetos, no hay fuentes de estos rayos, por lo que los laboratorios están muy interesados en investigar allí este proceso de aniquilación de la materia oscura.

El misterio de la materia oscura

Las minigalaxias recién descubiertas son un millón de veces menos masivas que la Vía Láctea, y la más cercana de ellas está a cien mil años luz de distancia. Los científicos ya habían descubierto una docena de estos objetos alrededor de nuestra galaxia, con los datos obtenidos en el «Sloan Digital Sky Survey», el precursor del estudio hecho más recientemente. Pero lo cierto es que en los últimos cinco años no había ocurrido ninguno de estos hallazgos.

El artífice de estos descubrimientos es la Cámara de Energía Oscura, la cámara digital más potente del mundo, con 570 megapixels y capaz de ver galaxias situadas a 8.000 millones de años luz de la Tierra. Actualmente, está colocada en el obervatorio de Cerro Tololo, en los Andes (Chile).

«La Cámara de Energía Oscura es el instrumento perfecto para descubrir pequeñas galaxias», ha explicado Keith Bechtol, del Instituto Kavil de Cosmología de la Universidad de Chicago, quien ha participado en los análisis del «Dark Energy Survey». «Tiene un campo de visión muy amplio para hacer mapas del cielo y una gran sensibilidad, permitiéndonos ver estrellas muy débiles. Estos resultados muestran cuán poderosa es la cámara y cuán significantes serán los datos que recogerá en los próximos años».

La materia oscura podría acabar con la vida en la Tierra


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  • La historia de nuestro planeta está marcada por grandes eventos de extinción a gran escala
La materia oscura podría acabar con la vida en la Tierra

¿Puede la materia oscura explicar las grandes extinciones masivas sucedidas en nuestro planeta? Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York, dirigidos por el biólogo Michael Rampino, están convencidos de que sí. De hecho, acaban de publicar un estudio en el que se concluye que el «camino» que sigue la Tierra alrededor y a través del disco de nuestra galaxia podría tener efectos directos y significativos tanto en los fenómenos geológicos como biológicos que suceden en nuestro planeta y que amenazan, cada cierto tiempo, a las formas de vida que habitan en él.

En concreto, en un artículo recién aparecido en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Rampino y sus colegas concluyen que nuestro movimiento a través de la materia oscura que contiene la galaxia puede perturbar las órbitas de los cometas y causar, además,un calentamiento adicional del núcleo del planeta. Dos fenómenos que pueden conectarse de forma directa a los eventos de extinción masiva sufridos por la Tierra en el pasado.

El disco galáctico es la región de la Vía Láctea en la que reside nuestro Sistema Solar. Se trata de una zona densamente poblada por estrellas y grandes nubes de gas y polvo, pero en ella se da también una alta concentración de materia oscura, el «otro» tipo de materia que ninguno de nuestros instrumentos puede detectar y cuya existencia conocemos solo gracias a sus efectos gravitatorios.

Estudios anteriores han mostrado que la Tierra efectúa una rotación completa alrededor del núcleo galáctico cada 250 millones de años. Pero la «senda» que sigue nuestro planeta a través del disco galáctico no es recta, sino ondulada, con el Sol y el resto de planetas del Sistema Solaratravesando el disco apróximadamente una vez cada 30 millones de años. Analizando el patrón seguido por la Tierra en sus «pasadas» a través del disco, Rampino se ha dado cuenta de que coinciden en el tiempo con periodos de intensos bombardeos de cometas y con las mayores extinciones masivas. El famoso cometa que hace 66 millones de años acabó con los dinosaurios es solo un ejemplo.

Las trayectorias de los cometas

¿Pero cuál es la causa de la correlación entre las «pasadas» de la Tierra a través del disco galáctico y los impactos y extinciones que parecen acompañarlas? Para Rampino, a medida que la Tierra pasa a través del disco galáctico, la materia oscura que allí se concentra perturba las trayectorias de los cometas, que normalmente orbitan muy lejos de la Tierra, en los confines del Sistema Solar. Y eso significa que muchos cometas que deberían viajar a grandes distancias de nosotros toman, debido a esa perturbación, caminos inusuales que provocan que algunos de ellos choquen con nuestro planeta.

Pero no solo eso. Para el investigador resulta aún mucho más notable el hecho de que, con cada «zambullida» de la Tierraen el disco galáctico, la materia oscura parece irse acumulando en el interior del núcleo terrestre. Y las partículas de materia oscura, al irse aniquilando unas a otras mediante colisiones, producen un calor considerable que se suma al del núcleo y que puede desencadenar eventos como oleadas de erupciones volcánicas, elevación de cordilleras, reversiones del campo magnético y cambios en el nivel del mar, acontecimientos que también muestran «picos» de intensidad cada 30 millones de años.

Rampino, por lo tanto, sugiere que los fenómenos astrofísicos que se derivan del camino ondulante que sigue la Tierra a través del disco de la galaxia, y la consiguiente acumulación de materia oscura en el interior del planeta, pueden resultar en dramáticos cambios tanto en la actividad geológica como biológica de la Tierra. Su modelo de las interacciones de materia oscura con la Tierra a medida que ésta gira alrededor de la galaxia puede cambiar de forma radical nuestra comprensión del desarrollo geológico y biológico, tanto en nuestro mundo como en otros planetas de la galaxia.

«Tenemos la suerte de vivir en un planeta que es ideal para el desarrollo de vida compleja —afirma Rampino— pero la historia de la Tierra está marcada por grandes eventos de extinción a gran escala, algunos de los cuales, además, resultan difíciles de explicar. Y podría ser que la materia oscura, cuya naturaleza se desconoce pero que constituye cerca de la cuarta parte de la masa del Universo, tenga la respuesta. Además de ser importante a gran escala, la materia oscura puede tener una influencia directa sobre la Tierra».

El investigador considera que en el futuro los geólogos deberían incorporar estos hallazgos astrofísicos para comprender mejor acontecimientos que hoy creemos que se deben solo a causas inherentes a la Tierra. Este modelo, añade Rampino, también proporciona nuevos conocimientos sobre la posible distribución y comportamiento de la materia oscura en el interior de nuestra galaxia.

La cuarta especie humana desconocida


ABC.es

Milenio 3- Iker Jimenez habla sobre el tema

  • Un último hallazgo embrolla aún más la evolución humana en Eurasia, donde sapiens, neandertales, denisovanos y una cuarta población aún por determinar pudieron relacionarse entre sí e incluso tener descendencia

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La evolución humana puede ser más intrincada de lo que se cree. Una nueva investigación sugiere que en el Pleistoceno tardío, Eurasia estaba habitada por al menos cuatro especies humanas diferentes: sapiens, neandertales, un grupo poco conocido llamado denisovanos y una cuarta población aún por determinar, que quizás pueda ser el Homo erectus. Estas especies incluso llegaron a tener descendencia común, mezclando sus genes. Te explicamos este importante descubrimiento paleontológico en el videoblog «Materia Oscura», sobre estas líneas.

Hallan indicios de materia oscura en una mina de Minessota


ABC.es

  • Los físicos del MIT detectaron tres señales que podrían revelar la presencia de estas enigmáticas partículas
Hallan indicios de materia oscura en una mina de Minessota

Hallan indicios de materia oscura en una mina de Minessota

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han hallado nuevos indicios de materia oscura en una mina de Minnesota (Estados Unidos). Este logro ha surgido de la Búsqueda Criogénica de Materia Oscura (CDMS), que se lleva realizando en la zona durante varios años, por el que ocho detectores de silicio registraron tres eventos que podrían representar colisiones de partículas masivas de interacción débil (WIMPs).

Físicos ya habían encontrado indicios de la existencia de WIMPs en esta mina con anterioridad (en 2010), pero estos hallazgos siguen siendo difíciles de entender. De hecho, los estudios resultaron ser indistinguibles de las colisiones de fondo de otras fuentes, no WIMP.

Los expertos que han llevado a cabo esta última investigación, que se ha hecho pública el pasado 13 de abril en la reunión de la Sociedad Americana de Física, han explicado que este resultado «no se eleva al nivel de un descubrimiento» porque «requiere de una mayor investigación», pero han destacado la «importancia» de este paso.

La ventaja con la que cuenta el equipo del MIT es que los hallazgos actuales se han realizado con detectores de silicio y no de germanio, como los que se utilizaban hace tres años. El silicio es más sensible a las colisiones de partículas de baja energía. Enfriado a una temperatura de 40 milikelvins, los detectores de calor sentido por CDMS detectan cuando una partícula choca con uno de sus cristales.

El desafío es distinguir una posible colisión WIMP de las muchas colisiones de otras partículas como, por ejemplo, neutrones. En este sentido, los científicos han explicado que CDMS intenta proteger sus detectores tanto como sea posible, lo que le permite calcular con precisión la velocidad de las colisiones. De los tres eventos de posibles WIMP captados dos de ellos ocurrieron en el mismo detector, mientras que el tercero se produjo en uno diferente.

Los científicos han fijado la señal en un nivel de confianza del 99,81 por ciento (o alrededor de tres sigma en el lenguaje estadístico). Pero el resultado de CDMS implicaría un WIMP con una masa de 8,6 gigaelectronvoltios, mucho más ligero de lo físicos podrían esperar, ha señalado el MIT. Los científicos barajan los nuevos datos ahora y en los próximos meses explicarán qué es exactamente lo que se ha encontrado y si son, realmente, nuevas señales que conduzcan a la materia oscura.

El universo es 100 millones de años más viejo de lo que se creía


El Pais

  • El telescopio espacial europeo ‘Planck’ retrata en alta resolución la radiación emitida cuando habían transcurrido solo 380.000 años desde el Big Bang

Unos 380.000 años después de la gran explosión inicial, el universo se hizo transparente y la radiación emitida entonces se detecta hoy en el cielo a una temperatura ultrabaja. El telescopio espacial Planck la ha estado observando durante meses esa luz, la más antigua del cosmos, y ahora los científicos han presentado el mapa a altísima resolución de las pequeñas variaciones de temperatura de esa radiación, variaciones que serían como las semillas de las galaxias y cúmulos de galaxias. Los datos de este telescopio de la Agencia Europea del Espacio (ESA), presentados hoy en París, son mucho más precisos que los obtenidos con anteriores observatorios de este tipo y permiten ajustar mejor tanto la edad del universo como su composición. El cosmos tiene 13.810 millones de años, es decir, es unos 100 millones de años más viejo de lo estimado previamente, y está compuesto por materia corriente (4,9%), materia oscura (26%) y energía oscura (69,1%). Así que hay un poquito más de materia corriente de lo que se había establecido.

“La teoría cosmológica estándar se ajusta muy bien con los datos del Planck”, ha afirmado el científico británico George Efstathiou al presentar el nuevo mapa del cielo. Pero también ha destacado unas anomalías respecto a las predicciones de los modelos cosmológicos más extendidos, de nuestra comprensión actual del universo, “que podrían ser indicios de una nueva física”. Efstathiou ha anticipado que “Planck estimulará mucho el trabajo teórico”. Se trata de una zona ligerísimamente más fría que la media (se aprecian en azul en el cuadrante inferior derecha) que no encajaría muy bien en la distribución aleatoria predicha en los modelos.

Los datos presentados hoy responden a los primeros 15 meses de funcionamiento del Planck en el espacio y el artefacto sigue funcionando, así que cabe esperar más novedades dentro de unos meses, ha señalado Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA.

Los primeros tiempos del cosmos fueron de altísima temperatura, una sopa densa de protones, electrones y fotones a unos 2.700 grados centígrados. Transcurridos unos 380.000 años se enfrió lo suficiente como para que los protones y electrones se unieran formando átomos, y los fotones (la luz) quedaron libres. En ese momento el universo se hizo transparente.

Cabe hacerse una lejana idea pensando en una piscina de agua hirviendo, que solo se hace transparente cuando ha bajado suficientemente la temperatura. Aquellos fotones permean todo el cosmos actual pero en forma de radiación muy fría, a 2,7 grados sobre el cero absoluto, y es lo que capta el Planck, como sus antecesores en el espacio COBE y WMAP, ambos de la NASA.

Esa radiación de fondo se descubrió en 1965 y fue una prueba de gran calado de la teoría del Big Bang, ya que era una de las predicciones de los físicos teóricos en ese modelo cosmológico. Pero el problema es que, entonces y durante décadas, la radiación era desesperantemente uniforme, de manera que resultaba imposible de cuadrar con la obvia no uniformidad del universo observable, es decir, las concentraciones de materia en las estrellas y galaxias. La solución la dio el COBE, cuando descubrió ligerísimas variaciones de temperatura en aquella radiación de fondo que ahora llega como microondas, tras haberse enfriado en el universo en expansión. Esas minúsculas variaciones de temperatura revelan las ondas disparadas por las fluctuaciones cuánticas en el universo inmediatamente tras nacer.

Los datos de Planck son mucho más precisos que los del COBE y el nuevo mapa muestra con alta resolución pequeñísimas variaciones de temperatura (azul más frio y rojo más caliente) que corresponderían a diferencias de densidad, como ligerísimos grumos de una salsa, que darían origen a las estructuras del universo actual.

“Con esa radiación fósil los cosmólogos hacen arqueología del universo”, ha comentado en París el director científico de la ESA, Álvaro Giménez. “El mapa más preciso es para los cosmólogos como una mina de oro de conocimiento del universo”, ha dicho Efstathiou.

En realidad el nuevo mapa es el resultado de limpiar a fondo el que fue presentado en 2010, ya que aquella primera cartografía de la radiación del universo primitivo incluida todavía toda la radiación de nuestra galaxia, que los científicos han ido restando hasta lograr el mapa definitivo de las fluctuaciones de la radiación de fondo de microondas.

Efstathiou ha recordado que la teoría más extendida sobre los primeros instantes del universo incluyen una fase de crecimiento exponencial, denominada de inflación. Ha presentado las simulaciones realizadas con ordenador del universo con fase de inflación cósmica y, al compararlo con el mapa real obtenido con el Planck, ha destacado la buena concordancia. “Los inflacionistas pueden estar contentos hoy”, ha dicho, aunque las anomalías detectadas darán trabajo a los científicos.

Un telescopio para observar el pasado

El Planck, un observatorio espacial de casi dos toneladas, está situado a un millón y medio de kilómetros de la Tierra, en un punto de equilibrio gravitatorio del sistema Sol-Tierra denominado Lagrange 2 (L2) y en dirección opuesta a la estrella. También están otros telescopios en órbita de L2, como el Herschel, un observatorio de infrarrojos igualmente también de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que partió en el mismo cohete que el Planck, el 4 de mayo de 2009. La ESA aprovechó un único lanzamiento con un cohete Ariane 5, desde la base de Kourou, en la Guyana Francesa, para enviar los dos artefactos científicos y, tras el lanzamiento, se separaron y emprendieron viaje por separado a su destino de trabajo.

Con 4,2 metros de altura y un diámetro máximo de 4,2 metros, el Planck fue diseñado para hacer el mapa más preciso hasta ahora de las sutiles variaciones de temperatura de la radiación de fondo de microondas, una especie de eco remanente de los primeros tiempos del universo. El objetivo es profundizar en la senda iniciada en el espacio con el satélite de la NASA COBE, que, en los años noventa, descubrió esas sutiles variaciones de temperatura en la radiación de fondo de microondas que, hasta entonces, parecía ser uniforme en el cielo. A continuación llegó el WMAP, también de la NASA, que, además de trazar un mapa más preciso de la radiación de fondo, logró, por ejemplo, determinar la composición del cosmos.

Los objetivos de la misión europea no podían ser más ambiciosos al buscar respuestas a preguntas fundamentales: ¿Cómo empezó el universo? ¿Cómo ha evolucionado hasta ser como es hoy? ¿Cómo evolucionará en el futuro?

Materia Oscura – Los hexágonos de Saturno – videoblog – abc.es


Materia Oscura Los hexágonos de Saturno

vía Materia Oscura Los hexágonos de Saturno – videoblog – abc.es.

El Hubble ‘capta’ materia oscura en cúmulos de galaxias


El Mundo

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El telescopio espacial Hubble de la NASA y la ESA ha logrado captar la imagen de un cúmulo de galaxias, llamado MAC J1206, con retorcidas formas que, según los astrónomos, son causadas por la misteriosa ‘materia oscura’, de la que se sabe que tiene el doble de gravedad y logra ‘retorces’ los rayos de luz.

Este es uno de los primeros datos conseguidos dentro de un proyecto internacional en el cual se quiere reconstruir mapas más detallados de esta misteriosa materia y sugiere que es algo mucho más denso de lo que se pensaba en el interior de estos racimos de cientos o miles de galaxias.

Hasta ahora, el equipo CLASH tiene identificada la presencia de materia oscura en 25 cúmulos masivos de galaxias y la ha observado en seis de ellos. Es un ‘bulto’ en la materia del Universo que se detecta únicamente midiendo los tirones que produce su fuerza de gravedad en la materia visible y observando cómo ‘comba’ el espacio-tiempo, del mismo modo que hay espejos en los parques de atracciones que deforman las imágenes.

Para los astrónomos, racimos como el MAC 1206 son laboratorios perfectos para estudiar estos efectos, dado que son las estructuras más masivas del universo ligadas por la gravedad. De hecho, actúan como lentes cósmicas gigantes, amplificando, torciendo y doblando cualquier luz que pase a través de ellas.

Estas distorsiones, según los científicos, son la prueba de que existe allí la materia oscura. Si sólo hubiera materia visible, serían mucho menores.

El racimo MAC 1206 está a 4.000 millones de años luz de la Tierra. El ‘Hubble’ logró captar 47 imágenes de sus lejanas galaxias, algo que es sólo posible con un telescopio espacial. De hecho, logra captar galaxias cuya luz es cuatro veces más débil de la que se pueden observar desde tierra. Sin embargo, en este proyecto se utilizan también telescopios terrestres, como el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Austral Europeo (ESO), que también está recogiendo imágenes de racimos de galaxias con algunos instrumentos.

Aún no se sabe cuándo se formaron estos cúmulos galácticos, aunque se estima que hace entre 9.000 y 12.000 millones de años, tan sólo 2.000 millones después del Big Bang. Si se probara que casi todas estas acumulaciones de galaxias tienen mucha materia oscura en su corazón central, se tendrían importantes pistas sobre la formación de la estructura del Universo.

Un balón de materia oscura rodea la Vía Láctea


El Pais

  • Los astrónomos ponen forma por primera vez al 70% de la masa de la galaxia – Su orientación causa sorpresa: «Ahora no sabemos cómo se formó la espiral»

índiceTan lejos y tan cerca. Mientras los físicos intentan encontrar en los detectores terrestres, aquí mismo, los supuestos extraños componentes de la materia oscura (que representaría, según las teorías vigentes, más del 70% de la masa total de galaxias como la nuestra), los astrónomos se trasladan a través de sus instrumentos a billones de billones de kilómetros por los alrededores de la galaxia para comprobar cómo y dónde se acumula esta materia, distinta de la que forma todo lo que podemos ver y palpar.

El halo de materia oscura que rodea lo que llamamos la Vía Láctea -las estrellas y el gas que se pueden ver y que se agrupan en forma de espiral- tiene la forma de un balón de playa gigantesco y bastante deformado, aseguran astrónomos estadounidenses, los primeros que creen que han conseguido medir su forma. La materia oscura se llama así porque es invisible y porque nadie sabe de qué está formada. Sin embargo, no es indetectable, porque obedece, como la materia ordinaria, las leyes de la gravedad y tira de las pequeñas galaxias enanas que giran alrededor de la Vía Láctea.

Los astrónomos, de varias instituciones estadounidenses, han conseguido reconstruir la órbita original de la galaxia enana Sagitario, que se va disgregando debido al tirón gravitatorio de la Vía Láctea y deja restos en forma de estrellas a su paso. Los esfuerzos anteriores para resolver este problema daban soluciones muy diferentes para los diversos tramos estudiados. «Hasta hace muy poco, no entendíamos el comportamiento de los restos de Sagitario», ha explicado David R. Law, uno de los científicos. Hace cuatro meses, Law y sus compañeros ya habían sugerido que si el halo de materia oscura era tridimensional, con longitudes de eje diferentes, los datos de la órbita de Sagitario podrían casar. La solución que proponen ahora es que el halo invisible tiene la forma de un balón de playa que ha sido aplastado a lo largo, aproximadamente en perpendicular al plano de la galaxia en el que se agrupan las estrellas.

Esto ha constituido una sorpresa. «Esperábamos un cierto grado de deformación, sobre la base de las predicciones hechas según las teorías más aceptadas de materia oscura», dice Law, «pero es mayor de lo que creíamos y, sobre todo, la orientación del aplastamiento es totalmente inesperada. Ahora no sabemos cómo se formó nuestra galaxia con su orientación».

Este resultado sigue a los datos obtenidos en el detector de partículas CDMS, dedicado a la materia oscura y situado a 750 metros de profundidad en una mina de Minnesota (EE UU). A mediados de diciembre pasado, los físicos de este experimento indicaron que tenían un par de observaciones intrigantes que podrían ser de partículas exóticas que algunas teorías indican que forman la materia oscura, pero ni siquiera ellos descartan que se trate de partículas ordinarias. Otros detectores más avanzados van a contribuir pronto a la búsqueda y sólo cuando haya muchos más datos se podrá llegar a alguna conclusión.

Concretamente, en 2010 entrará en funcionamiento el detector XENON100 en el Gran Sasso (Italia) y también funcionará a un nivel mayor de energía el nuevo gran acelerador europeo LHC, que podría producir esas partículas como consecuencia de la colisión de protones. «El año que viene será el año de la materia oscura», ha comentado a Science.now Joseph Lykken, físico teórico en Fermilab (EE UU), laboratorio que participa en el CDMS. «Me extrañaría mucho que no lo fuera».

Las hipotéticas partículas de la materia oscura, nunca detectadas, serían súper simétricas, las llamadas WIMP, y estarían por todo el Universo, pero no distribuidas de forma uniforme, según un nuevo estudio de un equipo internacional presentado, como el de la materia oscura, en la reunión de la American Astronomical Society en Washington.

Los protones y neutrones que son componentes de todo lo que vemos constituyen una muy pequeña parte de la materia total del Universo, de hecho, la estimación más baja es de sólo el 4%. El resto sería la materia oscura y la todavía más misteriosa energía oscura, supuesta causa de la observada aceleración en la expansión del Universo.

En cada galaxia, la situación es diferente: la materia oscura llega a representar aproximadamente el 85% de su masa total. «A la distancia del centro de la Vía Láctea en la que hemos trabajado, 150.000 años luz, supone el 70% de la masa comprendida en ese radio, pero si nos alargamos hasta los 500.000 años luz, aumentaría hasta ser el 85% de la masa total», ha comentado Law a este periódico.

El nuevo censo de galaxias cercanas presentado en Washington indica que cuanto más pequeña es una galaxia menos materia ordinaria y más materia oscura tiene, lo que plantea la pregunta de dónde ésta la materia ordinaria. Una explicación es que al explotar las estrellas, dispersan materia ordinaria por el espacio intergaláctico, y esta materia es captada en menor medida por las galaxias pequeñas, que tienen menos tirón gravitatorio.

Nuevo detector para ayudar a identificar la Materia Oscura


Scitech News

Varios proyectos de investigación están en curso para tratar de detectar partículas que puedan constituir la misteriosa «materia oscura» que se cree que domina la masa del universo. Pero los detectores existentes tienen un problema: también captan partículas de materia ordinaria, neutrones.

Jocelyn Monroe, física del MIT, tiene una solución. Recientemente se completó la comprobación inicial en el Laboratorio Nacional de Los Álamos de un nuevo detector que construyeron ella y sus colaboradores. Cuando sea puesto en funcionamiento en los próximos meses junto a uno de los detectores de materia oscura existentes, el nuevo dispositivo debiera ser capaz de identificar todos los neutrones ordinarios que se cuelan en los detectores, dejando a todo lo demás que recoja el detector como un fuerte candidato para la evasiva materia oscura.

Detectar materia oscura es de por sí difícil. La señal delatadora de la presencia de materia oscura es muy débil, y procede de un fenómeno que se manifiesta raramente, la colisión de una partícula de materia oscura con una de materia ordinaria, produciendo ello un destello de luz pequeño y efímero.

Dichos destellos pueden ser detectados situando un tanque lleno de líquido a gran profundidad en el subsuelo, para que la tierra ubicada por encima ejerza de barrera capaz de detener a las abundantes partículas de materia normal, y cubriendo el tanque con tubos fotomultiplicadores que puedan captar incluso el destello de luz más débil.

El problema es que, incluso enterrados a kilómetro y medio bajo tierra, los cálculos muestran que tales detectores captarán muchas más colisiones de partículas de materia ordinaria que las de las aún desconocidas partículas de materia oscura. Para ser precisos, las colisiones ordinarias se presentarían con una frecuencia de 19 órdenes de magnitud mayor que la de las colisiones de materia oscura. De modo que hallar un modo de excluir estas colisiones ordinarias es esencial para encontrar la materia desconocida.

Nadie sabe de qué está hecha la materia oscura, ni jamás se la ha podido observar directamente, pero los astrónomos están seguros de que existe debido a la manera en que su atracción gravitatoria atrae a las concentraciones visibles de materia normal en el espacio. Esto sólo les permite determinar cuánta de esta misteriosa materia está allá afuera (cinco veces más que la cantidad de materia ordinaria), pero no de qué está hecha.

Consiguen la primera prueba de que existe la materia oscura


Miercoles 16/05/07 20:00 EFE- El Mundo

1179311963_0WASHINGTON .- El telescopio espacial ‘Hubble’ ha enviado la imagen de un anillo fantasmal en torno a un grumo de galaxias, que los astrónomos han descrito como la primera prueba de la existencia de la materia oscura.

El racimo galáctico captado por el telescopio robótico, que orbita desde 1990 en los bordes exteriores de la atmósfera terrestre, a casi 600 kilómetros sobre el nivel del mar, se encuentra a 5.000 millones de años luz de la Tierra .

«Aunque se ha encontrado la materia invisible antes en otros conjuntos de galaxias, jamás se la había detectado tan separada del gas caliente y de las galaxias que forman el conjunto», dijo en una teleconferencia Myungkook James Jee, de la Universidad Johns Hopkins, situada en Baltimore (Maryland, EEUU).

La materia oscura, según creen los científicos, compone la mayor parte de la masa que ejerce gravedad en el Universo, mientras que sólo el 10% de ésta puede ser detectada por los sentidos humanos.

Los científicos sostienen que si no existiese la materia oscura las galaxias como la Vía Láctea, en la cual se encuentra la Tierra, se habrían dispersado por falta de un «pegamento» gravitacional .

«Ésta es la primera vez que hemos detectado la materia oscura como una estructura única diferente del gas y las galaxias en el conjunto» identificado como ZwCi0024+1652 , señaló Jee.

Pero en la misma teleconferencia Richard Massey, del Instituto de Tecnología de California, con sede en Pasadena, expresó cierto escepticismo acerca del descubrimiento y recordó que «ese mismo grupo de galaxias se ha mencionado en otros anuncios muy publicitados».

«Necesitamos una confirmación, más observaciones», añadió Massey. «Y, lamentablemente, estas imágenes se tomaron justo poco antes de que se descompusiera la cámara del ‘Hubble’ que las tomó».

La agencia espacial estadounidense NASA ha puesto en Internet algunas imágenes compuestas que muestran un racimo de galaxias, envuelto en una nube de gases, en torno al cual se extiende un anillo oscuro de unos 2,6 millones de años luz de diámetro. Más allá de este anillo, de supuesta materia oscura, continúa la luminosidad de esa región del espacio .

«La observación de una estructura de materia oscura que no está marcada por galaxias y gas caliente nos permite el estudio de cómo su comportamiento es diferente del de la materia normal», dijo Jee.

Durante el análisis de materia oscura de las imágenes enviadas por el ‘Hubble’, los astrónomos notaron una onda parecida a las olas que causa en un estanque la caída de una piedra en el agua.

La observación de la materia oscura es difícil porque no emite ni refleja luz, y los astrónomos sólo pueden detectar su influencia por la manera en que su fuerza de gravedad afecta a la luz.

Para hallarla, estudian la forma en que la luz de las galaxias muy distantes es distorsionada y difuminada en arcos y bandas por la gravedad de la materia oscura de una galaxia más próxima.

Esta materia está compuesta por átomos muy diferentes de los que componen la materia normal de las estrellas y galaxias.

Los científicos creen que el cruce a través de la materia invisible pasaría inadvertido para los humanos , pero que no ocurre lo mismo en la colisión de dos áreas de masa oscura.

El anillo del cual los astrónomos han dado cuenta hoy se formó cuando dos gigantescos grupos de galaxias chocaron hace unos mil a dos mil millones de años; y, para fortuna de los científicos, la colisión ocurrió de frente desde el punto de vista del ‘Hubble’.

«La colisión de los dos grumos galácticos creó una onda de materia oscura que dejó huellas muy claras en las formas de las galaxias más distantes», explicó Jee.

«Es como mirar a los cantos rodados en el fondo de un estanque cuando hay olitas en la superficie», precisó.

Así como, dijo, «las formas de las piedras parecen cambiar a medida que las ondas se mueven encima, de la misma manera las galaxias más distantes, detrás del anillo, muestran cambios de sus formas que corresponden a la presencia del denso anillo de materia oscura».