El Mediterráneo se llenó en menos de dos años, mucho más rápido de lo pensado


La Vanguardia

  • El estudio de Daniel García-Castellanos, publicado en ‘Nature’, recuerda que el mar llegó casi a secarse hace unos seis millones de años

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Madrid. (EFE).- La cuenca mediterránea tardó en llenarse de unos meses a dos años y no de diez a 10.000 años, como se pensaba hasta ahora, una descarga de agua, según los investigadores, que llegó a ser mil veces superior al actual río Amazonas.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en Nature, en el que se recuerda que el mar Mediterráneo llegó casi a secarse hace unos seis millones de años, al quedar aislado de los océanos durante un largo período de tiempo, debido el actual levantamiento tectónico del Estrecho de Gibraltar.

Cuando las aguas del Atlántico encontraron de nuevo un camino a través del Estrecho, llenaron el Mediterráneo con la mayor y más brusca inundación que ha conocido nunca la Tierra, según los científicos. La enorme descarga de agua, iniciada probablemente por el hundimiento tectónico del Estrecho y el desnivel de ambos mares (de unos 1.500 metros), llenó el Mediterráneo a un ritmo de hasta diez metros diarios de subida del nivel del mar.

La inundación que conectó el Atlántico con el Mediterráneo provocó en el fondo marino una erosión de cerca de 200 kilómetros de longitud y varios kilómetros de anchura, según este estudio.

El investigador del CSIC Daniel García-Castellanos, que trabaja en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, en Barcelona, ha detallado que «la inundación que puso fin a la desecación del Mediterráneo fue extremadamente corta y más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán». Según Castellanos, se trató de un «megarrápido» por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora.

Objetivo: Contribuir a unir Europa y África por un túnel
Cuando hace unos años los ingenieros del túnel que debía unir Europa y África estudiaron el subsuelo del Estrecho de Gibraltar se encontraron con un surco de varios cientos de metros de profundidad, rellenado por sedimentos poco consolidados. Los geólogos y geofísicos en los años 90 pensaron que esta enorme erosión había sido producida por algún río de gran caudal durante la desecación del Mediterráneo.

«Esperamos que el artículo contribuya, en cierta medida, a planificar las obras del túnel para unir Europa y África», ha declarado García-Castellanos. En este sentido, ha indicado que el trabajo se basa en buena parte en los estudios preliminares de este proyecto, «muy condicionado por la presencia de ese canal erosivo que nosotros relacionamos con la inundación».

Los científicos han demostrado, además, que la erosión no fue producida por un río durante la desecación del Mediterráneo, sino por un enorme flujo de agua procedente del Atlántico. El investigador del CSIC ha concluido que «un cambio tan enorme y abrupto en el paisaje terrestre como el que hemos deducido pudo tener un impacto notable en el clima de aquel período, algo que no se ha estudiado aún con suficiente detalle y a lo que podría ayudar este trabajo».

Ruta o Vía metabólica


En bioquímica, una ruta metabólica o vía metabólica es una sucesión de reacciones químicas que conducen de un sustrato inicial a uno o varios productos finales, a través de una serie de metabolitos intermediarios.1 Por ejemplo, en la ruta metabólica que incluye la secuencia de reacciones:

A     →     B     →    C     →     D     →    E
A es el sustrato inicial, E es el producto final, y B, C, D son los metabolitos intermediarios de la ruta metabólica.

Las diferentes reacciones de todas las rutas metabólicas están catalizadas por enzimas y ocurren en el interior de las células. Muchas de estas rutas son muy complejas e involucran una modificación paso a paso de la sustancia inicial para darle la forma del producto con la estructura química deseada.

Todas las rutas metabólicas están interconectadas y muchas no tienen sentido aisladamente; no obstante, dada la enorme complejidad del metabolismo, su subdivisión en series relativamente cortas de reacciones facilita mucho su comprensión. Muchas rutas metabólicas se entrecruzan y existen algunos metabolitos que son importantes encrucijadas metabólicas, como el acetil coenzima-A.

Tipos de rutas metabólicas

Normalmente se distinguen tres tipos de rutas metabólicas:

  • Rutas catabólicas. Son rutas oxidativas en las que se libera energía y poder reductor y a la vez se sintetiza ATP. Por ejemplo, la glucólisis y la beta-oxidación. En conjunto forman el catabolismo.
  • Rutas anabólicas. Son rutas reductoras en las que se consume energía (ATP) y poder reductor. Por ejemplo, gluconeogénesis y el ciclo de Calvin. En conjunto forman el anabolismo.
  • Rutas anfibólicas. Son rutas mixtas, catabólicas y anabólicas, como el ciclo de Krebs, que genera energía y poder reductor, y precursores para la biosíntesis de la cual se forman sustancias oxidativas.

Adjuntamos un mapa muy interesante:

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Cómo resumir 4.000 años de Historia en una imagen: el Histomapa


El Confidencial

  • En 1931, John B. Sparks diseñó el Histomapa, una línea cronológica con la que pretendía resumir la historia de las civilizaciones desde los antiguos egipcios

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Cada época tiene sus propias representaciones visuales, y estas nos dicen mucho acerca de los tiempos que nos ha tocado vivir. Hoy en día, es cada vez más frecuente que descubramos gráficos de barras, circulares u otro tipo de infografías tanto en los medios de comunicación como en la televisión. Nos interesa lo cuantificable, las cifras y los datos, por mucho que no siempre lleguemos a entender qué significan.

A comienzos de los años 30 se puso de moda otro tipo de visualización de datos, una especie de cronologías cargadas de palabras que aspiraban a representar en una única imagen gran parte de la historia humana. El más célebre de ellos seguramente sea el Histomapa diseñado por John B. Sparks e impreso por la editorial Rand McNally en 1931, que ha vuelto a saltar a la fama gracias a un artículo publicado en Slate.

Este gigantesco mapa puede consultarse y descargarse en este enlace o en la página de la Fundación David Rumsay. En su edición primigenia, costaba un dólar de la época y consistía en una hoja que se desplegaba hasta los 150 centímetros. El mapa refleja a partir del ancho de la página que ocupa cada imperio los juegos de poderes que se produjeron a lo largo la historia, así como el auge y caída de cada civilización, como si se tratase de un juego de suma cero: para que algunos ganen, otros deben perder.

El hombre siempre ha intentado condensar aquello que parece inabarcable para que resulte más comprensible

No es el único gráfico así realizado por Sparks: más tarde, probaría suerte con el Histomapa de la evolución animal y de la religión. Tres buenas muestras de que el hombre, desde que comenzó a ser consciente de su propia historia, ha luchado por condensar lo inabarcable a una escala más comprensible. Muchas veces, esto ha dado lugar a enciclopedias o libros. Pero en contadas ocasiones, con una simple imagen basta.

El mito del «Genocidio español»: las enfermedades acabaron con el 95% de la población


ABC.es

  • Lejos de lo vertido por la Leyenda Negra contra España, la catástrofe demográfica estuvo causada por las epidemias portadas por los europeos. Los habitantes de América habían permanecido aislados del resto del mundo y pagaron a un alto precio su fragilidad biológica
WIKIPEDIA | Mural de Diego Rivera sobre la Conquista de México. Palacio Nacional de la Ciudad de México

WIKIPEDIA | Mural de Diego Rivera sobre la Conquista de México. Palacio Nacional de la Ciudad de México

El término anacrónico de «Genocidio Americano» es uno de los puntales de la leyenda negra que vertieron los enemigos del Imperio español para menoscabar su prestigio. En un grabado holandés del siglo XVII aparece Don Juan de Austria, héroe de la batalla de Lepanto, vanagloriándose del martirio de un grupo de indígenas americanos. La mentira es insultantemente estúpida: el hijo bastardo de Carlos I de España jamás participó de la conquista ni siquiera piso suelo americano. Así, entre mentiras, cifras exageradas y episodios novelados, se gestó el mito que pervive hasta la actualidad de que los españoles perpetraron una matanza masiva y ordenada de la población americana. La verdad detrás de esta controversia histórica muestra que el auténtico genocidio, pese a que los españoles no escatimaron en brutalidad para llevar a cabo sus propósitos, lo causaron las enfermedades portadas por los europeos.

La catástrofe demográfica que sufrió el continente americano desde 1492, el año del Descubrimiento de Cristóbal Colón, es un hecho irrefutable. Antes de la llegada de los españoles se ha estimado tradicionalmente que la población del continente se encontraba entre los 40 millones y 100 millones. No obstante, el hispanista venezolano Ángel Rosenblat argumenta en su estudio «La población de América en 1492: viejos y nuevos cálculos» (1967) que la cifra no pasaría de 13 millones, concentrándose los mayor grupos en las actuales regiones de México y de Perú, ocupadas por el Imperio azteca y el Inca respectivamente. Sea una cifra u otra, la disminución demográfica fue dramática: el 95 % de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón, según el investigador estadounidense H. F. Dobyns.

La sangría demográfica hay que buscarla en dos factores: el traumatismo de la conquista (las bajas causadas por la guerra, el desplome de las actividades económicas y los grandes desplazamientos poblaciones) y las enfermedades. Los habitantes de América habían permanecido aislados del resto del mundo y pagaron a un alto precio el choque biológico. Cuando las enfermedades traídas desde Europa, que habían evolucionado durante miles de años de Humanidad, entraron en contacto con el Nuevo Mundo causaron miles de muertes ante la fragilidad biológica de sus pobladores. Un sencillo catarro nasal resultaba mortal para muchos indígenas. El resultado fue la muerte de un porcentaje estimado del 95% de la población nativa americana existente a la llegada de Colón, según los cálculos del ecólogo Jared Diamond.

No obstante, fueron las grandes epidemias las que provocaron el mayor impacto. Una epidemia de viruela que se desató en Santo Domingo entre 1518 y 1519 acabó con prácticamente toda la población local. Esta misma epidemia fue introducida por los hombres de Hernán Cortés en México y, tras arrasar Guatemala, bajo hasta el corazón del Imperio Inca en 1525, donde diezmó a la mitad de la población. Precedido por la viruela, la llegada de Francisco Pizarro a Perú fue el golpe final a un imperio que se encontraba colapsado por las enfermedades. La epidemia de viruela fue seguida por el sarampión (1530-31), el tifus en 1546, y la gripe en 1558. La difteria, las paperas, la sífilis y la peste neumónica también golpearon fuerte en la población.

El genocidio en la leyenda negra

«Los españoles han causado una muerte miserable a 20 millones de personas», escribió en su texto «Apología» el holandés Guillermo de Orange, esforzado padre de la propaganda negativa del Imperio español. Con la intención de menoscabar el prestigio de la Monarquía hispánica, dueña absoluta del continente durante casi un siglo, los holandeses, los ingleses y los hugonotes franceses exageraron las conclusiones del libro «Brevísima relación de la destrucción de las Indias», escrito por el fraile dominico Bartolomé de Las Casas. Este fraile que acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje no había imaginado que su texto iba a ser la piedra central de los ataques a España cuando denunció el maltrato que estaban sufriendo los indígenas. Como explica Joseph Pérez, autor de «La Leyenda negra» (GADIR, 2012), Las Casas pretendía «denunciar las contradicciones entre el fin –la evangelización de los indios– y los medios utilizados. Esos medios (la guerra, la conquista, la esclavitud, los malos tratos) no eran dignos de cristianos; el hecho de que los conquistadores fueran españoles era secundario».

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ABC Grabado de T. De Bry para «la Historia de la destrucción de las Indias»

Las traducciones y reediciones de la «Brevísima relación de la destrucción de las Indias» se multiplicaron entre 1579 y 1700: de ellas 29 fueron escritas en neerlandés, 13 en francés y seis en inglés. Lo que todos obviaron cuando emplearon a Las Casas para atacar al Imperio español es que él mismo representaba a un grupo de españoles con el coraje de denunciar el asunto, la mayoría misioneros, y a una creciente preocupación que atrajo el interés de las autoridades. Los críticos consiguieron que en 1542 las leyes nuevas recordaran la prohibición de reducir a los indios a esclavitud y sancionaron el fin del trabajo forzoso, la encomienda. En la controversia de Valladolid, donde por desgracia se sacaron pocas conclusiones finales, se enfrentaron quienes defendían que los indígenas tenían los mismos derechos que cualquier cristiano contra los que creían que estaba justificado que un pueblo superior impusiera su tutela a pueblos inferiores para permitirles acceder a un grado más elevado de desarrollo.

Curiosamente, los enciclopedistas franceses, muy críticos con todo lo referido a España en otras cuestiones, fueron los primeros en ver que las cifras presentadas por de Las Casas –20 millones de muertos causados por los métodos de los conquistadores– eran del todo imprecisas. En «El Ensayo sobre las costumbres» (1756), Voltaire afirma que Las Casas exageró de forma premeditada el número de muertos e idealizó a los indios para llamar la atención sobre lo que consideraba una injusticia. «Sabido es que la voluntad de Isabel, de Fernando, del cardenal Cisneros, de Carlos V, fue constantemente la de tratar con consideración a los indios», expuso en 1777 el escritor francés Jean-François Marmontel en una obra, «Les Incas», que por lo demás está llena de reproches hacia la actitud de los conquistadores. La Revolución francesa y la emancipación de las colonias en América elevaron a Las Casas a la categoría benefactor de la Humanidad.

Los críticos se convierten en los conquistadores

Más allá del brutal impacto de las enfermedades, es cierto que la violencia de la Conquista de América provocó la muerte directa e indiferente de miles de personas. El que existiera un grupo de personas críticas con los métodos empleados por los conquistadores –un grupo de hombres que perseguían como principal objetivo el hacerse ricos– o que los Reyes españoles plantearan soluciones –aunque fueran incompletas e incluso hipócritas– no exime a España de sus pecados y del daño cometido, pero sí la diferencia de precisamente los países que censuraron una actuación que luego ellos mismos practicaron. Sin entrar a valorar el fangoso proceso llevado a cabo por los anglosajones en Norteamérica, la explotación de caucho en el África negra dejó a sus espaldas 10 millones de muertos en el Congo Belga. «La colonización europea de los siglos XIX y XX fue culpable de crímenes semejantes a los cometidos por los conquistadores españoles. La única diferencia es que no encontraron a un Las Casas para denunciar las injusticias con tanta repercusión», sentencia el hispanista Joseph Pérez en el citado libro.

La calle del Espejo, el bastión de la defensa musulmana que debe su nombre a un error de traducción


ABC.es

  • A medio camino entre el Palacio Real y la Puerta del Sol, en la vía se conservan restos de la segunda muralla de Madrid, construida en el siglo XII

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A medio camino entre el Palacio Real y la Puerta del Sol, a espaldas de la calle de la Escalinata, encontrará una estrecha y agradable vía, reliquia de la historia de Madrid, que debe su nombre a un error de traducción que se ha mantenido vigente e impasible durante siglos. El origen de la calle del Espejo, que nada tiene que ver con sus reflejos, remite a la época en la que los musulmanes ocupaban la ciudad.

Con el objetivo de avistar los posibles acercamientos del enemigo, cristiano en este caso, los moros edificaron diferentes atalayas en el perímetro construido de Mayrit, que entonces era el nombre de la hoy constituida como capital. Así, en la actual ubicación de la calle se levantó una de éstas gigantescas torres, que en latín se denominaban «specula». Igualmente, por este punto pasaron tanto la primera muralla de Madrid, del siglo IX, como la segunda, levantada en el XII y de la que todavía hoy se conserva una parte; un torreón semicircular sobre el que se ha trabajado posteriormente.

De vuelta a su nombre, la designación del Espejo obedece a una confusión entre «specula» y «speculum». Debido a la antigua posición de la atalaya, en la reconquista cristiana de Madrid se conservó el primer término latín para distinguir la zona, pero fue en la posterior traducción cuando se mezclaron los significados. Aunque espejo en latín es «speculum», un error en la fecha consideró que el significado era «specula», con el consiguiente bautizo de la calle, que quizá debiera llamarse calle de la Atalaya.

La invención del naipe


ABC.es

  • Covarrubias atribuyó el origen de la baraja a Nicolao Pepin por las iniciales N y P grabadas en las cartas
ABC «Los jugadores de cartas» (1520), de Lucas van Leyden

ABC
«Los jugadores de cartas» (1520), de Lucas van Leyden

¿Quién fue Nicolás Papín o Nicolao Pepin? De él se ha escrito que fue un impresor francés, o catalán, y que vivió en el siglo XIV, aunque hoy se duda hasta de la existencia del que habría sido el inventor del naipe, según Sebastián de Covarrubias (1539-1613). El lexicógrafo español, que fue capellán del rey Felipe II y canónigo de la catedral de Cuenca, atribuyó la invención de ese «libro desencuadernado» que «pudiera estar en el catálogo de los reprobados» a un tal «Nicolao Pepin».

«Dixeronle naipes de la cifra primera que tuvieron; en la qual fe encerraua el nombre del inventor. Eran una N. y P. y de allí les pareció llamarlos naipes, pero las dichas letras dezian Nicolao Pepin», señaló en su «Tesoro de la Lengua Castellana» (1611).

El Diccionario de Autoridades de la Real Academia (1726-1739) así lo recogió, aunque «hoy en día estas teorías sobre el origen de los naipes ligado a un personaje concreto se han descartado», según señalan desde el Museo del Juguete de Cataluña (MJC). «Se trataba de vincular el juego de las cartas a una invención en concreto, con todos los detalles (fecha, lugar, nombres…), cosa que no se ha podido corroborar hasta el momento. En muchos casos, se piensa que hasta son personajes ficticios», añaden en el Centro de Documentación del MJC antes de apuntar que en Francia y en Italia hay historias y anécdotas similares.

Cuál fue el origen del naipe y de la baraja sigue siendo un misterio. Se cree que podría haber nacido en China, con objetivo de predecir el futuro y que los cuatro palos se habrían identificado con los cuatro elementos naturales (tierra, aire, agua y fuego), explican en este museo especializado en juegos y juguetes que prepara una ambiciosa exposición para el próximo año sobre naipes. Del este asiático se habría difundido por Europa a partir del siglo XIV gracias al comercio. Avalaría esta hipótesis el hecho de que el papel se inventara en China en el siglo I, aunque los juegos de cartas asiáticos antiguos no se parecen a las cartas europeas.

«Hay consenso en aceptar el hecho de que el origen de los naipes no es europeo sino oriental. Sin embargo, no se ha podido demostrar ninguna hipótesis totalmente», explican en el Museo. La creación de los naipes «se podría derivar de la combinación del ajedrez y los dados», aventuran, tomando del primero la estrategia y la inteligencia y del segundo la suerte.

Para el fallecido historiador Luis Monreal y Tejada, buena parte de la iconografía, en especial los cuatro palos de la baraja (oros, copas, espadas y bastos), con sus figuras, procedería de Cataluña. «Le parecía muy verosímil, a la vista de los documentos conservados, situar la invención de las cartas de juego en la Edad Media catalana», recuerdan en el Centro de Documentación del museo.

«Hay quienes afirman también que el origen europeo podría haber sucedido de manera simultánea e independiente, en Provenza o en las Baleares, en la Toscana, en Cataluña o en Andalucía», añaden.

En España, desde el siglo XIV

La referencia más antigua sobre este juego en España se encuentra en un documento de 1378 conservado en los archivos municipales de Barcelona. «Parece seguro -señalan en el MJC- que ya en la segunda mitad del siglo XIV circula la práctica de las cartas en los territorios de la Corona de Aragón. Se han encontrado juegos de naipes en inventarios de bienes particulares, y actas de herencia, con lo cual nos podemos hacer una idea de la importancia y el valor (iluminados a mano) que tenían las primeras barajas».

Los ejemplares y testimonios europeos más antiguos se sitúan en Italia. De Nápoles, que entonces pertenecía a la Corona aragonesa, habrían pasado a Cataluña y desde allí al resto de la península ibérica. Otra puerta de entrada a Europa fue desde el sur de Francia hasta el norte de Inglaterra. «El surgimiento de varios modelos de barajas en Europa se debe a que las cartas de juego eran una forma también de transmitir noticias y descripciones de los viajeros europeos», explican en el museo.

Tanto en España como en Italia, a las cartas numerales (del 1 al 9) se añaden la sota, el caballo y el rey y existen cuatro palos (oros, copas, espadas y bastos). «En la baraja italiana los bastos son sustituidos por bastones y los reyes se reprentan sentados en el trono. Más tarde se introduce la figura de la reina», detallan en el centro de documentación.

La simbología de palos y figuras

Los palos españoles e italianos «podrían reproducir la guerra de conquista» o «representar los poderes estamentales medievales» de forma que los oros indicarían el poder de la riqueza material (nobleza y realeza), las copas el de la espiritual (clero), las espadas se corresponderían con la fuerza de los caballeros feudales y los bastos simbolizarían al pueblo llano.

En los palos franceses e ingleses (diamantes, corazones, tréboles y picas), los tréboles y los corazones podrían simbolizar la «fertilidad de la tierra y la paz entre los hombres, mientras que las picas podrían ser un ideograma de un reloj de arena», apuntan en el museo catalán.

Las figuras de la baraja (reyes y sotas) «se pueden inspirar en personajes reales», añaden en el centro de documentación, de forma que aunque la caracterización es parecida, varían los detalles de escudos, animales, ropas, caballos o estandartes. «En numerosas barajas españolas se encuentran representados escudos de Aragón y Castilla (en muchos Ases de oros) y otros símbolos reales de distintos reyes según la época», afirman. También existen referencias a ejércitos, campañas militares o temas (alegorías y personajes) sobre la conquista de América ya que se exportaron rápidamente al continente, según indican en el MJC.

Diez joyas del patrimonio convertidas en ruinas tras el terremoto en Nepal


El Confidencial

  • Sólo en el Valle de Katmandú hay siete monumentos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y seis de ellos sufren daños irreversibles. La Historia del país ha quedado reducida a escombros
Foto: La estupa de Syambhunaath, en Katmandú (Nepal), conocida como el Templo del Mono, después del terremoto. (EFE)

La estupa de Syambhunaath, en Katmandú (Nepal), conocida como el Templo del Mono, después del terremoto. (EFE)

Cuando el pasado sábado la tierra crujió bajo el suelo de Katmandú, la capital de Nepal, el fuerte temblor se llevó consigo la vida de miles de personas, pero también buena parte de la historia del país. El terremoto de 7,9 grados y sus posteriores réplicas han causado hasta ahora la muerte de al menos 4.000 personas, en un recuento cuya cifra aumenta a cada minuto. A la catástrofe humanitaria, se añade además la gran pérdida cultural de uno de los lugares del mundo con mayor riqueza histórica y artística.

Situado en el Himalaya, Nepal ha albergado durante milenios a algunas de las civilizaciones más prósperas de la historia. Cuna del budismo y del hinduismo, ambas religiones han dejado una fuerte impronta en la región a través de sus templos y altares. Su coexistencia con creencias animistas y tántricas le ha dado además un estilo único, conocido como arte newarí. Tan sólo en el Valle de Katmandú hay más de 100 monumentos importantes, siete de ellos catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Seis de ellos han quedado total o parcialmente derruidos tras el terremoto. Estos son algunos de los edificios históricos más importantes que han sufrido serios daños por el temblor.

Torre Dharahara o Bhimsen: Considerada como el símbolo de Nepal, ha sido uno de los edificios más emblemáticos destruidos por el terremoto. Sus más de 60 metros de altura sucumbieron al temblor sepultando a decenas de personas, aunque las labores de rescate aún no han terminado y no se sabe el número preciso de visitantes que estaban dentro del edificio cuando se desplomó. Fue construida en 1832 con fines militares, aunque tuvo que ser reconstruida tras el terremoto de 1934. Era considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Plaza Durbar de Basantapur: Es otro de los Monumentos Patrimonio de la Humanidad que ha sufrido serios daños por el terremoto. Situada frente al antiguo palacio real, la plaza Durbar –o real– era un conjunto de edificios civiles y religiosos de gran valor artístico. Entre ellos, el palacio de estilo europeo construido en 1908 y varios de los templos se han desplomado.

Plaza Durbar de Bhaktapur: Situada a las afueras de Katmandú, la plaza Durbar de Bhaktapur era conocida como la Joya Cultural de Nepal. Antigua capital hasta el siglo XV, era un amplio complejo de palacios, templos y otros edificios. No se conoce el alcance exacto de la destrucción, pero varios edificios se han derrumbado. Era también Patrimonio de la Humanidad.

Plaza Durbar de Patan

Plaza Durbar de Patan

Plaza Durbar de Patan: Es la tercera plaza real de Nepal, también considerada Patrimonio de la Humanidad. Fundada en el siglo III d.C., contaba con varios edificios hindúes y budistas. La mayor parte de ellos se han desplomado y los ladrillos y las maderas que conformaban paredes y suelos de templos y otros edificios forman ahora montañas de escombros.

Templo Boudhanath: El templo Boudhanath posee una de las estupas más icónicas del budismo tibetano, considerada Patrimonio de la Humanidad. La estupa, una estructura típica de los templos budistas que se cree que tiene origen funerario, es además la más grande de Nepal. La parte superior ha quedado derruida.

Templo Swayambhunath: Más conocido como Templo de los Monos, este monasterio fundado en el siglo V alberga la estupa más antigua del valle de Katmandú. Esta ha sobrevivido, pero uno de los edificios que la rodeada se ha derrumbado. Es también Patrimonio de la Humanidad.

Templo de Manakamana

Templo de Manakamana

Manakamana: Situado en el distrito de Gorkha, una región con varios edificios históricos que se encuentra muy próxima al epicentro del terremoto, el Manakamana es uno de los templos más importantes de Nepal fuera de Katmandú. Hay poca información sobre la situación en Gorkha, pero se cree que el templo, venerado por los hindúes, ha sufrido serios daños.

Durbar High School: Abierta en 1892, la Durbar High School es la escuela más antigua de Katmandú y una de las más viejas del país. El edificio, de estilo neoclásico, ha quedado parcialmente destruido y una de las fachadas se ha derrumbado.

Templo de Kalmochan: Construido en 1874 a la orilla del río Bagmati, este templo hindú dedicado al dios Vishnu servía como lugar de cremación. El templo se ha derrumbado y apenas quedan algunas de las construcciones aledañas en pie.

Templo de Changu Narayan

Templo de Changu Narayan

Templo de Changu Narayan: Situado muy cerca de Bhaktapur, el Changy Narayan es uno de los templos hindúes más venerados de Nepal, además de ser considerado el más antiguo del país. No se conoce la fecha exacta de su fundación, pero las leyendas hablan de que las primeras estructuras de culto en la zona datan del siglo IV antes de Cristo. Su ubicación, en lo alto de una colina, es más remota y de momento hay información contradictoria sobre los daños sufridos. Es Patrimonio de la Humanidad.

Hay otros grandes monumentos que, sin embargo, apenas han sufrido daños. Es el caso del templo Shree Pashupatinath, el único de la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad que no se ha visto afectado por el temblor. Lumbini, la ciudad en la que nació Buda y que también está en la lista de Patrimonio de la Humanidad, aunque fuera del valle de Katmandú, parece que tampoco ha sufrido serios daños, aunque la UNESCO aún no ha dado información concreta. Nepal sigue padeciendo réplicas del terremoto y las autoridades temen por la seguridad de los ciudadanos, pero también de las joyas arquitectónicas que aún quedan en pie.