El arte es una cloaca


El Pais

  • Desde los ochenta, muchas tapas de las alcantarillas de Japón incluyen dibujos decorativos, de los emblemas o personajes relevantes del municipio

Caminar por Tokio con la cabeza hacia arriba, apuntando a sus vertiginosos rascacielos, puede proporcionar una hermosa y fascinante perspectiva de la ciudad. Pero hará perder otra, una de lo más curiosa. Porque ir mirando al suelo también tiene su interés: no solo en la capital, sino en todo Japón, muchas cubiertas de las alcantarillas vienen con decoración sorpresa. Las hay para todas las sensibilidades: las que representan el árbol o la flor de la ciudad en donde se encuentran, las que muestran el retrato de héroes legendarios, con dibujos geométricos… Y se pueden encontrar prácticamente por todo el país.

«Cada ciudad tiene la responsabilidad de construir su red de alcantarillado, y muchos de los municipios cuentan con su propio diseño», explica Yasutake Kameda, extrabajador del Ministerio de Construcción nipón e impulsor de la iniciativa, además de consejero en una de la treintena de empresas que existen en Japón dedicadas a la construcción de sumideros.

En los años setenta y ochenta, la polución procedente de las aguas domésticas infestaba los ríos, y se hizo necesario el desarrollo de una moderna red de alcantarillado, dado que grandes áreas urbanas habían crecido sin un sistema sanitario apropiado. “Era un trabajo ingente y hacía falta mucho dinero”, explica Kameda. «Había que excavar las calles pavimentadas, había que colocar grandes alcantarillas en un espacio en el que ya había tuberías de agua y gas y volver a pavimentar». Para hacer que los ciudadanos se sintieran más «familiarizados» con las nuevas alcantarillas, se le ocurrió estampar sobre las tapas el emblema local. Y del símbolo de la ciudad, se pasó a incluir los personajes, paisajes u otros elementos distintivos del municipio.

Aunque el sistema de alcantarillado se remonta en Japón al Periodo Yayoi (300 a. C. – 250 d. C.), la red moderna no comenzó a construirse hasta finales del siglo XIX. El proyecto capitaneado por Kameda comenzó a promoverse a partir de 1986, y muchos municipios se pusieron enseguida a elaborar sus propias tapas. De los alrededor de 13 millones que existen a día de hoy, Kameda estima que unos 10 millones tienen alguna de estas ilustraciones. «Esta cifra no incluye las cubiertas de plantas depuradoras, de bocas de riego o del gas», que en algunos casos también se presentan engalanadas.

La labor de embellecimiento de las cloacas, según explica Kameda, corre a cargo de diversos agentes, dependiendo del caso: puede lanzarse una convocatoria pública, ser un diseño del fabricante de la cubierta, un encargo a un artista profesional, o bien puede modificarlo el fabricante. Para evitar la contaminación acústica provocada por el paso de los coches sobre las tapas, estas llevan un ajuste que impide que vibren. Además, las alcantarillas son tecnológicamente avanzadas, y usan una estructura de seguridad que impide que la gente caiga por el agujero en caso de que la cubierta se abra por la presión del agua o por una tormenta.

«Ahora, mucha gente, incluidos muchos visitantes, están interesados en los distintos diseños de cubiertas de alcantarilla», ilustra Kameda. «De hecho, hay tres libros publicados en inglés: Drainspotting, de Remo Camerota; Quilting with manhole covers, de Shirley McGregor yTreasures Underfoot, también de McGregor». Nihon no Manhoru, un guía en japonés, ha recogido 1.546 ejemplos de alcantarillas ilustradas por todo Japón. Nosotros mostramos aquí una selección de quince. Todas asombrosas.

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