Plano y vista de la Plaza de Miranda de Duero 1762


Miranda de Ebro es un municipio y ciudad de España, ubicado en el norte del país, perteneciente a la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Está situado en la comarca del Ebro, al noreste de la provincia, junto a los límites con Álava y La Rioja. Cuenta con una población de 35 922 habitantes (INE 2016), y es la segunda ciudad más poblada de la provincia tras la capital y por delante de Aranda de Duero. 

En el plano económico tiene un marcado carácter industrial y es un importante nudo de comunicaciones, especialmente ferroviario.3​ La industria química, alimentaria y aeronáutica son sus máximos exponentes. En un radio de tan solo 80 km se encuentran las ciudades de Bilbao, Burgos, Logroño y Vitoria; y a 130 km las de Pamplona y San Sebastián. Se encuentra a 150 km de la frontera con Francia.

A pesar de la existencia de asentamientos en la zona desde la Edad del Hierro, la primera mención de Miranda de Ebro en la Historia se produjo en el año 757. Alfonso VI concedió a la villa un importante fuero en 1099 y dos siglos después, el comercio mirandés tomó fuerza tras la concesión de las ferias. La llegada del ferrocarril a la villa en 1862 marcó un punto de inflexión en la economía de la zona y a partir de ese momento y durante todo el siglo XX la ciudad se industrializó.

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Plano y vista de la Plaza de Miranda de Duero

Material cartográfico manuscrito –  1762

pincha aquí para ver el documento

La Historia de los Mapas Manuscritos de la Biblioteca Nacional, p. 312, nº 406
Relieve por sombreado. – Representada con flecha la dirección de la corriente del río
El mapa se ha datado teniendo en cuenta el año en que Miranda fue sitiada por tropas borbónicas al mando del general Lascy y se rindió el 9 de mayo de 1762
Manuscrito sobre papel iluminado a la aguada en gris, verde y carmín. La vis en tinta negra
Inserta en la parte superior: «[ Vista de perfil de la ciudad de Miranda do Douro bombardeada desde el otro lado del río ]». – 11,5 x 33 cm
Inserta en la parte superior: «[ Vista de perfil de la ciudad de Miranda do Douro bombardeada desde el otro lado del río ]». – 11,5 x 33 cm

 

Hallado en Guipúzcoa un plano del siglo XV, a escala, de la catedral de Sevilla


Reportaje El Pais

El secreto del gran templo

  • La galería de los Uffizi conservaba hasta ahora el plano más antiguo

actualidad080713.jpgCada gran templo tiene secretos guardados dentro o fuera de sus muros. La catedral de Sevilla, también. En su caso, se trata del plano prácticamente a escala más antiguo de su planta. La guía mediante la que los arquitectos fueron tramando las líneas de la iglesia gótica más grande de la cristiandad, aquella por la que el mundo debía tomar a sus impulsores por locos, acaba de aparecer lejos de su archivo, concretamente en el convento de Bidaurreta (Guipúzcoa).

Dos investigadores, Begoña Alonso Ruiz, especialista en arte tardogótico de la Universidad de Cantabria, y Alfonso Jiménez Martín, maestro mayor de la catedral sevillana, lo acaban de identificar. Hasta ahora, el plano de planta completa más antiguo del templo se hallaba en la galería de los Uffizi, en Florencia. Un trazado de Giorgio Vasari, el Joven, que servía como referencia histórica y databa de alrededor de 1604. Pero el descubrimiento de estos dos estudiosos es bastante anterior. De mitad del siglo XV, obra de algunos de los maestros que concibieron la catedral -Juan Normán o Juan de Hoces, su yerno, o Alonso Rodríguez, que trabajaron en ella después del maestre Ysanbarte o el maestre Carlín-, aportará claves novedosas a la historia de la catedral y de la arquitectura española. «Se trata del plano más antiguo de este lugar. No tenemos duda. Pero es que hay más. Puede tratarse del plano a escala más antiguo que exista de un edificio así en España», comenta Begoña Alonso.

Todavía, ambos investigadores andan tomando medida a las dimensiones de su descubrimiento. Su afirmación puede sonar extraña, pero lo cierto es que no siempre han existido delineantes. Hubo un tiempo en que los arquitectos, por norma, no sabían dibujar. «Trazaban los templos a tamaño real, con cuerdas y estacas mediante las que señalaban el lugar exacto de cada piedra», comenta Alonso. Por eso, un plano a escala, era una rareza, una técnica al alcance sólo de algunos visionarios. «Eran muy pocos los que dibujaban a escala, por eso el gótico fue revolucionario también. No sólo por las formas artísticas, además empezaron a aplicarse estos métodos», señala Alonso. De hecho, el primer plano de catedrales que se conoce en Europa es el de la Torre de Colonia, que se hizo antes de 1308 y en España, el dibujo de una catedral más antiguo es el de la fachada de la de Barcelona (1408). «Pero planos de planta tan antiguos, hasta el momento, no se conocían», asegura la estudiosa de la Universidad de Cantabria.

El misterio del hallazgo no deja de intrigar a sus propios descubridores. ¿Qué hacía el plano de la catedral gótica más grande del mundo en un convento perdido del País Vasco, en la otra punta de España? «De eso no estamos seguros. Es lo que tratamos de averiguar ahora», afirma Alonso. Al parecer, todo comienza con un terremoto. El de Carmona. Se produjo en 1504 y resquebrajó el pilar que sujetaba el cimborrio de la catedral hasta hacer que se desmoronara en diciembre de 1511.

Entonces, el cabildo de Sevilla convocó a todos los grandes arquitectos del momento para que aportaran soluciones al desastre. Fue un duro golpe para un templo que había marcado récords impropios de la época. Como edificio gótico, comenzaron su construcción en 1433. En 1478 vivió una inauguración parcial con el bautizo del infante don Juan, el único hijo varón de los Reyes Católicos, y en 1506 quedó terminada oficialmente, según ha contado Alfonso Jiménez.

Así, a principios del siglo XVI, se presentó con su salón gótico, sin contar las capillas, de 110 metros de largo por 58 de ancho; con sus 6.380 metros cuadrados de dimensión, dispuestos para acoger, apretadas, eso sí, más de 17.000 almas. Después, sólo ha sido superado en dimensiones por dos templos: San Pedro del Vaticano y San Pablo, en Londres.

El rastro del plano, sin embargo, está unido a la caída del cimborrio. «Fernando el Católico y su hija Juana la Loca convocaron a los grandes arquitectos. Por allí pasaron Juan de Álava, Juan de Badajoz, Juan de Ruesga…». Pero no son los únicos que tienen que ver con el asunto. Anda mandando mucho en la corte también un hombre importante en época: Don Juan López de Lazarraga, testamentario de la reina Isabel, contador de la corona de Castilla y de la Orden de Santiago. Un noble poderoso. «En 1500, este hombre fundamental en la corte había sido el encargado de montar las Cortes en la catedral de Sevilla», apunta Begoña Alonso.

Fue él quien, según estos investigadores, acabaría llevando el plano a Bidaurreta, donde en 1510 impulsó la construcción del convento, el lugar donde quería ser enterrado junto a su familia. Los arquitectos Juan de Ruesga y Pedro Malpaso lo diseñaron. El rastro del primero, precisamente, dio lugar al descubrimiento del plano. Un trabajo de investigación sobre el maestro de cantería, como eran denominados los arquitectos de antaño, llevó a Alonso hasta el documento. Jiménez -«el hombre que más sabe de la catedral de Sevilla», dice Alonso- tuvo que verificarlo con ella. Son esas casualidades sin precio que premian la soledad de los rastreadores de legajos y papeles.

En el pequeño archivo del convento de Bidaurreta descansaba ese plano desde hace 500 años: un pliego completo y sin recortar de 46 por 55 centímetros donde caben las 20 capillas y cinco naves con 32 pilares extensos unidos a estribos y pilastras. La guía del templo gótico más grande del mundo escondida y sólo al alcance de los eruditos que habían de identificarlo cinco siglos después. Nadie, ni las propias monjas, eran conscientes de ser custodias de un tesoro semejante: la impresionante anatomía desnuda de la catedral de Sevilla.